¡ Hola!, vuelvo para contarles otra historia, como casi todos los días a partir de aquella primera vez, cuando volvía del colegio o a cualquier hora pasaba por la puerta de la casa de Tita, para ver si la veía y podía hacer algo, elle sabía mis horarios y si tenía oportunidad me lo hacía saber, ese día se asomó y me dijo, como saludando, mañana a las 3 vení, contento y bien caliente esa noche me dormí esperando el momento. Al otro día al llegar la hora estaba en su casa: ¡hola nene ! me dió un beso y me dijo, hoy te voy a enseñar a hacer algo, que a mí no me gusta mucho, pero vos tenés que saber hacer, pero lo vamos a hacer como un juego, vení, saco un pañuelo de seda, que tenía su perfume y me vendó los ojos, diciendome, ahora me voy a preparar y cuando te llame entrá que yo te voy a guiar, así fué, a los pocos segundos escuché pasa bebé, lo hice y escuche su voz diciendo, caminá derecho hasta la cama y subí, cuando estaba a punto de subir, sus manos me pararon y pusieron en posición, sin hablar me tomó por la nuca y me inclinó sobre su sexo y escuché su voz, como lejana diciendome, aprendé a chupar la concha, me forzó un poco más para abajo y mis labios hicieron contacto con sus labios vaginales, con la punta de la lengua empecé timidamente a recorrerlos, humedecerlos y se comenzaron a abrir como una flor, apareciendo un clitoris hinchado y palpitante, más grande de lo que yo creí ver en las otras ocaciones, no obstante ,sin pensarlo demasiado comencé a chuparlo y morderlo suavemente escuchando a lo lejos los jadeos de gusto, hasta sentir en mi boca la descarga de pasión y humedades que por primera vez tenía en mi boca, tras lo cual después de un rápido movimiento me encontré de espaldas en la cama, mientras sentía mi pija parada y caliente siendo devorada por una boca hambrienta y goloza, que corría entre la cabeza y los huevos mordisqueando y degustando el duro tronco juvenil, hasta hacerlo estallar en una eyaculación copiosa, espesa y muy abundante que ahogaba la garganta que no daba abasto para tragar tanta leche, terminé de vaciar mi semen y no dudé en sacarme la venda de los ojos para ver como Tita terminaba de tragar mi leche, mi sorpresa fue ver dos tetas enormes , que no eran precisamente las de Tita, y al levantar la vista no pude tener una sorpresa mayor, la que se unió a una exitación imposible de describir, juro qué jamás pense ver a mi abuela chorreando mi leche por sus comisuras, con cara de mujer satisfecha, que les puedo asegurar es más sensual que la cara de abuela. Otro día les cuento más.
2 comentarios - La amiga de mi abuela 3.