Cometí un error grave, me dejé arrastrar por la fantasía demi mujer de tener un trio con dos mujeres. Acepto que yo lo admití, pero en elorigen la idea fue suya. Desde hacía tiempo veníamos publicando en Poringa imágenesprimero de ella, después de nosotros, luego de nosotros cogiendo, otro postdonde le hacia el culo, y otro donde se tragaba la leche majestuosamente (cosaque le encantaba). Todo en el marco de las diversiones que las parejas denuestra edad nos podemos dar. Mi nombre es Ricardo, tengo 30 años, mido 1,87,peso 80kg y ella es Marcia mide 1,78 y esa unos 73 kg. Si, comparados mi mujeres un poco esbelta. Portadora de buenas tetas y lindo orto, exhibe sus rollos yestrías, aunque incipientes, denotan que tiene sus quilitos de más.
Cuando decidimos largarnos al trio, empezamos a evaluar dedonde conseguir la otra mujer. ¿Lo primero que encare fue, solo por curioso,porque no un hombre? Y ella me contesto, que sentía la necesidad de probar labivalencia lésbica más que el doble falo. La respuesta me pareció lógica por loque seguí adelante con la búsqueda.
Tal cual estaba aclarado antes publicábamos en Poringa porende, decidimos poner un aviso para dar participación a alguien para hacer una seleccióndonde el rol principal en este tipo de formato lo iba a tener mi mujer.
Recibimos muchos mensajes internos hasta que nos fuimosquedando con una reiteración de alguien cuyo nombre respondía a Amparo, que decíaser Rosarina, que tenía 34 años, era también alta y de unos 58 kg.
Creo que éramos todos temerosos de dar el primer paso por locual quedamos en encontrarnos en el bar La Biela de Recoleta a fin deconocernos ya que como suelen decir algunos lo importante es sentir piel.
Sucedió, así que pactamos encontrarnos el fin de semana ennuestro departamento. El sábado como a las 17 hs Amparo llego a casa y era unamujer imponente. No solo tenía un físico poderoso sino un rostro angelical yperverso. Era la seducción.
Cuando se puso a franelear con mi esposa comprendí que no seríael convidado de piedra, por el contrario que posiblemente en esta escena seriael postre.
Cuando ambas se desnudaron y amparo relojeo mi pija al palose lo indico a mi mujer y ambas se acercaron y con cadencia y secuencia meempezaron a chupar ambas. Mi entrega fue total. Poco a poco entre en la conchade cada una, y en el devenir ilimitado del tiempo en el culo de cada una.
Lo que si me di cuenta es que quería permanecer en lascavidades de Amparo. Y cuando estaba en las cavidades de mi mujer sentía susdedos clavarse en mi piel como con la intención de retenerme.
Pero volvía a Amparo. Amparo era mi obsesión y lo atribuí enese momento a la novedad y a que toda novedad uno pretende llenarla de lechecomo primicia y en un machismo atávico tomarla como una posesión intangible, yaque hoy en el sexo todo es efímero.
Tome la posición de misionero sobre Amparo y cuando estaba cavandoen la concha se me escapo la pija y ella con su mano la acompaño suavementehasta su culo y la introdujo con un fervor que estremecía, ahí le cave el ortohasta que me corrí, cuando levante la vista vi los ojos con bronca de miesposa.
Aunque intente darle un beso, algo se había roto sin darme cuenta
Los días posteriores, sin prisas, pero sin pausas fueronquedando atrás, hasta que mi mujer me pido repetir con Amparo.
Ella trato de ocupar el primer lugar, pero contra mis ideasAmparo se llevó nuevamente mi leche.
A la tercera vez mi matrimonio estaba roto.
Me fui a vivir con Amparo, pero tampoco fue la solución,tres meses después me fui a vivir solo.
Cuando decidimos largarnos al trio, empezamos a evaluar dedonde conseguir la otra mujer. ¿Lo primero que encare fue, solo por curioso,porque no un hombre? Y ella me contesto, que sentía la necesidad de probar labivalencia lésbica más que el doble falo. La respuesta me pareció lógica por loque seguí adelante con la búsqueda.
Tal cual estaba aclarado antes publicábamos en Poringa porende, decidimos poner un aviso para dar participación a alguien para hacer una seleccióndonde el rol principal en este tipo de formato lo iba a tener mi mujer.
Recibimos muchos mensajes internos hasta que nos fuimosquedando con una reiteración de alguien cuyo nombre respondía a Amparo, que decíaser Rosarina, que tenía 34 años, era también alta y de unos 58 kg.
Creo que éramos todos temerosos de dar el primer paso por locual quedamos en encontrarnos en el bar La Biela de Recoleta a fin deconocernos ya que como suelen decir algunos lo importante es sentir piel.
Sucedió, así que pactamos encontrarnos el fin de semana ennuestro departamento. El sábado como a las 17 hs Amparo llego a casa y era unamujer imponente. No solo tenía un físico poderoso sino un rostro angelical yperverso. Era la seducción.
Cuando se puso a franelear con mi esposa comprendí que no seríael convidado de piedra, por el contrario que posiblemente en esta escena seriael postre.
Cuando ambas se desnudaron y amparo relojeo mi pija al palose lo indico a mi mujer y ambas se acercaron y con cadencia y secuencia meempezaron a chupar ambas. Mi entrega fue total. Poco a poco entre en la conchade cada una, y en el devenir ilimitado del tiempo en el culo de cada una.
Lo que si me di cuenta es que quería permanecer en lascavidades de Amparo. Y cuando estaba en las cavidades de mi mujer sentía susdedos clavarse en mi piel como con la intención de retenerme.
Pero volvía a Amparo. Amparo era mi obsesión y lo atribuí enese momento a la novedad y a que toda novedad uno pretende llenarla de lechecomo primicia y en un machismo atávico tomarla como una posesión intangible, yaque hoy en el sexo todo es efímero.
Tome la posición de misionero sobre Amparo y cuando estaba cavandoen la concha se me escapo la pija y ella con su mano la acompaño suavementehasta su culo y la introdujo con un fervor que estremecía, ahí le cave el ortohasta que me corrí, cuando levante la vista vi los ojos con bronca de miesposa.
Aunque intente darle un beso, algo se había roto sin darme cuenta
Los días posteriores, sin prisas, pero sin pausas fueronquedando atrás, hasta que mi mujer me pido repetir con Amparo.
Ella trato de ocupar el primer lugar, pero contra mis ideasAmparo se llevó nuevamente mi leche.
A la tercera vez mi matrimonio estaba roto.
Me fui a vivir con Amparo, pero tampoco fue la solución,tres meses después me fui a vivir solo.
5 comentarios - Un error
Ahora bien si ella quiere , recuerda que ella es la principal que debes complacer la otra se va y te deja emproblemado.