Ayer fue un día como cualquier otro, la busque a su trabajo, nos tomamos un café antes de regresar y ya en casa, luego de mil cosas por hacer nos recostamos para descansar... Me comenta que el día estuvo muy fuerte, con muchos donantes de sangre y sus respectivos exámenes y que al final de la tarde fue su motorizado con otro muchacho, le dijo que ya no trabajaría en el banco de sangre y que el susodicho sería su reemplazo.
Luego de una breve despedida le estampó un breve beso en la boca y le susurró al oído que su reemplazo ya sabía de "todo" lo que pasaba allí, que lo tratara bien porque "no quería reclamos luego", entre sonrisas y abrazos se marchó y dejo al relevo, un muchacho de menos de 30 años, delgado y fibroso y cuyo mayor atributo es su color de piel, "es negro como la noche" de piel brillante y prematuramente calvo, me comenta mi esposa.
Su presentación era impecable, relativamente bien vestido y perfumado, parecía que iba a una fiesta y no a un primer día de trabajo.
Para romper un poco el hielo piropeó a mi esposa diciéndole que se veía muy bien con su kimono de enfermera y que no tenía prisa para quitarselo... Como es habitual ya al final del día no hay más personal que ella y sin postergar lo inevitable le dijo: "solo espero que te hayas bañado" el chico sonrió y entendiendo el lenguaje corporal procedió a manosearla y besuquearla por el cuello, estrujandole el culo con sus enormes manos. Estaba en su consultorio, era tu terreno y eran sus reglas, mi esposa se detuvo de golpe y le dijo: "como solo estamos conociéndonos, hoy solo te toca examen a ti" y lo recostó en el sillón de donantes para abrirle el cierre del pantalón y encontrarse con su enorme miembro semi erecto, el cual procedió a chupar con sed de sus fluidos y con la curiosidad de tomar su semen, que según me dice era su primera corrida de leche de negro prieto. No la defraudó, el chorro de leche fue bárbaro, mi esposa estaba extasiada con aquel semental que se había cenado...
Acto seguido lo limpió y se limpió, el reguero era grande, proporcional al tamaño de su verga y le pidió que pasara la guardia siguiente para terminar el exámen y enviar algunas cosas al laboratorio.
Fin de la historia.
Luego de una breve despedida le estampó un breve beso en la boca y le susurró al oído que su reemplazo ya sabía de "todo" lo que pasaba allí, que lo tratara bien porque "no quería reclamos luego", entre sonrisas y abrazos se marchó y dejo al relevo, un muchacho de menos de 30 años, delgado y fibroso y cuyo mayor atributo es su color de piel, "es negro como la noche" de piel brillante y prematuramente calvo, me comenta mi esposa.
Su presentación era impecable, relativamente bien vestido y perfumado, parecía que iba a una fiesta y no a un primer día de trabajo.
Para romper un poco el hielo piropeó a mi esposa diciéndole que se veía muy bien con su kimono de enfermera y que no tenía prisa para quitarselo... Como es habitual ya al final del día no hay más personal que ella y sin postergar lo inevitable le dijo: "solo espero que te hayas bañado" el chico sonrió y entendiendo el lenguaje corporal procedió a manosearla y besuquearla por el cuello, estrujandole el culo con sus enormes manos. Estaba en su consultorio, era tu terreno y eran sus reglas, mi esposa se detuvo de golpe y le dijo: "como solo estamos conociéndonos, hoy solo te toca examen a ti" y lo recostó en el sillón de donantes para abrirle el cierre del pantalón y encontrarse con su enorme miembro semi erecto, el cual procedió a chupar con sed de sus fluidos y con la curiosidad de tomar su semen, que según me dice era su primera corrida de leche de negro prieto. No la defraudó, el chorro de leche fue bárbaro, mi esposa estaba extasiada con aquel semental que se había cenado...
Acto seguido lo limpió y se limpió, el reguero era grande, proporcional al tamaño de su verga y le pidió que pasara la guardia siguiente para terminar el exámen y enviar algunas cosas al laboratorio.
Fin de la historia.
1 comentarios - Su primer chocolate oscuro