Mi madre ha tenido un pequeño nódulo de mama que si bien está en tratamiento y de buen pronóstico la retiro de la vida sexual que teníamos. Yo la demandaba, pero ella no tenía respuesta. Así que le dije mi problema y ella confeso que el proceso por el que pasaba le había dejado un desinterés por toda la actividad sexual pero que haría lo necesario para que yo no sufriera su falta.
Solía pajearme frente a ella, cuando acababa pasaba sobre su teta sana mi leche. Pero no reaccionaba. Alguna vez me chupo la pija o me masturbo, pero había un cambio y asumí que debería entender que el choque con su enfermedad necesitaba su tiempo.
Un día me comento que vendría su hermana a pasar unos días con ella ya que debía hacer unos tramites por el centro y no le convenía viajar todos los días hasta su casa.
Así fue como mi tía llego a casa y sin siquiera imaginarlo las cosas irían cambiando de perfil.
En la cena mi madre se dirigió a ella y le hablo con franqueza. Mi tía siguió comiendo sin inmutarse en el relato. Ni me miro. Cuando mi madre termino su explicación le pidió a ella que diera su consentimiento.
Ella dijo que lo daba, pero que pondría una sola condición. No lo haría sin que ella estuviera presente mientras lo hacíamos.
Mi tía sin ser tan linda de cara como mi madre tenía un cuerpo que seguía la estética y proporciones similares
En este punto se me ocurrió hacerle la pregunta, ya que yo conocía los antecedentes de mama, y le pregunte.
-Tía, ¿porque debe estar ella presente?
-Tu madre me ha llamado por saber lo puta que soy, y no quiero que se quede pensando que me extralimito contigo.
Sonreí y no dije más nada. Las cosas estaban así.
A la noche mi tía y mi madre entraron a mi cuarto, y la primera sin ninguna vergüenza tomo mi pija fláccida y se la llevo a su boca.
Cuando estuvo dura y sin conciliábulos se acomodó encima mío y se la ensarto en el culo sin siquiera ponerle saliva, fue a presión y se ve que hallaba placer en ese dolor. Cuando entro toda se aflojo un poco, y con las manos tapaba mis ojos para que no la mirara.
No era mi primera experiencia por el culo, ya lo había practicado con mama, lo que me asombro era la manera que tenía mi tía de mover su culo para acariciarme la pija. En esa cueva tibia y suave, bien apretada la pija por su tracto y en la cadencia del movimiento se llevó mi leche en poco tiempo.
Se puso de espaldas a la cama, las piedras en V y las nalgas ante mis narices y con sus manos separándolas ofrecía a los ojos la entrada del culo dilatada y la leche chorreándole hasta la sabana de la cama.
Cuando reaccione de este suceso, busque la mirada de mi madre cosa que fue imposible, ya que con sus ojos en blanco y mientras se hacía una paja en el momento justo de su orgasmo me di cuenta que empezaba a volver de nuevo a reconocer sus deseos.
Eso me puso la pija tiesa de nuevo así que mientras seguía friccionando con índice y medio la raya de su concha le acerqué la pija a su cara y sin mediar nada se la trago completa hasta que pude sentir el glande en su garganta.
Mi tía se lanzó sobre mis huevos y ayudaba a mi madre que con sus ojos desorbitados y llorosos trataba de deglutirse mi poronga.
Mi tía me empezó a chupar el culo a revolotear con sus dedos la aureola.
Cuando me abrí de piernas con sus uñas me acariciaba desde los huevos hasta el culo y fue irrefrenable por esa caricia que no reconocía, que fuera a acabar.
Cuando se dio cuenta que por mis espasmos estaba acabando en la boca de mi madre, me mando su dedo índice en el culo lo cual fue un delirio de placer.
Podrán suponer que estoy delirando en dos polvos uno atrás del otro, los entendería porque el primer asombrado fui yo.
Mi tía y mi madre ahora estaban con su culo y boca llenos de mi leche. Mi madre recuperada y mi tía incorporada.
Esto es un sueño, creo que voy camino de un cielo de placer.
Solía pajearme frente a ella, cuando acababa pasaba sobre su teta sana mi leche. Pero no reaccionaba. Alguna vez me chupo la pija o me masturbo, pero había un cambio y asumí que debería entender que el choque con su enfermedad necesitaba su tiempo.
Un día me comento que vendría su hermana a pasar unos días con ella ya que debía hacer unos tramites por el centro y no le convenía viajar todos los días hasta su casa.
Así fue como mi tía llego a casa y sin siquiera imaginarlo las cosas irían cambiando de perfil.
En la cena mi madre se dirigió a ella y le hablo con franqueza. Mi tía siguió comiendo sin inmutarse en el relato. Ni me miro. Cuando mi madre termino su explicación le pidió a ella que diera su consentimiento.
Ella dijo que lo daba, pero que pondría una sola condición. No lo haría sin que ella estuviera presente mientras lo hacíamos.
Mi tía sin ser tan linda de cara como mi madre tenía un cuerpo que seguía la estética y proporciones similares
En este punto se me ocurrió hacerle la pregunta, ya que yo conocía los antecedentes de mama, y le pregunte.
-Tía, ¿porque debe estar ella presente?
-Tu madre me ha llamado por saber lo puta que soy, y no quiero que se quede pensando que me extralimito contigo.
Sonreí y no dije más nada. Las cosas estaban así.
A la noche mi tía y mi madre entraron a mi cuarto, y la primera sin ninguna vergüenza tomo mi pija fláccida y se la llevo a su boca.
Cuando estuvo dura y sin conciliábulos se acomodó encima mío y se la ensarto en el culo sin siquiera ponerle saliva, fue a presión y se ve que hallaba placer en ese dolor. Cuando entro toda se aflojo un poco, y con las manos tapaba mis ojos para que no la mirara.
No era mi primera experiencia por el culo, ya lo había practicado con mama, lo que me asombro era la manera que tenía mi tía de mover su culo para acariciarme la pija. En esa cueva tibia y suave, bien apretada la pija por su tracto y en la cadencia del movimiento se llevó mi leche en poco tiempo.
Se puso de espaldas a la cama, las piedras en V y las nalgas ante mis narices y con sus manos separándolas ofrecía a los ojos la entrada del culo dilatada y la leche chorreándole hasta la sabana de la cama.
Cuando reaccione de este suceso, busque la mirada de mi madre cosa que fue imposible, ya que con sus ojos en blanco y mientras se hacía una paja en el momento justo de su orgasmo me di cuenta que empezaba a volver de nuevo a reconocer sus deseos.
Eso me puso la pija tiesa de nuevo así que mientras seguía friccionando con índice y medio la raya de su concha le acerqué la pija a su cara y sin mediar nada se la trago completa hasta que pude sentir el glande en su garganta.
Mi tía se lanzó sobre mis huevos y ayudaba a mi madre que con sus ojos desorbitados y llorosos trataba de deglutirse mi poronga.
Mi tía me empezó a chupar el culo a revolotear con sus dedos la aureola.
Cuando me abrí de piernas con sus uñas me acariciaba desde los huevos hasta el culo y fue irrefrenable por esa caricia que no reconocía, que fuera a acabar.
Cuando se dio cuenta que por mis espasmos estaba acabando en la boca de mi madre, me mando su dedo índice en el culo lo cual fue un delirio de placer.
Podrán suponer que estoy delirando en dos polvos uno atrás del otro, los entendería porque el primer asombrado fui yo.
Mi tía y mi madre ahora estaban con su culo y boca llenos de mi leche. Mi madre recuperada y mi tía incorporada.
Esto es un sueño, creo que voy camino de un cielo de placer.
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