La ultima vez que nos vimos con Ale quedamos que me iba a animar a cenar con ella. No era nosotros dos, sino los dos, Nora que nos había presentado y Marcela, esa amiga que yo sospechaba que sabía todo con lujo de detalles. Esa noche pasó y al final, con las botellas vacías, las velas apagadas y la puerta cerrada fuimos solo nosotros dos. Fue la primer noche que dormí en su casa. No se si la borrachera, la fría noche o las ganas de hacerlo en la mañana me hicieron quedarme, no se si era algo más. Simplemente desperté en un lugar que no era el mío, pero nos prometimos volver a vernos muy pronto.
Miércoles, víspera de feriado. El otoño frío sigue afuera, y no puedo negarme a la cita, que digo negarme, no puedo aguantarme. Otro viaje, otra vez la misma escena, no hay solo dos copas en la mesa, somos cuatro... pero hoy después del vino, las risas y la charla solo una sale por la puerta. entre ellas no hay explicaciones, excusas, mentiras. La que se va es porque no desea quedarse.
Ale me alcanza un vino, tres copas limpias. "anda, ponete comodo, ya voy" La habitación esta mucho mas caliente que el resto de la casa, necesito desvestirme, no es un lugar para abrigos. Una mano toma una copa, se sirve, Ale pasa hacía el baño. Ya estamos los tres en la habitación, pero somos solo dos cerca de la cama. Dudamos unos segundos, Ale sale, nos mira y nos dice "van a quedar mirandose toda la noche" Ellas también sienten el calor de la habitación, nuestra invitada se quita los zapatos, yo me animo a acercarme a su boca, nos acariciamos, nos besamos. Ale nos va quitando la ropa, entre nuestros besos ella baja breteles, abre cintos, me quita la remera y de golpe casi sin que lo note siento mi cuerpo desnudo. Me bajo de golpe el boxer, me dejo en bolas sin darme un segundo, sin darle un segundo a verme a su amiga.
Me tiran en la cama, Ale mira desde una silla, copa en mano, como un culo sube y baja, como mi pija se pierde en ese cuerpo que goza, en esa mujer que gime, yo disfruto la vista de un cuerpo hermoso, disfruto de su placer, de la concha húmeda devorando mi pija, de los gemidos que le arranca mi erección usada de juguete. Ale me mira, se toca, nos mira y se toca, nos escucha tocándose con el pequeño vibrador, y empiezo a escucharla gemir. Se levanta, se apoya en la cama, una rodilla luego la otra, gatea a la altura de mi pecho ¿te calentó verme? quiero algo más ¿ a vos no se te antoja la boca? le dice a su amiga, y pone sus rodillas a los lados de mi cara... se toca, y por fin baja y gime cada vez más, se levanta y veo como se mete los dedos.
Ellas cambian de lugar, yo solo sigo ahí tirado, disfruto tanto que no quiero nada mas, disfruto tanto que me dejo llevar, solo las dejo hacer. Mis gemidos se ahogan entre sus piernas, ale sabe que yo estoy por explotar y baja el ritmo, esta casi quieta, pero me tiene adentro, eso de cierta forma me vuelve loco. Escucho un gemido distinto, casi de dolor, yo no hice nada distinto ¿Que pasó? Ale dice, nena, te dije que si te quedabas te hacían la cola. Despacio hija de puta, ahora ambas reían, Ale seguía con sus dedos haciendola gemir, yo no pude aguantarme mas y me acabé. Por un momento pude ser yo el que miraba desde la silla tomando vino, mirando como Ale le hace una paja anal a Marcela, como la lubrica y como ella se pajea para disfrutar mientras se lo hace.
Vení, sacate las ganas, dice Ale, Marcela se pone en cuatro, ahora son sus dedos los que juegan en ese culo y yo solo me paro detrás de ella y me meto, siento el roce, siento sus gemidos, veo a Ale que nos mira, que lo disfruta como si me tuviese adentro. Estoy a punto de acabar, marcela gime, pero esta cansada de tenerme adentro. Ale me saca el forro, se mete toda la pija, lo hace de forma exagerada, es un chiste para su amiga tal vez, lo que no fue un chiste fue el ritmo con el que me pajeo, no pensaba que podía aguntarme de pie. Le llene las tetas de leche.
Cuando volvió del baño, estabamos tocandonos, casi un 69 con Marcela, ella me tocaba, me acariciaba, yo iba poniendome duro y ella estaba cada vez mas mojada. ¿molesto? dijo ale, con las tetas aún mojadas, y eramos tres cuerpos desnudos, tres cuerpos pajeados, tres cuerpos en placer. Las piernas de Marcela abiertas se dajaban llevar, pero cuando ale puso su boca entre ellas, perdieron el control, y yo tambien. Solo pude ir al pie de la cama, a los pies de marcela, al cuello de Ale, ella se movia se lo estaba haciendo con toda la cabeza, no solo con la lengua, con la misma pasión que me habia comido a mi, la hacia gritar a nuestra invitada. La bese, la toque, le hice una hermosa paja y cuando Marce ya estaba acabada, nos sentamos en la esquina de cama, sus muslos rebotando en los míos, mas ruidos de placer.
Yo no tenía mas para acabar, solo por eso estire el momento mas allá del suyo. Marce quiso terminar su noche, y yo no pude negarme, revolcados en la cama nos comimos a besos hasta ese gemido final.
Miércoles, víspera de feriado. El otoño frío sigue afuera, y no puedo negarme a la cita, que digo negarme, no puedo aguantarme. Otro viaje, otra vez la misma escena, no hay solo dos copas en la mesa, somos cuatro... pero hoy después del vino, las risas y la charla solo una sale por la puerta. entre ellas no hay explicaciones, excusas, mentiras. La que se va es porque no desea quedarse.
Ale me alcanza un vino, tres copas limpias. "anda, ponete comodo, ya voy" La habitación esta mucho mas caliente que el resto de la casa, necesito desvestirme, no es un lugar para abrigos. Una mano toma una copa, se sirve, Ale pasa hacía el baño. Ya estamos los tres en la habitación, pero somos solo dos cerca de la cama. Dudamos unos segundos, Ale sale, nos mira y nos dice "van a quedar mirandose toda la noche" Ellas también sienten el calor de la habitación, nuestra invitada se quita los zapatos, yo me animo a acercarme a su boca, nos acariciamos, nos besamos. Ale nos va quitando la ropa, entre nuestros besos ella baja breteles, abre cintos, me quita la remera y de golpe casi sin que lo note siento mi cuerpo desnudo. Me bajo de golpe el boxer, me dejo en bolas sin darme un segundo, sin darle un segundo a verme a su amiga.
Me tiran en la cama, Ale mira desde una silla, copa en mano, como un culo sube y baja, como mi pija se pierde en ese cuerpo que goza, en esa mujer que gime, yo disfruto la vista de un cuerpo hermoso, disfruto de su placer, de la concha húmeda devorando mi pija, de los gemidos que le arranca mi erección usada de juguete. Ale me mira, se toca, nos mira y se toca, nos escucha tocándose con el pequeño vibrador, y empiezo a escucharla gemir. Se levanta, se apoya en la cama, una rodilla luego la otra, gatea a la altura de mi pecho ¿te calentó verme? quiero algo más ¿ a vos no se te antoja la boca? le dice a su amiga, y pone sus rodillas a los lados de mi cara... se toca, y por fin baja y gime cada vez más, se levanta y veo como se mete los dedos.
Ellas cambian de lugar, yo solo sigo ahí tirado, disfruto tanto que no quiero nada mas, disfruto tanto que me dejo llevar, solo las dejo hacer. Mis gemidos se ahogan entre sus piernas, ale sabe que yo estoy por explotar y baja el ritmo, esta casi quieta, pero me tiene adentro, eso de cierta forma me vuelve loco. Escucho un gemido distinto, casi de dolor, yo no hice nada distinto ¿Que pasó? Ale dice, nena, te dije que si te quedabas te hacían la cola. Despacio hija de puta, ahora ambas reían, Ale seguía con sus dedos haciendola gemir, yo no pude aguantarme mas y me acabé. Por un momento pude ser yo el que miraba desde la silla tomando vino, mirando como Ale le hace una paja anal a Marcela, como la lubrica y como ella se pajea para disfrutar mientras se lo hace.
Vení, sacate las ganas, dice Ale, Marcela se pone en cuatro, ahora son sus dedos los que juegan en ese culo y yo solo me paro detrás de ella y me meto, siento el roce, siento sus gemidos, veo a Ale que nos mira, que lo disfruta como si me tuviese adentro. Estoy a punto de acabar, marcela gime, pero esta cansada de tenerme adentro. Ale me saca el forro, se mete toda la pija, lo hace de forma exagerada, es un chiste para su amiga tal vez, lo que no fue un chiste fue el ritmo con el que me pajeo, no pensaba que podía aguntarme de pie. Le llene las tetas de leche.
Cuando volvió del baño, estabamos tocandonos, casi un 69 con Marcela, ella me tocaba, me acariciaba, yo iba poniendome duro y ella estaba cada vez mas mojada. ¿molesto? dijo ale, con las tetas aún mojadas, y eramos tres cuerpos desnudos, tres cuerpos pajeados, tres cuerpos en placer. Las piernas de Marcela abiertas se dajaban llevar, pero cuando ale puso su boca entre ellas, perdieron el control, y yo tambien. Solo pude ir al pie de la cama, a los pies de marcela, al cuello de Ale, ella se movia se lo estaba haciendo con toda la cabeza, no solo con la lengua, con la misma pasión que me habia comido a mi, la hacia gritar a nuestra invitada. La bese, la toque, le hice una hermosa paja y cuando Marce ya estaba acabada, nos sentamos en la esquina de cama, sus muslos rebotando en los míos, mas ruidos de placer.
Yo no tenía mas para acabar, solo por eso estire el momento mas allá del suyo. Marce quiso terminar su noche, y yo no pude negarme, revolcados en la cama nos comimos a besos hasta ese gemido final.
1 comentarios - tres copas