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Fue


link: https://youtu.be/-E7uz6v_qvw


Finalmente sucedió.
Finalmente tuve tus tetas entre mis manos. Tu sexo húmedo entre mis piernas. Tu boca ansiosa recibiendo mi lengua. Tus palabras fuertes susurándose en mi oído. Tus uñas clavadas en mis nalgas. Como todo príncipe valiente que cruza el fuego he recibido mi recompensa de flujos y orgasmos que merecía. 
Todo pasó hace unos diez días. 
Vos sabías que me tenías en tus manos. Entre tus hermosas manos que adoran agarrar mi pija. Y yo andaba ciego de calentura detrás de tus efluvios de hembra en celo. La diferencia es que yo nunca supe manejar mi calentura, y vos, como toda Mujer que se precie de serlo, si. Nuestras charlas de café en la cocina de la oficina siempre variaban. Un día películas, otro plantas, otro ropa, otro el galán de la tele. Pero el verdadero tema siempre era el mismo. Las ganas de meterla en la boca. Las ganas que te veía de que te arranque las ropas ahí mismo y te coja hasta arrancarte ese orgasmo deseado. 
Es extraño explicar con palabras tanta tensión en tu respiración. Tanta calentura en el aire que nos derretía diariamente mientras desde afuera solo se escuchaba una simple charla banal entre dos colegas de oficina. 
Yo no soy Brad Pitt, vos no sos ninguna Afrodita. Ambos siempre nos reímos de los cultores del cuerpo y el buen vestir. Mas bien somos desprolijos, pasados de peso, dejados a los placeres del paladar. Si hasta Ale nos había puesto un nombre "Los Desaliñados" nos llamaba cuando nos veía en esos ratos de merienda.
Ambos con parejas, ambos con hijos, ambos con un montón de obligaciones que no queremos en nuestras vidas.
Hace unos diez días, con mi leche todavía en las comisuras de tus labios me confesaste que tu más íntimo deseo era comer y cojer todo el día. En eso también coincidimos. Nos reímos y yo te pedí que me chuparas el culo, que siempre había tenido curiosidad de cómo era. 
Me puse en cuatro, con la verga todavía dura a pesar de la acabada y vos me fuiste acariciando las nalgas con las manos. Me acercabas el aliento de tus labios a la piel y yo que me volvía loco de calentura. Me agarraste la poronga con una mano y empezaste a pajear despacito. Como para tenerme aún mas a tu disposición. Y en ese momento entendí muchas cosas. Me vi en el espejo de la pared en cuatro, con vos arrodillada detrás, la cabeza metida entre mis nalgas y una mano frotándote el sexo que volvía a sentir el ansia de mi verga y fui feliz. Me sentí tu puta. Tu objeto de placer y me dejé llevar por el morbo de estar a tu disposición. 
Tu lengua apenas rozó los pliegues rugosos de mi ano y ya salte de la sensación. Quería tu lengua muy adentro mío. Tan adentro que pudiese tragarte con el orto y senti la humedad mezcla de mi gusca y tu saliva que iba dejando el rastro de tu lengua buscando mi tesoro.
Tu lengua endiablada se fue metiendo, haciéndose lugar en el esfiinter que iba cediendo a tan hermosa presión de a poco. Abriéndose para recibir el placer. A veces la secabas y me lamías también todo lo que hay desde el ojete a los huevos, esa zona de nadie llena de gozo por explorar.
Tuve el extraño pensamiento de que me gustaría que tuvieras pija. Que me cojieras.
- Meteme un dedo.- te pedí sin poder dejar de vernos en el espejo. Ví como ensalivaste bien el índice de la mano derecha metiéndotelo en la boca y después lo pasaste por el orto. Mientras con la otra mano seguías pajeándote. Esto también a vos te estaba calentando mucho.
Costaba entrar al dedo, así que me escupiste el ojete. Sentí la viscosidad de tu saliva en mi orto. Era un placer morboso y nuevo. Hasta que finalmente entró y vi las estrellas. Gemí ruidosamente tirando la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y el resto fue todo placer irracional.

Tomando dos cervezas y un tostado que pedimos a la recepción nos miramos desnudos sentados en la cama. Mi panza me dificulta sentarme correctamente con las piernas cruzadas. Te reís de mis tetas. Decís que muchas mujeres envidiarían mi delantera. Nuestros cuerpos imperfecto según las normas de la corrección política descansan de la batalla pasada para arrancar la siguiente. Veo tus muslos enormes. Tu entrepierna sin depilar, tu sonrisa franca, tus ojos negros , el tatuaje de una especie de araña que adorna tu hombro derecho. Vos a la vez dejás caer sobre tu panza dos enormidades carnosas coronadas por los pezones más grandes y hermosos que vi en mi vida. Rosados y enormes.
-Una gloria para chupar sin parar. - Te lo digo y me las ofreces. Te tirás un poco de cerveza sobre la teta derecha y me decís que te la chupe. No puedo negarme. Te recostas boca arriba y me dejás hacer. Vuelvo a sentir la piel de tu pezón entre mis labios. Como se va poniendo duro al pasar de mi lengua. El sabor de la cerveza sobre tu teta. Volves a derramar líquido, ésta vez sobre mi boca y tu teta. Me atraés hasta tu cara y me lamés el cachete como perrita limpiando a su amo. Después me dejás seguir haciendo entre tus mamas.
Me zambullo envuelto por tu carne ansiosa. Gemis en cada chupada, en cada roce. Querés que te las agarre con fuerza y chupe los pezones. Lo hago. Me cuesta agarrarlas juntas. Son muy grandes.
Interrumpo un segundo para avisarte que ya no tenemos forros.
- No importa, fijate qué se te ocurre.- me contestas moviendo las caderas en círculos. Estás ardiendo nuevamente.
Entonces me dejo fluir a ver qué se me ocurre.
Se me ocurre pasarte la cabeza de la verga por los pezones, meterla entre las tetas y que me hagas eso que algunos llaman con alguna nacionalidad lejana. Mientras te siento tocarte. Calentarte, entregarte a nuestro placer. Después se me ocurre darme vuelta sobre vos y plantearte un 69. Me aceptás la propuesta, pero de costado preferís. Te doy la razón y así nos ponemos los dos sobre las costillas y nos ofrecemos los sexos que están así tan cerca de nuestras bocas.
Tu concha muy húmeda vuelve a recibir mi lengua y siento la verga albergada por tu boca. Me volvés a pasar el dedo por el orto, pero te digo que no porque me quedó un poco dolorido de hace un rato. Y así con la energía sexual andando en círculos entre nuestros cuerpos, de mi boca a tu clítoris, de tu lengua a mi poronga, electrificándonos enteros vuelvo a caer en ese sueño irracional que solo puede terminar con nuestras bocas llenas de flujos.

- No me gusta tragar la leche.- me contás escupiendo todo el producto de mi placer sobre la sábana que a esa altura es un mapa de nuestros fluídos. Me propones recorrerla y recordar. Vemos en los pies la mancha de tus flujos de tu primer orgasmo mientras te la chupaba y todavía no habíamos llegado a desnudarnos de tan calientes que estábamos. Mas arriba un manchón de guasca que dejaste cuando refregaste tus tetas que la habían recibido hacía segundos. En el medio un manchón de transpiración corpartida de la cojida más larga de la tarde, vos boca arriba, yo encima tuyo, muy tradicional todo. Creo que eso fue lo mejor. Vos con las piernas muy abiertas, los pies levantados unas veinte centímetros del colchón, abriendo tu cajeta todo lo posible para darme lugar. Yo bombeándote suave y en círculos al principio. Con los brazos extendidos a los costados de tu cabeza. Vos pellizcándome los pezones y nuestras miradas fijas uno en el otro. Tu cara caliente. La piel enrojeciéndose por la calentura, tu pelo despeinado. Después te pedí que te chuparas las tetas. Te pareció raro al principio, pero lo hiciste y de poco te fué gustando. Y a mi me enloquecía verte, así que te empecé a cojer mucho más rápido hasta que todo fué un frenesí enloquecido. Ahí fue´cuando me agarraste del culo, clavándome las uñas en las nalgas y te dí todo lo que tenías hasta que acabamos juntos besádonos y nuestros cuerpos entrelazados y sudorosos.

- Es raro acabar juntos la primera vez- te digo acostado a tu lado. Vos boca arriba, yo boca abajo.
- Si, es raro, yo con mi marido casi siempre, es que tenemos el tiempo muy programado. Es como que ya sabemos como funciona cada uno.-
- Yo lo mismo. Igual ella está acabando primero siempre en los últimos tiempos. Es como que se la pongo y al toque acaba.-
- Esa poronga es mágica.- me dice riéndose.

Hace unos diez dias merendábamos en la puequeña cocina de nuestro lugar de trabajo. Vos te habías puesto una camisa blanca con finas líneas negras verticales. Fina y un poco transparente dejaba entrever un corpiño rosado furioso. Estratégicamente habías desbrochado el botón exacto para que tuviera la mejor visión de tu escote. Tus labios pintados de rojo se movían. Decías algo de lo que pasaba en la tele pero yo ya no escuchaba. Te diste cuenta que mi mirada solo tenía ojos para tus tetas y algo me dijiste. No recuerdo bien, pero creo que fue como que si no habías exagerado con el escote. Yo te respondí que la belleza está para lucirse. Después me dijiste que te gustó la respuesta. Yo dije algo del corpiño rosa fluo, que quizás sea demasiado visible y vos me dijiste que podía verlo cuando quiera.
Fue un momento de tensión máxima, porque no podía agarrarte entre mis brazos ahí mismo. No podía tirarme encima tuyo y arrancarte la camisa y liberarte las tetas de su encierro fluo.
- Hoy que haces?- te pregunté con el aliento entrecortado.
- Cojerte- me respondiste y saliste trinfante por el pasillo que lleva a tu sección.
Te vi alejarte y se me paró la verga.

9 comentarios - Fue

Pervberto
Calentura implacable de origen real. ¡Que nunca nos falten "imperfecciones" que nos lleven al delirio!
paspadohastalos
Gracias amigo, siempre haciendo el aguante.
And9 medio perdudo, pero escribiendo mas de lo real. Lo imperfecto tambien tiene sus cosas.
Lomorocha +2
Insisto... La mayor calentura la genera la cabeza, el deseo, esas ganas de coger al otro que poco tienen que ver con el lindo corte de pelo o los brazos tonificados.
paspadohastalos
la calentura siempre empieza por la cabeza. despues todo viene solo. gracias como siempre por los piropos.
horrotika +1
una hermosura, muy bien contado, felicitaciones!!!
paspadohastalos
muchas gracias!
morochadel84 +1
Maravilla de texto. Por donde se lo vea.
El manejo de los tiempos de la acción, la intensidad de la calentura, lo exacto de los diálogos... El nivel de "chanchada"... Hermoso, sublime como se transmite la confianza y la excitación que comparte esta pareja que por fin se estrena, clandestina, pero tan libre... Tan lejos de los estereotipos y tan invadidos y rebalsados de placer.
Como si la vida se tratara de animarnos a ser felices.
paspadohastalos
Muchisimas gracias! Me da un poco de verguenza tanto piropo. Me alegra que te haya gustado, con poder lograr algo asi en quien lo lee ya soy feliz con lo escrito. Y si, lo mejor de la vida es cuando nos animamos a ser felices y a disfrutar del sexo.
morochadel84 +1
De veras que fue una gran experiencia ayer descucbrir esto, y luego la gran orgía literaria. Un placer profundo. Y este texto se queda en el corazón!
paspadohastalos
Placer y Corazon. Dos hermosas palabras. Gracias!
InvisibleT +1
Sos grosso paspado, sabelo!
paspadohastalos
Muchas gracias! Viendolo escrito, pienso que deberia cambiarme el nick no?
InvisibleT
el mio nace de un error(tres nocturno es un tema de Pescado no de Invisible)
paspadohastalos
Gran tema y el momento de Spinetta que mas me gusta (Invisible)
real-visceral +1
Como me habia perdido esto, creo que me vengo perdiendo varios relatos tuyos, suscribo a todo lo que dicen arriba, sos un genio, que vivan esas "imperfecciones", la verdad que sigue valiendo la pena entrar a poringa, por posts como los tuyos entre otros , gracias!
paspadohastalos +1
Gracias totales! Me gusta escribir de sexo mas "real" ultimamente. Por lo visto gusta y me pone contento.
Lady_GodivaII +1
me encantó! siempre tan natural, tan real, Ud. sabe
paspadohastalos +1
Muchas gracias Lady. Ando en una etapa de neo-realismo... Jajajajaaj
grancucon
¡¡¡¡ Fantastica ...Hermosa hembra....Gran relato amigo....Un lujete...Gracias por compartirlo...!!!!
Fermibb
me gustó la sencillez. Impecable trabajo