La familia estaba reunida, se sumaban algunos vecinos y amigos de la cumpleañera en la modesta cena, y son las carcajadas, producto de alguna anécdota, las que tapan los 'ruidos' detrás de puerta.
Sus 17 años casi no pueden delatarse, por que, aunque tiene una altura de no mas de 1,60 m, sus senos, tan perfectos como la edad se lo permite, firmes y grandes, que combinan a la perfección con sus nalgas, redondas, paraditas, bien formadas, acompañadas de unas piernas torneadas en las canchas de hockey de su ciudad, la hacen ver como una mujer adulta.
Aunque, a decir verdad, toda su voluptuosidad pasa a un "segundo plano" por algo, su sonrisa. Tan perfecta, hermosa, dulce y simpática.
Su cuerpo atrae, sus rasgos enamoran.
Y es que muchos ignoraron por completo su cuerpo absortos por su sonrisa.
Pero todo esto no importa, ya que toda la belleza de una sonrisa no puede contemplarse con un pene de por medio.
Ambos son jóvenes inexpertos, pero nuestro afortunado un poco mas: era virgen.
Al igual que ella, era un buen deportista y su cuerpo estaba bien formado, aunque los nervios, y alguna mala experiencia lo hacen subestimarse a si mismo, el porno y la masturbación casi diaria lo hacen alejarse un poco de las chicas. El porno es lindo, pero conforma, y eso no es del todo bueno.
Su glande esta en la garganta de su pareja, que al sacar el pene de su boca, pasa la lengua de la base hasta la punta, en donde posa sus labios, y es en este movimiento cuando lo mira y el ve los ojos mas preciosos que jamas vio. El tiempo se detiene, el mundo podría estar colapsando afuera, pero ya nada importa, es feliz. La toma a ella de la cintura y empieza a desnudarla mientras la besa, y es ahí cuando logra ver por primera vez aquellas tetas que tanto manoseo durante aquel sexo oral que no va poder olvidar nunca.
Ella sentada en la cama, sus piernas abiertas, su vagina húmeda y carnosa, y con una cara de placer que parecía decir una cosa: "metemela toda y no pares. Haceme gritar, reír, hasta llorar de placer, pero no pares, no porque yo quiera, por que lo necesito (y también por que lo quiero)"
Y mientras la punta del pene tocaba delicadamente el clítoris, nuestro protagonista empujaba lentamente hasta el fondo. Nunca antes lo había hecho, creía que la fortuna estaba de su lado, pero lo paradójico es que ella pensaba lo mismo. Se la estaba metiendo el chico mas lindo que jamas vio. Ella jamas imaginaria que era la primera que lo saboreaba.
El reloj avanza y las poses van cambiando, el porno visto por nuestro afortunado lo hacen parecer todo un experimentado y es ella quien disfruta de todo esto.
Su vagina chorrea por sus muslos, y llega al climax. Lo ultimo que quiere es detenerse, y es lógico cuando se llega a un orgasmo que solo encuentra cuando se masturba. Por que aunque podría cabalgar encima de cualquiera, ella también prefiere sus dedos (o lo que encuentre).
El tendido boca arriba es empapado por el flujo de ella, que ahoga los gritos por miedo a ser escuchada. Lo besa, para luego hacerle una turca. Ella jamas lo había hecho por pudor, pero ahora estaba totalmente desinhibida. Mientras lo hace, su lengua no se queda quieta.
El ya sabe, en segundos estará KO. Y como es obvio, no se equivoco. Un chorro de semen fue directo a la cara de una chica que no dudo en tragárselo. El resto fueron 15 minutos de besos en cada rincón de sus cuerpos, caricias que sentían la delicadeza juvenil, y masturbaciones mutuas que hacían de la velada algo mágico, de esas que se quieren que no termine nunca.
Se conocieron ese misma noche, hace poco mas de dos meses, y ahora yo estoy compartiendo la cama con los dos, apunto de vivir el primer trió de mi vida.
Mis pechos pegados al de ella, nuestras piernas cruzadas, mis dedos acarician su vagina, ella la mía, mientras nuestras bocas se encuentran en un beso desenfrenado y un pene dotado juguetea en mis nalgas mientras agarra mi cintura y sus labios besan mi espalda...
Basado en un hecho real
Continuara...
Sus 17 años casi no pueden delatarse, por que, aunque tiene una altura de no mas de 1,60 m, sus senos, tan perfectos como la edad se lo permite, firmes y grandes, que combinan a la perfección con sus nalgas, redondas, paraditas, bien formadas, acompañadas de unas piernas torneadas en las canchas de hockey de su ciudad, la hacen ver como una mujer adulta.
Aunque, a decir verdad, toda su voluptuosidad pasa a un "segundo plano" por algo, su sonrisa. Tan perfecta, hermosa, dulce y simpática.
Su cuerpo atrae, sus rasgos enamoran.
Y es que muchos ignoraron por completo su cuerpo absortos por su sonrisa.
Pero todo esto no importa, ya que toda la belleza de una sonrisa no puede contemplarse con un pene de por medio.
Ambos son jóvenes inexpertos, pero nuestro afortunado un poco mas: era virgen.
Al igual que ella, era un buen deportista y su cuerpo estaba bien formado, aunque los nervios, y alguna mala experiencia lo hacen subestimarse a si mismo, el porno y la masturbación casi diaria lo hacen alejarse un poco de las chicas. El porno es lindo, pero conforma, y eso no es del todo bueno.
Su glande esta en la garganta de su pareja, que al sacar el pene de su boca, pasa la lengua de la base hasta la punta, en donde posa sus labios, y es en este movimiento cuando lo mira y el ve los ojos mas preciosos que jamas vio. El tiempo se detiene, el mundo podría estar colapsando afuera, pero ya nada importa, es feliz. La toma a ella de la cintura y empieza a desnudarla mientras la besa, y es ahí cuando logra ver por primera vez aquellas tetas que tanto manoseo durante aquel sexo oral que no va poder olvidar nunca.
Ella sentada en la cama, sus piernas abiertas, su vagina húmeda y carnosa, y con una cara de placer que parecía decir una cosa: "metemela toda y no pares. Haceme gritar, reír, hasta llorar de placer, pero no pares, no porque yo quiera, por que lo necesito (y también por que lo quiero)"
Y mientras la punta del pene tocaba delicadamente el clítoris, nuestro protagonista empujaba lentamente hasta el fondo. Nunca antes lo había hecho, creía que la fortuna estaba de su lado, pero lo paradójico es que ella pensaba lo mismo. Se la estaba metiendo el chico mas lindo que jamas vio. Ella jamas imaginaria que era la primera que lo saboreaba.
El reloj avanza y las poses van cambiando, el porno visto por nuestro afortunado lo hacen parecer todo un experimentado y es ella quien disfruta de todo esto.
Su vagina chorrea por sus muslos, y llega al climax. Lo ultimo que quiere es detenerse, y es lógico cuando se llega a un orgasmo que solo encuentra cuando se masturba. Por que aunque podría cabalgar encima de cualquiera, ella también prefiere sus dedos (o lo que encuentre).
El tendido boca arriba es empapado por el flujo de ella, que ahoga los gritos por miedo a ser escuchada. Lo besa, para luego hacerle una turca. Ella jamas lo había hecho por pudor, pero ahora estaba totalmente desinhibida. Mientras lo hace, su lengua no se queda quieta.
El ya sabe, en segundos estará KO. Y como es obvio, no se equivoco. Un chorro de semen fue directo a la cara de una chica que no dudo en tragárselo. El resto fueron 15 minutos de besos en cada rincón de sus cuerpos, caricias que sentían la delicadeza juvenil, y masturbaciones mutuas que hacían de la velada algo mágico, de esas que se quieren que no termine nunca.
Se conocieron ese misma noche, hace poco mas de dos meses, y ahora yo estoy compartiendo la cama con los dos, apunto de vivir el primer trió de mi vida.
Mis pechos pegados al de ella, nuestras piernas cruzadas, mis dedos acarician su vagina, ella la mía, mientras nuestras bocas se encuentran en un beso desenfrenado y un pene dotado juguetea en mis nalgas mientras agarra mi cintura y sus labios besan mi espalda...
Basado en un hecho real
Continuara...
5 comentarios - Detras de la puerta (relato)