Mi primo Juan Carlos estudiaba diseño grafico y estaba
haciendo unas practicas de fotografía, me pidió ayuda para cargar algunos
equipos y para acompañarlo a realizar los trabajos a diferentes partes de la
ciudad, a cambio el me enseñaba las ventajas que tenían las cámaras y a veces me
permitía tomar una que otra foto.
Era bastante entretenido, además Juan Carlos y yo tenemos una
buena amistad, por ello pasábamos horas hablando y divirtiéndonos mientras las
cámaras trabajaban.
Resulta que para una ocasión en la que a Juan Carlos le
tocaba ir a la universidad, lo llamé la noche anterior y le pedí que me prestara
una cámara, en principio estaba muy reacio a aceptar, eran aparatos muy costosos
y yo había demostrado con el paso de los años no ser muy cuidadoso.
Yo necesitaba la cámara porque había logrado que mi novia
accediera a tomarse unas cuantas fotos eróticas, tuve que contárselo a el,
entonces con tono cómplice me dijo: "haberlo dicho antes, lo mío es tuyo".
Quedamos en que me dejaría las llaves de su casa en la
portería del conjunto residencial para que entrara y tomara lo que quisiera,
ambos suponíamos que no iba a haber nadie allí.
Juan Carlos vive con sus padres y su hermana Lina, (con quien
he tenido relaciones sexuales y ha sido protagonista de unos cuantos relatos ya
publicados en este mismo sitio web). Su madre (mi tía), se llama Consuelo,
cuando veo fotos de ella de años de antaño la encuentro muy atractiva. Hoy en
día no es una mujer fea, solo que no tiene los atributos que según nuestra
equivocada sociedad, se necesitan para ser "bella".
Mi tía Consuelo tiene como 43 años, es delgada, lleva el
cabello negro, corto hasta los hombros y usa lentes, lo que mas me gusta de ella
es que todo su comportamiento es de una mujer de clase alta, de esas reservadas
y mojigatas, que tienen buenos maridos con buenos empleos e hijos ejemplares.
Pero pronto me daría cuenta que estaba bien equivocado.
A la mañana siguiente me desperté temprano, estaba
excitadísimo porque sabia que seria una tarde maratónica entre las piernas de mi
novia después de una impredecible sesión de fotos eróticas. Tomé un baño y
desayuné, llamé a mi novia para cerciorarme de que no se echaría para atrás y
salí rumbo a la casa de mi primo.
En la portería, el celador que ya me conocía me lanzó las
llaves y me hizo pasar.
Con libertad abrí la puerta de la casa, mas la cerré con
cautela y sin hacer ruido caminé a través de la sala para alcanzar las
escaleras, no se porque lo hice de esa forma, se suponía que no había nadie
allí, pero ese lugar me inspiraba respeto y pulcritud.
Había subido como cuatro escalones, cuando a mis oídos
llegaron finos sonidos que de inmediato reconocí como gemidos, producto de algún
acto sexual.
Pensé que la perra de mi prima estaba follando con alguien,
pero era miércoles y seguro estaba en el colegio, así que lo descarté. Seguí
caminado y llegué al segundo piso, con cuidado atravesé el corredor que lleva a
las habitaciones. La puerta del cuarto de Lina estaba cerrada y los sonidos
provenían del cuarto de mi tía, ahora se oían mas claro y fuerte, se distinguían
palabras y los jadeos suponían una frenética ocasión.
La habitación de Juan Carlos quedaba al lado de la de mi tía
Consuelo y desde allí se veía con claridad todo lo que pasaba en dicho cuarto,
primero me asomé por el marco de la puerta y casi me voy de espaldas cuando
encontré a mi tía con tres tipos sobre la cama, uno la penetraba por la vagina y
los otros dos estaban de pie frente a ella apuntando con su miembro a la cara de
la "dama", ella sujetaba un pene con una mano mientras se tragaba la segunda
hasta la base. Gemía desesperada aplaudiendo los embates del tipo entre sus
piernas, a quien yo conocía y era un amigo de su esposo, su cabello se
alborotaba y de pronto, uno de los que recibía sexo oral, se corrió en su cara y
sobre sus pechos, mi tía Consuelo se lo tragó todo cuanto pudo.
Yo aproveché ese momento de euforia para cruzar hacia el
cuarto de mi primo y tomar una mejor posición. No me vieron por fortuna.
No me podía creer lo que veía, estaba excitadísimo y no
aguanté sacármela y masturbarme viéndolos fornicar. Yo me vine en cortos
minutos, pero ellos no tenían la mas mínima intención de parar. Cuando me
tranquilicé un poco, recordé que estaba allí en busca de una cámara fotográfica,
pensé que podía tomar unas cuantas fotitos que me serian de mucha utilidad ya
que ahora me sentía inmensamente atraído por mi tía Consuelo.
Gracias a lo que me había enseñado Juan Carlos, pude
fotografiar con maestría a los cuatro en acción, mi tía retozaba de placer y los
tres hombres se turnaban en su cuerpo, boca, ano y vagina. Tal parecía que estas
fiestesitas eran frecuentes porque incluso uno de ellos alcanzó un vibrador para
utilizarlo en ella.
Al final de todo, un par de horas después, todo era un mar de
fluidos sobre el que se arrastraban, las sabanas empapadas debían ser cambiadas,
pero antes todos decidieron tomar un baño juntos, ocasión que aproveché para
escapar con la cámara y los rollos.
Lo guardé en mi cuarto casi con llave y me fui a encontrar
con mi novia, tomamos las fotos, hicimos el amor, a ella le quedó gustando y
accedió a hacerlo otra vez, pero eso es otra historia.
Pasaron un par de semanas en las que las imágenes claras de
aquella orgía permanecían frescas en mi mente, el problema era que por obvias
razones no podía revelar las fotos con Juan Carlos junto a mi, así que con la
excusa de que las fotos que me había tomado con mi novia eran muy
confidenciales, logré que me enseñara a hacerlo y con su ayuda me prestaron el
cuarto oscuro por unas horas para mi solo.
Fue magnifico ver como cada imagen iba apareciendo en el
papel, colgaba cada una de los ganchitos y en la cuerda, al final tenia como
veinte fotos muy comprometedoras de mi tía y otras tantas de mi novia y yo,
quien replico que eran muy pocas y que quería ver mas, pero yo estuve mas
concentrado en revelar las de la veterana y aun así me faltaron muchas de ambas.
Con semejante tesoro en mis manos, disfrute de varias noches
de suculentas pajas con las deliciosas imágenes, el delgado cuerpo de mi tía en
posiciones diferentes, totalmente entregada a esos hombres, desbordando de
placer con sus ojos cerrados y su boca abierta a mas no poder como sus piernas.
Quería planear todo cuidadosamente para no ir a cometer un
error, pero la firme convicción era que mi tía Consuelo seria para mi a
cualquier precio, un chantaje era lo mas sencillo y seguro, entonces puse mi
plan en marcha.
Aquel día fui a almorzar en casa de mi primo, seguidamente
saldríamos a hacer la ultima sesión de fotografía para culminar el trabajo, mi
tía nos acompañó en la mesa.
Cuando íbamos de salida, Juan Carlos fue a encender el auto y
yo me retracé adrede para quedarme a solas con mi tía que se maquillaba en el
tocador.
-tía, ya nos vamos- dije.
-bueno, que les vaya bien ¿necesitas algo?-
-necesito que veas esto...-
Saqué entonces las fotos y se las tiré encima del tocador,
sus ojos se abrieron sorprendidos y palideció haciendo inútil todo el
maquillaje. A través de las gafas se asomaron dos lagrimillas que secó con sus
manos y se volvió hacia mi.
-¡¡¡¿de donde sacaste esto?!!!-
-aquel día en que estuviste con tus tres amigos-
-pero...¿cómo es que tomaste fotos?, ¡¡¡¿para que?!!!-
-por morbo tía, no mas. Pero ahora que he visto en verdad
como eres, tienes que hacer conmigo lo que haces con tus amigos-
-¡¡¡¿qué?!!!, estas loco-
-si no lo haces, esas fotos llegaran a las manos de tus
hijos, de tu esposo, no creo que le guste mucho ver que su amigo te folla-
-no, tu no me puedes hacer esto- tomó las fotos y las
rompió todas.
-por favor, tía, tengo muchas mas, mucho mas deliciosas que
estas-
-¡¡¡voy a hablar con tu papá!!!-
-como quieras, te espero a las 6:00pm en el centro
comercial que queda cerca de mi casa, junto a las salas de cine, si no llegas
ya sabes lo que te pasa-
Toda la tarde la impaciencia reino mis minutos, esta ocasión
el trabajo fue mas arduo y duramos mucho mas tiempo, y yo no sacaba de mi cabeza
a mi tía Consuelo, soñaba con sus delgadas piernas cercando mi cintura mientras
mi pene se introducía profundo en ella, tal era mi excitación que se hizo
bastante evidente y mi primo me preguntó si es que estaba recordando la sesión
fotográfica con mi novia, yo solo dije que si.
Las 5:30pm, tiempo justo para llegar al centro comercial, me
despedí de Juan Carlos y tomé un autobús.
Al llegar, allí estaba mi tía, sentada con las piernas
cruzadas y espalda recta cual sentado de señorita, con una pañoleta enrollada en
su cuello, vestida toda de azul oscuro con pantalón y chaqueta, y por supuesto
sus gafas que la hacían ver tan mentirosamente discreta. Me acerqué a la mesa y
me senté frente a ella.
-hola- sonreí.
-que hola ni que ocho cuartos, ¿qué es lo que quieres?-
-ya te dije esta tarde en tu casa, quiero acostarme
contigo-
-¡eso no puede ser!, yo soy tu tía, ¿quieres dinero?,
¿cuánto?, lo que sea para que me entregues esas fotos completas-
-no, no quiero dinero, quiero hacerte el amor, una y otra
vez hasta que me canse, quiero que seas mi esclava sexual-
-estas enfermo, no voy a hacer nada de eso-
-tía, hoy tu y yo vamos a fornicar o mañana las fotos están
en manos de tu familia, tu decides-
Un largo silencio tuvo lugar y en su cara de enfado pude ver
resignación, ella era una mujer acomodada, vivía de lujos con lo que su marido
ganaba, además era alguien respetado en su circulo social, que otra salida
tenia.
-esta bien, pero solo hoy y no mas- dijo.
-olvídate, ya te dije "esclava sexual", ¿estamos?-
-......¿qué tengo que hacer?...-
-vamos por tu carro-
Caminamos hasta el parqueadero subterráneo, la dejé ir un
poco mas adelante y metí mi mano entre sus nalgas y entrepierna inspeccionando
superficialmente todo lo que ahora era mío, primero se molestó un poco y se
movió bruscamente mirando para todos lados por si alguien estaba viendo, yo
insistí en mis manoseos y le tocó entender su posición en mi juego.
Cuando atravesábamos un sector solitario, la tomé por la
cintura y la puse de espaldas contra una columna, me aferré a su cuerpo y junté
mis labios con los suyos mis manos traviesas buscaron cualquier abertura en su
vestimenta para tocar sus partes, pero la ceñida ropa me obligó a desatar nudos
y botones.
Metí una mano en su pantalón y con mis dedos moví la tanga y
sentí por primera vez sus suaves labios vaginales rozando contra mi piel.
También busqué por debajo de la blusa y por sobre el sostén acaricié sus senos.
Mi tía trataba de retirarme no con mucha fuerza, pero de un
grito la detuve en su afán de libertad y le recordé cual era el trato.
-pero vamos a un lugar mas privado que nos pueden ver-
dijo.
-¿y que?, a mi no me importa-
-pero a mi si, hazme ese favor por esta vez, ¿si?-
-de acuerdo, pero dame las llaves que yo manejo-
-¿por qué?-
Me senté frente al volante y encendí el auto, salimos del
lugar y encendí la radio colocando algo de música, después la miré y apunté con
mi rostro a mi miembro, me desabroché el pantalón y salió el animal a media
potencia y hacia arriba.
Una vez mas la resignación se dibujo en su rostro y tras el
brillo de sus lentes sus ojos se plantaron en mi trozo para inclinarse sobre
este y tragarlo de un bocado.
Me la mamó riquísimo, sabia utilizar la lengua para
proporcionarme placer, jugaba con sus dedos y sus labios sobre mi aparato, en
círculos y de arriba abajo, lamiendo la puntita y los testículos. Yo creí que su
accionar sería bastante apático, pero muy al contrario, parece que se esforzaba
por satisfacerme. Casi choco un par de veces por no atender al frente en medio
del éxtasis que era todo aquello.
Comencé a temblar y ella se retiró manteniendo mi pene entre
sus manos y haciéndome una paja.
-trágatelo todo- dije.
-¿cómo?-
-que te lo tragues-
Entonces suspiro y se inclinó de nuevo para recibir las
andanadas de semen que expulse, sentí que no iba a terminar nunca, entonces ella
se levantó y vi unas cuantas gotas sobre su rostro, una resbalando por el
pliegue de sus labios, otras en una mejilla y una mas sobre uno de los lentes de
sus anteojos. Se limpió con un pañuelo que sacó de su bolso y se recostó en la
silla guardando silencio.
Yo estaba prendidísimo, era la primera vez que me pasaba algo
así, mi prima Lina si era bastante perra y me satisfacía en muchas cosas, mi
novia trataba de sentirse mas caliente para mi pero el andar de ella en el sexo
era mas lento y trabado. Estaba en total control de la situación, mi tía
Consuelo haría cualquier cosa por el temor de perder su vida tal cual era,
tantas ideas excitantes rondaban mi mente que no sabia ni a donde me dirigía.
-oye, pero no tienes que permanecer callada, puedes hablar-
dije.
-¿y quieres que te diga?, que eres un hijo de puta,
desgraciado e indiscreto, no puedo creer que esto me este pasando, por lo
menos me puedes decir a donde vamos-
-pues la verdad yo tampoco sé, se me ocurre que podemos ir
a un motel para follar un rato-
-¡¡¡¿a un motel?!!!, yo no voy a ir a esas porquerías de
sitios-
-¡¡¡verdad!!!, se me olvidaba que tu prefieres meter
hombres y hacerlo en tu propia casa en la cama de tu esposo y junto a las
habitaciones de tus hijos-
Ese fue el punto final de la conversación hasta que llegamos
a un motel que yo conocía porque cuando no podía hacerlo con mi novia en su casa
frecuentábamos aquel sitio, no era una "porquería" ni mucho menos, era un buen
lugar con buenas habitaciones y se lo hice saber a mi tía, aunque su opinión no
valía mucho.
Del bolsillo de ella pagamos tres horas de servicio, entramos
y estacionamos el auto, nos tocó una habitación en un tercer piso y tuvimos que
cruzar por muchos cuartos de donde salían profundas expresiones de placer,
además de unas cuantas parejas que nos miraban extrañadas por la diferencia de
edad entre nosotros y eso.
En nuestra habitación había una cama en forma de corazón que
me pareció cómica ya que en ninguna de las otras habitaciones en las que había
estado vi algo parecido.
De inmediato me tendí de espaldas sobre ella y me quité el
pantalón, miré a mi tía parada tras la puerta inspeccionando con la vista el
sitio y me comencé a masturbar. Se despojó de su pañoleta y sin perder mas
tiempo se arrodilló entre mis piernas y me la mamó otra vez.
Lentamente mientras su saliva iba cubriendo mi mástil le fui
desvistiendo, primero cayó su saco y luego su blusa, decidí dejar el destapé de
sus tetas para cuando las tuviera frente a mi y no de espaldas como en aquel
momento.
Antes de que me corriera de nuevo le pedí que pusiera de pie,
se quitó los lentes pero le pedí que los devolviera a su sitio, eran parte
especial de su atuendo y un gran aliciente para mi. Le retiré el pantalón y
quedó en sostén y en pantaleta con su miraba punzante y su cabello medio
alborotado sobre los hombros, su piel blanca, mas blanca de lo que me imaginaba
y en su cuerpo los años de experiencia.
-desnúdate- le dije.
Torció sus brazos hacia su espalda y se quitó el sostén que
cayó irremediablemente, aparecieron dos tetas puntiagudas, un tanto mas grandes
de lo que me parecían en las fotos. Entonces se bajó de un solo envión la
pantaleta y me mostró su coño rasurado para sus amantes. Me excité muchísimo,
quería darle mas preámbulo a la ocasión antes de penetrarla.
-tía, acuéstate en la cama, junto a la cabecera. Y
mastúrbate-
-vaya que si eres dañado, quien lo hubiera imaginado, tan
correcto que aparentabas ser-
-no hables de a mucho que la puta no soy yo-
Se tumbó sobre la cama y se empezó a acariciar, que plano tan
magnifico, sus manos arrullaban sus senos y masajeaban su monte de venus,
recorrían su piel por su cintura y se adentraban en sus labios. Otra vez parecía
entregada totalmente, incluso uno que otros gemidito se le fue escapando en lo
que se suponía una tarea desagradable para ella.
Mientras tanto yo me pajeaba arrodillado sobre la cama a
escasos centímetros de su cuerpo, le pedí que se tocara el ano y que se separara
las nalgas lo suficiente para dejarme ver con claridad, se puso de costado y se
metió un dedo con la profundidad de hacerle dar un grito. Yo no pude mas y
exploté rociando mi liquido entre su culo y sus caderas. Tomé una de sus manos y
le ayudé a esparcir todo mi esperma por su piel.
Aun teníamos dos horas y media para gozar, así que coloqué
una película porno que le pedí viera mientras trataba de inventar algo de
conversación.
La charla no fue muy buena pero la película logró después de
algún tiempo que mis ganas despertaran, mi tía notó que mi miembro retomaba su
tamaño y se acostó baca arriba dispuesta a lo que viniera.
-bueno tía, ahora si viene lo bueno- dije.
Separé sus piernas y las alcé, apunté con mi palo y mi glande
se acomodó sobre sus labios vaginales, de un solo empujón entre en pleno, y
aunque ella trató de evitarlo, su cuerpo respondió y gimió.
Empecé a bombear aumentando la velocidad haciendo que mis
huevos golpearan contra su entrepierna, me separaba de ella y entraba de nuevo
con un brutal embate al que cada vez se podía resistir menos, el ritmo alcanzó
un punto frenético y los lamentos de ambos salieron como a propulsión, gritos y
gemidos potentes reventaban contra las paredes mientras sus suaves carnes
abrazaban la incesante taladrada de mi animal.
Metí la cabeza entre sus puntiagudos senos y mordí esos
pezones cafés duros como piedra.
Cambiamos de posición y la senté sobre mi, sus movimientos
rígidos en busca de demostrarme un desprecio inexistente desaparecieron por la
misma irrefrenable fuerza de sus sensaciones, entonces empezó saltar sobre mi
pelvis hundiéndose mi pene y magullando mis huevos con cada sentada. Retozaba
tal y como lo hacia con sus tres amantes aquel día, con sus ojos cerrados
escondidos tras los lentes y su boca desplegando alientos de insaciable
tentación. Su piel blanca se tornó colorada tal y como se tornan coloradas las
mejillas de su hija cuando follo con ella, el sudor hacia pantanoso el contacto
de los cuerpos y era mejor aun.
Con las manos me apoderé de sus tetas y las manejé en todas
las direcciones como un ebrio descontrolado, apretándolas y acariciándolas, tal
vez llegando a hacerle un daño que ella nunca reprochaba.
Entonces, tenia a mi tía Consuelo, una señora de 43 años de
la alta sociedad que le era infiel a su esposo con su mejor amigo y otros dos
anónimos en su propia casa, saltando sobre mi poseída por el placer. Que mas
podía pedir.
De repente gritó y sus uñas se hundieron en mi abdomen,
levantó la cara hacia el techo extendiendo el cuello y frenó todo movimiento,
tuvo un orgasmo y sus jugos cayeron sobre mi.
Después se tumbó extasiada sobre mi pecho respirando
agitadamente.
-ponte en cuatro tía que te la quiero meter por detrás-
dije.
Obedeció y se puso en cuatro patas empinando en culo, me
coloqué detrás de ella y primero masajeé sus nalgas coloradas, pasé mi lengua
sobre ellas y después lamí su ano.
Me encargué de ensalivarlo completo y lograr que se dilatara,
probé penetrándola con un dedo y su hoyuelo tenia el tamaño perfecto para
recibir mi pene sin demasiados miramientos.
Le pedí que bajara un poco mas el culo para entrar a la
medida exacta, sus nalgas me abrieron camino y mi glande contacto su agujero, la
cabeza de mi verga resbalaba ávida por el valle anal de mi tía ya completamente
húmedo.
Procuré un empujón para ver la resistencia del túnel trasero
de la mujer, y al ver que no era mucha, ataqué de un envión para ensartar
completo todo mi pedazo. Ella brincó cuando sintió que aquello entraba tan
rápidamente.
-¡¡¡dale suave pendejo!!!- dijo.
Retomé distancia y acerté un golpe igual al anterior seguido
de otro insulto de la puta de mi tía, quien se resignó de nuevo al ver que mis
empujones no paraban. Después de un rato pude alcanzar el mismo ritmo que había
tenido en su concha hace unos momentos, su culo mas apretado se sentía muy bien
atorando mi palo en el, yo la nalgueaba y una vez mas se rindió ante las
sensaciones. Comenzó un contoneo contrario a mi movimiento y logramos un encaje
perfecto. Ella continuaba desinhibiéndose y ponía todo de su parte en el acto.
El empujé anal duro mucho mas que ninguna otra cosa, hasta
que me corrí dentro de su culo, sentí que se me iba el alma y gemí mientras mi
cuerpo expulsaba hasta la ultima gota.
Entonces se acostó a mi lado...
-¿ya nos podemos ir?, esto era lo que querías ¿no?- dijo.
-tía, pagamos tres horas y aun no completamos nuestro
tiempo, tenemos mucho rato por delante para seguir culiando, ¿estas aburrida?-
Permanecimos en el lugar fornicando hasta que se nos acabó el
tiempo, "de mala gana", mi tía me mostró todo lo que puede hacer una mujer
experimentada, me dio todas las vueltas que quiso como si fuera yo la victima
del chantaje, pero siempre negó cualquier gusto por lo que ocurría aunque yo
notara lo contrario.
De vuelta a casa ella condujo y yo le bese completita en todo
el trayecto, casi la desnudé en el carro para tocarle los senos y la concha,
incluso varias personas nos vieron desde sus vehículos cuando nos deteníamos en
algún semáforo, apenas eran las 10:30pm y había mucho transito aun.
Primero me llevó a mi casa.
-entonces, ¿cuándo me vas a dar las fotos?- preguntó.
-cuando yo quiera-
-¿y entonces lo que pasó hoy que?-
-lo que pasó hoy es solo el principio de muchas otras cosas
que pasaran, ya te dije que eres mi esclava sexual, vas a hacer todo lo que yo
quiera-
-¿y cuando se acabará, cuando me darás las fotos?-
-no se, cuando me canse de ti, hasta entonces tienes que
estar preparada para todo a cualquier hora del día-
-eres un hijo de puta-
-y tu eres mi puta, nos vemos tía, que duermas-
Bajé del auto y entre a mi casa mucho mas contento que de
costumbre para planear el montón de cosas que obligaría a hacer a mi tía
Consuelo.
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