(La imagen no es de ella, pero se queda corta en describirla)
En este sitio uno siempre debe describirse, asique voy a describir a los personajes antes que nada.
Yo soy Federico, mido 1.84, castaño con rulos. Tengo barba bastante tupida. No soy Flaco, por el contrario, tengo mi pancita. Aún así hago ejercicio seguido y también soy fornido de cuerpo.
Malena es mi mejor amiga desde el jardín de infantes. También es castaña, pero de pelo lacio, desde los trece que en mi mente tiene las mejores tetas que vi en mi vida.Hoy ambos tenemos 19
Arrancó el invierno de 2015 y nos juntamos con el grupo mis amigos y los de ella, porque somos básicamente primos y nos conocemos entre todos. En mi grupo los que hace más tiempo me conocen no me insisten con ella, saben que es más complicado de lo que parece. Pero los más nuevos nos cargan y a solas me preguntan porqué nunca salimos. Mi escusa es siempre la misma: es mi prima, casi ni hermana. Es familia.
Resulta que era invierno y estábamos todos reunidos en la casa de mi mejor amigo (con quincho con pool, pileta, etc.) Y estábamos escuchando música. Lucas, así se llama mi mejor amigo, se puso la 10 y preparó daikiris para todos (aunque con los pibes tomábamos cervezas) el punto es que estábamos todos muy alegres. Qué digo alegres, estábamos todos en pedo. Ese pedo en el que el alcohol es menos el factor determinante sino el hecho mismo de estar entre amigos, con musica que se disfruta, con comida rica, y repito lo de los amigos, que era lo más importante.
En algún momento de la noche sucede que los que están más o menos en onda con alguien se van a alguna habitación de las casa enorme a... A cerrar la puerta y apagar la luz. Los que no tienen esa suerte suelen irse, porque es el momento en que se termina la música.
Con Malena decidimos que esto no se terminaba acá y nos quedamos charlando en el quincho. Yo le conté, como siempre le cuento, todo lo que me pasó en la semana (minas incluidas en la ecuación). Ella como siempre opinaba pero se reservaba. Siempre que conversábamos se reservaba. Entre tanto hablar nos fuimos acercando despacio. Mi mano se iba abrazando a sus hombros, ella se apollaba en mi pierna, su pecho divino se apretaba de a poco en el mío. El alcohol se nos había subido a la cabeza. La conversación era cada vez más y más graciosa. Nos conocemos hace muchísimos años y tenemos demasiados chistes internos y anécdotas que ambos sabemos de memoria pero que las contamos y no podemos contener las carcajadas. Siempre nos teníamos juntos pero nunca tan cerca. De pronto me tira un pico y seguimos hablando lo más bien. El corazón me latía que pensaba que se me salía, y se que ella lo sentía porque (ya para este entonces tenía una teta de ella apretada contra mi), porque sentía yo el de ella. Chiste va, chiste viene. Su mano se acerca más a mi muslo y lo apreta. Mi mano baja hasta su cintura. Nos reímos de una boludez. Nos damos otro beso. Mi otra mano le toca su rodilla que está sobre la mía. Ella juega con mi cinturón. Nos reímos de algo que hacíamos cuando éramos chicos y le como la boca con pasión. Pasión de romance, tengo que admitir, porque al principio eran besos suaves y muy agitados, sin lengua. Su mano me está acariciando sobre el pantalón y yo tengo la mía agarrándole la cola, que cave aclarar no es menor que sus tetas. Nos separamos y nos miramos. Me clava una mirada sonriente de oreja a oreja cons esa sonrisa perfecta que tantas veces en mi infancia disfruté. Me mira con esos ojos negros oscuros que parecen brillar de emoción. Me acuesto sobre ella y me saca la remera entre risas juguetonas. Yo le desabrocho el corpiño y le saco todo junto, sweater y top. La alfombra del piso y esta tibia. Volvemos a comernos la boca pero ella me muerde despacio el labio inferior y yo contesto haciendo lo mismo. Estamos desenfrenados. Tiene puesto un Jean que empiezo a desabrochar mientras le doy besos en el cuello. El Jean desabrochado y bajo lentamente dándole besitos en todo el cuello y la clavícula hasta que llego a esas tetas monumentales y me contengo. La conozco desde que es chica y cuando era la única del secundario con tetas detestó que la gente las mire, que sus novios las toquen. Entonces paso por el medio separándolas con cuidado y sigo camino por el abdomen hasta llegar a esa división entre la pelvis y la panza y me quedo dando besos. Le saco el Jean y la bombacha juntos. Ella se tapa un poco por vergüenza. Le doy besitos en el tobillo y avanzó devuelta, con suma lentitud, por la pantorrilla, el muslo, hasta llegar a la tierra prometida. Le abro un poco la conchita depilada y le pasó la lengua por arriba, por cada labio, y por último me poso en el clítoris y doy círculos frenéticos. Ella se retuerce. Hace un sonido apagado con el cuerpo. En un momento me saca la cabeza de ahí y me besa. Tengo la cara empapada y nos reímos. Me limpio y le doy besos mientras con la mano le paso un dedo por encima de los labios. Está húmeda a más no poder. Introduzco el dedo y lo saco, para que sepa lo que voy a hacer. Tengo el pene erecto y me duele de tanto apretar el Jean. Ella está concentrada en lo que ahora son dos dedos entrando y revolviendo el interior de su vagina. Pasan los minutos y se revuelca hasta que me saca la mano y me besa. "Es tu turno, animal" me desabrocha el cinturón y estamos los dos desnudos en el piso del quincho. El sillón nos tapa del resto de la casa. Voy a admitir que me mide 16 cm, que considero mediano. Ella primero limpia el resto de semen que tenía de tanto tiempo besando y dándole orgasmos. Y después de tragar ese poco introduce mi pija en su boca con movimientos veloces y labios experimentados. Es la mejor chulada al día de hoy. En mente agradezco haber esperado tanto en estar con ella, porque ambos estamos experimentados y vamos a disfrutarlo mucho más que una primera vez de timidez. Le aviso que voy a acabar y empieza a masturbarme con la mano mientras abre la boca y no aguanto. Entra toda todita y se la traga sin parpadear. "Tengo forros". Me llaman por teléfono. E a Lucas, y el remis que busca siempre a las chicas (Male incluida) está en la puerta. Nos vestimos rápido, me besa en la boca y sale. Y yo quedé en el quincho, sólo, con ganas de seguir.
4 comentarios - Mi amiga tetona