Bueno, mientras Ceci termina su primer relato les cuento algo que me pasó antes de conocerla y que la calienta bastante. Espero les guste.
Esta historia real ocurrió hace bastante tiempo, cuando yo tenía 22 años y todavía vivía con mis padres. Tenía una amiga desde hacía unos 6 años, se llamaba Daniela, rubia, blanquita como una muñeca con unas lindas tetas y un culito no muy grande pero si bien paradito. La verdad que más de una vez le había tirado algún viaje pero siempre me había dicho que no diciendo que lo que teníamos era una linda amistad (hoy con el paso de los años me pregunto si en realidad la amistad no era una excusa para poder tenerla cerca y tirármela algún día). Yo era amigo de su familia y me adoraban tanto los padres como su hermana menor de 17 años, a quien daba clases particulares de química.
Las veía al menos una vez por semana ya que vivían a una cuadra de lo de mis viejos y además a veces Dani venía a hacer algo de pesas en el fondo de casa, en donde habíamos montado con mi hermano un mini gimnasio.
A su vez, en esa época justo se dio que en un casamiento conocí a una amiga de una amiga, con quien pegamos onda y decidimos intercambiar teléfonos. Se llamaba Florencia, tenía la misma edad que yo, castaña de ojos claros y unas tremendas piernas, firmes y bien marcadas, terminando en un culito bien apretado de tanto salir a correr.
Un día en una de las clases particulares con Andrea, la hermana de Dani, salió el tema de que a mi me calentaba Daniela y de que nunca me iba a dar bola. Terminamos riéndonos los dos y retrasando la clase bastante, lo que hizo que termináramos como a las 22 hs. Yo siempre la acompañaba caminando hasta la casa pero ese día daban justo una buena peli y le dije que se quedara a verla. Hasta ese momento nunca había visto a Andrea como una mujer, para mi era la hermana más chica y una nena, sin embargo desde hacía días veía que me histeriqueaba un poco pero no le daba bola ya que pensaba que era una pendejada propia de la edad.
Esa noche mis padres ya se habían ido a dormir y nos quedamos viendo la peli con la estufa a leña de fondo, la verdad que estaba divino y en un momento, si faltaba algo para terminar de pudrir todo, me pidió que le hiciera un masaje. Antes de seguir debería contar como era Andrea, pelirroja, buen cuerpo en general, sin nada que destacara pero todo en su lugar, al fin y al cabo era una linda pendeja de esas que te calientan al verlas por la calle.
Le dije que claro, que le hacía un masaje en la espalda, se dio vuelta, pasé una pierna para cada lado y comencé por la zona de los hombros. A partir de ese momento ya no razonaba con claridad, mi verga estaba semi parada y eso que apenas le estaba rozando la cola. Continué con el masaje y fui bajando lentamente por toda la espalda, como vi que le estaba gustando decidí dar un paso más y levanté su remera para tocar directamente sobre la piel. Tenía una piel bien suave, no me cansaba de tocarla y de a poco fui masajeando los costados del corpiño, apenas rozándole las tetas. En ese momento, a oscuras con el resplandor de la televisión y la estufa, nosotros en silencio, solo se escuchaba su respiración un poco agitada, yo con la verga apoyada del todo en la cola de ella, una pendeja de 17 años, y ella con sus manos apoyadas en mis piernas, la situación no daba para más.
Andrea: Mejor paramos no?,
Yo: la verdad que si sigo no respondo de mis actos
Andrea: jaja
Ahi decidí subir mis manos y agarrarle directamente las tetitas, a lo que respondió con un gemido profundo que me volvió loco. En realidad era bastante arriesgada la situación, yo manoseándole las tetas a una menor de edad que además era mi alumna, con mis padres a unos metros en su cuarto durmiendo. Pero la parte racional nunca me ayudó demasiado en este tipo de situaciones jaja. Comencé a pasarle la lengua por el cuello, a correrle el pelo y a chuparle la parte superior de la espalda, ella se dejaba hacer y gemía cada vez más fuerte, por suerte el volumen de la tv tapaba los ruidos. Decidí dar un paso más y suavemente introduje mi mano dentro del corpiño para agarrarle los pezones y comenzar a rozarlos y luego directamente a retorcerlos, eso la enloqueció porque giro la cabeza y me besó como una loca. Recuerdo que para la poca experiencia que tenía besaba muy bien y cuando quise acordar la tenía sentada arriba mio abrazándome con las piernas, con las dos tetas al aire y comiéndonos la boca.
Yo: ta, por favor vamos a parar porque no aguanto más.
Andrea: si tenés razón, no se lo que me pasa, me volvés loca.
Yo: yo estoy muy caliente y estoy a punto de sacarte todo, pero mis viejos están acá a tres metros
Andrea: es verdad jaja.
Nos separamos, no sin antes chuparle los pezones un buen rato tapándole la boca para que no se escucharan los gemidos, y la acompañé a la casa en silencio hasta la puerta. Al llegar nos reímos de lo que había pasado y acordamos no decir nada y seguir con las clases como siempre.
Obviamente llegué a mi casa y le dediqué una tremenda paja en su honor, luego ya más tranquilo me quedé pensando en lo que había pasado, preocupado por si ella decidía contarle a su hermana lo ocurrido.
Al otro día justo recibí tres mensajes muy interesantes:
1.Florencia: si querés hoy de noche podés venir a casa y cocinamos algo.
2.Daniela: habiendo tantas minas tuviste que estar con mi hermana?.
3.Andrea: muy raro lo de ayer, esta semana tenemos clase de nuevo? y después masajes? Jeje.
Obviamente contesté que si a Florencia, había quedado demasiado caliente con la pendeja y me tenía que sacar las ganas de algún modo. Terminamos quedando para la noche en su apartamento, supuestamente iba a cocinar algo y luego capaz que mirábamos una peli.
A Daniela no sabía que contestarle, la verdad que lo único que me hacía sentir mal era la edad de la hermana pero por el resto me tenía sin cuidado, no tenía que andar rindiéndole cuentas a ella de nada de lo que hacía. Le pedí para vernos en la tarde-noche y conversar de lo ocurrido. Mi idea era hacer un poco de ejercicio juntos (siempre venía con esa excusa), contarle como habían sido las cosas y esperar que no se enojara demasiado jeje.
A eso de las 19 hs cayó Dani en casa vestida con su calza gris y su top negro, estaba divina como siempre y la verdad que no me cansaba de mirarla. Ella siempre me jodía de que no la dejaba en paz pero ya luego de 6 años lo hacía más para molestarla que porque me calentara en serio.
Comenzamos a hablar y si bien estaba muy enojada al inicio, a medida que avanzábamos la charla se fue aflojando y comencé a notar lo que me pareció un dejo de celos o al menos eso me parecía. No era algo muy razonable, por años me le había insinuado y siempre me había rebotado, sin embargo ahora me estaba haciendo una escena de celos!!.
Era mi oportunidad y no lo dejé pasar, aprovechaba cada ejercicio para rozarla con la excusa de explicarle como hacer correctamente los movimientos. En un ejercicio de tríceps (extensión en polea alta para ser más exactos ja ja), ella estaba parada de espalda a mi, me acerqué y apoyando descaradamente mi verga contra su cola comencé a sujetarle los brazos y a realizar el movimiento por ella. Le hablaba en el oído, rozando mis labios con su cuello y apretando cada vez más mi cuerpo a su cuerpo.
Dani: pfffff pará un poco Pablo
Yo: por? Te molesta?
Dani: no, pero yo que se
Yo: me parece a mi o me estabas haciendo una escena de celos? Porque si fuera así vos sabés que me muero de ganas de comerte toda no?
Dani: pero andas apretando con mi hermana…
Eso era lo que estaba esperando, la confirmación de los celos, me acuerdo que por dentro pensaba “como me compliqué todo este tiempo y lo único que tenía que hacer era apretar con la hermana jaja”
Yo: y si te hago esto te molesta? Enseguida comencé a bajar mis manos por su cintura, su cadera y luego directamente pasé a su cola y sus piernas.
Dani: mmmmm, no no me molesta
Yo: te estas calentando?
Dani: …. Un poco…
Metí mi mano desde atrás por entre sus piernas y apreté su concha por encima de la calza. Mientras hacía esto ya había comenzado a besarle el cuello, a lo que ella respondía con gemidos y tirando su cola para atrás para sentir mi pija. Una cosa era apretar con la pendeja y otra era con la hermana mayor, Dani era bien bajita, pero tenía un culo bien parado y, como iba a descubrir más adelante, una vez que se calentaba no podía parar y cogía donde fuera.
Tiró su brazo hacia atrás y me sujetó de la nuca, apretaba su cuerpo contra el mío parando su divino culo. Yo miraba de reojo para ver que no nos viera nadie desde la cocina de mi casa (hay una ventana desde donde se ve la habitación en donde estábamos), mientras ya había metido mi mano por adentro de la calza y le frotaba como podía el clítoris por encima de la ropa interior. Empezó a gemir como una loca y decidí darla vuelta y comerle la boca, me moría de ganas de besarla y a la vez necesitaba que hiciera poco ruido. Increíblemente me sentía más cómodo con los besos de la pendeja, como que estaba demasiado caliente ella y no podía agarrar ritmo, me devoraba literalmente y casi no podía respirar.
Yo: que caliente que estas enana
Dani: ahhhh no sabes las ganas que tenía de besarte, después que Andrea me contó lo que habían hecho no podía sacarte de mi cabeza
Yo: pero en realidad con ella no avanzamos mucho, a vos te voy a coger acá mismo
Dani: ahhh no no podemos, están tus padres, ahhhhh que caliente que estoy
Me senté en uno de los bancos y la senté arriba mio, era tan livianita que podía hacer lo que quería con ella, le metía mis dos manos por adentro del pantalón y le amasaba la cola, nos movíamos como si estuviéramos cogiendo pero con ropa. Decidí avanzar un paso más y le levanté el top, apareciendo dos hermosas tetas bien blancas con dos pezones paraditos, no aguanté mucho y comencé a comérselos.
Dani: ay pará, nos pueden ver, ahhhhh hijo de puta que rico ahhhh
Yo: en serio querés que pare? No querés seguir un poquito?
Dani: ah ah ah, cogeme toda, no aguanto más
La levanté en el aire y la llevé a una esquina desde donde no nos podían ver, ahí de parado no más le bajé la calza hasta las rodillas y llevé su mano a mi pija
Yo: mirá como me tenés
Dani: ahhhh que divina, pero puede venir alguien no se…
Yo: sacámela y pásatela por la concha
Dani: sos un hijo de puta, me encanta
Me agarró la pija con torpeza y me la sacó para afuera, yo ya estaba chorreando y me chupaba todo un huevo. Comenzó a frotarse y se notaba como los dos estábamos empapados. Decía que le encantaba pajearse así y yo ya había empezado a gemir también. Con una mano le pellizcaba los pezones y con la otra directamente le corrí la bombachita blanca para que pudiera meterse mi verga que estaba a punto de explotar.
Se untaba la concha con el líquido de mi pija y no paraba de gemir, yo podía ver como mi pija entraba y salía entre sus piernas, no la estaba cogiendo pero el placer era enorme.
Yo: abrí las piernas enana y metete la cabeza, dale
Dani: ah ah ah, estoy empapada
Yo: quiero estar adentro ya
Dani: cógeme ya antes que venga alguien
Mi madre: Pablo!!! La llaman a Daniela, vino la hermana a buscarla…
Continuará…
Esta historia real ocurrió hace bastante tiempo, cuando yo tenía 22 años y todavía vivía con mis padres. Tenía una amiga desde hacía unos 6 años, se llamaba Daniela, rubia, blanquita como una muñeca con unas lindas tetas y un culito no muy grande pero si bien paradito. La verdad que más de una vez le había tirado algún viaje pero siempre me había dicho que no diciendo que lo que teníamos era una linda amistad (hoy con el paso de los años me pregunto si en realidad la amistad no era una excusa para poder tenerla cerca y tirármela algún día). Yo era amigo de su familia y me adoraban tanto los padres como su hermana menor de 17 años, a quien daba clases particulares de química.
Las veía al menos una vez por semana ya que vivían a una cuadra de lo de mis viejos y además a veces Dani venía a hacer algo de pesas en el fondo de casa, en donde habíamos montado con mi hermano un mini gimnasio.
A su vez, en esa época justo se dio que en un casamiento conocí a una amiga de una amiga, con quien pegamos onda y decidimos intercambiar teléfonos. Se llamaba Florencia, tenía la misma edad que yo, castaña de ojos claros y unas tremendas piernas, firmes y bien marcadas, terminando en un culito bien apretado de tanto salir a correr.
Un día en una de las clases particulares con Andrea, la hermana de Dani, salió el tema de que a mi me calentaba Daniela y de que nunca me iba a dar bola. Terminamos riéndonos los dos y retrasando la clase bastante, lo que hizo que termináramos como a las 22 hs. Yo siempre la acompañaba caminando hasta la casa pero ese día daban justo una buena peli y le dije que se quedara a verla. Hasta ese momento nunca había visto a Andrea como una mujer, para mi era la hermana más chica y una nena, sin embargo desde hacía días veía que me histeriqueaba un poco pero no le daba bola ya que pensaba que era una pendejada propia de la edad.
Esa noche mis padres ya se habían ido a dormir y nos quedamos viendo la peli con la estufa a leña de fondo, la verdad que estaba divino y en un momento, si faltaba algo para terminar de pudrir todo, me pidió que le hiciera un masaje. Antes de seguir debería contar como era Andrea, pelirroja, buen cuerpo en general, sin nada que destacara pero todo en su lugar, al fin y al cabo era una linda pendeja de esas que te calientan al verlas por la calle.
Le dije que claro, que le hacía un masaje en la espalda, se dio vuelta, pasé una pierna para cada lado y comencé por la zona de los hombros. A partir de ese momento ya no razonaba con claridad, mi verga estaba semi parada y eso que apenas le estaba rozando la cola. Continué con el masaje y fui bajando lentamente por toda la espalda, como vi que le estaba gustando decidí dar un paso más y levanté su remera para tocar directamente sobre la piel. Tenía una piel bien suave, no me cansaba de tocarla y de a poco fui masajeando los costados del corpiño, apenas rozándole las tetas. En ese momento, a oscuras con el resplandor de la televisión y la estufa, nosotros en silencio, solo se escuchaba su respiración un poco agitada, yo con la verga apoyada del todo en la cola de ella, una pendeja de 17 años, y ella con sus manos apoyadas en mis piernas, la situación no daba para más.
Andrea: Mejor paramos no?,
Yo: la verdad que si sigo no respondo de mis actos
Andrea: jaja
Ahi decidí subir mis manos y agarrarle directamente las tetitas, a lo que respondió con un gemido profundo que me volvió loco. En realidad era bastante arriesgada la situación, yo manoseándole las tetas a una menor de edad que además era mi alumna, con mis padres a unos metros en su cuarto durmiendo. Pero la parte racional nunca me ayudó demasiado en este tipo de situaciones jaja. Comencé a pasarle la lengua por el cuello, a correrle el pelo y a chuparle la parte superior de la espalda, ella se dejaba hacer y gemía cada vez más fuerte, por suerte el volumen de la tv tapaba los ruidos. Decidí dar un paso más y suavemente introduje mi mano dentro del corpiño para agarrarle los pezones y comenzar a rozarlos y luego directamente a retorcerlos, eso la enloqueció porque giro la cabeza y me besó como una loca. Recuerdo que para la poca experiencia que tenía besaba muy bien y cuando quise acordar la tenía sentada arriba mio abrazándome con las piernas, con las dos tetas al aire y comiéndonos la boca.
Yo: ta, por favor vamos a parar porque no aguanto más.
Andrea: si tenés razón, no se lo que me pasa, me volvés loca.
Yo: yo estoy muy caliente y estoy a punto de sacarte todo, pero mis viejos están acá a tres metros
Andrea: es verdad jaja.
Nos separamos, no sin antes chuparle los pezones un buen rato tapándole la boca para que no se escucharan los gemidos, y la acompañé a la casa en silencio hasta la puerta. Al llegar nos reímos de lo que había pasado y acordamos no decir nada y seguir con las clases como siempre.
Obviamente llegué a mi casa y le dediqué una tremenda paja en su honor, luego ya más tranquilo me quedé pensando en lo que había pasado, preocupado por si ella decidía contarle a su hermana lo ocurrido.
Al otro día justo recibí tres mensajes muy interesantes:
1.Florencia: si querés hoy de noche podés venir a casa y cocinamos algo.
2.Daniela: habiendo tantas minas tuviste que estar con mi hermana?.
3.Andrea: muy raro lo de ayer, esta semana tenemos clase de nuevo? y después masajes? Jeje.
Obviamente contesté que si a Florencia, había quedado demasiado caliente con la pendeja y me tenía que sacar las ganas de algún modo. Terminamos quedando para la noche en su apartamento, supuestamente iba a cocinar algo y luego capaz que mirábamos una peli.
A Daniela no sabía que contestarle, la verdad que lo único que me hacía sentir mal era la edad de la hermana pero por el resto me tenía sin cuidado, no tenía que andar rindiéndole cuentas a ella de nada de lo que hacía. Le pedí para vernos en la tarde-noche y conversar de lo ocurrido. Mi idea era hacer un poco de ejercicio juntos (siempre venía con esa excusa), contarle como habían sido las cosas y esperar que no se enojara demasiado jeje.
A eso de las 19 hs cayó Dani en casa vestida con su calza gris y su top negro, estaba divina como siempre y la verdad que no me cansaba de mirarla. Ella siempre me jodía de que no la dejaba en paz pero ya luego de 6 años lo hacía más para molestarla que porque me calentara en serio.
Comenzamos a hablar y si bien estaba muy enojada al inicio, a medida que avanzábamos la charla se fue aflojando y comencé a notar lo que me pareció un dejo de celos o al menos eso me parecía. No era algo muy razonable, por años me le había insinuado y siempre me había rebotado, sin embargo ahora me estaba haciendo una escena de celos!!.
Era mi oportunidad y no lo dejé pasar, aprovechaba cada ejercicio para rozarla con la excusa de explicarle como hacer correctamente los movimientos. En un ejercicio de tríceps (extensión en polea alta para ser más exactos ja ja), ella estaba parada de espalda a mi, me acerqué y apoyando descaradamente mi verga contra su cola comencé a sujetarle los brazos y a realizar el movimiento por ella. Le hablaba en el oído, rozando mis labios con su cuello y apretando cada vez más mi cuerpo a su cuerpo.
Dani: pfffff pará un poco Pablo
Yo: por? Te molesta?
Dani: no, pero yo que se
Yo: me parece a mi o me estabas haciendo una escena de celos? Porque si fuera así vos sabés que me muero de ganas de comerte toda no?
Dani: pero andas apretando con mi hermana…
Eso era lo que estaba esperando, la confirmación de los celos, me acuerdo que por dentro pensaba “como me compliqué todo este tiempo y lo único que tenía que hacer era apretar con la hermana jaja”
Yo: y si te hago esto te molesta? Enseguida comencé a bajar mis manos por su cintura, su cadera y luego directamente pasé a su cola y sus piernas.
Dani: mmmmm, no no me molesta
Yo: te estas calentando?
Dani: …. Un poco…
Metí mi mano desde atrás por entre sus piernas y apreté su concha por encima de la calza. Mientras hacía esto ya había comenzado a besarle el cuello, a lo que ella respondía con gemidos y tirando su cola para atrás para sentir mi pija. Una cosa era apretar con la pendeja y otra era con la hermana mayor, Dani era bien bajita, pero tenía un culo bien parado y, como iba a descubrir más adelante, una vez que se calentaba no podía parar y cogía donde fuera.
Tiró su brazo hacia atrás y me sujetó de la nuca, apretaba su cuerpo contra el mío parando su divino culo. Yo miraba de reojo para ver que no nos viera nadie desde la cocina de mi casa (hay una ventana desde donde se ve la habitación en donde estábamos), mientras ya había metido mi mano por adentro de la calza y le frotaba como podía el clítoris por encima de la ropa interior. Empezó a gemir como una loca y decidí darla vuelta y comerle la boca, me moría de ganas de besarla y a la vez necesitaba que hiciera poco ruido. Increíblemente me sentía más cómodo con los besos de la pendeja, como que estaba demasiado caliente ella y no podía agarrar ritmo, me devoraba literalmente y casi no podía respirar.
Yo: que caliente que estas enana
Dani: ahhhh no sabes las ganas que tenía de besarte, después que Andrea me contó lo que habían hecho no podía sacarte de mi cabeza
Yo: pero en realidad con ella no avanzamos mucho, a vos te voy a coger acá mismo
Dani: ahhh no no podemos, están tus padres, ahhhhh que caliente que estoy
Me senté en uno de los bancos y la senté arriba mio, era tan livianita que podía hacer lo que quería con ella, le metía mis dos manos por adentro del pantalón y le amasaba la cola, nos movíamos como si estuviéramos cogiendo pero con ropa. Decidí avanzar un paso más y le levanté el top, apareciendo dos hermosas tetas bien blancas con dos pezones paraditos, no aguanté mucho y comencé a comérselos.
Dani: ay pará, nos pueden ver, ahhhhh hijo de puta que rico ahhhh
Yo: en serio querés que pare? No querés seguir un poquito?
Dani: ah ah ah, cogeme toda, no aguanto más
La levanté en el aire y la llevé a una esquina desde donde no nos podían ver, ahí de parado no más le bajé la calza hasta las rodillas y llevé su mano a mi pija
Yo: mirá como me tenés
Dani: ahhhh que divina, pero puede venir alguien no se…
Yo: sacámela y pásatela por la concha
Dani: sos un hijo de puta, me encanta
Me agarró la pija con torpeza y me la sacó para afuera, yo ya estaba chorreando y me chupaba todo un huevo. Comenzó a frotarse y se notaba como los dos estábamos empapados. Decía que le encantaba pajearse así y yo ya había empezado a gemir también. Con una mano le pellizcaba los pezones y con la otra directamente le corrí la bombachita blanca para que pudiera meterse mi verga que estaba a punto de explotar.
Se untaba la concha con el líquido de mi pija y no paraba de gemir, yo podía ver como mi pija entraba y salía entre sus piernas, no la estaba cogiendo pero el placer era enorme.
Yo: abrí las piernas enana y metete la cabeza, dale
Dani: ah ah ah, estoy empapada
Yo: quiero estar adentro ya
Dani: cógeme ya antes que venga alguien
Mi madre: Pablo!!! La llaman a Daniela, vino la hermana a buscarla…
Continuará…
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