Fue un flash la satisfacción personal de cruzarme en tu camino. Supe instantáneamete que eras la hembra. La mujer perfecta. Pasión, dulzura, sonrisas y ése carácter tan práctico y duro que me pone tan cachondo.
Me perdí en tu piel. En el sabor salado de tu coñito. Me deleitaba con la forma que rugías de gusto y levantabas tu cadera una y otra vez, apresada con mis manos, grandes, y con mi boca. Mi lengua se desplazaba por todo tu sexo.
Mi hálito suave, se apresaba de tu excitación. Mi polla mientras tanto, se ponía cada vez más fuerte. Mis manos, que te deseaban acariciaban tus piernacas. Mis dedos perseguían tus hendiduras para hacerte mía por más huecos.
Sólo tus jadeos tu y yo, era el equilibrio del universo. Recorrí con besos la distancia entre tu clítoris y tu culo. Te abrí las nalguitas (Homenaje a amando) y jugueteo con tu otro hueco.
Te gustaba la forma en que te dilataba piano. Hasta que logré que te extasiases en mi boca, mojándome y dejando que te saborease, todo lo bien que necesitaba saborearte.
Me perdí en tu piel. En el sabor salado de tu coñito. Me deleitaba con la forma que rugías de gusto y levantabas tu cadera una y otra vez, apresada con mis manos, grandes, y con mi boca. Mi lengua se desplazaba por todo tu sexo.
Mi hálito suave, se apresaba de tu excitación. Mi polla mientras tanto, se ponía cada vez más fuerte. Mis manos, que te deseaban acariciaban tus piernacas. Mis dedos perseguían tus hendiduras para hacerte mía por más huecos.
Sólo tus jadeos tu y yo, era el equilibrio del universo. Recorrí con besos la distancia entre tu clítoris y tu culo. Te abrí las nalguitas (Homenaje a amando) y jugueteo con tu otro hueco.
Te gustaba la forma en que te dilataba piano. Hasta que logré que te extasiases en mi boca, mojándome y dejando que te saborease, todo lo bien que necesitaba saborearte.
2 comentarios - Hembra ideal