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Una chica curiosa. Capítulo 21

Una chica curiosa. Capítulo 21

Esta es la historia de Paula, una chica que a los 19 años la curiosidad la empieza a llevar por experiencias nuevas que cada vez resultan ser más intensas. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

Capítulo 21: Noche de chicas
   No, no fue el final ya que después de mi noche súper hot con Julieta y su amiga lesbiana Estefanía, comencé a aburrirme un poco de las mujeres. En realidad comencé a aburrirme de Julieta. No como persona o como amiga, ya que nos juntábamos muchísimo y los fines de semana nos veíamos siempre, sino que el sexo se empezó a hacer algo monótono entre ella y yo y por más de que me encantaba y disfrutaba mucho de su compañía, no podía negar que quería algo más. La curiosidad todavía no se había ido.
   “Tendríamos que haber sacado algunas fotos o grabado algo” pensaba acostada en la cama recordando lo mucho que me habían hecho gozar las dos, pero a su vez sabía que eso no era una posibilidad ya que Estefi no tenía nada que ver con Poringa y Juli no quería vincularla a la página. Además mi relación con Estefanía se terminó casi la misma noche en la que hicimos ese trío, ya que no nos volvimos a hablar hasta el día del cumpleaños de Julieta, donde sucede la próxima anécdota.
   Julieta cumple los años el 7 de Mayo y como ese año caía sábado, decidió festejarlo el mismo día. “¿Salimos a bailar?” le pregunté yo pensando como me iba a vestir para salir a celebrar. “Obvio. ¡Noche de chicas!” me respondió ella emocionada. Se puso en contacto con sus amigas, algunas que yo conocía y otras que no, y organizó una previa en su casa con salida a un boliche que quedaba cerca de ahí. En mi cabeza imaginé una noche parecida a la que tuvimos junto con Estefanía. No sé por qué, pero iba a ser más emocionante y más caliente que esa.
   Fui una de las primeras en llegar a su casa. Apenas terminé de comer me cambié, me maquillé y me fui a lo de Juli para celebrar el cumpleaños. Pilar, una chica alta, flaca y morocha era la primera que había llegado y entre las dos ayudamos a la cumpleañera a preparar un poco las cosas. No era mucho lo que había que hacer, ya que solo se trataba de ordenar un poco el living, preparar el freezer para poner las bebidas y limpiar los vasos, pero justo cuando terminamos, suena el timbre y llegaron las demás. Estefanía vino acompañada de Bárbara, Danisa y Noelia y al poco tiempo llegó Carla, amiga de la secundaria junto a Pilar. Enseguida empezaron los juegos de cumpleaños. Julieta había preparado algunos para que nos divirtiéramos, los cuales incluían confesiones sexuales o besos entre las participantes.
   El primer juego era el siguiente: Había un mazo de cartas desparramado por la mesa y 8 chupitos de tequila (uno para cada una). Todas teníamos que sacar una carta del mazo y la que tenía la carta más alta le tenía que dar su chupito a la que tenía la carta más baja, el resto tomaban todas. Pero para agregarle un poco de gracia al juego, si había dos que sacaban el mismo número tenían que darse un beso y después tomar. En la primera ronda, Bárbara y yo sacamos un 4.
   Obviamente las chicas enloquecieron al ver eso y casi pasa desapercibido el hecho de que Pilar había sacado un 1 y que Noelia tenía un 11 como carta más alta. Algunas comenzaron a reírse y Julieta gritó al ver el 4 de espadas y de oro sobre la mesa. Una vez que pasó la adrenalina del momento me acerqué a Bárbara, una rubia, peticita, de ojos celestes y cola grande y le di un beso para después volver a mi lugar y tomar mi chupito de tequila. En la segunda ronda tuve la suerte de sacar la carta más lata (un 10) y le di mi chupito a Noelia, pasando así toda la emoción ya que no había cartas iguales. Pero en la 3er y última ronda de ese juego todo se descontroló: Julieta sacó la carta más baja, un 2, pero no fue la única ya que Estefanía también sacó un dos, por lo que Noelia que tenía un 12 y Pilar que tenía un 10 les dieron sus respectivos chupitos y encima tuvieron que besarse. Pero a su vez Danisa y yo sacamos un 6, provocando que también nos diéramos un beso.
   El segundo juego fue una especie de verdad/consecuencia pero con tragos de por medio. La que sacaba la carta más alta tenía que hacerle una pregunta y proponerle un desafío a la que saque la carta más baja. Después de cumplirlo las dos tomaban un chupito. La primera vez Estefanía le preguntó a Danisa (que había sacado un 1) como le gustaban las mujeres y el desafío era hacer un baile hot para Julieta, cosa que cumplió subiendo la temperatura de muchas de las que estábamos ahí. Después me tocó a mí con Carla y como ella era heterosexual le pregunté que pose sexual era su favorita y la obligué a chaparse a alguna de las chicas y ella eligió a Bárbara. Por último Pilar sacó un 12 y yo un 2.
   - ¿Entonces sos bi? ¿Qué te calienta más, las mujeres o los hombres?- Me preguntó.
   - Mmm a ver…- Dije yo pensando y riendo.- Me encantan los dos, pero últimamente me siento más atraída por las mujeres.- Respondí y algunas festejaron.
   - Bien y la prenda…- Pensó Pilar.- ¡Ya sé!- Dijo después de unos segundos.- Como es el cumple de Juli, tenés que regalarle algo a ella… ¿Te animás a chuparle la concha en frente de todas nosotras?
   Julieta y yo la miramos totalmente anonadadas por la prenda que me acababa de sugerir. Las demás largaron un “uhhh” en tono amenazante y Carla se puso de pie y aplaudió festejando el valor de su amiga por proponer ese desafío. Entonces nos miramos con Juli y el resto de las chicas ya estaban convencidas de que teníamos que hacerlo. Ya lo habíamos hecho muchas veces, nunca lo habíamos hecho en frente de espectadores. Pero el gesto de ella me sugirió a que me animara y los comentarios desafiantes de las chicas me terminaron de convencer.
   - Vamos al sillón.- Le dije poniéndome de pie.
   Julieta se levantó y fue caminando hasta el sillón mientras yo la seguía. “Ah bueno” dijo una de las chicas cuando ella se recostó sobre el mismo y yo me agaché frente a ella para comerle la boca de un beso. “Feliz cumple amiga” le dije y después me arrodillé delante del sillón y le abrí las piernas con un movimiento brusco. “Uhhh” dijeron nuevamente las chicas al ver que le subía la pollera y una tanguita roja bien finita se revelaba, la cual se la fui bajando despacito acariciando sus muslos y mirándola con cara de deseo. En su rostro se notaban las ganas de sentir mi lengua sobre su cuerpo. Se recostó bien contra el sillón dejando su cintura en el borde del mismo y de a poquito fui bajando mi cabeza.
   Comencé con unos besos en sus muslos y al levantar la vista vi que las otras 6 miraban expectantes de lo que estaba a punto de pasar frente a ellas. Mis manos subieron desde sus tobillos hasta sus rodillas y después, apretando el interior de sus piernas, las fui abriendo lentamente. Julieta largó una risita tonta y eso me encantó. “¡Que hermosa que es!” pensó mi cerebro y después dirigí mi mirada a su conchita, la cual se me hizo irresistible.
   Primero pasé mi lengua bien rápido de abajo hacia arriba y después repetí el movimiento pero de manera muy lenta. Julieta se estremeció y llegué a escuchar como una de las chicas murmuró algo a otra, aunque no logré entender que era. Volví a repetir el movimiento, primero pasando mi lengua rápidamente por su concha bajo hacia arriba y después repetí muy lentamente. Ella se retorció nuevamente del placer y lanzó un “Mmmm” que sonó a una especie de gemido disimulado.
   - ¡Que rica!- Dije cambiando mi voz y levantando la cabeza para mirar a las chicas con una expresión de deseo y ellas se quedaron perplejas ante mi comentario.
   Enseguida volví a bajar la cabeza y continué practicándole sexo oral a la chica del cumpleaños, esta vez de manera mucho más intensa. Movía mi lengua de arriba hacia abajo mucho más rápido, mis manos formaban parte del juego, acariciando sus muslos y pasando mis dedos por sus labios y su clítoris. Julieta se había dejado llevar totalmente por el placer, se apretaba las tetas por encima de la remera y me revolvía el pelo cada vez que mi lengua la mojaba un poquito más.
   Las chicas seguían emitiendo comentarios al respecto pero yo no escuchaba que decían, eran solo voces a lo lejos. Me concentraba en disfrutar al máximo de la conchita de Juli, que no paraba de gozar de mi boca sobre su cuerpo. Mi lengua se movía muy rápido, abarcando la totalidad de su entrepierna y terminando en su clítoris el cual lo relamía todo causando que ella se retoricara del placer. “¡Mmmm sí!” volvió a gemir y eso me motivaba mucho más a seguir divirtiéndome con su cuerpo.
   - ¿Vamos a la pieza?- Le dije levantándome y dándole un beso bien húmedo.
   - ¡Por favor!- Respondió ella que se levantó del sillón y comenzó a caminar a su cuarto diciéndole a sus amigas que enseguida volvíamos.
   Entramos y tras cerrar la puerta fuimos directo a la cama. Ella se acostó sobre mi cuerpo y después de comerme la boca con un beso hermoso, fue bajando por toda mi piel hasta llegar a mi cintura. “Me volvés loca” me confesó y me desabrochó el cierre del short para bajármelo de una. Abrí mis piernas dándole lugar a que se acomodara y automáticamente sumergió su boca entre ellas para pasar sus labios por encima de mi bombachita, mojándome toda. La corrió hacia un costado y se dedicó a darme placer.
   Ya sabía lo que se sentía, pero no podía evitar sorprenderme cada vez que su lengua rozaba por los labios de mi concha ya que el placer que me provocaba era increíble. “¡Ay sí!” salió de mi boca cuando su lengua se posó sobre mi clítoris y comenzó a moverse a toda velocidad. Movía mi cintura al ritmo que ella me llevaba. Sentía sus labios que tocaban los míos y me humedecían más y más. Estábamos muy excitadas.
   Entonces Juli se levantó y volvió a ponerse sobre mi cuerpo y las manos entraron en el juego. Como todavía teníamos algo de ropa puesta, empezamos a correrla de lugar solo con el fin de poder tocarnos más la piel. Sus tetas terminaron en mi boca, las cuales disfruté a pleno mientras que ella jugaba con sus dedos sobre mi concha y después me los metía en la boca para que gozara el sabor de ellos.
   Nos dimos vuelta y quedé yo encima de ella, que no paraba de gozar. Entonces metí mis deditos adentro de su cuerpo y después de cogerla un rato con estos, los llevé hasta su boca y la muy sarpada los lamió con una cara de trolita increíble. Los besos, el toqueteo, la lengua, las manos, todo se hacía cada vez más intenso. Más allá de la puerta sonaban las risas de sus amigas que sabían lo que estaba pasando atrás de la pieza, aunque no se imaginaban lo que sucedía exactamente.
   - ¡Ay sí! ¡Métemelos todos!- Me pidió Julieta cuando volví a agacharme entre sus piernas para meterle mis dedos y lamer su clítoris.
   Comencé a masturbarla con dos deditos, haciendo que entraran y salieran bien rápido en su concha. Ella gemía y se retorcía de la satisfacción que le causaba eso, mientras que se agarraba fuertemente a las sábanas. Mi lengua también se movía como loca y disfrutaba de su conchita, la cual estaba totalmente mojada de lo bien que la estábamos pasando. Me calentaba mucho hacerla disfrutar de esa manera, devolviéndole de cierta forma todos los orgasmos que ella me había regalado.
   Se volvió a levantar y me empujó hacia atrás. Quedamos las dos con nuestras cabezas en las distintas puntas de la cama y nuestras cinturas en el centro. Entonces ella entrelazó nuestras piernas y una vez que nos acomodamos tuve su conchita rozando la mía. “La famosa tijereta” pensé sonriendo y no podía creer que hasta el momento no la había hecho nunca. Fue ella la que llevó el ritmo, al principio lento, suave, incluyendo los muslos y las miradas de satisfacción, pero la velocidad iba en aumento. Nuestras conchas se tocaban cada vez más y podía sentir la humedad que se mezclaba y me ponía más caliente.
   No sé cuando sucedió, pero de golpe todo fue placer absoluto. La pose, su mirada, su forma de llevar la situación, todo se volvió terriblemente excitante y sentir su concha rozando la mía me empezó a calentar de una forma única. “¡Sí Juli, sí” grité y ella se siguió moviendo de manera más rápida, regalándome su humedad y el roce de sus manos. Estaba muy cerca, necesitaba largar ese grito.
   - ¡Síiii!- Gemí cuando sentí el orgasmo llegar a mi cintura y comprobar como iba largando mi acabada.
   Me desplomé sobre la cama y enseguida Julieta se recostó encima de mi cuerpo y me dio un beso muy apasionado. Nos miramos unos segundos y nos quedamos quietas mientras yo recuperaba el aliento después de tan excelente orgasmo. Recolectamos la ropa que estaba tirada en el piso, nos vestimos, nos arreglamos un poco y después de darnos un beso muy fogoso, volvimos con sus amigas a seguir disfrutando de la noche de chicas.


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3 comentarios - Una chica curiosa. Capítulo 21

amigolo +1
Muy caliente como siempre. Es un placer leer tus relatos. Van puntitos
HistoriasDe
Muchas gracias!!
exiliado-40 +1
Tremendo y caliente como siempre +5