Esta historia es real, por lo tanto cambiaré nombres y algunos datos, aclarado esto vamos a la misma. La tía Gladis era la esposa de un primo hermano de mi madre que murió en la década del 70, quedando viuda con un hijo de mi misma edad, ( hoy tengo 55), Gladis no era muy alta ni muy linda, pero a sus 43 años era dueña de un par de tetas que acaparaban las pajas de mi adolescencia y los sueños húmedos de mi primera juventud, por cuestiones de estudio y de crecimiento me fuí alejando como todo joven de las personas a las cuales no vemos con asiduidad. Por cuestiones de trabajo me radiqué unos años en la provincia de Córdoba y hace algún tiempo, también por trabajo volví a Baires, parando en la casa paterna, para alegría de mi madre, que volvía a tener al "nene" en casa, al volver un mediodia ,mi madre me sorprende con un ¡mirá quien vino de visita! y grande fué mi sorpresa al ver a Gladis, ya una señora de más de 70 años, un poco más gordita que en su esplendorosa juventud, pero esos kilos de más hacían resaltar las más lindas tetas que soñé casi toda mi vida, después de los saludos de rigor, del almuerzo y la larga sobremesa, Gladis dijo, bueno es hora de irme, y dirigiendose a mí siguio la frase, sino sabés como se pone tu primo,(vive con él y su flia en la zona de Lomas de Zamora), ante lo que respondí yo te llevo a Constitución. Ya en viaje al llegar a la zona de los telos, por decir algo creo ella dijo, como se puso esta zona con tantos hoteles, a lo que contesté casi sin pensar, lástima que núnca me animé a invitarte a uno, hubo un silencio y me contestó que me había acordado tarde, que ahora ya no la invitaría por ser una vieja, estás segura dije enfilando el auto al primer hotel que aparecio, una vez estacionado adentro, dije y ahora que decis, mientras bajaba a abrirle la puerta, no hablaba, le temblaban las manos como a mí las piernas, una vez en la habitación murmuro un no sé, y yo besandole los labios le dije, dejame a mí, solo dejame que te diga tía, sin más empecé a sacarle la camisa y el corpiño para dejar libres a los pechos que guiaron mi juventud y pude besarlos y chuparlos por primera vez y apretarlos y morderlos suavemente y le saqué la pollera y la bombacha grande, y arranque mi ropa y ella tomó en sus manos mi pija dura y húmeda y la saboreo y me dijo sobrino cogeme y le hice caso y fue la concha más suave que penetré y más jugosa que saboreé, fué el polvo más rápido y más intenso de mi vida, después la calma y un segundo polvo ,dulce, cálido, duradero como debe ser, después nos bañamos y como un buen sobrino la llevé hasta la casa, Si el relato un poco largo les gusto, otro día les cuento como por primara vez le hice el culo a la tia.
4 comentarios - La tía Gladis.