Diversión en la ducha.

Llegue media caliente a la ducha, venía con ganas de mandarme algo en la concha. Lo primero y único que encontré fue un pincel que por causas desconocidas estaba ahí en el baño.
Me meto debajo la lluvia de la ducha para bañarme aunque cambie de planes en ese instante.
Mi mano derecha se ubica sin más sobre mi clítoris y comienza a estimularlo haciendo círculos sobre este por instinto nato, con la que me quedo libre voy metiendo despacio el mango del pincel y lo sostengo para que no se salga de mi interior.
Es la primera vez que me toco estando parada.
Siento como mi éxtasis se va desarrollando lentamente, incrementándose el placer, mi cuerpo consumiéndose en una gustosa sensación, puro placer derramándose por cada una de mis células.
Temiendo que tarde demasiado en la ducha, y levante dudas en mi familia, mantengo mis caricias constantes. Al bajar mi mirada me encuentro con la excitante imagen del pincel metido en mi concha hasta la mitad.
Con mi mano izquierda tomo la barra de jabón y lo deslizo por mis pechos, rozando con vehemencia mis pezones, en ningún momento dejo mi enérgico frotamiento de lado.
Cuando ya me siento a punto de culminar, mis músculos se contraen haciendo que el pincel se salga cayendo al suelo y mientras enjabono mi culo terminando con dos dedos dentro de él.
Al asumir que he tardado de más me dejo a medias y realmente hago lo que debía hacer desde un principio.