Conocí a Maira por una página de contactos sexuales. Desde el principio ella tuvo un perfil bajo pero no por eso era menos copada. A diferencia de otra gente en esa clase de páginas era sutil, femenina y erótica sin ser para nada burda o explicita. En sus fotos de perfil se podía apreciar un bello cuerpo. Siempre vestida, no mostrando demasiado la cara. Era una gran y hermosa incógnita. Y si a todo eso le sumaba que ella era trans, el combo se volvió perfecto.
Hablamos unos cuantos días. Nos pasamos fotos y me sorprendió mucho. Físicamente ya sabía que era híper femenina, pero cuando le vi la cara, fue aun más sorprendente. Natural, bella, suave. En sus fotos vestida de oficinista me partía la cabeza.
Ella siempre me invitaba a visitarla. Por cuestiones de tiempo no me era sencillo hasta que por fin pudimos arreglar para vernos.
Nos encontramos cerca de su casa, en el barrio de Almagro. Mi ansiedad era mucha. Estaba intrigado por conocerla. Hasta que la vi doblando en la esquina. Era tal cual la fotos o mejor. No muy alta, de espalda pequeña, lindos y pequeños pechos, hermosas piernas y sobre todo elegante. Un pantalón ajustado y una polera blanca era lo que vestia. Con la cara lavada sin maquillaje y facciones 100% femeninas.
Entramos al edificio, charlando pavadas. Yo estaba claramente nervioso por mi ansiedad y no podía sacarle los ojos de encima. Salimos del ascensor para entrar al departamento, donde fuimos a la cocina y nos quedamos charlando por un rato. Estábamos parados uno muy cerca del otro, cuando ante una respuesta de ella a una pregunta intrascendente, me acerque aun más para comerle la boca. La apoye contra una pared y nos besamos un por rato, con muchas ganas. Ella era una excelente besadora. De esos besos que te excitan rápidamente. Ella contra la pared y yo empujándola. Ella tan pequeña y yo tan enorme. Y nuestras manos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro. Yo le apretaba el culo, ella me rozaba el bulto por arriba del pantalón. Entre tanto roce, soltó mi cinturón, abrió el pantalón y me la agarro. Mi pantalón cayó al suelo, mientras seguíamos besándonos. No lo dude ni un instante, y la imite. Baje su jean y su tanga, dejando tu pija dura al descubierto. Una pija normal, no era chica pero tampoco grande, pero si era perfecta. Sin pelos, dura como una roca.
Seguimos besándonos, los dos con los pantalones bajos, masturbándonos mutuamente. Ella se agacho, se puso sobre sus rodillas y comenzó a chupármela. Podía ver a esa belleza con la boca llena de mi pija, que si bien no es grande, esta más que bien. Podía verla arrodillada con su pija parada saliendo entre sus piernas. Trataba de metérsela toda en la boca, la saboreaba y me miraba la los ojos.
Maira: “Que buena pija tenes!!” – Decía mientras me sonreía y masturbaba.
Yo: “Te gusta? Disfrútala” – Le respondí mientras se la metía en la boca.
Luego de un rato llega se incorporo y comenzó a besarme, sin soltarme la pija. Al estar ella de pie, yo agarre su chota y la masturbe.
Yo: “Ahora me toca a mí” – Le dije mientras me arrodillaba.
Me metí la pija en la boca. Por suerte para mi podía metérmela toda, algo que me encanta hacer. Se la chupe, se la lamí, la masturbe y me pegue en la cara con la pija.
Maira: “Uffff, que bien que a chupas!”
Que me dijera eso me puso aun más goloso y comencé a atragantarme. Ella agarro mi cabeza y comenzó a cogerme la boca. Yo me deje, disfrute de ese momento, aunque confieso que me gusta llevar las riendas a mi del pete.
Maira: “Veni, vamos a la cama”
Me incorpore, nos terminamos de desvestir y entramos a un cuatro del depto, con un colchón en el piso. Nos acostamos, yo boca arriba y ella arriba mío para hacer un 69. Estuvimos 10 minutos chupándonos mutuamente, cada tanto uno dejaba de chupar para disfrutar el pete y ver como el otro chupaba. Mientras ella estaba chupando, yo la pajeaba.
Desarmamos el 69, y ella se quedo mamándomela un rato, yo sentado en la cama y ella arrodillada hacia un lado, de este modo, yo podía tocar su pija, bolas y culo. Jugaba con su agujero. Pocas veces me dan ganas de ser activo, pero con ella tenía ganas realmente. Quería verla con las piernas abiertas y mi pija entrándole, mientras la de ella rebotaba.
Yo: “Quiero paja pija con pija”
Maria: “Obvio”
Nos sentamos frente a frente, yo pase mis piernas por encima de las de ella y así nuestras pijas y huevos se encontraron. Yo agarre ambos con mi mano derecha y nos comencé a pajear, mientras ella se acercaba para besarme.
Nuestras pijas estaban durísimas, babeadas y resbalaban la una sobre la otra. Cada tanto me alejaba un poco para lograr ver esa imagen que me ponía la pija aun más dura y el culo ansioso. La miraba a Maira y no podía creer que yo estuviera con esa belleza, y que tuviera su pija contra la mía. Mi cabeza iba a mil por ahora, y mi culo cada vez pedía más.
Me acerque una vez más a ella, la bese, y la empuje contra la cama. Quede sentado sobre ella. Nuestra diferencia de tamaños se hacía notable. Yo le sacaba más de 20cm de altura y era más corpulento. Me desplace hacia adelante, acomode su pija entre mis nalgas y comencé a frotarla. Sentí como la cabeza pasaba por el agujero de mi culo.
Ella estiro su mano, me agarro de la nuca y me llevo a su cara para besarme. Esto hizo que me culo quedara aun más expuesto, y la punta de su chota justo en el agujero. Movía su cadera, empujando, pero suave, sin intentar metérmela.
Entre beso y beso, aproveche la saliva, puse un poco en mano, se la frote en la pija y en mi agujero. Apoye su chota y comencé a bajar despacio. Al ser una pija normal, teniendo en cuenta mi calentura y mi dilatación, no costo demasiado que entrara. Me deje caer hasta que entro toda para comenzar a hacer círculos. Me percate, que a pesar de tener experiencia, nunca me había sentado en una pija de ese modo. La sentía en el fondo de mis entrañas y me encantaba.
Maira me agarro la pija, y dado a la diferencias en nuestros tamaños, mi pija le quedaba justo en su boca. Comenzó a chuparla, al mismo tiempo que yo cabalgaba sobre ella. Sentía su pija en círculos en mi culo, mi pija en su boca, el placer era extremo. Incremente el ritmo de mi cabalgata, ahora arriba y abajo, para sentir como se me abría más el ojete. Este arriba y abajo le permitía a ella chuparla mejor.
No paso mucho tiempo hasta que comenzó mi orgasmo. Mi pija se hincho, mi culo se cerro, por lo cual sentía su chota aun mas. Aumente el ritmo y ella la succión. Todo eso termino en una acabada infernal en su boca. No se le escapo ni una gota.
Cuando termine de acabar, aun sin sacarme su pija del culo, ella me beso. Nos transamos con mi leche de por medio. Me trague una parte, ella otra y el resto lo escupió.
Me invito a pasar al baño, dado que ambos sudamos mucho. Por lejos fue una de las mejores experiencias sexuales que viví. Solo lamento, que al irme, la deje con la pija dura y no la hice acabar. Pero volveré por revancha.
Basado en un hecho real!
Hablamos unos cuantos días. Nos pasamos fotos y me sorprendió mucho. Físicamente ya sabía que era híper femenina, pero cuando le vi la cara, fue aun más sorprendente. Natural, bella, suave. En sus fotos vestida de oficinista me partía la cabeza.
Ella siempre me invitaba a visitarla. Por cuestiones de tiempo no me era sencillo hasta que por fin pudimos arreglar para vernos.
Nos encontramos cerca de su casa, en el barrio de Almagro. Mi ansiedad era mucha. Estaba intrigado por conocerla. Hasta que la vi doblando en la esquina. Era tal cual la fotos o mejor. No muy alta, de espalda pequeña, lindos y pequeños pechos, hermosas piernas y sobre todo elegante. Un pantalón ajustado y una polera blanca era lo que vestia. Con la cara lavada sin maquillaje y facciones 100% femeninas.
Entramos al edificio, charlando pavadas. Yo estaba claramente nervioso por mi ansiedad y no podía sacarle los ojos de encima. Salimos del ascensor para entrar al departamento, donde fuimos a la cocina y nos quedamos charlando por un rato. Estábamos parados uno muy cerca del otro, cuando ante una respuesta de ella a una pregunta intrascendente, me acerque aun más para comerle la boca. La apoye contra una pared y nos besamos un por rato, con muchas ganas. Ella era una excelente besadora. De esos besos que te excitan rápidamente. Ella contra la pared y yo empujándola. Ella tan pequeña y yo tan enorme. Y nuestras manos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro. Yo le apretaba el culo, ella me rozaba el bulto por arriba del pantalón. Entre tanto roce, soltó mi cinturón, abrió el pantalón y me la agarro. Mi pantalón cayó al suelo, mientras seguíamos besándonos. No lo dude ni un instante, y la imite. Baje su jean y su tanga, dejando tu pija dura al descubierto. Una pija normal, no era chica pero tampoco grande, pero si era perfecta. Sin pelos, dura como una roca.
Seguimos besándonos, los dos con los pantalones bajos, masturbándonos mutuamente. Ella se agacho, se puso sobre sus rodillas y comenzó a chupármela. Podía ver a esa belleza con la boca llena de mi pija, que si bien no es grande, esta más que bien. Podía verla arrodillada con su pija parada saliendo entre sus piernas. Trataba de metérsela toda en la boca, la saboreaba y me miraba la los ojos.
Maira: “Que buena pija tenes!!” – Decía mientras me sonreía y masturbaba.
Yo: “Te gusta? Disfrútala” – Le respondí mientras se la metía en la boca.
Luego de un rato llega se incorporo y comenzó a besarme, sin soltarme la pija. Al estar ella de pie, yo agarre su chota y la masturbe.
Yo: “Ahora me toca a mí” – Le dije mientras me arrodillaba.
Me metí la pija en la boca. Por suerte para mi podía metérmela toda, algo que me encanta hacer. Se la chupe, se la lamí, la masturbe y me pegue en la cara con la pija.
Maira: “Uffff, que bien que a chupas!”
Que me dijera eso me puso aun más goloso y comencé a atragantarme. Ella agarro mi cabeza y comenzó a cogerme la boca. Yo me deje, disfrute de ese momento, aunque confieso que me gusta llevar las riendas a mi del pete.
Maira: “Veni, vamos a la cama”
Me incorpore, nos terminamos de desvestir y entramos a un cuatro del depto, con un colchón en el piso. Nos acostamos, yo boca arriba y ella arriba mío para hacer un 69. Estuvimos 10 minutos chupándonos mutuamente, cada tanto uno dejaba de chupar para disfrutar el pete y ver como el otro chupaba. Mientras ella estaba chupando, yo la pajeaba.
Desarmamos el 69, y ella se quedo mamándomela un rato, yo sentado en la cama y ella arrodillada hacia un lado, de este modo, yo podía tocar su pija, bolas y culo. Jugaba con su agujero. Pocas veces me dan ganas de ser activo, pero con ella tenía ganas realmente. Quería verla con las piernas abiertas y mi pija entrándole, mientras la de ella rebotaba.
Yo: “Quiero paja pija con pija”
Maria: “Obvio”
Nos sentamos frente a frente, yo pase mis piernas por encima de las de ella y así nuestras pijas y huevos se encontraron. Yo agarre ambos con mi mano derecha y nos comencé a pajear, mientras ella se acercaba para besarme.
Nuestras pijas estaban durísimas, babeadas y resbalaban la una sobre la otra. Cada tanto me alejaba un poco para lograr ver esa imagen que me ponía la pija aun más dura y el culo ansioso. La miraba a Maira y no podía creer que yo estuviera con esa belleza, y que tuviera su pija contra la mía. Mi cabeza iba a mil por ahora, y mi culo cada vez pedía más.
Me acerque una vez más a ella, la bese, y la empuje contra la cama. Quede sentado sobre ella. Nuestra diferencia de tamaños se hacía notable. Yo le sacaba más de 20cm de altura y era más corpulento. Me desplace hacia adelante, acomode su pija entre mis nalgas y comencé a frotarla. Sentí como la cabeza pasaba por el agujero de mi culo.
Ella estiro su mano, me agarro de la nuca y me llevo a su cara para besarme. Esto hizo que me culo quedara aun más expuesto, y la punta de su chota justo en el agujero. Movía su cadera, empujando, pero suave, sin intentar metérmela.
Entre beso y beso, aproveche la saliva, puse un poco en mano, se la frote en la pija y en mi agujero. Apoye su chota y comencé a bajar despacio. Al ser una pija normal, teniendo en cuenta mi calentura y mi dilatación, no costo demasiado que entrara. Me deje caer hasta que entro toda para comenzar a hacer círculos. Me percate, que a pesar de tener experiencia, nunca me había sentado en una pija de ese modo. La sentía en el fondo de mis entrañas y me encantaba.
Maira me agarro la pija, y dado a la diferencias en nuestros tamaños, mi pija le quedaba justo en su boca. Comenzó a chuparla, al mismo tiempo que yo cabalgaba sobre ella. Sentía su pija en círculos en mi culo, mi pija en su boca, el placer era extremo. Incremente el ritmo de mi cabalgata, ahora arriba y abajo, para sentir como se me abría más el ojete. Este arriba y abajo le permitía a ella chuparla mejor.
No paso mucho tiempo hasta que comenzó mi orgasmo. Mi pija se hincho, mi culo se cerro, por lo cual sentía su chota aun mas. Aumente el ritmo y ella la succión. Todo eso termino en una acabada infernal en su boca. No se le escapo ni una gota.
Cuando termine de acabar, aun sin sacarme su pija del culo, ella me beso. Nos transamos con mi leche de por medio. Me trague una parte, ella otra y el resto lo escupió.
Me invito a pasar al baño, dado que ambos sudamos mucho. Por lejos fue una de las mejores experiencias sexuales que viví. Solo lamento, que al irme, la deje con la pija dura y no la hice acabar. Pero volveré por revancha.
Basado en un hecho real!
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