El otro día hablando por aquí... me sorprendió algunos/as que no sabían que es un "beso blanco" o un "beso negro".
Bueno seguramente si lo sabían, pero no sabían que se llamase así.
Por fin llegó el día.
Había estado preparando este encuentro desde hacía un par de semanas, y hasta esa tarde no pudimos los tres. Los dos chicos habían consentido un trío HMH; y como sabía que también quería, cada uno y por separado, un trío MHM, quedamos en que, cuando cada cual me dijera, estaría yo con otra chica de su gusto. Con los dos, dispuesta a cumplir, entonces, sus deseos más privados.
Con mi plan de antemano, ese día me había bañado concienzudamente para estar más limpia de lo normal...
Llegaron y abrí la puerta en lencería. Una copa para ultimar detalles, y pasé a quitarles, lentamente, la ropa, yo sola, con la pasividad cómplice de ambos. Dos hombres desnudos para mi sola, que además se iban a ir contentos y satisfechos con las sorpresas que les tenía preparadas...
Medio empalmados, les fui comiendo sus pollas, hasta que estaban bien erectas, como a mi me gustan. Ellos se dejaban, mientras me acariciaban por todas partes. Les dije que no me acariciaran ni los pechos ni el coño, eso sería para el final. Yo les succionaba con lentitud, juntando y jugando con sus pollas, riéndome y riéndonos. Decidí que ya iba siendo hora de avanzar, y con una mano empecer a pajear a uno, mientras al otro le comía, para cambiar de polla en mi boca y en mi mano. Les había dicho que quería que hicieran absolutamente todo lo que les pidiera, y ambos parecían dispuesto a cumplir mis deseos.
El primero de ellos se corrió en mi boca, y el otro, a punto mientras le daba con la mano, terminó corriéndose también en mi boca. Con el semen mezclado de ambos, me acerqué a la boca de uno y le besé, pasándole parte del contenido a su boca. Después fui a la boca del otro y le tocó el resto. Un beso blanco, blanco, blanco...que me dejo ese sabor amargo, ese viejo amigo.
Di un trago del Roncola que había en la mesita. Saque con mis dedos uno de los hielos del vaso, y me lo pasé por el ano.
Uno de ellos, vuelto a empalmar, se acercó para penetrarme por el coño más chorreante que nadie se
pueda imaginar, a lo que accedí deseosa. Se tumbó y yo sobre él, y le empecé a montar. El otro sabía lo que tenía que hacer. Cogió otro hielo del vaso y me lo siguió pasando por mi ano, para continuar con su lengua por esa zona. Cesé de moverme, pero seguí penetrada, mientras mi otro amigo me daba ese beso en mi culo, un beso negro, que tanto había anhelado. Estuvo todo un rato pasando su lengua alrededor, para terminar introduciéndola, si dejar de moverla por el interior de mi culo. El estímulo facilitó la penetración, con lo que me vi con dos pollas en mi cuerpo, uno en la vagina lubricada, y otra en mi besado ano.
Espero que les haya gustado. ¿Quién de aquí ha probado alguno de los dos besos?. Yo creo que es algo un poco controvertido... porque ambos tienen connotaciones sumisas, ¿no creen?.
¿Les gustaría probarlo? ¿Les da asco?
Bueno seguramente si lo sabían, pero no sabían que se llamase así.
Por fin llegó el día.
Había estado preparando este encuentro desde hacía un par de semanas, y hasta esa tarde no pudimos los tres. Los dos chicos habían consentido un trío HMH; y como sabía que también quería, cada uno y por separado, un trío MHM, quedamos en que, cuando cada cual me dijera, estaría yo con otra chica de su gusto. Con los dos, dispuesta a cumplir, entonces, sus deseos más privados.
Con mi plan de antemano, ese día me había bañado concienzudamente para estar más limpia de lo normal...
Llegaron y abrí la puerta en lencería. Una copa para ultimar detalles, y pasé a quitarles, lentamente, la ropa, yo sola, con la pasividad cómplice de ambos. Dos hombres desnudos para mi sola, que además se iban a ir contentos y satisfechos con las sorpresas que les tenía preparadas...
Medio empalmados, les fui comiendo sus pollas, hasta que estaban bien erectas, como a mi me gustan. Ellos se dejaban, mientras me acariciaban por todas partes. Les dije que no me acariciaran ni los pechos ni el coño, eso sería para el final. Yo les succionaba con lentitud, juntando y jugando con sus pollas, riéndome y riéndonos. Decidí que ya iba siendo hora de avanzar, y con una mano empecer a pajear a uno, mientras al otro le comía, para cambiar de polla en mi boca y en mi mano. Les había dicho que quería que hicieran absolutamente todo lo que les pidiera, y ambos parecían dispuesto a cumplir mis deseos.
El primero de ellos se corrió en mi boca, y el otro, a punto mientras le daba con la mano, terminó corriéndose también en mi boca. Con el semen mezclado de ambos, me acerqué a la boca de uno y le besé, pasándole parte del contenido a su boca. Después fui a la boca del otro y le tocó el resto. Un beso blanco, blanco, blanco...que me dejo ese sabor amargo, ese viejo amigo.
Di un trago del Roncola que había en la mesita. Saque con mis dedos uno de los hielos del vaso, y me lo pasé por el ano.
Uno de ellos, vuelto a empalmar, se acercó para penetrarme por el coño más chorreante que nadie se
pueda imaginar, a lo que accedí deseosa. Se tumbó y yo sobre él, y le empecé a montar. El otro sabía lo que tenía que hacer. Cogió otro hielo del vaso y me lo siguió pasando por mi ano, para continuar con su lengua por esa zona. Cesé de moverme, pero seguí penetrada, mientras mi otro amigo me daba ese beso en mi culo, un beso negro, que tanto había anhelado. Estuvo todo un rato pasando su lengua alrededor, para terminar introduciéndola, si dejar de moverla por el interior de mi culo. El estímulo facilitó la penetración, con lo que me vi con dos pollas en mi cuerpo, uno en la vagina lubricada, y otra en mi besado ano.
Espero que les haya gustado. ¿Quién de aquí ha probado alguno de los dos besos?. Yo creo que es algo un poco controvertido... porque ambos tienen connotaciones sumisas, ¿no creen?.
¿Les gustaría probarlo? ¿Les da asco?
7 comentarios - Besos blancos y besos negros