http://www.poringa.net/posts/relatos/2999996/Se-dio-sin-pensar.html parte 1
http://www.poringa.net/posts/relatos/3000484/Una-pequena-desilusion-parte-2.html
No estuve bien ese fin de semana, y tampoco comencé bien la siguiente, estaba de mal humor. El miércoles, llamé al trabajo y avisé que no iría, que no me sentía bien. Usé el día para pensar, me sentía media descolocada, y no me gustaba esa sensación. Durante la mañana, me la pasé tirada en la cama, tratando de sacar a Fran de mi cabeza. Estoy casada con el hombre que amo, hacía tiempo que deseaba estar donde estoy, y nada ni nadie iba a lograr destruirlo. Durante la tarde, puse toda mi energía en asear la casa, y luego me pondría a trabajar en preparar la comida preferida de Javi. La noche fue perfecta, y al otro día me sentía renovada, todo se volvió a encaminar, la vida seguía como debía. Lo que había parecido una tragedia, pasó a ser un desliz, y hasta llegué a pensar que había resultado algo positivo…
Un mes ya había pasado, y no recordaba aquel mal trago, pero sucedió un imprevisto. Hacía un rato había llegado a casa, y suena el teléfono, -hola, mi amor!, Se escucha del otro lado, era Javi. -mirá, me acaba de llamar Ramírez, en el placard, donde ya sabes, está la plata para pagar el alquiler, en un rato va a pasar un muchacho, es él hijo del doctor, pagale a él, y que te deje el recibo… -que va a venir quien?, pregunté, como si no hubiera escuchado, -creo que se llama, Franco, tiene que ir por el edificio y se ofreció a pasar. -pero yo iba a salir a comprar para la cena, le dije. -bueno, amor, es temprano, esperalo un rato, me retrucó. Ok, le dije.
Entré un poco en pánico, pero traté de tranquilizarme. Bajo, le doy la plata y listo, me dije a mi misma. Inmediatamente, sonó el timbre, pero no era el portero, y me quedé paralizada. Quien es? -pregunté, soy Fran, vengo por el alquiler. Fui inmediatamente a buscar el dinero. Abrí la puerta, -hola, dije, acá tenés. -hola, cómo estás?, Me dijo. Bien, tengo cosas que hacer. -Si, entiendo, me respondió. Disculpa, insistió, vengo del departamento de abajo, y el inquilino me habló de una mancha de humedad, me dejarías pasar un minuto a la cocina? -tengo que salir, le respondí. -es sólo un minuto, me dijo. Bueno, pasa a la cocina, cualquier cosa, yo estoy en el dormitorio…, y no termino de decirlo, que sentí un fuego en mi cara. Bueno, ahora voy, me respondió él, sonriéndome. No sabía dónde meterme… no podía ser tan idiota de decir lo que acababa de decir. Lo único que se me ocurrió, fué encerrarme en el baño, abrí la canilla, y me quedé esperando. Estaba analizando la situación, y de repente me sentí muy estúpida, le acabo de decir que estaría en el dormitorio, y ahora estoy en el baño… se supone que vine a ducharme para esperarlo en la cama??? Por Dios!! Que estoy regalada, debe ser lo mínimo que estará pensando. Me acerqué a la puerta, tratando de escuchar algo. Y me sobresalté, cuando desde el otro lado escucho, -disculpa, acá está todo bien, me voy. -ok, le respondí yo, después de alejarme un poco de la puerta. Me demoré un poco en volver a salir, cuando lo hice, lo hice con el temor que estuviera todavía en el departamento, a pesar de haber escuchado la puerta de entrada. Revisé todas las habitaciones, hasta me asomé al pasillo intentando escuchar ruidos de él alejándose. Volví a entrar, y ví la mesa, donde un mes atrás me entregué a él. Me sentí rara, con una soledad interna, cuando de repente suena el teléfono, y me sobresalté, atiendo, -hola, se escucha del otro lado, -hola, digo… perdón, soy yo, Fran, soy un tonto, se me olvidó entregarte el recibo. Ah, yo tampoco me di cuenta. -subo y te lo dejo… me quedé en silencio, y cortó. Un par de minutos después, golpeó la puerta, y abrí, me entregó el papel que tenía en la mano, yo lo agarré, me di media vuelta, y me acerqué a la mesa, apoyando ambas manos en ella. Escuché que cerró la puerta y se acercaba. Llegó hasta mi, me apoyó, y me tomó del pelo tirando hacia atrás, -me encantan las putitas como vos, me dijo al oído, apuesto que ya estás muy húmeda… me desabrochó el pantalón y me lo bajó un poco, como aquella vez hizo con la calza, mientras seguía tirándome del pelo, con la otra mano me dió un chirlo, y se me escapó un quejido, metió su mano entre mis piernas, -ves a qué me refiero?, me preguntó y puso sus dedos en mis labios. Me dió otro chirlo, y lo disfruté. -De quién es ésta putita?, Me preguntó, tuya, papi -fue mi respuesta. Tiré un brazo hacia atrás, poniendo mi mano en su entrepierna, -la querés? Me dijo -dámela, papi, fue mi respuesta. Me inclinó hacia adelante, y se bajó los pantalones, no pude disimular el placer que me dió recibirlo, y lancé un gemido que de seguro traspasó las paredes del departamento. -ahí la tenés, putita, me dijo mientras me tiraba del pelo y me embestía con violencia, me tapé la boca con una mano porque no soportaba ahogar tanto placer. -quien es el macho de ésta putita, preguntó, -vos, papi, le dije, quiero recibir tu lechita en mi boca, quiero que me la des toda, quiero que me llenes de vos. Un instante después, salí de adentro mío, me dió vuelta con la misma violencia y me acabó en la cara, y yo tomé su pija y succioné cada gota que pude sacarle. Se subió el pantalón, mirándome… -de ahora en más, todos los jueves, vas a ser mía, y salió del departamento…
Nuevamente me dejó ahí, casi en la misma posición que aquella vez. Esa sensación…, ese sentimiento…, humillación, quizás. Arrodillada como para pedirle perdón a Javi, o para pedirle a Fran que no se vaya, para decirle que lo espero, para mostrarle que estoy acá, esperando a que vuelva, y decirle que soy suya cuando quiera, para que me use, y hacerme objeto de sus deseos.
AUTOR:sinintencion
http://www.poringa.net/posts/relatos/3000484/Una-pequena-desilusion-parte-2.html
No estuve bien ese fin de semana, y tampoco comencé bien la siguiente, estaba de mal humor. El miércoles, llamé al trabajo y avisé que no iría, que no me sentía bien. Usé el día para pensar, me sentía media descolocada, y no me gustaba esa sensación. Durante la mañana, me la pasé tirada en la cama, tratando de sacar a Fran de mi cabeza. Estoy casada con el hombre que amo, hacía tiempo que deseaba estar donde estoy, y nada ni nadie iba a lograr destruirlo. Durante la tarde, puse toda mi energía en asear la casa, y luego me pondría a trabajar en preparar la comida preferida de Javi. La noche fue perfecta, y al otro día me sentía renovada, todo se volvió a encaminar, la vida seguía como debía. Lo que había parecido una tragedia, pasó a ser un desliz, y hasta llegué a pensar que había resultado algo positivo…
Un mes ya había pasado, y no recordaba aquel mal trago, pero sucedió un imprevisto. Hacía un rato había llegado a casa, y suena el teléfono, -hola, mi amor!, Se escucha del otro lado, era Javi. -mirá, me acaba de llamar Ramírez, en el placard, donde ya sabes, está la plata para pagar el alquiler, en un rato va a pasar un muchacho, es él hijo del doctor, pagale a él, y que te deje el recibo… -que va a venir quien?, pregunté, como si no hubiera escuchado, -creo que se llama, Franco, tiene que ir por el edificio y se ofreció a pasar. -pero yo iba a salir a comprar para la cena, le dije. -bueno, amor, es temprano, esperalo un rato, me retrucó. Ok, le dije.
Entré un poco en pánico, pero traté de tranquilizarme. Bajo, le doy la plata y listo, me dije a mi misma. Inmediatamente, sonó el timbre, pero no era el portero, y me quedé paralizada. Quien es? -pregunté, soy Fran, vengo por el alquiler. Fui inmediatamente a buscar el dinero. Abrí la puerta, -hola, dije, acá tenés. -hola, cómo estás?, Me dijo. Bien, tengo cosas que hacer. -Si, entiendo, me respondió. Disculpa, insistió, vengo del departamento de abajo, y el inquilino me habló de una mancha de humedad, me dejarías pasar un minuto a la cocina? -tengo que salir, le respondí. -es sólo un minuto, me dijo. Bueno, pasa a la cocina, cualquier cosa, yo estoy en el dormitorio…, y no termino de decirlo, que sentí un fuego en mi cara. Bueno, ahora voy, me respondió él, sonriéndome. No sabía dónde meterme… no podía ser tan idiota de decir lo que acababa de decir. Lo único que se me ocurrió, fué encerrarme en el baño, abrí la canilla, y me quedé esperando. Estaba analizando la situación, y de repente me sentí muy estúpida, le acabo de decir que estaría en el dormitorio, y ahora estoy en el baño… se supone que vine a ducharme para esperarlo en la cama??? Por Dios!! Que estoy regalada, debe ser lo mínimo que estará pensando. Me acerqué a la puerta, tratando de escuchar algo. Y me sobresalté, cuando desde el otro lado escucho, -disculpa, acá está todo bien, me voy. -ok, le respondí yo, después de alejarme un poco de la puerta. Me demoré un poco en volver a salir, cuando lo hice, lo hice con el temor que estuviera todavía en el departamento, a pesar de haber escuchado la puerta de entrada. Revisé todas las habitaciones, hasta me asomé al pasillo intentando escuchar ruidos de él alejándose. Volví a entrar, y ví la mesa, donde un mes atrás me entregué a él. Me sentí rara, con una soledad interna, cuando de repente suena el teléfono, y me sobresalté, atiendo, -hola, se escucha del otro lado, -hola, digo… perdón, soy yo, Fran, soy un tonto, se me olvidó entregarte el recibo. Ah, yo tampoco me di cuenta. -subo y te lo dejo… me quedé en silencio, y cortó. Un par de minutos después, golpeó la puerta, y abrí, me entregó el papel que tenía en la mano, yo lo agarré, me di media vuelta, y me acerqué a la mesa, apoyando ambas manos en ella. Escuché que cerró la puerta y se acercaba. Llegó hasta mi, me apoyó, y me tomó del pelo tirando hacia atrás, -me encantan las putitas como vos, me dijo al oído, apuesto que ya estás muy húmeda… me desabrochó el pantalón y me lo bajó un poco, como aquella vez hizo con la calza, mientras seguía tirándome del pelo, con la otra mano me dió un chirlo, y se me escapó un quejido, metió su mano entre mis piernas, -ves a qué me refiero?, me preguntó y puso sus dedos en mis labios. Me dió otro chirlo, y lo disfruté. -De quién es ésta putita?, Me preguntó, tuya, papi -fue mi respuesta. Tiré un brazo hacia atrás, poniendo mi mano en su entrepierna, -la querés? Me dijo -dámela, papi, fue mi respuesta. Me inclinó hacia adelante, y se bajó los pantalones, no pude disimular el placer que me dió recibirlo, y lancé un gemido que de seguro traspasó las paredes del departamento. -ahí la tenés, putita, me dijo mientras me tiraba del pelo y me embestía con violencia, me tapé la boca con una mano porque no soportaba ahogar tanto placer. -quien es el macho de ésta putita, preguntó, -vos, papi, le dije, quiero recibir tu lechita en mi boca, quiero que me la des toda, quiero que me llenes de vos. Un instante después, salí de adentro mío, me dió vuelta con la misma violencia y me acabó en la cara, y yo tomé su pija y succioné cada gota que pude sacarle. Se subió el pantalón, mirándome… -de ahora en más, todos los jueves, vas a ser mía, y salió del departamento…
Nuevamente me dejó ahí, casi en la misma posición que aquella vez. Esa sensación…, ese sentimiento…, humillación, quizás. Arrodillada como para pedirle perdón a Javi, o para pedirle a Fran que no se vaya, para decirle que lo espero, para mostrarle que estoy acá, esperando a que vuelva, y decirle que soy suya cuando quiera, para que me use, y hacerme objeto de sus deseos.
AUTOR:sinintencion
10 comentarios - bajos instintos parte 3
+10
Vipo.-
SALUDOS.
Gracias