Les relataré algo curioso, trabajo en un casino en Ciudad Satélite, en la Ciudad de México y curiosamente, mi fantasía ha sido siempre hacer un trío con alguna pareja y este día no se me olvidará jamás, ya que marcó el inicio de una vida llena de placeres. En esa ocasión y como de costumbre, me fui a mi trabajo, donde me dedico a la atención al cliente y ello, siempre estoy en contacto con personas de toda índole, personas de nivel bajo, alto y medio y por lo regular, van damas muy atractivas a los casinos, así que te deleitas la pupila con las personas que se van a divertirse.
En una ocasión, estaba atendiendo una mesa, ya que ese día faltó un vendedor de cartones de bingo y me pidieron que apoyara a cubrir ese faltante, así que empecé a trabajar repartiendo cartones y me dieron a cubrir 10 mesas llenas de jugadores y jugadoras, sin la más mínima malicia de que ese día realizaría una de mis fantasías. Me tocó atender a una señora de alrededor de los 35 a 40 años, una de esas damas que son muy agradable a la vista, recuerdo que llevaba puesto un vestido blanco a media pierna y unas zapatillas del mismo color, además su peinado de media coleta la hacía verse muy sensual, con sus hombros sin algo que se los cubriera. Por cierto, ese vestido le marcaba unas pompas muy bien proporcionadas y como sé que esto era así, pues porque la caída del vestido le marcaba su diminuta prenda abajo de su vestido.
Siguiendo con el relato, me acerqué a repartirles los cartones y cobrarles, de repente sentí una mano en mi pierna llegando casi a mis nalgas y me sorprendí al ver que era de ella, la verdad ¿quién no se hubiera emocionado con esa acción? y obvio, me excitó un poco pero no demostré algún sentimiento. Terminé de repartir esa ronda y a la siguiente, me dio una nota escrita al reverso de uno de los boletos que le vendí, decía “hola Carlos, me llamas mucho la atención, me gustaría invitarte una copa” y sin más dudarlo, no me vi perezoso en aceptar su propuesta, luego me preguntó a qué hora salía, le contesté que en una hora y me indicó “te espero en el OXXO que está afuera” y sólo asentí con la cabeza. No hablamos ni me dio alguna nota más, así que esperaba con ansias que pasaran los minutos para encontrarme con ella y saber qué me deparaba el encuentro.
Fuimos a un bar con música lounge, soy joven de 30 años y la verdad, no era muy atractivo el ambiente para mí, ella lo notó e hizo una llamada a quien supongo era su marido, ya que no alcancé a escuchar su conversación y al final de la llamada, me dijo “vámonos a un lugar más tranquilo donde puedas estar más cómoda y te haga sentir más a gusto”. Accedí temeroso que su esposo nos fuera a cachar en la movida, así llegamos a su casa y me invitó una cerveza, la acepté y me dijo “regreso en breve, voy a ponerme más cómoda”, sólo vi como meneaba su trasero y como se le remarcaba su tanga debajo de ella. Cuando bajó de su habitación, sólo vi como bajaba con un vestido de algodón más parecido a una pijama, creo yo pero lo excitante pasaría después.
Enseguida, me sirvió un tequila y ella otro más, luego puso música y se bebió cuatro caballitos de un solo trago, invitándome que pasara a la sala, que ahí quería proponerme algo. Así lo hice, entonces me senté donde me indicó y se sentó en su mesa de centro, levantándose un poco su vestido y colocó su pierna a la altura del sofá, dejándome ver que traía unas medias a la mitad de sus piernas y se le marcaba un liguero, lo que me prendió al instante y ella notó mi excitación, señalándome “creo que a tu amigo le guste” y le contesté “sí, al igual que a mí”.
Al momento, ella se me acercó y me dio un beso tan rico que sentí cómo se me humedecía mi miembro, luego dejó de besarme, diciéndome “creo que a tu amigo le gustarían unos besos también”, enseguida posó sus manos en mi pantalón y con un movimiento maestro, me sacó mi miembro y me lo empezó a besar y a chupar tan rico que perdí la noción del ambiente y no me había percatado que su esposo llevaba viéndonos varios minutos. Cuando escuché que ella le dijo “ven, amor, siéntate, mira lo que siempre me pides que haga”, entre asustado y excitado, tenía ganas de salirme pero su esposo me indicó “tranquilo, amigo, disfruta a mi esposa que la disfrutaré contigo”.
De inmediato, comenzó a desnudarse, luego retiró la mesa de centro y se puso atrás de su esposa mientras ella me la chupaba con frenesí, sólo recuerdo que le dijo “Karen, deberías quitarte esa bata y ella accedió. Al instante, vi un espectacular liguero con un corsé negro que remarcaban sus atributos femeninos, sólo noté que ella seguía empinada y él le dijo “amor, móntate encima de Juan, mira que se me antojó hacerte un sandwichito”. Ella asintió con su cabeza y se dispuso a subirse encima de mi pene, sólo recuerdo que bajaba y subía con lentitud, con firmeza, luego sentí como su esposo se abría camino en medio de sus nalgas y sólo cerraba sus ojos, dejando entrever lo blanco de sus ojos.
Esa sensación era muy rica y sólo veía como su esposo maniobraba y le tomaba algunas fotos de su culito y su vagina deleitando con su estrechez a dos penes, que sólo estaban tiesos por ella hasta que llegó el momento que no aguantamos más, primero terminó su esposo y yo seguía, entonces él le dijo a Karen “amor, siéntate encima de él pero dándole la espalda, aaahhh pero te la vas a meter por atrás”. Luego, ella añadió “sí, amor, ya quiero que se venga y mi trasero está más apretado, ya veremos si seguirá tardando”, al momento que lo hizo, sólo aguanté cuatro sentones y sentí como me vine dentro del condón que me puso con sus labios carnosos. En cuanto terminamos, descansamos y su esposo me dio $700 pesos, diciéndome que quería que los visitara con frecuencia, ya que él siempre estaba fuera de casa, por su trabajo y quería que alguien le diera sexo a su dama y ocasionalmente hacerle lo que le gusta, la doble penetración.
Les dejo mi Whats 5528890578
Fin
En una ocasión, estaba atendiendo una mesa, ya que ese día faltó un vendedor de cartones de bingo y me pidieron que apoyara a cubrir ese faltante, así que empecé a trabajar repartiendo cartones y me dieron a cubrir 10 mesas llenas de jugadores y jugadoras, sin la más mínima malicia de que ese día realizaría una de mis fantasías. Me tocó atender a una señora de alrededor de los 35 a 40 años, una de esas damas que son muy agradable a la vista, recuerdo que llevaba puesto un vestido blanco a media pierna y unas zapatillas del mismo color, además su peinado de media coleta la hacía verse muy sensual, con sus hombros sin algo que se los cubriera. Por cierto, ese vestido le marcaba unas pompas muy bien proporcionadas y como sé que esto era así, pues porque la caída del vestido le marcaba su diminuta prenda abajo de su vestido.
Siguiendo con el relato, me acerqué a repartirles los cartones y cobrarles, de repente sentí una mano en mi pierna llegando casi a mis nalgas y me sorprendí al ver que era de ella, la verdad ¿quién no se hubiera emocionado con esa acción? y obvio, me excitó un poco pero no demostré algún sentimiento. Terminé de repartir esa ronda y a la siguiente, me dio una nota escrita al reverso de uno de los boletos que le vendí, decía “hola Carlos, me llamas mucho la atención, me gustaría invitarte una copa” y sin más dudarlo, no me vi perezoso en aceptar su propuesta, luego me preguntó a qué hora salía, le contesté que en una hora y me indicó “te espero en el OXXO que está afuera” y sólo asentí con la cabeza. No hablamos ni me dio alguna nota más, así que esperaba con ansias que pasaran los minutos para encontrarme con ella y saber qué me deparaba el encuentro.
Fuimos a un bar con música lounge, soy joven de 30 años y la verdad, no era muy atractivo el ambiente para mí, ella lo notó e hizo una llamada a quien supongo era su marido, ya que no alcancé a escuchar su conversación y al final de la llamada, me dijo “vámonos a un lugar más tranquilo donde puedas estar más cómoda y te haga sentir más a gusto”. Accedí temeroso que su esposo nos fuera a cachar en la movida, así llegamos a su casa y me invitó una cerveza, la acepté y me dijo “regreso en breve, voy a ponerme más cómoda”, sólo vi como meneaba su trasero y como se le remarcaba su tanga debajo de ella. Cuando bajó de su habitación, sólo vi como bajaba con un vestido de algodón más parecido a una pijama, creo yo pero lo excitante pasaría después.
Enseguida, me sirvió un tequila y ella otro más, luego puso música y se bebió cuatro caballitos de un solo trago, invitándome que pasara a la sala, que ahí quería proponerme algo. Así lo hice, entonces me senté donde me indicó y se sentó en su mesa de centro, levantándose un poco su vestido y colocó su pierna a la altura del sofá, dejándome ver que traía unas medias a la mitad de sus piernas y se le marcaba un liguero, lo que me prendió al instante y ella notó mi excitación, señalándome “creo que a tu amigo le guste” y le contesté “sí, al igual que a mí”.
Al momento, ella se me acercó y me dio un beso tan rico que sentí cómo se me humedecía mi miembro, luego dejó de besarme, diciéndome “creo que a tu amigo le gustarían unos besos también”, enseguida posó sus manos en mi pantalón y con un movimiento maestro, me sacó mi miembro y me lo empezó a besar y a chupar tan rico que perdí la noción del ambiente y no me había percatado que su esposo llevaba viéndonos varios minutos. Cuando escuché que ella le dijo “ven, amor, siéntate, mira lo que siempre me pides que haga”, entre asustado y excitado, tenía ganas de salirme pero su esposo me indicó “tranquilo, amigo, disfruta a mi esposa que la disfrutaré contigo”.
De inmediato, comenzó a desnudarse, luego retiró la mesa de centro y se puso atrás de su esposa mientras ella me la chupaba con frenesí, sólo recuerdo que le dijo “Karen, deberías quitarte esa bata y ella accedió. Al instante, vi un espectacular liguero con un corsé negro que remarcaban sus atributos femeninos, sólo noté que ella seguía empinada y él le dijo “amor, móntate encima de Juan, mira que se me antojó hacerte un sandwichito”. Ella asintió con su cabeza y se dispuso a subirse encima de mi pene, sólo recuerdo que bajaba y subía con lentitud, con firmeza, luego sentí como su esposo se abría camino en medio de sus nalgas y sólo cerraba sus ojos, dejando entrever lo blanco de sus ojos.
Esa sensación era muy rica y sólo veía como su esposo maniobraba y le tomaba algunas fotos de su culito y su vagina deleitando con su estrechez a dos penes, que sólo estaban tiesos por ella hasta que llegó el momento que no aguantamos más, primero terminó su esposo y yo seguía, entonces él le dijo a Karen “amor, siéntate encima de él pero dándole la espalda, aaahhh pero te la vas a meter por atrás”. Luego, ella añadió “sí, amor, ya quiero que se venga y mi trasero está más apretado, ya veremos si seguirá tardando”, al momento que lo hizo, sólo aguanté cuatro sentones y sentí como me vine dentro del condón que me puso con sus labios carnosos. En cuanto terminamos, descansamos y su esposo me dio $700 pesos, diciéndome que quería que los visitara con frecuencia, ya que él siempre estaba fuera de casa, por su trabajo y quería que alguien le diera sexo a su dama y ocasionalmente hacerle lo que le gusta, la doble penetración.
Les dejo mi Whats 5528890578
Fin
2 comentarios - Trío sin intención