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Quedate un ratito más papá.

-Que sueño, yo me voy a la cama ya.
-Noooo, quédate a ver la película conmigo porfa.

-A mí no me gusta esa peli y tengo sueño nena.

-Jooo papá, quédate conmigo hasta que termine, sola me da miedo y quiero terminarla de ver.

-Qué cosa más absurda, ¿si te da tanto miedo que haces viéndola?

-¿Me gusta!

-No hay quien te entienda.

-Bueno, no me entiendas, pero quédate un rato conmigo hasta que termine la peli- Y diciendo esto te estiras en el sofá usando mi regazo a modo de almohada. –Un rato más andaaaa.

Dejo el Tablet, en el que estaba leyendo, ya que la postura me hace imposible mantenerlo sobre tu cabeza y comienzo a acariciar tu pelo mientras te acomodas más si cabe.

-Hay que ver, desde que tu madre hace turno de noche haces lo que quieres conmigo.

-¿A que si?- Dices levantado por un momento la cabeza y mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.

Mientras ves tu película yo comienzo a acariciar tu pelo, lo aparto de tu carita y lo llevo detrás de tu oreja donde queda sujeto. Mientras con mi mano izquierda acaricio tu pelo la derecha comienza a acariciar suavemente tu carita, mis dedos se deslizan por la mejilla, por la orejita y juguetean con ella. Luego describen un camino por tu carita, bajando por tu cuello y continúan por tu hombro desnudo, solo interrumpiendo el contacto para pasar sobre el tirante de tu camiseta, y bajan por tu brazo hasta llegar a tu mano que se abre y estira para dejar que mis dedos se enreden con los tuyos jugueteado y proporcionándoles un agradable masaje.

Nuevamente mi s dedos emprenden el camino de vuelta hasta tu preciosa carita, mientras tú experimentas algunos sustos provocados por tu película. Bajo tu preciosa cabeza mi pene no puede dejar de acumular tensión por más que lo intente y la erección tiene que terminar siendo más que evidente para ti que mueves tu cabecita intentando hacer hueco en tu almohada.

Llega la publicidad y te giras sobre el sofá, tu cabeza reposa ahora sobre mis piernas y tu rostro se encuentra a escasos centímetros del bulto que se levanta en mis pantalones cortos de pijama. Me miras con una hermosa sonrisa y luego clavas tus ojos en el bulto que te desafía justo en frente, tu mano sube desde tus piernas para terminar posándose sobre mi enhiesta polla.

-¿Qué haces nena?

-Shhh- Dices poniendo un dedo en los labios y mirándome.

-Te mereces un premio por quedarte aquí conmigo papi.

Tu mano deshace el lazo que mantiene el pantalón en su sitio apareciendo mi carne desafiante ante tu cara. Tomas mi polla suavemente entre tus manos y la acaricias delicadamente.

-Pe.. pero….

-Ssshhhh- Vuelves a decirme y propinas un suave beso a mi hinchado glande para después comenzar a masturbarme suavemente con tu pequeña mano mientras me miras a los ojos. Mientras me masturbas apoyas la punta de mi polla contra la delicada piel de tu mejilla que proporciona una caricia sin igual al capullo desnudo.

-Ahhh nena….

-Disfruta Papi, disfruta de las caricias de tu nena igual que yo disfruto de las tuyas.

Mi polla late entre tus manos al igual que lo hace desbocado mi corazón en el pecho, con unas leves sacudidas de tus manos haces que no pueda contener más la semilla de mis testículos y comienzo a correrme sobre tu mejilla mientras tú me miras fijamente a los ojos con una sonrisa de satisfacción. Los chorros de semen salen disparados dibujando blanquecinas líneas sobre tú rostro llegando hasta tu orejita y manchando tu pelo.

-Aghhh.. mi niña….

-Le has dado un premio a tu nena Papi- Dices esto mientras levantas tu carita y abriendo la boquita rodeas con los labios mi glande para chuparlo recogiendo las últimas gotas de semen que le quedan, finalmente vuelves a besarlo mientras me guiñas el ojo.

-Uy la peli…. Que me la pierdo.

Te das la vuelta y sin limpiar tu carita vuelves a apoyarla en mi regazo haciéndome sentir la humedad mi propio semen.

-Si hija, aquí estoy yo para que no te de miedo- Digo mientras vuelvo a acariciar tu cabello.

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