Eliana en verdad no es mi tía pero es esa amiga de la familia que uno de chico le dice tía y afectivamente termina siéndolo. Para mi y para mis hermanos siempre será la tía Ely, una mujer amable y cariñosa que visitabamos seguido.
Cuando yo andaba por los 20 años y ella tendría unos 50 ocurrió lo que les voy a contar a continuación.
Eliana estaba separada hace mucho y no se le conocía pareja o novio o amante o chongo. Daba la sensación de una mujer entregada y resignada a vivir sin un amor.
Una mañana estaba haciendo unos trámites y pasé cerca de su casa. Se me ocurrió ir a visitarla. En épocas que no había whatsapp, no siquiera celulares era más fácil ir de una y ver si estaba.
La encontré y se alegro de verme. Charlamos mucho y me convenció de que me quedará a almorzar. Me contó que hay días que se siente sola y ese era uno de ellos.
Charlamos mucho mientras ella cocinaba y nada parecía predecir lo que iba a ocurrir en unos momentos.
Eliana era una mujer común. Buenas piernas, cola un poco grande, un generoso par de tetas. Vestía como para no llamar la atención. Esa mañana tenía un vestido normal, de entrecasa, con la falda a media pierna, no muy escotado.
Charlando medio en broma y medio en serio me dijo que yo era su preferido entre mis hermanos.
En un momento me dijo que necesitaba un favor.
Tenía que bajar unas frazadas de la baulera del ropero y le daba vértigo subirse a una silla. Me ofrecí a subirme yo pero me dijo que no, que tenía que ver ella lo que había arriba, que sólo la sostuviera para que no le de miedo.
Nunca supe si fue una treta para forzar lo que pasó o si se calentó con lo ocurrido pero ahí se desató todo.
Ella se sube a un banquito agarrándose de mi y me pide que la sostenga de la cintura. Literalmente me quedo su culo en mi cara. Eso me calentó. Intenté correrme sin soltarla para no incomodarla. Con 20 años y en esa situación mi pija estaba dura. Cuando me corrí ella giró un poco y volvió a regresarme su culo en mi cara. Ya me empecé a dar cuenta de que estaba buscando eso. Ella tomó la frazada y giro para tirarla sobre la cama y lo que quedó en mi cara fue su concha. Volvió a girar y a dejar su culo en mi cara y al tomar la otra frazada volvió a girar y dejar su concha en mi cara. Mi pija latía a full.
Ella me dijo que iba a bajar, que la agarre fuerte y ahí ya no me importó nada, puse mis manos en su culo, la apreté contra mi y la fui deslizando hacía abajo aciendole sentir mi dura pija contra ella.
Suspire cuando sus tetas llegaron a mi cara y no la solté cuando ella llego al suelo y quedamos cara a cara.
Nos miramos unos instantes y nos comenzamos a besar apasionadamente. Nuestras lenguas se cruzaron y yo acariciaba su culo mientras la apretaba contra mi para que su concha sintiera mi pija.
Caímos en la cama abrazados. Sin dejar de basarnos mis manos comenzaron a explorar su cuerpo, sus tetas, sus piernas.... Ella suspiraba y yo subiendo mi mano lentamente llegué hasta su concha primero fregandola sobre su bombacha y después corriendola, sentir la humedad de sus labios y el palpitar de su clitoris y sus gemidos más fuertes y su primer orgasmo entre movimientos espasmodicos que hicieron que me pidiera un momento para tomar aire.
Me tumbe al costado y ella comenzó a sacarse su vestido y su ropa interior quedando totalmente desnuda para mi. Obviamente al instante hice lo mismo y ella comenzó a besar mi cuerpo e ir bajando hasta llegar a mi dura pija que comenzó a lamer y enloquecerme. Luego la trago y chupo con tal ganas que comencé a sentir el cosquilleo previo a la acabada que ya era inminente.
- Ely voy a acabar...
No me contestó pero siguió chupando con más ganas hasta que los calientes chorros de mi esperma llenaron su boca. Los saboreo, los tragó y me dijo que era eso lo que estaba esperando.
Mi pija fue perdiendo cuerpo y algunas gotas de leche siguieron saliendo. Ella las vio y las fue juntando con su lengua de manera muy caliente, tanto que mi pija reaccionó y comenzó a pararse nuevamente.
- Bendita juventud! - dijo mi tía y comenzó a chuparmela nuevamente.
Yo me dí vuelta, sin que la tía soltase mi pija y me dirigí hacia su concha, esta estaba cubierta de una mata de pelos prolijamente recortada, hermosa concha de tamaño grande, perfumada a lilas como todo su cuerpo, ese perfume que ella usaba siempre y a mi tanto me gustaba, aunque al llegar a su preciado tesoro el perfume cambió, era el de una mujer en celo, caliente, muy mojada, sus labios gruesos e hinchados por la excitación me llamaron a lamerlos, a tomarme todo ese jugo, introducir dos dedos dentro de ella, sin dejar de lamerla y en unos momentos sentirla gemir y explotar entre espasmos en otro bello orgasmo del que me tome hasta la ultima gota...
-Ponemelá , fue su pedido al que no pude resistir y ahí nos fundimos abrazados, bombeandola mientras ella me rodeaba con sus piernas y yo besaba y mordisqueaba sus hermosas tetas.
Lo hicimos lento, y luego más rapido hasta que ella volvió a acabar y con sus espasmos contrayendo sus musculos vaginales me dió un placer profundo que hizo que acabara muy dentro suyo, haciendo que el su placer se prolongara mas todavia.
Quedamos asi abrazados un rato largo y luego nos dimos una ducha, estaba el almuerzo pendiente que tuvimos que calentar.
Mientras comiamos charlabamos de lo que nos había pasado, yo tenía un doble sentimiento, de felicidad y culpa, pero la tía se encargó, con su experiencia, de que las culpas se fueran, los dos eramos libres, adultos (aumque a mis 20 era muy inexperto, me podía calificar como tal) y no teníamos que rendir cuentas a nadie. Obvio que nuestros encuentros iban a quedar en el más absoluto secreto, yo me relamía de solo pensar en que la tía ya pensaba en seguirla.
Esa tarde, despues de almorzar salí volando a terminar mis tramites.
Volvimos a vernos, nuestros encuentros fueron cada vez má apasionados, ella, con su manera muy tradicional de vivir su sexo, me fué enseñando todo, en especial como tratar a una mujer en la cama, como saber lo que les gusta, como ponerlas a full, fue mi maestra en la cama.
Recuerdo en especial como me enseño a hacerle el culo, ese culo llevaba mucho tiempo sin recibir a nadie, fue como volverlo a desvirgar, me enseño a lamerlo, a ponerla bien caliente para que se relaje, a lubricarlo con mi saliva, a aflojarlo con mis dedos y a ir entrando despacito hasta sentir esa sensación sin igual de un culo bien apretadito que te pone la pija a full y te hace gozar.
Con el tiempo esa experiencia me sirvió para tener buenos encuentros de sexo con las mujeres que se me fueron cruzando en el camino y a la vez pude retribuirle a la tía con un montón de cosas que fuí aprediendo y que por su manera muy tradicional ella no conocía o no había experimentado.
Fueron epocas muy gloriosas donde nos dabamos toda la pasión.
El tiempo fue pasando y los encuentros fueron más esporadicos porque la vida te va llenando de compromisos y los días pasan. Pero aunque esporadicos, esos encuentros nunca perdieron la pasión del primer día.
Hoy la tía Ely tiene ochenta y algo, obvio la sigo viendo, nos queremos mucho pero ya no hay sexo en nuestros encuentros, no fue algo pactado pero con los años ella fue queriendo que asi sea.
El otro día, pensando en escribir para que conozcan esta historia pensaba en que haría si la tía me pidiera volver a tener uno de nuestros fogozos encuentros....
Que harían en mi lugar?
Cuando yo andaba por los 20 años y ella tendría unos 50 ocurrió lo que les voy a contar a continuación.
Eliana estaba separada hace mucho y no se le conocía pareja o novio o amante o chongo. Daba la sensación de una mujer entregada y resignada a vivir sin un amor.
Una mañana estaba haciendo unos trámites y pasé cerca de su casa. Se me ocurrió ir a visitarla. En épocas que no había whatsapp, no siquiera celulares era más fácil ir de una y ver si estaba.
La encontré y se alegro de verme. Charlamos mucho y me convenció de que me quedará a almorzar. Me contó que hay días que se siente sola y ese era uno de ellos.
Charlamos mucho mientras ella cocinaba y nada parecía predecir lo que iba a ocurrir en unos momentos.
Eliana era una mujer común. Buenas piernas, cola un poco grande, un generoso par de tetas. Vestía como para no llamar la atención. Esa mañana tenía un vestido normal, de entrecasa, con la falda a media pierna, no muy escotado.
Charlando medio en broma y medio en serio me dijo que yo era su preferido entre mis hermanos.
En un momento me dijo que necesitaba un favor.
Tenía que bajar unas frazadas de la baulera del ropero y le daba vértigo subirse a una silla. Me ofrecí a subirme yo pero me dijo que no, que tenía que ver ella lo que había arriba, que sólo la sostuviera para que no le de miedo.
Nunca supe si fue una treta para forzar lo que pasó o si se calentó con lo ocurrido pero ahí se desató todo.
Ella se sube a un banquito agarrándose de mi y me pide que la sostenga de la cintura. Literalmente me quedo su culo en mi cara. Eso me calentó. Intenté correrme sin soltarla para no incomodarla. Con 20 años y en esa situación mi pija estaba dura. Cuando me corrí ella giró un poco y volvió a regresarme su culo en mi cara. Ya me empecé a dar cuenta de que estaba buscando eso. Ella tomó la frazada y giro para tirarla sobre la cama y lo que quedó en mi cara fue su concha. Volvió a girar y a dejar su culo en mi cara y al tomar la otra frazada volvió a girar y dejar su concha en mi cara. Mi pija latía a full.
Ella me dijo que iba a bajar, que la agarre fuerte y ahí ya no me importó nada, puse mis manos en su culo, la apreté contra mi y la fui deslizando hacía abajo aciendole sentir mi dura pija contra ella.
Suspire cuando sus tetas llegaron a mi cara y no la solté cuando ella llego al suelo y quedamos cara a cara.
Nos miramos unos instantes y nos comenzamos a besar apasionadamente. Nuestras lenguas se cruzaron y yo acariciaba su culo mientras la apretaba contra mi para que su concha sintiera mi pija.
Caímos en la cama abrazados. Sin dejar de basarnos mis manos comenzaron a explorar su cuerpo, sus tetas, sus piernas.... Ella suspiraba y yo subiendo mi mano lentamente llegué hasta su concha primero fregandola sobre su bombacha y después corriendola, sentir la humedad de sus labios y el palpitar de su clitoris y sus gemidos más fuertes y su primer orgasmo entre movimientos espasmodicos que hicieron que me pidiera un momento para tomar aire.
Me tumbe al costado y ella comenzó a sacarse su vestido y su ropa interior quedando totalmente desnuda para mi. Obviamente al instante hice lo mismo y ella comenzó a besar mi cuerpo e ir bajando hasta llegar a mi dura pija que comenzó a lamer y enloquecerme. Luego la trago y chupo con tal ganas que comencé a sentir el cosquilleo previo a la acabada que ya era inminente.
- Ely voy a acabar...
No me contestó pero siguió chupando con más ganas hasta que los calientes chorros de mi esperma llenaron su boca. Los saboreo, los tragó y me dijo que era eso lo que estaba esperando.
Mi pija fue perdiendo cuerpo y algunas gotas de leche siguieron saliendo. Ella las vio y las fue juntando con su lengua de manera muy caliente, tanto que mi pija reaccionó y comenzó a pararse nuevamente.
- Bendita juventud! - dijo mi tía y comenzó a chuparmela nuevamente.
Yo me dí vuelta, sin que la tía soltase mi pija y me dirigí hacia su concha, esta estaba cubierta de una mata de pelos prolijamente recortada, hermosa concha de tamaño grande, perfumada a lilas como todo su cuerpo, ese perfume que ella usaba siempre y a mi tanto me gustaba, aunque al llegar a su preciado tesoro el perfume cambió, era el de una mujer en celo, caliente, muy mojada, sus labios gruesos e hinchados por la excitación me llamaron a lamerlos, a tomarme todo ese jugo, introducir dos dedos dentro de ella, sin dejar de lamerla y en unos momentos sentirla gemir y explotar entre espasmos en otro bello orgasmo del que me tome hasta la ultima gota...
-Ponemelá , fue su pedido al que no pude resistir y ahí nos fundimos abrazados, bombeandola mientras ella me rodeaba con sus piernas y yo besaba y mordisqueaba sus hermosas tetas.
Lo hicimos lento, y luego más rapido hasta que ella volvió a acabar y con sus espasmos contrayendo sus musculos vaginales me dió un placer profundo que hizo que acabara muy dentro suyo, haciendo que el su placer se prolongara mas todavia.
Quedamos asi abrazados un rato largo y luego nos dimos una ducha, estaba el almuerzo pendiente que tuvimos que calentar.
Mientras comiamos charlabamos de lo que nos había pasado, yo tenía un doble sentimiento, de felicidad y culpa, pero la tía se encargó, con su experiencia, de que las culpas se fueran, los dos eramos libres, adultos (aumque a mis 20 era muy inexperto, me podía calificar como tal) y no teníamos que rendir cuentas a nadie. Obvio que nuestros encuentros iban a quedar en el más absoluto secreto, yo me relamía de solo pensar en que la tía ya pensaba en seguirla.
Esa tarde, despues de almorzar salí volando a terminar mis tramites.
Volvimos a vernos, nuestros encuentros fueron cada vez má apasionados, ella, con su manera muy tradicional de vivir su sexo, me fué enseñando todo, en especial como tratar a una mujer en la cama, como saber lo que les gusta, como ponerlas a full, fue mi maestra en la cama.
Recuerdo en especial como me enseño a hacerle el culo, ese culo llevaba mucho tiempo sin recibir a nadie, fue como volverlo a desvirgar, me enseño a lamerlo, a ponerla bien caliente para que se relaje, a lubricarlo con mi saliva, a aflojarlo con mis dedos y a ir entrando despacito hasta sentir esa sensación sin igual de un culo bien apretadito que te pone la pija a full y te hace gozar.
Con el tiempo esa experiencia me sirvió para tener buenos encuentros de sexo con las mujeres que se me fueron cruzando en el camino y a la vez pude retribuirle a la tía con un montón de cosas que fuí aprediendo y que por su manera muy tradicional ella no conocía o no había experimentado.
Fueron epocas muy gloriosas donde nos dabamos toda la pasión.
El tiempo fue pasando y los encuentros fueron más esporadicos porque la vida te va llenando de compromisos y los días pasan. Pero aunque esporadicos, esos encuentros nunca perdieron la pasión del primer día.
Hoy la tía Ely tiene ochenta y algo, obvio la sigo viendo, nos queremos mucho pero ya no hay sexo en nuestros encuentros, no fue algo pactado pero con los años ella fue queriendo que asi sea.
El otro día, pensando en escribir para que conozcan esta historia pensaba en que haría si la tía me pidiera volver a tener uno de nuestros fogozos encuentros....
Que harían en mi lugar?
5 comentarios - Deleitandome con mi tía.
Buen relato.