(...)
Ella ve desorientada por las ventanas como si se acabara de despertar,se limpia las comisuras con el dorso de la mano —. Sí... Aquí a la derecha, enel portón blanco —dice por fin jadeando.
Se empieza a acomodar la ropa, devuelvo mi pene aun durodentro de los pantalones. Llegamos a la casa. Bajamos del taxi y preguntocuanto es, el taxista me cobra barato gracias al espectáculo. Nos quedamos depié frente a la puerta de entrada mientras Jaque busca sus llaves en la bolsa,el taxi aún no arranca, volteo a ver, el taxista esta concentrado viendo laspiernas de Jaque, me da la impresión de que ella sabe que el taxista laobserva, tomo la orilla de su falda con cuidado y se la levanto de un tirónpara que el taxista vea ese hermoso culo; Jaque baja su falda después de mediosegundo con las llaves en la mano. Me ve con una sonrisa traviesa, mete lallave en la cerradura, el taxi arranca por fin, ese viejo se hará una gran pajapensando en Jaqueline.
Entramos por fin a su casa, se escucha una ligera caída deagua —rayos —dice Jaque y se va corriendo hacia la parte de atrás de la casa.
Me quedo esperando en la sala viendo la casa, hay algunasfotos de la familia en la pared, una con sus padres, su mamá no está nada mal,me pregunto si será igual de puta que su hija, quizá sea más puta. Hay una fotodonde esta Wendy, hay fotos de Jaqueline con el vestuario de salsa, una faldacorta hecha de tiras de tela con brillantes, la parte de adelante es tiene dospartes unidas con un enredo de listones (no se bien como describirlo). Me paseoun poco por la sala, el sillón se ve cómodo, la cocina está separada por unabarra. Es una casa agradable, hay un pasillo (por donde se fue Jaque corriendo)y hay tres habitaciones.
Regresó a la sala a ver las fotos.
—Disculpa —dice Jaque al llegar a la sala —tengo un problemacon una llave, no cierra bien y derrama agua cuando se llena el tinaco.
—No te preocupes —le digo sonriendo, veo sus piernas, ya notiene las medias y tampoco los tacones, sus pies son lindos y aunque no soyfetichista, se me antoja lamerlos.
—Hay una pizzeria cerca ¿te gustaría pedir una pizza... paramás al rato?
—Claro —contesto y ella va a la cocina donde esta elteléfono.
La sigo de cerca, ella toma el teléfono y digita el número dememoria, yo me quedo a su espalda, muy cerca; puedo escuchar los tonos de lallamada, la abrazo por la espalda, se escucha que contestan en la otra línea,le beso el cuello y mi mano va directo a sus nalgas, ella se aleja y voltea conuna sonrisa pícara tapando la bocina del teléfono.
—Quédate quieto, voy a pedir la pizza... —dice en susurros yse da la vuelta —si... Bueno... —me acerco a su espalda, rápidamente cuelo mimano bajo la falda resbalando bajo su ropa interior directo a su humedad—qui... Quisiera ordenar... —ella intenta apartarse, con mi otra mano laretengo en un abrazo, con una garra sobre su pecho —si... —le meto dos dedos ypego mi erección a ella —no... Si... De pe... Ah peperoni —saco mis dedoschorreando y veloz mente me pongo en cuclillas y desaparezco su transparentecalzón del culo; me acomodo entre sus piernas y comienzo a lamer su coño comotodo un caballero, porque es de mala educación cogerse un coño sin comérselo primero—. Ah... Si... Ca... Calle... Ah... Calle... Ya... Ya tienen mi dirección... —ami lengua, que saborea paseándose por su clítoris, se le unen dos dedos quepenetran su vagina lubricada —si-gracias —dice lo más rápido que puede, cuelgael teléfono y sus gemidos se convierten en pequeños grititos de placer.
Pone su mano sobre mi cabeza empujandome más hacia su sexo,yo sigo lamiendo y succionando, su vello me hace cosquillas, tengo la barbillallena de sus fluidos; ella presiona más mi cabeza, me empieza a faltar aire,con un estremecimiento ella me jala del cabello para levantarme.
—Estas loco —dice con los ojos encendidos en lujuria yputería antes de besarme y lamerme sus fluidos de mi barbilla.
Yo respondo al beso y mi mano regresa a masturbarla mientrasla llevo en dirección a la barra que separa la cocina de la sala; lleva su ropainterior enredada en un tobillo.
—Súbete —le ordenó, ella se sienta en la orilla de la barra—en lo que llega la pizza, yo comeré una botana —le digo abriéndole las piernasformando una "M" con su vagina chorreante en el centro —quítate elbrazier, pero dejate el suéter que hace frío.
—Que caballero —comenta mientras beso su abdomen hasta llegara su vagina.
Empiezo a pasar mi lengua por su coño mientras la veo directamentea los ojos, su amplia sonrisa se transforma en la mueca de una puta cachonda.Ella se quita el brazier como le dije y veo sus pezones erectos, comienza amasajear sus tetas al ritmo del oral. Cierro mis ojos disfrutando el sabor desu lujurioso sexo, con mis dedos abro su vagina y meto mi lengua lo más quepueda, acelero el ritmo, succiono sus labios vaginales, ella gime de placermientras pellizca sus pezones muevo mi lengua como una Serpiente danzando sobrela humedad de su coño, le meto dos dedos.
—Aaay... Ahh... Que rico... —muevo rápido mis dedos. Alejo unmomento mi cara y le escupo directo en su vagina —aaaahh —grita mientrasaprieta ferozmente sus tetas. Sacó mis dedos y doy pequeños golpecitos con mipalma sobre su clítoris, ella gime como loca. Vuelvo a penetrarla con misdedos, deslizo mi lengua por el interior de su muslo, ella levanta una pierna,yo sigo pasando la lengua hasta llegar a su pié, me meto su dedo gordo en miboca —mmm... Aah —paso mi lengua por la planta del pié, ella sonríe agradecida.Mi boca regresa a su clítoris, muevo las manos frenéticamente —aaay... Dios...Sí... Así... Más... Más... Más, más, más... Aaah.
Siento que las paredes de su coño se empiezan a hinchar, sacómis dedos, Jaqueline tiembla y mueve sus caderas, cierra las piernas y cuandolas abre, unas gotas salen disparadas de su vagina mojandome la pernera delpantalón.
—Vaya... Ese es un hermoso truco —le digo fascinado, ellajunta las rodillas algo avergonzada —me encanta —le digo con una sonrisa.
Le abro las piernas y la beso mientras mis dedos regresan asu vagina. Después del beso escojo su seno más grande (siempre hay uno másgrande) y empiezo a chuparlo mientras la masturbo. Ella echa la cabeza haciaatrás, sus pechos saben exquisitos con un ligero toque de perfume.
Suena el timbre. Ella no se da cuenta, sigo en mi tarea yvuelve a sonar el timbre. Me detengo. Ella voltea a la puerta. Suena portercera vez.
—La pizza —dice volviendo en sí —¡van! —grita para que novuelva a sonar el timbre, se separa de mi, se arregla rápido el suéter mientrasva hacia la puerta.
Camino a la sala, me desnudo despacio y me siento en elsillón a esperarla. Ella paga y cierra la puerta, se da la vuelta y me ve ahísentado, con mi dura verga entre las manos viéndole las piernas.
—¿Te gusta lo que ves? —le pregunto sonriendo.
—Bonito paisaje —contesta viéndome la polla.
—Apuesto a que al repartidor le gustó tu paisaje —le digopaseando la vista por todo su cuerpo.
Sus pezones se marcan en el suéter y tiene pocos botonesabrochados, sus pechos están por salir, la falda la tiene más arriba comominifalda de prostituta, lleva sus pantaletas en el tobillo y los muslosempapados.
—Es muy joven (18años) aunque debería darle una chupada depropina ¿no crees?
—No —contesto y ella se queda viendo sorprendida —esta es laúnica verga que vas a chupar —le dejo claro moviendo mi pene duro —quítate laropa —. Ella sonríe obediente, pone la pizza en el otro sillón, y se quita elsuéter y la falda —ven aquí.
Se pone enfrente de mi, sus pechos parecen haber crecido,hago que se de la vuelta, tiene un culo hermoso, le doy una nalgada, ella seinclina sacando el culo directo en mi cara; me llega un ligero aroma a perfume,creo que es tan puta que se puso una gota en el culo.
Se voltea y se pone de rodillas entre mis piernas. Toma miverga con una mano y de su boca derrama un hilo de saliva que baña mi pene,comienza a masturbarme, se come primero mis huevos, succionando; pasea sulengua por todo el tronco caliente de mi pene y con la punta juega en el ojo dela cabeza. Comienza a chupar, primero lento después más rápido, como si fuerasu comida favorita lo engulle completo.
Su cabello interrumpe mi visión. Acomodo todo su cabello enuna mano y jalo un poco tomando el control de la chupada, muevo su cabezaarriba y abajo cada vez más rápido, ella mueve su lengua cada que siente mimiembro entero; se la meto presionando su cabeza para que mi verga toque sugarganta, ella aguanta más de lo que han aguantado muchas amigas, se la saco yella da una gran bocanada de aire.
Dejo su cabeza quieta y empiezo a mover mis caderasfollandome su boca como si fuera su culo —que puta eres, que rico lo mamas —ledigo excitado, ella me ve a los ojos y guiña un ojo —puta —le digo levantandola—súbete.
Ella coloca sus piernas, una a cada lado de mi cadera y de unsolo sentón la penetro hasta el fondo. Ella comienza a moverse como loca,frotando su clítoris en mi vello recortado, solo se escucha un constante:"ah, ah, ah, ah..." mi boca se adueña de uno de sus pechos, mi manoviaja hasta su culo, apretando sus nalgas.
—Muerdelas... Muerdeme las tetas... —dice jadeando y yoobedezco, doy pequeños mordiscos a sus pezones y comienzo a darle nalgadas —másduro... Pegame más duro pendejo... —obedezco y le doy más duro a cada nalga—así... Ahh... Aaah... —comienza a moverse más rápido, le muerdo el cuello—aay... Dios... Ah, ah, ah... —ella me jala del cabello y mueve sus caderas auna velocidad tal que se sale dos o tres veces mi verga de su mojada vagina.
Tomó dos dedos y se los meto en la boca, ella los chuparmecomo si fuera otra polla, muevo las caderas para que mi miembro entre más enella. Ella se estremece y me muerde los dedos fuerte —maldita puta —le digosacando mis dedos de su boca —me las vas a pagar.
Agarro sus nalgas y las abro, empiezo a mover su culo dearriba para abajo rápidamente moviendo su culo abierto.
—Mmmm... Así... Más... MÁS... —ahora ella comienza a darsentones sobre mi verga, me jala del cabello para tener mejor apoyo, le doy másnalgadas.
—Aah... Te quiero de espaldas... —alcanzo a decir entre losaplausos de sus nalgas y los gemidos.
Ella se levanta ágil, como si no quisiera perder ni unsegundo de sexo, se pone de espaldas dándome el culo, apoyándose sobre la mesade centro.
Me pongo detrás de ella y no la hago esperar más, se la metoentera y comienzo a bombearle duro y rápido, se ve hermoso su culo, un perfectocorazón que se traga una y otra vez mi verga. Veo su ano suculento deseando unpoco de verga también.
Saco mi lengua y desde mi boca dejo caer unas gotas de salivadirecto en el culo, le doy una nalgada y dejo mi mano sobre su culo, con mipulgar empiezo a presionar su ano, sigo dándole duro —metelo... Metelo ya...—atiendo a su suplica y meto todo mi dedo en su ano —aaaah... Sí que rico...—le sigo dando en su vagina con mi dedo en el culo, le doy nalgadas, veo que seempiezan a poner algo rojas las nalgas —así... Más duro... Más... Duró...Así... Así... Ya casi... Sí, si, si... Ya casi... Más... Dame duro... Dame...Ya casi, ya casi, ya casiii... Ya a... —su cuerpo empieza a temblar, cae sobresus rodillas, mi verga sale de ella, escucho un pequeño chorro caer sobre elpiso. Me siento en el sillón con el pene temblando. Ella se levanta sonriendo yme besa —. Quiero más... ¿Vamos a mi habitación?
Yo aun no me había venido (bendita juventud), entre máslubricacion más se aguanta, por eso es importante humedecer a su dama, comotodo un caballero —. Vamos —digo sonriendo y empezamos a caminar. Cuando pasamospor las fotos me detengo —¿te puedo coger con eso? —pregunto señalando su fotocon el atuendo de baile.
Jaqueline sonríe como una niña a la que le dan permiso decomer dulces antes de la cena, me toma de la mano y me lleva corriendo a suhabitación ahogando un grito de emoción. La habitación es muy de niña, conmucho rosa y tonos pastel, hay dos libreros, uno con libros de la carrera yotro con obras variadas, en los entrepaños de arriba hay varias cosas, regalosde antiguos romeos pienso. Tiene en la puerta un espejo alto que refleja lapiecera de la cama.
Jaque va directo a su closet y saca un gancho cubierto conuna funda para vestidos —esperame aquí... Ponte cómodo.
—Te quiero con tanga cariño, no se te olvide —la detengo enla puerta. Ella va hacia un cajón de la cómoda y después de unos segundos tomaalgo ocultandolo en su puño, toma también unas zapatillas. Me da un beso y salea la puerta de enfrente (el baño), cierra y me quedo solo.
La cama es cómoda. En general el cuarto está ordenado, todotiene un lugar. En mi escudriñamiento observo que tiene dos cepillos, unoacomodado pulcramente en el tocador y el otro yace en la cama, parece nuevo.
La puerta del baño se abre y veo caminar a Jaqueline en untraje sexy y muy poco pudoroso.
—¿Te gusta? —pregunta retóricamente mientras da una vueltalento, contoneandose.
El cambio de su cuerpo es notable, la falda que en la foto lellegaba apenas sobre la rodilla ahora cubre apenas su sexo; sus pechosexplotaron dentro del enredo de listones (como los de un corset), ni siquierapueden cerrarse los nudos dejando un escote hasta el abdomen; sus piernas sealzan desde los tacones exaltando sus músculos, con esas piernas bien podríacoger de pié o en 4 toda la noche.
—Me encanta —le contesto alargando las manos para tocar suspiernas —dejame verte el culo cariño —le digo dándole la vuelta. Ella se agachasolo un poco para enseñarme, se ve el delgado hilo de la tanga entre susnalgas, una franja de encaje envuelve su cadera con un moño pequeño en la basede la columna. Le doy una nalgada —cierra la puerta cariño, te quiero coger.
—Pero no hay nadie para que...
—Cierra la puerta, hazme caso cariño.
Ella obedece y al cerrar la puerta ve su reflejo, se quedaviendo su cuerpo sin poder creerlo. Una fantasía cumplida.
Continuara...
Parte 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3062424/El-Secreto-de-Jaqueline-Parte-3.html
Ella ve desorientada por las ventanas como si se acabara de despertar,se limpia las comisuras con el dorso de la mano —. Sí... Aquí a la derecha, enel portón blanco —dice por fin jadeando.
Se empieza a acomodar la ropa, devuelvo mi pene aun durodentro de los pantalones. Llegamos a la casa. Bajamos del taxi y preguntocuanto es, el taxista me cobra barato gracias al espectáculo. Nos quedamos depié frente a la puerta de entrada mientras Jaque busca sus llaves en la bolsa,el taxi aún no arranca, volteo a ver, el taxista esta concentrado viendo laspiernas de Jaque, me da la impresión de que ella sabe que el taxista laobserva, tomo la orilla de su falda con cuidado y se la levanto de un tirónpara que el taxista vea ese hermoso culo; Jaque baja su falda después de mediosegundo con las llaves en la mano. Me ve con una sonrisa traviesa, mete lallave en la cerradura, el taxi arranca por fin, ese viejo se hará una gran pajapensando en Jaqueline.
Entramos por fin a su casa, se escucha una ligera caída deagua —rayos —dice Jaque y se va corriendo hacia la parte de atrás de la casa.
Me quedo esperando en la sala viendo la casa, hay algunasfotos de la familia en la pared, una con sus padres, su mamá no está nada mal,me pregunto si será igual de puta que su hija, quizá sea más puta. Hay una fotodonde esta Wendy, hay fotos de Jaqueline con el vestuario de salsa, una faldacorta hecha de tiras de tela con brillantes, la parte de adelante es tiene dospartes unidas con un enredo de listones (no se bien como describirlo). Me paseoun poco por la sala, el sillón se ve cómodo, la cocina está separada por unabarra. Es una casa agradable, hay un pasillo (por donde se fue Jaque corriendo)y hay tres habitaciones.
Regresó a la sala a ver las fotos.
—Disculpa —dice Jaque al llegar a la sala —tengo un problemacon una llave, no cierra bien y derrama agua cuando se llena el tinaco.
—No te preocupes —le digo sonriendo, veo sus piernas, ya notiene las medias y tampoco los tacones, sus pies son lindos y aunque no soyfetichista, se me antoja lamerlos.
—Hay una pizzeria cerca ¿te gustaría pedir una pizza... paramás al rato?
—Claro —contesto y ella va a la cocina donde esta elteléfono.
La sigo de cerca, ella toma el teléfono y digita el número dememoria, yo me quedo a su espalda, muy cerca; puedo escuchar los tonos de lallamada, la abrazo por la espalda, se escucha que contestan en la otra línea,le beso el cuello y mi mano va directo a sus nalgas, ella se aleja y voltea conuna sonrisa pícara tapando la bocina del teléfono.
—Quédate quieto, voy a pedir la pizza... —dice en susurros yse da la vuelta —si... Bueno... —me acerco a su espalda, rápidamente cuelo mimano bajo la falda resbalando bajo su ropa interior directo a su humedad—qui... Quisiera ordenar... —ella intenta apartarse, con mi otra mano laretengo en un abrazo, con una garra sobre su pecho —si... —le meto dos dedos ypego mi erección a ella —no... Si... De pe... Ah peperoni —saco mis dedoschorreando y veloz mente me pongo en cuclillas y desaparezco su transparentecalzón del culo; me acomodo entre sus piernas y comienzo a lamer su coño comotodo un caballero, porque es de mala educación cogerse un coño sin comérselo primero—. Ah... Si... Ca... Calle... Ah... Calle... Ya... Ya tienen mi dirección... —ami lengua, que saborea paseándose por su clítoris, se le unen dos dedos quepenetran su vagina lubricada —si-gracias —dice lo más rápido que puede, cuelgael teléfono y sus gemidos se convierten en pequeños grititos de placer.
Pone su mano sobre mi cabeza empujandome más hacia su sexo,yo sigo lamiendo y succionando, su vello me hace cosquillas, tengo la barbillallena de sus fluidos; ella presiona más mi cabeza, me empieza a faltar aire,con un estremecimiento ella me jala del cabello para levantarme.
—Estas loco —dice con los ojos encendidos en lujuria yputería antes de besarme y lamerme sus fluidos de mi barbilla.
Yo respondo al beso y mi mano regresa a masturbarla mientrasla llevo en dirección a la barra que separa la cocina de la sala; lleva su ropainterior enredada en un tobillo.
—Súbete —le ordenó, ella se sienta en la orilla de la barra—en lo que llega la pizza, yo comeré una botana —le digo abriéndole las piernasformando una "M" con su vagina chorreante en el centro —quítate elbrazier, pero dejate el suéter que hace frío.
—Que caballero —comenta mientras beso su abdomen hasta llegara su vagina.
Empiezo a pasar mi lengua por su coño mientras la veo directamentea los ojos, su amplia sonrisa se transforma en la mueca de una puta cachonda.Ella se quita el brazier como le dije y veo sus pezones erectos, comienza amasajear sus tetas al ritmo del oral. Cierro mis ojos disfrutando el sabor desu lujurioso sexo, con mis dedos abro su vagina y meto mi lengua lo más quepueda, acelero el ritmo, succiono sus labios vaginales, ella gime de placermientras pellizca sus pezones muevo mi lengua como una Serpiente danzando sobrela humedad de su coño, le meto dos dedos.
—Aaay... Ahh... Que rico... —muevo rápido mis dedos. Alejo unmomento mi cara y le escupo directo en su vagina —aaaahh —grita mientrasaprieta ferozmente sus tetas. Sacó mis dedos y doy pequeños golpecitos con mipalma sobre su clítoris, ella gime como loca. Vuelvo a penetrarla con misdedos, deslizo mi lengua por el interior de su muslo, ella levanta una pierna,yo sigo pasando la lengua hasta llegar a su pié, me meto su dedo gordo en miboca —mmm... Aah —paso mi lengua por la planta del pié, ella sonríe agradecida.Mi boca regresa a su clítoris, muevo las manos frenéticamente —aaay... Dios...Sí... Así... Más... Más... Más, más, más... Aaah.
Siento que las paredes de su coño se empiezan a hinchar, sacómis dedos, Jaqueline tiembla y mueve sus caderas, cierra las piernas y cuandolas abre, unas gotas salen disparadas de su vagina mojandome la pernera delpantalón.
—Vaya... Ese es un hermoso truco —le digo fascinado, ellajunta las rodillas algo avergonzada —me encanta —le digo con una sonrisa.
Le abro las piernas y la beso mientras mis dedos regresan asu vagina. Después del beso escojo su seno más grande (siempre hay uno másgrande) y empiezo a chuparlo mientras la masturbo. Ella echa la cabeza haciaatrás, sus pechos saben exquisitos con un ligero toque de perfume.
Suena el timbre. Ella no se da cuenta, sigo en mi tarea yvuelve a sonar el timbre. Me detengo. Ella voltea a la puerta. Suena portercera vez.
—La pizza —dice volviendo en sí —¡van! —grita para que novuelva a sonar el timbre, se separa de mi, se arregla rápido el suéter mientrasva hacia la puerta.
Camino a la sala, me desnudo despacio y me siento en elsillón a esperarla. Ella paga y cierra la puerta, se da la vuelta y me ve ahísentado, con mi dura verga entre las manos viéndole las piernas.
—¿Te gusta lo que ves? —le pregunto sonriendo.
—Bonito paisaje —contesta viéndome la polla.
—Apuesto a que al repartidor le gustó tu paisaje —le digopaseando la vista por todo su cuerpo.
Sus pezones se marcan en el suéter y tiene pocos botonesabrochados, sus pechos están por salir, la falda la tiene más arriba comominifalda de prostituta, lleva sus pantaletas en el tobillo y los muslosempapados.
—Es muy joven (18años) aunque debería darle una chupada depropina ¿no crees?
—No —contesto y ella se queda viendo sorprendida —esta es laúnica verga que vas a chupar —le dejo claro moviendo mi pene duro —quítate laropa —. Ella sonríe obediente, pone la pizza en el otro sillón, y se quita elsuéter y la falda —ven aquí.
Se pone enfrente de mi, sus pechos parecen haber crecido,hago que se de la vuelta, tiene un culo hermoso, le doy una nalgada, ella seinclina sacando el culo directo en mi cara; me llega un ligero aroma a perfume,creo que es tan puta que se puso una gota en el culo.
Se voltea y se pone de rodillas entre mis piernas. Toma miverga con una mano y de su boca derrama un hilo de saliva que baña mi pene,comienza a masturbarme, se come primero mis huevos, succionando; pasea sulengua por todo el tronco caliente de mi pene y con la punta juega en el ojo dela cabeza. Comienza a chupar, primero lento después más rápido, como si fuerasu comida favorita lo engulle completo.
Su cabello interrumpe mi visión. Acomodo todo su cabello enuna mano y jalo un poco tomando el control de la chupada, muevo su cabezaarriba y abajo cada vez más rápido, ella mueve su lengua cada que siente mimiembro entero; se la meto presionando su cabeza para que mi verga toque sugarganta, ella aguanta más de lo que han aguantado muchas amigas, se la saco yella da una gran bocanada de aire.
Dejo su cabeza quieta y empiezo a mover mis caderasfollandome su boca como si fuera su culo —que puta eres, que rico lo mamas —ledigo excitado, ella me ve a los ojos y guiña un ojo —puta —le digo levantandola—súbete.
Ella coloca sus piernas, una a cada lado de mi cadera y de unsolo sentón la penetro hasta el fondo. Ella comienza a moverse como loca,frotando su clítoris en mi vello recortado, solo se escucha un constante:"ah, ah, ah, ah..." mi boca se adueña de uno de sus pechos, mi manoviaja hasta su culo, apretando sus nalgas.
—Muerdelas... Muerdeme las tetas... —dice jadeando y yoobedezco, doy pequeños mordiscos a sus pezones y comienzo a darle nalgadas —másduro... Pegame más duro pendejo... —obedezco y le doy más duro a cada nalga—así... Ahh... Aaah... —comienza a moverse más rápido, le muerdo el cuello—aay... Dios... Ah, ah, ah... —ella me jala del cabello y mueve sus caderas auna velocidad tal que se sale dos o tres veces mi verga de su mojada vagina.
Tomó dos dedos y se los meto en la boca, ella los chuparmecomo si fuera otra polla, muevo las caderas para que mi miembro entre más enella. Ella se estremece y me muerde los dedos fuerte —maldita puta —le digosacando mis dedos de su boca —me las vas a pagar.
Agarro sus nalgas y las abro, empiezo a mover su culo dearriba para abajo rápidamente moviendo su culo abierto.
—Mmmm... Así... Más... MÁS... —ahora ella comienza a darsentones sobre mi verga, me jala del cabello para tener mejor apoyo, le doy másnalgadas.
—Aah... Te quiero de espaldas... —alcanzo a decir entre losaplausos de sus nalgas y los gemidos.
Ella se levanta ágil, como si no quisiera perder ni unsegundo de sexo, se pone de espaldas dándome el culo, apoyándose sobre la mesade centro.
Me pongo detrás de ella y no la hago esperar más, se la metoentera y comienzo a bombearle duro y rápido, se ve hermoso su culo, un perfectocorazón que se traga una y otra vez mi verga. Veo su ano suculento deseando unpoco de verga también.
Saco mi lengua y desde mi boca dejo caer unas gotas de salivadirecto en el culo, le doy una nalgada y dejo mi mano sobre su culo, con mipulgar empiezo a presionar su ano, sigo dándole duro —metelo... Metelo ya...—atiendo a su suplica y meto todo mi dedo en su ano —aaaah... Sí que rico...—le sigo dando en su vagina con mi dedo en el culo, le doy nalgadas, veo que seempiezan a poner algo rojas las nalgas —así... Más duro... Más... Duró...Así... Así... Ya casi... Sí, si, si... Ya casi... Más... Dame duro... Dame...Ya casi, ya casi, ya casiii... Ya a... —su cuerpo empieza a temblar, cae sobresus rodillas, mi verga sale de ella, escucho un pequeño chorro caer sobre elpiso. Me siento en el sillón con el pene temblando. Ella se levanta sonriendo yme besa —. Quiero más... ¿Vamos a mi habitación?
Yo aun no me había venido (bendita juventud), entre máslubricacion más se aguanta, por eso es importante humedecer a su dama, comotodo un caballero —. Vamos —digo sonriendo y empezamos a caminar. Cuando pasamospor las fotos me detengo —¿te puedo coger con eso? —pregunto señalando su fotocon el atuendo de baile.
Jaqueline sonríe como una niña a la que le dan permiso decomer dulces antes de la cena, me toma de la mano y me lleva corriendo a suhabitación ahogando un grito de emoción. La habitación es muy de niña, conmucho rosa y tonos pastel, hay dos libreros, uno con libros de la carrera yotro con obras variadas, en los entrepaños de arriba hay varias cosas, regalosde antiguos romeos pienso. Tiene en la puerta un espejo alto que refleja lapiecera de la cama.
Jaque va directo a su closet y saca un gancho cubierto conuna funda para vestidos —esperame aquí... Ponte cómodo.
—Te quiero con tanga cariño, no se te olvide —la detengo enla puerta. Ella va hacia un cajón de la cómoda y después de unos segundos tomaalgo ocultandolo en su puño, toma también unas zapatillas. Me da un beso y salea la puerta de enfrente (el baño), cierra y me quedo solo.
La cama es cómoda. En general el cuarto está ordenado, todotiene un lugar. En mi escudriñamiento observo que tiene dos cepillos, unoacomodado pulcramente en el tocador y el otro yace en la cama, parece nuevo.
La puerta del baño se abre y veo caminar a Jaqueline en untraje sexy y muy poco pudoroso.
—¿Te gusta? —pregunta retóricamente mientras da una vueltalento, contoneandose.
El cambio de su cuerpo es notable, la falda que en la foto lellegaba apenas sobre la rodilla ahora cubre apenas su sexo; sus pechosexplotaron dentro del enredo de listones (como los de un corset), ni siquierapueden cerrarse los nudos dejando un escote hasta el abdomen; sus piernas sealzan desde los tacones exaltando sus músculos, con esas piernas bien podríacoger de pié o en 4 toda la noche.
—Me encanta —le contesto alargando las manos para tocar suspiernas —dejame verte el culo cariño —le digo dándole la vuelta. Ella se agachasolo un poco para enseñarme, se ve el delgado hilo de la tanga entre susnalgas, una franja de encaje envuelve su cadera con un moño pequeño en la basede la columna. Le doy una nalgada —cierra la puerta cariño, te quiero coger.
—Pero no hay nadie para que...
—Cierra la puerta, hazme caso cariño.
Ella obedece y al cerrar la puerta ve su reflejo, se quedaviendo su cuerpo sin poder creerlo. Una fantasía cumplida.
Continuara...
Parte 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3062424/El-Secreto-de-Jaqueline-Parte-3.html
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