Ella está en cuatro, gime, cierra los ojos, se muerde los labios, respira agitada, disfruta con cada penetración, su cuerpo esta todo transpirado, su vagina mojada se adapta a ese miembro duro que esta dentro de ella.
Diego se mueve a un ritmo sostenido, sabe que su amante nunca se niega a sus deseos, ella es casada y su marido lo sabe todo.
Afuera llueve, los truenos son la música de fondo, se entremezclan con los gemidos, Claudia siente que algo le roza la cara, abre los ojos y se encuentra con un pene cerca de sus labios, levanta la mirada pensando que es su esposo...
Se sorprende a ver a otra persona, un amigo de Diego, este cuando la llamo le dijo que le tenia preparada una sorpresa, pero no pensó en esto, tampoco se hizo muchos problemas, simplemente abrió su boca y comenzó a chuparlo.
Noche de lluvia, dos machos para ella, y su marido mirando... que más podía pedir.
Su excitación aumenta, disfruta de chupar ese miembro desconocido mientras su amante de siempre no de deja de cogerla.
El comienza a aumentar su ritmo, mas rápido, cada vez más rápido hasta que explota dentro de ella inundándola de semen, el siempre acaba adentro, sabe que a Claudia eso le encanta.
Marcos, el nuevo amante da la vuelta, la toma de la cintura y la acuesta boca arriba. Ante la sorpresa de ella, se arrodilla y pierde su rostro entre su sexo, primero se sorprende, piensa en el semen que debe estar saliendo y chorreando por sus pliegues, pero el sentir esa lengua recorriendo su clítoris, sus labios, se olvida de todo y se entrega al placer.
El saborea todo, esa entrepierna totalmente mojada, pegajosa, llena de semen, lubricada, nada importa, solo el sexo, solo gozar.
Ella arquea su cuerpo, se relaja, deja que él haga lo que quiera, de a ratos la masturba, intercala con sexo oral, sin detenerse comienza a meterle un dedo en la cola, la crema la lubrica, al rato otro dedo, ella relaja todo lo que puede mientras sigue disfrutando como se la chupa.
Marcos la hace bajar a piso y ponerse en cuatro, se para detrás de ella y desciende suavemente, Claudia siente como el pene roza su cola, apoya su cara en el piso, se relaja, siente como la comienza a penetrar lentamente, poco a poco, presiona, afloja, presiona un poco más.
Se mueve seguro pero lentamente, con cada presión la penetra un poco más, más la penetra y mas se dilata, asi una y otra vez, los gemidos aumentan y también aumenta la velocidad con que él se mueve, a ella le encanta el sexo anal y más si su marido los mira...
Dos, tres minutos, vaya uno a saber cuanto duro, todo termina con un chorro de leche cayendo en su espalda, sus nalgas, su ano.
Afuera sigue lloviendo y la fiesta puede continuar...
Diego se mueve a un ritmo sostenido, sabe que su amante nunca se niega a sus deseos, ella es casada y su marido lo sabe todo.
Afuera llueve, los truenos son la música de fondo, se entremezclan con los gemidos, Claudia siente que algo le roza la cara, abre los ojos y se encuentra con un pene cerca de sus labios, levanta la mirada pensando que es su esposo...
Se sorprende a ver a otra persona, un amigo de Diego, este cuando la llamo le dijo que le tenia preparada una sorpresa, pero no pensó en esto, tampoco se hizo muchos problemas, simplemente abrió su boca y comenzó a chuparlo.
Noche de lluvia, dos machos para ella, y su marido mirando... que más podía pedir.
Su excitación aumenta, disfruta de chupar ese miembro desconocido mientras su amante de siempre no de deja de cogerla.
El comienza a aumentar su ritmo, mas rápido, cada vez más rápido hasta que explota dentro de ella inundándola de semen, el siempre acaba adentro, sabe que a Claudia eso le encanta.
Marcos, el nuevo amante da la vuelta, la toma de la cintura y la acuesta boca arriba. Ante la sorpresa de ella, se arrodilla y pierde su rostro entre su sexo, primero se sorprende, piensa en el semen que debe estar saliendo y chorreando por sus pliegues, pero el sentir esa lengua recorriendo su clítoris, sus labios, se olvida de todo y se entrega al placer.
El saborea todo, esa entrepierna totalmente mojada, pegajosa, llena de semen, lubricada, nada importa, solo el sexo, solo gozar.
Ella arquea su cuerpo, se relaja, deja que él haga lo que quiera, de a ratos la masturba, intercala con sexo oral, sin detenerse comienza a meterle un dedo en la cola, la crema la lubrica, al rato otro dedo, ella relaja todo lo que puede mientras sigue disfrutando como se la chupa.
Marcos la hace bajar a piso y ponerse en cuatro, se para detrás de ella y desciende suavemente, Claudia siente como el pene roza su cola, apoya su cara en el piso, se relaja, siente como la comienza a penetrar lentamente, poco a poco, presiona, afloja, presiona un poco más.
Se mueve seguro pero lentamente, con cada presión la penetra un poco más, más la penetra y mas se dilata, asi una y otra vez, los gemidos aumentan y también aumenta la velocidad con que él se mueve, a ella le encanta el sexo anal y más si su marido los mira...
Dos, tres minutos, vaya uno a saber cuanto duro, todo termina con un chorro de leche cayendo en su espalda, sus nalgas, su ano.
Afuera sigue lloviendo y la fiesta puede continuar...
4 comentarios - Trio e infidelidad