Hace unas semanas, vino a la agencia donde trabajo un modelo colombiano. 1.90, negro negro, lomazo, ojos claros... estábamos todas con la tanga caída por el chabón, que rondaba los 30 años. Una de mis compañeras salió con él un par de veces, obviamente terminaron garchando, y por supuesto la pregunta del millón fue "que tan grande la tiene".
Ya nos imaginamos la respuesta cuando la vimos entrar caminando despacio y sentarse media de costado. "Me quiso hacer el culo, pero no entró... probó pero no entraba!" nos decía luego de mostrar con las manos el largo (unos 22 / 23 cm) y lo que más nos impactó fue el ancho, bien gorda que casi no podía rodearla con las dos manos.
James (como el jugador) se quedó en Buenos Aires unos días, y yo no quería perder la oportunidad de "conocerlo" un poco más. El chabón le tiró líneas a todas en el estudio, había salido con algunas, pero conmigo aún no había pasado nada. En esa semana nos pusimos en contacto, nos vimos un par de días en el almuerzo del trabajo pero quedó todo ahí, aunque quedamos en salir el fin de semana.
Paralelamente, yo venía hablando con mi amiga Agustina , porque ella quería venir a visitarme. Cuando le conté del negro no dudó en venir ese mismo fin de semana. Cuando empezamos a idear qué hacer, nos encantó la idea de compartirlo. Me calentó la idea de volver a garchar con Agus.
El sábado salí con James por Palermo y luego de algunos tragos se sentó al lado mío y arrinconándome contra la pared nos matamos a besos. Yo desesperada buscaba con mi mano su bulto. Ahí estaba, dormida descansando sobre una de sus piernas la terrible poronga que tenía todas las intenciones de cabalgar.
Cuando la situación no daba para más, lo invité a que sigamos en mi departamento. Allí, Agustina estaba esperándonos. Cuando entramos Agus "casualmente" salía del baño envuelta en un toallón.
La primera impresión de James fue sorpresa, no se esperaba entrar y ver a mi amiga. Los presenté y ya se podía ver la sonrisa en la cara del chabón mirando a mi amiga casi en bolas. Lo abracé y lo besé, mientras Agus se acercó y se unió. No hicieron falta más palabras. Lo entregué a los brazos de mi amiga y empezaron a besarse mientras ella dejaba caer la toalla al piso.
Yo me puse atrás de él, y fui sacándole toda la ropa. Primero, la parte de arriba dejando lucir la tabla marcada que tenía de abdomen. Agus no perdió oportunidad de acariciarlo y pasarle la mano por todos lados.
Después desabroché el pantalón y lo dejé caer, dejándolo solo en boxer. Por abajo, ya se podía ver como se asomaba la punta del pijón del pibe. Agus se alejó un poco y sin sacarle la mirada a la verga se arrodilló. Yo hice lo mismo, a su lado, y entre las dos bajamos el boxer mientras nos reíamos y nos mirábamos con cara de "no podemos ser más putas". Pero bueno, sí lo éramos.
La pija de James quedó colgando delante nuestro. Cuando la agarré se la notaba aún flácida. Ya en ese tamaño era un pijón considerable que te podía dejar rengueando. La agarré a Agus de la cabeza y la empujé hacia la pija. Ella abrió grande la boca y se metió lo que pudo, cerró los labios y con suavidad fue sacándola. Ahora, mi turno, lamiendo el tronco desde las bolas llegué a la punta y me metí la cabeza en la boca.
Yo lo tenía agarrado de las bolas, mientras las dos pasábamos los labios por el tronco, como si fuese una harmónica. Sentíamos como se iba poniendo cada vez más dura. James no se movía, solo disfrutaba el momento acariciando nuestras cabezas. Cuando con mi boca llegaba a la punta, aprovechaba para besar los labios de Agustina.
Lo llevamos hasta mi habitación y lo tiramos en la cama, con el mástil, ahora sí, totalmente duro y apoyado sobre su panza. Nos acostamos una a cada lado y seguimos chupando esa pija increíble. Agus trató de meterla toda en la boca pero era imposible. Anatómicamente sus labios no podían meter todo ese trozo de carne dentro suyo.
Igualmente, lo intentábamos. Fue un show de arcadas, tos, salivadas. Era realmente ancha. De alto tenía más de 4 manos nuestras, y de ancho no la llegábamos a rodear con las dos manos. Una bestialidad. Cuando llegó el momento del garche, me sorprendió como el forro le quedaba demasiado estirado, casi al punto que parecía se iba a romper. Y más después, cuando vi como... bueno, sigo y ya van a descubrir a que me refiero.
Mientras James se ponía el preservativo me abracé con Agus y empezamos a chapar desesperadas. Nos tiramos en la cama, yo con una mano en su cola y la otra en su concha, y ella metiéndome un dedo en la concha. "Que mojada estás" me susurraba al oído. Era inevitable. Ahora era James el que manejaba la situación. Nos separó y nos acostó una al lado de la otra, boca arriba, mientras él se escupía la pija.
Nos miró a las dos y se vino para donde estaba yo. Refregó la punta de la pija por mi concha, desparramando mis jugos y lubricando también su pija. De golpe, entre el sube y baja cuando pasó por el agujerito lo penetró. Sentí la punta nomás abrirme en mil pedazos. La agarré a Agus de la mano mientras él empujaba y despacio clavaba toda su poronga dentro mío. Tenía la boca abierta, como queriendo gritar, pero no salía sonido.
Me sorprendí cuando sentí el tope de su cuerpo contra mis piernas. "Toda???" llegué a preguntar entre suspiros. James se rio y asintió mientras empezaba a moverse. Cada centímetro que se movía me hacía ver las estrellas. Mi cuerpo se estremecía y no podía contener gemir con más fuerza. Agus al lado mío me lamía las tetas y me masturbaba.
James puso mis piernas en sus hombros y se tiró arriba mío. Estaba muy profundo. "Está re adentrooooo" gritaba yo agarrándome fuerte de mi amiga. Luego de un rato de darme a mi, salió e hizo lo mismo con Agus. La acomodó y se la enterró.
Mi amiga agarró la almohada y la mordió tapándose la cara, mientras James no paraba de taladrarle el pijón bien adentro. Se veía como sacaba la mitad de la verga y la enterraba de golpe hasta golpear contra su cuerpo. La estaba desarmando.
Le quité la almohada y me senté arriba de ella. Apoyé mi concha en su boca para que me la chupara. Podía sentir como ahogaba sus gemidos en mi clítoris. Me puse de espaldas mostrándole la cola a James. Me tiré hacia adelante, casi quedando en 4.
Él estiró la mano y empezó a pegarme chirlos en la cola. Después con sus dedos jugaba en mi ano. La lengua de Agus estaba haciendo un trabajo excelente y sumado a los dedos de James acabé chorreando toda la cara de mi amiga.
James no se detuvo ni un momento de taladrar a Agus. Cuando salí de la boca de mi amiga, ella volvió a gritar y gemir alocadamente con cada embestida del negro. Era una bestia. Yo recuperaba el aliento por mi orgasmo y veía la escena calentándome aún más. Agus tirada en la cama agarándose las tetas y James cogiéndola aferrado de su cintura. Con fuerza empujaba el cuerpo de mi amiga contra el suyo con violencia.
"Me estás partiendo al medio hijo de putaaahh!" gritaba Agus. A James no le importaba, y aceleraba el ritmo con la pija bien adentro haciendo movimientos fuertes y cortitos. "Te gusta putita.. te gusta" le gritaba sin detenerse. Era un animal. La empujaba con tanta fuerza que Agustina quedó con la cabeza colgando de la cama.
Cuando él se dio cuenta, la agarró de las piernas como si fuese una muñeca, y la volvió a poner en el medio de la cama, girándola la puso boca abajo y la siguió cogiendo. Cuando me vio en un rincón, con los ojos desorbitados ante tanta energía, me hizo señas para que me acercara a ellos. Sumisa y obediente fui a su lado. Me besó y me metió otra vez la mano en la cola.
"Chupasela", me dijo sacando la pija de la concha de Agus. El agujero que tenía era impresionante. Estaba totalmente abierta. Mi amiga empezó a recuperar el aliento, agradeciendo el descanso. Me acosté entre las piernas de ella y se la chupé mientras James se acomodaba atrás mío. Acomodó el vergón en mi conchita, que aún estaba abierta, y la fue metiendo de a poco. Levanté mi cola para facilitarle la tarea.
Con sus manos se agarró de mis nalgas y me empujaba y sacaba despacio, mientras yo hacía acabar a mi amiga en mi boca. Le metí dos dedos en la concha mientras se la chupaba con movimientos rápidos de mi lengua. Cuando sus piernas dejaron de temblar, me alejé. Solo un poco, porque estaba empernada de atrás por el negro.
James me acomodó en 4 mientras su verga me penetraba. Ese momento donde se acomodó, me imaginé lo que se venía y empezaron a temblarme las piernas. Y no me equivoqué. Me agarró de los pelos y me pegó una sacudida que corrió la cama de lugar como un metro.
No se detuvo sino hasta que yo caí rendida acostada en la cama. Me dejó tirada re cogida, y agarró a Agus. La arrastró hasta donde él estaba, levantó sus piernas y se la garchó como quiso. Era un animal, no se de donde sacaba tanta energía pero nos estaba revolcando a las dos de una manera asombrosa... y todavía no había acabado ni una vez!
Me acosté al lado de Agus, y James se turnaba para cogernos a las dos. Ella movió la cabeza y se acercó a mi cara. Cuando miré para el costado tenía su boca a centímetros de la mía. Ni lo dudamos. Nos dimos un beso ahogando los gritos que nos sacaba el macho que nos estaba atendiendo.
De pronto, se paró sobre nosotras y pajeándose nos bañó en leche. Una acabada digna de la pija y la bestia que era el chabón. Nuestras caras quedaron enchastradas de semen igual que nuestros pechos, las sábanas... el vergón de James seguía chorreando y latiendo como si tuviera vida.
Se tiró en la cama y nosotras nos fuimos a limpiar. Cuando volvimos, James estaba tirado en la cama con las piernas abiertas, y el pijón colgando sobre su muslo. "Vengan mis putitas, vengan a limpiarme" decía con una sonrisa en la cara. Hijo de puta, sabía que no podíamos resistirnos.
Nosotras estábamos hipnotizadas por la pija del chabón, al punto que fuimos y nos tiramos a su lado. Agus la agarró y lamió el tronco ya flácido. Luego fue mi turno, limpiando la cabeza de la pija metiéndola en mi boca.
Cuando me di cuenta, estaba tranzando con Agus mientras pajeaba a James. El pijón del negro fue tomando forma, Agustina la agarró y empezó a petearlo hasta que la dejó como una piedra, lista para seguir destrozándonos. Me senté arriba de él, franeleando mi concha sobre su pija.
Me tiré sobre su cuerpo y lo besé mientras movía mis caderas. Agustina le masajeaba las bolas y rozaba mi cola. Se me mojaba la concha cada vez que los dedos de Agus. húmedos por mis flujos, rozaban mi ano.
Mi amiga agarró la pija de James, la apuntó a mi conchita y ayudó a penetrarme. Despacio fui bajando hasta que toda la verga de James me penetró. Me movía despacio, levantando mis caderas. El vergón se deslizaba fácil dentro de mi concha húmeda. Agustina estaba atrás mío, jugando con los dedos en mi cola.
James se agarró fuerte de mis caderas y empezó a levantarse enterrándomela aun más. Yo me sentía en el aire. Cuando se le cansaron las piernas, me tiró a un costado y la agarró a Agus. La sentó sobre su pija y la embistió haciéndola volar por el aire igual que a mi.
Se detuvo cuando sus piernas no le daban más. Agus se tiró en la cama con la concha abierta por el pijón de James. Me agarró a mi, y me puso en 4. Levanté la cola esperando ser embestida de nuevo, pero en cambio empezó a chuparme la cola.
Su lengua se fue enterrando de a poco en mi ano. Me escupía y volvía a chupármela. Agus se puso al lado mío, en la misma posición. El negro se deleitó con nuestras colas chupando y lamiendo alternadamente.
De a poco fue metiendo los dedos y abriéndonos el orto. Se estaba preparando para terminar de rompernos. La pija de James estaba colgando durísima esperando destruir nuestras colitas. Mientras él le chupaba la cola a Agus, yo fui a buscar lubricante que tenía escondido entre mis cosas. Sin eso, no iba a entrar. Aun con lubricante tenía mis dudas.
James seguía trabajando la cola de Agustina. Mientras, yo embarduné el pijón con lubricante. El negro se levantó arrodillándose frente al culo de mi amiga. Yo le abrí las nalgas y él apoyó su pija en la cola de Agus. "Despacio", alcanzó a decir ella antes que James empezara a penetrarla. No le importaron los gritos de mi amiga. Él seguía con su trabajo, de a poco, enterrando ese trozo en el culo de Agus.
No había llegado a la mitad, cuando Agustina se tiró para adelante y pidió que parara un poco. Descansó y volvió a la carga. Se acomodó y otra vez, James la penetró. Ahora fue menos suave y fue embistiendo más. La empezó a culear, moviéndose cada vez más fuerte. Cuando Agus se quiso zafar, él la agarró de las caderas y no la dejó. Con sus manos ella quería separarse pero no podía.
Yo estaba al lado de mi amiga, mirando las caritas de dolor que hacía con cada embestida de la bestia negra. Mientras, no perdía el tiempo y tenía dos dedos metidos en mi cola. Yo era la siguiente víctima. "Bas... ta" llegó a balbucear Agus. Despacio fue sacando el pijón de la cola. Parecía que no terminaba de salir más. Se había tragado casi 3/4 la hija de puta. Cuando terminó de salir, gritó y se tiró en la cama mordiendo la almohada.
Tenía los ojos medio llorosos aunque una sonrisa se le dibujaba en la cara. La muy puta estaba con el orto abierto y así y todo lo disfrutaba. Mis pensamientos se interrumpieron cuando sentí la punta de la pija de James buscar la entrada de mi culo. Agarró el frasco de lubricante y se echó sobre la pija dejando caer también en mi cola.
Sentí la puntita empezar a entrar. "Ahiii dale" le dije mientras empujaba. Se frenó. La movió y volvió a meter un poco más. Yo levantaba mis caderas y me iba acomodando para dejarle paso a la bestia. Agustina se agarró de mis nalgas y me las abría mirando en primer plano la pija del negro destruirme el culo.
"Dale Juli, ya casi la tenés toda adentro!" me incitaba mi amiga. No se cuanto tiempo estuvo así, pero parecía que no terminaba más. Se paraba. Sacaba un poco y volvía a meter un poco más. No terminaba nunca. De pronto sentí que no podía más. Me dolía todo y me estaba rompiendo por dentro. "Hasta ahí!" grité con signos de dolor. "Nooo falta muy poco!" gritaba Agustina angustiada. Pero era mi culo. "Ahí... basta no da más!".
James entendió y se detuvo, pero de meterla... porque empezó a culearme. Se marcó con el dedo el límite y empezó a embestirme. Sacaba un trozo... pero me parecía muchisimo!! y la volvía a meter hasta el tope de sus dedos. Yo me agarré de la almohada y la mordí. Sentía que me desmayaba cada vez que James me embestía. Pero me volvía loca y me calentaba.
Agustina se acostó al lado mío mientras James destruía mi cola y empezó a pajearse. "Estoy re caliente, boluda" me susurró. El negro no paraba. Y no iba a parar. Cuando no pude más, lo detuve y me tiré para adelante. Despacio fue sacando la bestia de mi cola. No terminaba de salir. Mientras salía mis piernas temblaban. Estaba al borde del orgasmo, como casi nunca estuve, por un pija en la cola.
"Cogeme" le dijo Agustina que estaba con las piernas abiertas y dos dedos adentro de la concha. James se abalanzó sobre ella y se la garchó. Esa noche los vecinos habrán dormido poco. Los gritos de mi amiga retumbaban en la habitación con cada penetración del negro.
Me acomodé al lado de ella y él estirando su mano me metió los dedos en la conchita. Pero estaba tan abierta que ni los sentía. Quería la pija, necesitaba esa pija otra vez adentro.
"Cogeme", le dije yo casi como una súplica. Sacó la pija de la concha de mi amiga y me la metió a mi. Apoyé mis tobillos en sus hombros, él agarró mis muslos y me partió al medio. No paraba más. Yo trataba de agarrarme de algo, porque parecía que si me soltaba salía volando.
Agustina se pajeaba al lado mío, hasta que acabó. Su cuerpo empezó a temblar. Levantó las caderas y se mantuvo ahí unos instantes. Los suficientes para que el negro la viera y la garchara para darle el último toque. "Ay nooo nooo no puedo más!!" gritaba desencajada mientras James la empernaba sin piedad.
Yo había quedado con un orgasmo en la punta de mi concha. Me arrodillé mirándolos a ellos coger y empecé a tocarme. James me vio y antes que yo pudiera acabar me acostó y me la chupó hasta que exploté. Él seguía chupándomela, hasta que lo separé porque no daba más. Agustina también, estaba destruida.
"Tomen mis putitas" dijo pajeándose frente a nosotras. Nos arrodillamos a sus pies mientras se pajeaba. Abrimos la boca grande hasta que empezó a brotar leche que saltaba para todos lados. Donde menos cayó fue en la boca (por suerte). Nos llenó la cara y las tetas con varios chorros de leche que no paraban de saltar.
Al rato, James se cambió y se fue como si nada, dejando a sus dos putas satisfechas y destruidas por su vergón insaciable. El domingo dormimos toda la tarde, no podíamos ni movernos. Como pudimos nos levantamos a la hora que Agus tenía que volver a Retiro para tomar el micro. A los pocos días James volvió a Colombia y no supe nada más de él. A Agus y a mi nos quedó el recuerdo de andar rengueando y con dificultad para sentarnos por varios días.
N.d.R: Según Agustina, ahora la pija más grande que vio en su vida es la de James, destronando a la anaconda que había contado en este relato
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Indice
Ya nos imaginamos la respuesta cuando la vimos entrar caminando despacio y sentarse media de costado. "Me quiso hacer el culo, pero no entró... probó pero no entraba!" nos decía luego de mostrar con las manos el largo (unos 22 / 23 cm) y lo que más nos impactó fue el ancho, bien gorda que casi no podía rodearla con las dos manos.
James (como el jugador) se quedó en Buenos Aires unos días, y yo no quería perder la oportunidad de "conocerlo" un poco más. El chabón le tiró líneas a todas en el estudio, había salido con algunas, pero conmigo aún no había pasado nada. En esa semana nos pusimos en contacto, nos vimos un par de días en el almuerzo del trabajo pero quedó todo ahí, aunque quedamos en salir el fin de semana.
Paralelamente, yo venía hablando con mi amiga Agustina , porque ella quería venir a visitarme. Cuando le conté del negro no dudó en venir ese mismo fin de semana. Cuando empezamos a idear qué hacer, nos encantó la idea de compartirlo. Me calentó la idea de volver a garchar con Agus.
El sábado salí con James por Palermo y luego de algunos tragos se sentó al lado mío y arrinconándome contra la pared nos matamos a besos. Yo desesperada buscaba con mi mano su bulto. Ahí estaba, dormida descansando sobre una de sus piernas la terrible poronga que tenía todas las intenciones de cabalgar.
Cuando la situación no daba para más, lo invité a que sigamos en mi departamento. Allí, Agustina estaba esperándonos. Cuando entramos Agus "casualmente" salía del baño envuelta en un toallón.
La primera impresión de James fue sorpresa, no se esperaba entrar y ver a mi amiga. Los presenté y ya se podía ver la sonrisa en la cara del chabón mirando a mi amiga casi en bolas. Lo abracé y lo besé, mientras Agus se acercó y se unió. No hicieron falta más palabras. Lo entregué a los brazos de mi amiga y empezaron a besarse mientras ella dejaba caer la toalla al piso.
Yo me puse atrás de él, y fui sacándole toda la ropa. Primero, la parte de arriba dejando lucir la tabla marcada que tenía de abdomen. Agus no perdió oportunidad de acariciarlo y pasarle la mano por todos lados.
Después desabroché el pantalón y lo dejé caer, dejándolo solo en boxer. Por abajo, ya se podía ver como se asomaba la punta del pijón del pibe. Agus se alejó un poco y sin sacarle la mirada a la verga se arrodilló. Yo hice lo mismo, a su lado, y entre las dos bajamos el boxer mientras nos reíamos y nos mirábamos con cara de "no podemos ser más putas". Pero bueno, sí lo éramos.
La pija de James quedó colgando delante nuestro. Cuando la agarré se la notaba aún flácida. Ya en ese tamaño era un pijón considerable que te podía dejar rengueando. La agarré a Agus de la cabeza y la empujé hacia la pija. Ella abrió grande la boca y se metió lo que pudo, cerró los labios y con suavidad fue sacándola. Ahora, mi turno, lamiendo el tronco desde las bolas llegué a la punta y me metí la cabeza en la boca.
Yo lo tenía agarrado de las bolas, mientras las dos pasábamos los labios por el tronco, como si fuese una harmónica. Sentíamos como se iba poniendo cada vez más dura. James no se movía, solo disfrutaba el momento acariciando nuestras cabezas. Cuando con mi boca llegaba a la punta, aprovechaba para besar los labios de Agustina.
Lo llevamos hasta mi habitación y lo tiramos en la cama, con el mástil, ahora sí, totalmente duro y apoyado sobre su panza. Nos acostamos una a cada lado y seguimos chupando esa pija increíble. Agus trató de meterla toda en la boca pero era imposible. Anatómicamente sus labios no podían meter todo ese trozo de carne dentro suyo.
Igualmente, lo intentábamos. Fue un show de arcadas, tos, salivadas. Era realmente ancha. De alto tenía más de 4 manos nuestras, y de ancho no la llegábamos a rodear con las dos manos. Una bestialidad. Cuando llegó el momento del garche, me sorprendió como el forro le quedaba demasiado estirado, casi al punto que parecía se iba a romper. Y más después, cuando vi como... bueno, sigo y ya van a descubrir a que me refiero.
Mientras James se ponía el preservativo me abracé con Agus y empezamos a chapar desesperadas. Nos tiramos en la cama, yo con una mano en su cola y la otra en su concha, y ella metiéndome un dedo en la concha. "Que mojada estás" me susurraba al oído. Era inevitable. Ahora era James el que manejaba la situación. Nos separó y nos acostó una al lado de la otra, boca arriba, mientras él se escupía la pija.
Nos miró a las dos y se vino para donde estaba yo. Refregó la punta de la pija por mi concha, desparramando mis jugos y lubricando también su pija. De golpe, entre el sube y baja cuando pasó por el agujerito lo penetró. Sentí la punta nomás abrirme en mil pedazos. La agarré a Agus de la mano mientras él empujaba y despacio clavaba toda su poronga dentro mío. Tenía la boca abierta, como queriendo gritar, pero no salía sonido.
Me sorprendí cuando sentí el tope de su cuerpo contra mis piernas. "Toda???" llegué a preguntar entre suspiros. James se rio y asintió mientras empezaba a moverse. Cada centímetro que se movía me hacía ver las estrellas. Mi cuerpo se estremecía y no podía contener gemir con más fuerza. Agus al lado mío me lamía las tetas y me masturbaba.
James puso mis piernas en sus hombros y se tiró arriba mío. Estaba muy profundo. "Está re adentrooooo" gritaba yo agarrándome fuerte de mi amiga. Luego de un rato de darme a mi, salió e hizo lo mismo con Agus. La acomodó y se la enterró.
Mi amiga agarró la almohada y la mordió tapándose la cara, mientras James no paraba de taladrarle el pijón bien adentro. Se veía como sacaba la mitad de la verga y la enterraba de golpe hasta golpear contra su cuerpo. La estaba desarmando.
Le quité la almohada y me senté arriba de ella. Apoyé mi concha en su boca para que me la chupara. Podía sentir como ahogaba sus gemidos en mi clítoris. Me puse de espaldas mostrándole la cola a James. Me tiré hacia adelante, casi quedando en 4.
Él estiró la mano y empezó a pegarme chirlos en la cola. Después con sus dedos jugaba en mi ano. La lengua de Agus estaba haciendo un trabajo excelente y sumado a los dedos de James acabé chorreando toda la cara de mi amiga.
James no se detuvo ni un momento de taladrar a Agus. Cuando salí de la boca de mi amiga, ella volvió a gritar y gemir alocadamente con cada embestida del negro. Era una bestia. Yo recuperaba el aliento por mi orgasmo y veía la escena calentándome aún más. Agus tirada en la cama agarándose las tetas y James cogiéndola aferrado de su cintura. Con fuerza empujaba el cuerpo de mi amiga contra el suyo con violencia.
"Me estás partiendo al medio hijo de putaaahh!" gritaba Agus. A James no le importaba, y aceleraba el ritmo con la pija bien adentro haciendo movimientos fuertes y cortitos. "Te gusta putita.. te gusta" le gritaba sin detenerse. Era un animal. La empujaba con tanta fuerza que Agustina quedó con la cabeza colgando de la cama.
Cuando él se dio cuenta, la agarró de las piernas como si fuese una muñeca, y la volvió a poner en el medio de la cama, girándola la puso boca abajo y la siguió cogiendo. Cuando me vio en un rincón, con los ojos desorbitados ante tanta energía, me hizo señas para que me acercara a ellos. Sumisa y obediente fui a su lado. Me besó y me metió otra vez la mano en la cola.
"Chupasela", me dijo sacando la pija de la concha de Agus. El agujero que tenía era impresionante. Estaba totalmente abierta. Mi amiga empezó a recuperar el aliento, agradeciendo el descanso. Me acosté entre las piernas de ella y se la chupé mientras James se acomodaba atrás mío. Acomodó el vergón en mi conchita, que aún estaba abierta, y la fue metiendo de a poco. Levanté mi cola para facilitarle la tarea.
Con sus manos se agarró de mis nalgas y me empujaba y sacaba despacio, mientras yo hacía acabar a mi amiga en mi boca. Le metí dos dedos en la concha mientras se la chupaba con movimientos rápidos de mi lengua. Cuando sus piernas dejaron de temblar, me alejé. Solo un poco, porque estaba empernada de atrás por el negro.
James me acomodó en 4 mientras su verga me penetraba. Ese momento donde se acomodó, me imaginé lo que se venía y empezaron a temblarme las piernas. Y no me equivoqué. Me agarró de los pelos y me pegó una sacudida que corrió la cama de lugar como un metro.
No se detuvo sino hasta que yo caí rendida acostada en la cama. Me dejó tirada re cogida, y agarró a Agus. La arrastró hasta donde él estaba, levantó sus piernas y se la garchó como quiso. Era un animal, no se de donde sacaba tanta energía pero nos estaba revolcando a las dos de una manera asombrosa... y todavía no había acabado ni una vez!
Me acosté al lado de Agus, y James se turnaba para cogernos a las dos. Ella movió la cabeza y se acercó a mi cara. Cuando miré para el costado tenía su boca a centímetros de la mía. Ni lo dudamos. Nos dimos un beso ahogando los gritos que nos sacaba el macho que nos estaba atendiendo.
De pronto, se paró sobre nosotras y pajeándose nos bañó en leche. Una acabada digna de la pija y la bestia que era el chabón. Nuestras caras quedaron enchastradas de semen igual que nuestros pechos, las sábanas... el vergón de James seguía chorreando y latiendo como si tuviera vida.
Se tiró en la cama y nosotras nos fuimos a limpiar. Cuando volvimos, James estaba tirado en la cama con las piernas abiertas, y el pijón colgando sobre su muslo. "Vengan mis putitas, vengan a limpiarme" decía con una sonrisa en la cara. Hijo de puta, sabía que no podíamos resistirnos.
Nosotras estábamos hipnotizadas por la pija del chabón, al punto que fuimos y nos tiramos a su lado. Agus la agarró y lamió el tronco ya flácido. Luego fue mi turno, limpiando la cabeza de la pija metiéndola en mi boca.
Cuando me di cuenta, estaba tranzando con Agus mientras pajeaba a James. El pijón del negro fue tomando forma, Agustina la agarró y empezó a petearlo hasta que la dejó como una piedra, lista para seguir destrozándonos. Me senté arriba de él, franeleando mi concha sobre su pija.
Me tiré sobre su cuerpo y lo besé mientras movía mis caderas. Agustina le masajeaba las bolas y rozaba mi cola. Se me mojaba la concha cada vez que los dedos de Agus. húmedos por mis flujos, rozaban mi ano.
Mi amiga agarró la pija de James, la apuntó a mi conchita y ayudó a penetrarme. Despacio fui bajando hasta que toda la verga de James me penetró. Me movía despacio, levantando mis caderas. El vergón se deslizaba fácil dentro de mi concha húmeda. Agustina estaba atrás mío, jugando con los dedos en mi cola.
James se agarró fuerte de mis caderas y empezó a levantarse enterrándomela aun más. Yo me sentía en el aire. Cuando se le cansaron las piernas, me tiró a un costado y la agarró a Agus. La sentó sobre su pija y la embistió haciéndola volar por el aire igual que a mi.
Se detuvo cuando sus piernas no le daban más. Agus se tiró en la cama con la concha abierta por el pijón de James. Me agarró a mi, y me puso en 4. Levanté la cola esperando ser embestida de nuevo, pero en cambio empezó a chuparme la cola.
Su lengua se fue enterrando de a poco en mi ano. Me escupía y volvía a chupármela. Agus se puso al lado mío, en la misma posición. El negro se deleitó con nuestras colas chupando y lamiendo alternadamente.
De a poco fue metiendo los dedos y abriéndonos el orto. Se estaba preparando para terminar de rompernos. La pija de James estaba colgando durísima esperando destruir nuestras colitas. Mientras él le chupaba la cola a Agus, yo fui a buscar lubricante que tenía escondido entre mis cosas. Sin eso, no iba a entrar. Aun con lubricante tenía mis dudas.
James seguía trabajando la cola de Agustina. Mientras, yo embarduné el pijón con lubricante. El negro se levantó arrodillándose frente al culo de mi amiga. Yo le abrí las nalgas y él apoyó su pija en la cola de Agus. "Despacio", alcanzó a decir ella antes que James empezara a penetrarla. No le importaron los gritos de mi amiga. Él seguía con su trabajo, de a poco, enterrando ese trozo en el culo de Agus.
No había llegado a la mitad, cuando Agustina se tiró para adelante y pidió que parara un poco. Descansó y volvió a la carga. Se acomodó y otra vez, James la penetró. Ahora fue menos suave y fue embistiendo más. La empezó a culear, moviéndose cada vez más fuerte. Cuando Agus se quiso zafar, él la agarró de las caderas y no la dejó. Con sus manos ella quería separarse pero no podía.
Yo estaba al lado de mi amiga, mirando las caritas de dolor que hacía con cada embestida de la bestia negra. Mientras, no perdía el tiempo y tenía dos dedos metidos en mi cola. Yo era la siguiente víctima. "Bas... ta" llegó a balbucear Agus. Despacio fue sacando el pijón de la cola. Parecía que no terminaba de salir más. Se había tragado casi 3/4 la hija de puta. Cuando terminó de salir, gritó y se tiró en la cama mordiendo la almohada.
Tenía los ojos medio llorosos aunque una sonrisa se le dibujaba en la cara. La muy puta estaba con el orto abierto y así y todo lo disfrutaba. Mis pensamientos se interrumpieron cuando sentí la punta de la pija de James buscar la entrada de mi culo. Agarró el frasco de lubricante y se echó sobre la pija dejando caer también en mi cola.
Sentí la puntita empezar a entrar. "Ahiii dale" le dije mientras empujaba. Se frenó. La movió y volvió a meter un poco más. Yo levantaba mis caderas y me iba acomodando para dejarle paso a la bestia. Agustina se agarró de mis nalgas y me las abría mirando en primer plano la pija del negro destruirme el culo.
"Dale Juli, ya casi la tenés toda adentro!" me incitaba mi amiga. No se cuanto tiempo estuvo así, pero parecía que no terminaba más. Se paraba. Sacaba un poco y volvía a meter un poco más. No terminaba nunca. De pronto sentí que no podía más. Me dolía todo y me estaba rompiendo por dentro. "Hasta ahí!" grité con signos de dolor. "Nooo falta muy poco!" gritaba Agustina angustiada. Pero era mi culo. "Ahí... basta no da más!".
James entendió y se detuvo, pero de meterla... porque empezó a culearme. Se marcó con el dedo el límite y empezó a embestirme. Sacaba un trozo... pero me parecía muchisimo!! y la volvía a meter hasta el tope de sus dedos. Yo me agarré de la almohada y la mordí. Sentía que me desmayaba cada vez que James me embestía. Pero me volvía loca y me calentaba.
Agustina se acostó al lado mío mientras James destruía mi cola y empezó a pajearse. "Estoy re caliente, boluda" me susurró. El negro no paraba. Y no iba a parar. Cuando no pude más, lo detuve y me tiré para adelante. Despacio fue sacando la bestia de mi cola. No terminaba de salir. Mientras salía mis piernas temblaban. Estaba al borde del orgasmo, como casi nunca estuve, por un pija en la cola.
"Cogeme" le dijo Agustina que estaba con las piernas abiertas y dos dedos adentro de la concha. James se abalanzó sobre ella y se la garchó. Esa noche los vecinos habrán dormido poco. Los gritos de mi amiga retumbaban en la habitación con cada penetración del negro.
Me acomodé al lado de ella y él estirando su mano me metió los dedos en la conchita. Pero estaba tan abierta que ni los sentía. Quería la pija, necesitaba esa pija otra vez adentro.
"Cogeme", le dije yo casi como una súplica. Sacó la pija de la concha de mi amiga y me la metió a mi. Apoyé mis tobillos en sus hombros, él agarró mis muslos y me partió al medio. No paraba más. Yo trataba de agarrarme de algo, porque parecía que si me soltaba salía volando.
Agustina se pajeaba al lado mío, hasta que acabó. Su cuerpo empezó a temblar. Levantó las caderas y se mantuvo ahí unos instantes. Los suficientes para que el negro la viera y la garchara para darle el último toque. "Ay nooo nooo no puedo más!!" gritaba desencajada mientras James la empernaba sin piedad.
Yo había quedado con un orgasmo en la punta de mi concha. Me arrodillé mirándolos a ellos coger y empecé a tocarme. James me vio y antes que yo pudiera acabar me acostó y me la chupó hasta que exploté. Él seguía chupándomela, hasta que lo separé porque no daba más. Agustina también, estaba destruida.
"Tomen mis putitas" dijo pajeándose frente a nosotras. Nos arrodillamos a sus pies mientras se pajeaba. Abrimos la boca grande hasta que empezó a brotar leche que saltaba para todos lados. Donde menos cayó fue en la boca (por suerte). Nos llenó la cara y las tetas con varios chorros de leche que no paraban de saltar.
Al rato, James se cambió y se fue como si nada, dejando a sus dos putas satisfechas y destruidas por su vergón insaciable. El domingo dormimos toda la tarde, no podíamos ni movernos. Como pudimos nos levantamos a la hora que Agus tenía que volver a Retiro para tomar el micro. A los pocos días James volvió a Colombia y no supe nada más de él. A Agus y a mi nos quedó el recuerdo de andar rengueando y con dificultad para sentarnos por varios días.
N.d.R: Según Agustina, ahora la pija más grande que vio en su vida es la de James, destronando a la anaconda que había contado en este relato
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36 comentarios - Compartir
gracias por pasar!
Van diez puntos
gracias por pasar
repito, hermoso relato.
gracias por pasar!
gracias por pasar
gracias por pasar
Para agus fue la pija más grande en su vida, y en la tuya?
Te mando muchos besitos!!
gracias por pasar martu!
gracias por pasar!
gracias por pasar! 😉
🤘
todos tus relatos me la ponen al palo. saludos