La petera de mi hija está insaciable

Les traigo otro relato. Me preguntan mucho por privado y en los comentarios y por otro lado descubrí que aparte de alimentar la calentura de los lectores me viene bien a mi poder contarlo. Quienes vienen leyendo los dos anteriores saben que cada vez me sorprende más lo puta que se me puso la nena. Mi hija tiene un apetito de verga que no conoce limites y la verdad cada vez me cuesta más encontrar la ternura a flor de piel que, para mí, era su sello distintivo. Ahora cada vez que la miro veo algún rasgo de trola en su comportamiento. Desde su vestimenta hasta sus movimientos y gestos me parecen, ensayos de como calentar a los tipos.

Así pasaron los días. Desde el encuentro salvaje con el vecino de junto esa culpa que sentía después e haberla espiado la primera vez se fue diluyendo cada vez más. De hecho, no me arrepiento en lo más mínimo de esta segunda sesión de paja espiando a mi pequeña. Ver lo entregada que estaba y la forma voraz en la que recibía la tremenda cogida que le pego ese tipo. El recuerdo de esas tetas al balancearse en cuatro por los sacudones me la para mientras escribo estas lineas. Más aún al tenerla cerca y verla inmutable hablando por teléfono mientras se peina el cabello frente al espejo. Recuerdo ese mismo pelo alborotado luego de ser tironeado para meterle la pija hasta la traquea, esos labios chorreando saliva enlechada. No la podía ver sin pensar en eso.

Para colmo de males yo ahora era cómplice de su inagotable promiscuidad. Un testigo silencioso, tan discreto que ni ella misma sabía que la estaba cubriendo pero al parecer las sucias jugadas de mi consentida empezaban a salir a la luz, o al menos eso pensé cuando mi esposa Marina me vino con un planteo que me heló la sangre. Una frase que me hizo sentir expuesto de una forma que hasta el momento no imaginaba. 
M - ¿Vos sabías lo que estuvo haciendo todo este tiempo tu hija? - me planteó una tarde noche, mientras yo me disponía a cerrar el negocio. No sé si habrá visto mi cara de espanto pero traté de disimular como pude
Yo - ¿De qué me estás hablando? ¿Qué pasó? - traté de lavarme las manos. No era tarde para salvar la ropa. Si la pequeña putona se iba a hundir no tenía que caer con ella. 
M - ¿Me vas a decir que vos que siempre la cubrís no sabías nada? - me insistió. Yo para mi pensaba "se nos acabaron los días de atestiguar las excelentes mamadas de Nati". Pero me mantuve firme
Yo- No sé de que estás hablando. Decime que pasó! - la increpé. Como imaginé que hubiera hecho de no saber nada. Como debería haberla increpado a Natalia de no calentarme tanto.
M - Tu hijita se estuvo rateando varias veces por semana a la escuela y vos que estás encargado de llevarla y traerla no tenes la más puta idea. ¿En donde tenés la cabeza Pablo?! - me reprochó. Mi cara de alivio no se condecía con la cagada a pedos que me estaba comiendo. De hecho ahora que lo repaso recién me di cuenta que debería haberle frenado el carro pero su enojo estaba justificado. Me imaginaba si supiera todo como sería su nivel de irascibilidad. Por suerte solo se había enterado lo más leve.
Yo - ¿Cómo? No puede ser! Esa mocosa me va a escuchar! - me puse en papel de padre responsable. Me sentí un poco caradura pero si le daba algún indicio a Marina o a Natalia de que algo sabía estaba perdido.

Mientras terminé de cerrar y hacer la caja entre los dos acordamos que teníamos que hablar con ella. Desde el colegio le habían advertido a mi mujer que la cantidad de faltas que tenía podía hacer que peligrara su cursado y no le podíamos tolerar que repitiera de nuevo. Mucho menos por eso. Yo que en las últimas semanas casi no podía mirar a los ojos  a mi hija, primero por la culpa y después por el deseo carnal que despertaba esa carita tan dulce y tan puta a la vez, iba a tener que sentarme frente a frente con ella y confrontarla con el riesgo de que confesara frente a ambos el verdadero motivo de sus rateadas. 

Mientras volvía a casa transpiraba como un oso polar en el caribe. Los nervios que tenía eran tremendos.
Cuando volvimos Nati estaba muy relajada. Recién bañada. Yo me imaginé que no era exactamente por jugar al hockey que necesitaba un baño sino por haber estado jugando con otro tipo de palos. 
Mi mujer le avisó que teníamos que hablar con ella y automáticamente me miró a mi que a espaldas de su madre le hice señas como que ella le iba a cortar la cabeza. Abrió grandes los ojos pero se dio cuenta yo estaba jugando el rol del policía bueno en ese interrogatorio. 

Mi esposa empezó con su regaño y yo al lado de ella me mantenía serio y callado. Mi hija sabiendo que estaba en falta poco le discutía y hacía cara de pobrecita como esperando que yo apaciguara la situación.
Todo venía bien hasta que mi señora le preguntó a dónde iba cuando se rateaba y qué hacía en ese tiempo. Ahí levanté la mirada y abrí grandes los ojos. Fue algo involuntario. Mi hija me miró un poco sorprendida.
Le dijo que por ahí, con amigas. Era hábil para mentir. Yo respiré tranquilo pero ese gesto no lo pasó por alto. Le dije a mi mujer que la pusieramos a prueba. Que no había necesidad de los castigos carcelarios que tenía en mente aún, minimizando un poco la cuestión. Ella aprovechó esa diferencia para sacar ventaja.

Al final logré apaciguar un poco la furia de mi esposa y la pena que le tocaba fue reducida casi al mínimo. Mi temor era que se destapara la olla y se armara un quilombo mayor. Mi hija se retiró con cierta tranquilidad. Cuando se iba y mientras Marina seguía protestando, se giró y me guió un ojo. ¿Fue un simple hecho de complicidad padre e hija o algo más? Aún no lo sabía pero la sola posibilidad me erizó la piel. 

Las imagenes de su cara prostituida por el baño de semen y su cara roja de gritar mientras la garchaba vinieron a mi mente. Solo que esta vez frente a ella. Algo que me avergonzó pero a la vez me calentó bastante. Su pelo mojado y su cuerpito divino con esa remera apretada y ese jean mucho más ajustado, marcaba cada curva y en especial ese culo redondo y delicioso que cada vez me iba tentando más.

Por suerte pasó el temporal y todos estábamos a salvo. Supuse que por un tiempo las desvergonzadas andanzas de mi hija iban a cesar y a excepción de mis recuerdos pornográficos, todo volvería a la normalidad. Una vez más estaba equivocado. La paz solo duró unas horas hasta que ese día terminó. Al día siguiente otra vez una pista de su comportamiento de trola salió a la luz para mi. Llegué a casa al mediodía antes que mi mujer y la escuché discutiendo con Nicole, su hermana. 

Aquí deberé aclarar algo. En el relato anterior dije que lo de mi otra "hija" era una larga historia. Resulta que en parte el obvio favoritismo que tengo por Natalia tiene que ver con eso. Nicole nació llamándose Nicolas. Desde muy joven tuvo claro que no quería ser hombre. Primero lo planteó como homosexualidad pero de más grande abiertamente pasó a vestirse de mujer y hacer tratamientos hormonales. Tengo que reconocer que no fue la decisión que más feliz me puso ya que yo tenía planes de cancha más que de tacos altos en su futuro pero lo acepté y respeté, pactamos Nic al principio y luego acepté el nombre Nicole. 
De todas formas a veces se me escapa un Nico. Sabe que no lo hago de mala fe. 
De todas formas Natalia que ya era mi debilidad tomó delantera conmigo.
Cosa que con mi mujer pasó a la inversa. Mi falta de atención hacia Nicole hizo que fueran mucho más intimas con mi esposa dejando un poco de lado a Natalia que se apegó más a mi.

Aclarado eso retomo los hechos de ese día. En la discusión Natalia le reclamaba que no se metiera en su vida privada, por lo que me imaginé que tenía algo que ver con lo que había descubierto yo. No habían notado que yo estaba en la casa, así que aproveché para escuchar. 
Natalia - Borra ese video puto, te voy a matar! - le ordenaba de pésima manera mi trolita
Nicole - Pedime perdón puta porque se lo muestro a papá y mamá te meten en un convento - se aprovechaba la otra, un poco ofendida por el trato de su hermana
Natalia - bueno perdón, pero en serio eso es algo privado mío. No tenes que meterte en mis cosas - le dijo reconociendo que tenía todas las de perder y le convenía ser buena chica. 
Nicole - boluda, con dos a la vez? mirá que a mi me gusta la pija pero no tanto. Sos re puta - le decía. Esa frase hizo que se me vinieran otra vez las imágenes de trola de Nati pero magnificadas. La muy puta había estado con dos tipos a la vez. Y encima se dejó grabar. Era cada vez más zorra o siempre lo fue y yo cada vez iba descubriendo más de sus travesuras. 

No quise escuchar más. Pero tenía que acceder a ese video de alguna forma. Obviamente pedirsela a Nico no era una opción ya que quedaría al descubierto en la familia. Sólo el hecho de saber que la muy puta había estado con dos tipos a la vez me daba ganas de ponerla en mi falda y nalguearla. Pero con la calentura que acumulaba a esa altura si la nalgueaba sabía que iba a terminar cogiéndola como tanto le gusta. Mientras pensaba eso escuché a Nicole dándole play al video y la voz de mi Nati "ah! ah! si! ay! si! así! a...glah...glah...glah" y volvió a pausarlo ante las quejas de su hermana. Con ese sonido nada más supe que mientras cogía y gemía tenía otra pija atravesando su boca hasta el fondo. 

Tenía que ver eso. No podía con las ganas. Apenas escuché que volvió a darle play, instintivamente y sin haberlo calculado bien entré. Las dos caras se pusieron pálidas y Nati corrió a cerrar la computadora. Se veía la imagen de ella desde atrás y un tipo empujando su cabeza para hacerla tragar todo el pedazo. Al entrar no tenía claro que hacer pero una vez adentro y viendo las reacciones me di cuenta que no era yo el que estaba en falta.
Yo - ¿Natalia esa sos vos? - le dije fingiendo sorpresa
Nati - No... bueno si... pero... - por primera vez estaba sin palabras.
Yo - ¿Y vos tenías esto?¿De donde lo sacaste? - increpé también a Nicole
Nico - A mi me lo mandaron por whatsapp. Yo no hice nada malo - se defendió con razón
Yo - Esto me lo llevo y voy a hablar con su madre del comportamiento de las dos! - Les dije con el mejor tono de padre indignado. Ocultando la excitación que me daba tener ese sucio video en mi poder. Ambas voces se levantaron al grito de "No!" yo las chisté y me fui con la compu bajo el brazo a mi cuarto. Cerré la puerta con llave. Busqué unos auriculares en el cajón y volví el video al principio 

El video empezaba con unas risas y la imagen desenfocada. Pronto la visión se aclara y cámara en mano uno de los tipos se acerca a Nati que ya esta desnuda arrodillada en la cama. Otro tipo se sube a la cama del otro lado con la pija en la mano. Mi hija mira las dos vergas erectas y se sonríe. "¿te gustan puta? pregunta el hombre tras la cámara y ella hace cara de buena y mueve la cabeza varias veces asintiendo. Acto seguido se pasa la lengua por los labios y empieza a chupar la del otro tipo. Yo saco la mía y me empiezo a pajear suavemente. Escucho como succiona. 

El ruido de la pija entrando y saliendo de su hermosa boca. Veo como su cabecita se mueve a un ritmo suave pero constante y como otras veces, lo imito con mi mano. Se da vuelta y mira al otro. Juega con su lengua pasándola por la comisura de los labios como si juntara la saliva que se escapaba de la otra mamada y se mete la nueva verga en la boca. Sin dudar cabecea mirando a la cámara con la boca llena de carne. Yo siento que me está mirando y a pesar de la calentura me paralizo tontamente. Pero ver la sonrisa de mi hija cuando se la saca de la boca me obliga a retomar la paja.

Se pone las dos pijas en los labios y las puntas infladas de las dos se pierden juntas en esos labios. Los gemidos de los tipos se hacen mas intensos. Se ve la lengua de Nati jugando en medio de las dos porongas. Su cara de trola al ver como estremece a esos dos hombres a la vez. Mi paja ya es a toda velocidad. En ese momento sentía que estaba por acabar y siento que golpean la puerta del cuarto. Temí que fuera mi mujer y cerré todo pero inmediatamente escucho la voz de Natalia 
Nati - Pa... Papu... please hablemos... perdón... - me suplicaba asustada por su delicada situación
Yo - Ahora no Natalia... - le grité casi sin poder hablar por la agitación. Estaba con la pija al palo y tremendamente acelerado. Si abría esa puerta no había vuelta atrás. La iba a coger hasta desmayarme.
Nati - porfi... dale papi... - me insistió mi hija, como supiera lo que estaba pensando. No queria ser descubierto. Así que tomé aire para modular mi voz y disimular mi agitación.
Yo - Dejame pensar. Después hablamos. Ahora estoy muy enojado.  - le dije para obviar la palabra caliente

Escuché los pasos de Nati alejándose de la puerta. Había estado muy cerca de hacer una locura. Mi pija había perdido algo de vigor por la tensión pero no por eso se había ido la calentura. Me moría por ver más. En eso escucho la voz de Nico que grita "me voy a teatro! nos vemos a la noche!" y el hecho de saberme solo en la casa con Natalia me calentó más aún. Ansioso por ver que más había hecho esa petera tomé apurado la computadora y a los tirones desenredé los auriculares y me los puse en la oreja. 
Cuando el video retomó y vi que seguía jugando con las dos vergas juntas en sus labios mi pija de empezó a endurecer de nuevo. "Te gustan putita?" le preguntaba uno de los dos y ella le respondió "si mira", pasó la mano entre sus piernas y mostró a la cámara la humedad en sus dedos. 

El que sostenía la cámara le cedió el mando a su compañero y por primera vez salió en escena. Abriendo las piernas de mi hija y metiendo su cabeza entre ellas. Los gemidos de Nati empezaron a sonar como música y mi paja se aceleró. Cerraba los ojos por momentos y solo escuchaba esos gemidos que eran interrumpidos por la otra pija que entraba una y otra vez a su boca. Trataban a mi hija como la puta que es y eso me tenía al palo. Caliente como una pava el que saboreaba su concha la levantó y la puso en cuatro en el colchón. Se puso tras de ella y la empezó a coger como un salvaje. 

Los gemidos de Natalia se desfiguraron en gritos que el otro flaco ahogaba metiendole la verga hasta la garganta y empujando su nuca sin soltarle el pelo. La garchada que le pagaba el de atrás lo calentó y empezó a moverse igual pero en su boca. Veía a los dos tipos dandole bomba, por la concha y por la boca y ella entre gritos y arcadas era sometida con brutalidad. Se pasaban la cámara para enfocarla de distintos ángulos y yo veía ese cuerpo infernal sacudirse sus grandes tetas balancearse por los sacudones. 

Llegaba a la parte que había visto y estaba al borde de la acabada. Escuchaba las cosas que decían "como le gusta la pija a la pendeja!", "si puta chupá chupá" , "te vamos a dar mucha lechita" yo no aguantaba más, todo eso en medio de los gemidos y gritos de mi hija. Se movieron rápido y no se llegaba a ver bien supuse que cambiaban de lugar pero no. La acostaron boca arriba  y empezaron a largarle chorros espesos de leche en las tetas y en la cara. Ella cerró los ojos y con sus manos desparramaba el semen por su rostro y en sus pechos como si se estuviera encremando. Mi pija no aguantó más y empezaron a saltar por el aire varios chorros de leche. Solté la computadora en la cama y seguía escuchando como hablaban de mi hija en el video mire de costado y la vi tan puta, con la cara resbalando leche los pechos brillosos por las acabadas y roja de tanto sexo que no lo podía creer. 

Tome los pañuelos descartables de mi mujer y me limpie todo el semen. Cerré el video y guardé los auriculares. Solo tenía que arreglar este embrollo con mi hija. Me estaba acostumbrando a mentir para seguirle el paso y no era la excepción. Fui a su cuarto y le dije 
Yo - acá tenes tu computadora. No quiero ver nunca más una cosa así - ni yo me lo creía. Ella sonrió tímidamente. Y tomó la compu y se puso a buscar y eliminar el video muy a mi pesar

Nati - Perdón papi  no va a volver a pasar, no lo viste ¿no? - me decía con una sonrisa que no encajaba.
Yo - Claro que no. Vi suficiente acá para ver más.  En serio te estoy hablando. Si no le digo a tu madre es para ahorrarle el disgusto pero no voy a cubrir este tipo de comportamiento. Es la última vez - le dije con tono firme pero su sonrisa seguía inmutable a pesar de mi actitud.
Nati - gracias papi sos el mejor - se acercó me dio un beso en la mejilla y me abrazó. Se quedó un rato largo así, media colgada por la diferencia de alturas pero bien apretada a mi cuerpo.
Nati - creo que cuando fui se te desconectaron los auriculares Pa - me dijo al oído con voz de puta. Yo me quedé paralizado y no me salían las palabras. Ella se echó a reír me tomo la cara y me miro de una forma muy gatuna una mirada que nunca me había dedicado antes
Nati - Bueno papi, creo que acá no pasó nada no? - me dijo con el mismo tono de trola que me había hablado antes. Yo estaba mudo, le hice que no con la cabeza. 

Se fue del cuarto caminando lentamente como haciendo que le mire ese culo redondo y hermoso. 
Si hasta aquí había estado caliente con Natalia, lo que venía iba a ser mucho peor. Era claro que ya no la intimidaría más, por ende no se iba a detener en lo más mínimo su sed de semen. La temperatura en la casa estaba por subir unos cuantos grados. La petera de mi hija está insaciable