Amantes

La casualidad quiso que los dos ex novios se encuentren después de un par de años sin verse.
Carlos la reconoce de inmediato al verla entrar a la fiesta, ya no era la chica de pelo enmarañado, remeras rockeras y jeans sucios, lleva un vestido azul, bien pegado al cuerpo resaltando sus curvas, zapato tacos altos que estilizan sus piernas, pechos y colas firmes, se notan las horas de gym.
El se acerca y la charla fluye, recuerdan viejos tiempos, el alcohol los va soltando poco a poco, lo cuerpos comienzan a rosarse, algo comienza resurgir, un beso, otra copa, los besos y las caricias se vuelven más apasionados.
Carlos la invita a su departamento, ella duda un momento, piensa en su marido, en que no debe llegar tan tarde, pero las ganas y el deseos pueden más.
Durante el viaje se besan, se acarician, Marcela toca la entrepierna de él, puede sentir la erección por sobre el pantalón, lo aprieta, se imagina ese pene dentro de ella, mientras recuerda viejos tiempos.
Ni bien ingresan al departamento, ella se arrodilla y le baja en pantalón, siente el olor semen, él se había acabado durante el viaje pero su pene ya estaba totalmente duro nuevamente, ella lo observa, todo acabado, duro, esa imagen la excita aún más , se le metie todo en la boca, siente el sabor salado, lo chupa, lo limpia todo, saborea, disfruta de recorrerlo, los labios envuelve la cabeza, la lengua lo acaricia, ella ya no es la chica tímida que él recuerda, ahora en una mujer que sabe lo que hace.
El disfruta.
Marcela se para y se quita el vestido, no hay nada debajo, solo sus pechos firmes, su entrepierna totalmente afeitada, Carlos queda deslumbrado por ese cuerpo.

Se besan con pasión mientras van hacia la habitación, ella lo empuja y Carlos cae sobre la cama, se sube sobre él, toma su miembro y se lo introduce en su vagina, disfruta de sentir como poco a poco lo tiene cada vez más dentro suyo, ella se mueve con seguridad, manejando la situación, cuando lo ve muy excitado se detiene, luego vuelve a comenzar.

Así una y otro vez.

De un tirón rompe los botones de la camisa, el torso de Carlos queda al descubierto, ella lo acaricia, se incorpora y le hace sexo oral, nuevamente se lo introduce, disfruta de tenerlo adentro, de sentir como la llena toda.

Marcela ve le excitación de Carlos, disfruta de verlo así, él fue quien terminó con la relación, quiere que vea en que tipo de mujer se convirtió.

Se reincorpora y se pone en cuatro, él no lo duda, se pone detrás y la penetra, con fuerza, las nalga de ella están coloradas por el choque de los cuerpos, disfruta de ser cogida de esa manera, un sexo fuerte y apasionado, sus gritos de placer inundan la habitación.

El respira agitado, la penetra cada vez más rápido, los gritos de ella, el sonido del choque de los cuerpos, la respiración agitada, todo se mezcla en un caos de excitación , lujuria y orgasmo.

No se aguanta más y siente como su pene explota dentro de ella, chorros de semen, uno detrás de otros, no se detiene, sigue cogiéndola , sigue acabando, sigue cogiéndola.

Ella se para y le da un beso, siente como el semen chorrea por sus piernas, toma un poco con su mano y se lo lleva a la boca, no sin antes mostrárselo a él.

Aún está a tiempo de llegar temprano a casa.