Agustina
Mi viejo tiene una casa en Funes, una localidad cerca de Rosario, donde paso la mayor parte de mis vacaciones. Mis amigas saben que la casa está abierta para que me vengan a visitar cuando quieran, y hasta a veces alguna se queda a dormir.
Ese domingo invité a Juli y a Vale para que vinieran. Para mi sorpresa, Vale llegó con su hermano menor. Los padres de ella medio que la obligaron a llevarlo, para que no se quede solo. A ella se le notaba en la cara el disgusto, ya que no se llevaban bien.
Hacía un par de años que no lo veía, y la verdad, noté cómo había crecido el pendejito. Si bien era un año más chico que nosotras, estaba hecho un potrazo.
Se notaba que había arrancado el gimnasio, hacía deporte y realmente estaba para morfarlo. Obvio, el comentario con Julieta, cuando Vale no estaba, era "que fuerte que se había puesto Juanpi". Con disimulo lo violaba con la mirada mientras tomaba sol. Él en cambio, no disimulaba en mirarlos el culo tanto a Juli como a mi.
"Me lo garcho todo", le dije por lo bajo a Juli. "Es el hermano de Vale, no da!" me decía Juli. Se detuvo un segundo, me miró y se empezó a reir. "Justo a vos te vengo a hablar de no garcharse hermanos de amigas!", en clara alusión a que (también) estaba garchando con su hermano.
Si bien se podía generar el contacto para que en otra oportunidad, más tranquilos, poder garchar; sentía esa necesidad de hacerlo ahí en ese instante. Me había re calentado de solo pensar en cogermelo con la hermana cerca.
A la tarde, Juli se fue con Vale a comprar algo para merendar. Era mi oportunidad. Nos quedamos los dos solos. Nos pusimos a charlar un rato en el borde de la pileta. Yo me senté y con las manos junté las tetas y tiré un poco el cuerpo para adelante. No me podía sacar los ojos de encima.
"Dejá de mirarme!", le dije. Se pusó de todos los colores. Me tiré al agua y lo invité a tirarse. Me subí arriba de él, rodeando con mis piernas su cintura y me lo empecé a comer. Al principio se sorprendió y tardó en reaccionar. Luego, con sus manos me agarró fuerte del culo y me empujó contra la pared. Me apretó tanto que casi me deja sin aire. Sentía la pija parada apretarse contra mi pierna.
Lo llevé a la parte playa, donde había unas escaleritas para entrar. Lo senté en uno de los escalones, miré para los costados por las dudas (la casa está rodeada de árboles, así que está aislada de miradas indiscretas) y le bajé un poco la malla.
"Que pija que tenés pendejo", le decía mientras lo pajeaba despacio, pasando mi mano desde la base hasta la punta. Si bien había visto más grandes, no tenía nada que envidiar el nene. Una buena poronga ancha y cabezona. Me acomodé al lado suyo, y empecé a bajar la cabeza hasta meterme la puntita en la boca.
Parte de su cintura estaba cubierta por agua, así que cuando bajaba hasta el fondo, mi cabeza quedaba un poco bajo el agua. Cuando me la tragaba toda, aguantaba la respiración y aplastaba mi cara contra su panza, provocando todo tipo de gemidos y exclamaciones del pendejito. Cada vez le latía más y más la pija, estaba re caliente, y yo también. "Vamos adentro", le dije. Se subió la malla y salimos de la pile. Nos secamos un poco, y nos a la cama.
En cualquier momento caían Juli y Vale. Y quería esa pija adentro. Lo tiré en la cama lo desnudé y luego me saqué la bikini. Quedamos los dos en bolas, uno encima del otro, franeleando su pija contra mi concha. La agarré con una mano y la acomodé. Levanté la cola, sentí la punta de esa pija cabezona en la entrada de mi concha y me la enterré.
Estaba tan mojada que solita se deslizó hasta que sentí que mi cuerpo hacía tope contra el suyo. Largué un suspiro al empezar a sentir el trozo de carne de Juanpi entrar y salir de adentro mío. Empecé a acelerar el ritmo, y mover las caderas de tal formo que la pija del pendejo entraba y salía casi por completo.
Cuando me quise dar cuenta, Juanpi me avisó que ya había acabado. No lo podía creer!! Yo seguía re caliente. Me salí de encima suyo y me acosté a su lado. Le pedí que me la chupara. Noté su cara de duda, asco, o no se qué. Igual lo obligué a chupármela, pero realmente, lo hacía mal. Al rato que arrancó lo hice salir porque en lugar de calentar, me la estaba re secando. Lo acosté a mi lado y le mojé los dedos.
"Así", le dije guiando sus dedos para que se muevan sobre mi clítoris. "Asiiii dale daleeee!" le gritaba. Juanpi se empezó a emocionar y movía sus dedos con más ganas y más fuerte. "aahhh ahhhh ahhh siiiiii". Luego de acabar, le hice meter sus dedos en mi concha. Cuando los sacó, estaban empapados. "Mirá lo que hiciste pendejo, cogeme de nuevo!", le dije casi como una orden. Sus ojos estaban desorbitados, parecía asustado. Su pija ya estaba al palo.
Pegó un salto y se tiró encima mío. Agarró la base de su pija y la apuntó a mi concha. Con un poco de dificultad, la llegó a meter. Largué un suspiro y le pedí que empezara. Se movía despacio, controlando los movimientos. Se notaba su inexperiencia, pero lejos de molestarme, me resultaba excitante.
De a poco se fue soltando. Me agarré las tetas y empecé a amasarlas mientras Juanpi me cogía con fuerza. Sin pausa, pero no al ritmo desaforado que me habían acostumbrado otros pibes que me había cogido en ese último tiempo. Pero claro, eran más grandes y con más experiencia.
Cuando noté que empezaba a cansarse, me levanté y me puse en 4. "Daleee" le grité abriendo mis piernas y quebrando mi cintura. Juanpi se había quedado mirando como le movía la cola y lo llamaba. El grito lo hizo despertar, y rápidamente se acomodó atrás apoyando su pija sobre mi conchita. Sentí como entraba despacito y llegaba al fondo.
Se agarró de mis caderas y empezó a moverse. "Más... más fuerte! dale pendejito cogeme dale" lo incitaba. El pendejo se empezó a emocionar y me cogió como no lo había hecho antes. "Dalee asiii" le gritaba mientras él desesperado me clavaba su pija. El sonido de nuestros cuerpos chocando era cada vez más violento.
Estaba disfrutando el garche como nunca antes, cuando sentí que se abría la puerta. Levanté la cabeza, y vi a Vale entrar. Juanpi se paralizó, atrás de ella apareció Juli. Nos quedamos unos segundos sin reaccionar (que parecieron horas), hasta que Valeria se dio vuelta y se fue. Juli se fue atrás de ella tratando de aguantar la risa, cerrando la puerta.
Juanpi no quiso seguir cogiendo. A mi lejos de agarrarme culpa me calentó muchísimo que nos hayan visto, no podía aun descifrar porqué. Pero me había encantado. Me puse arriba suyo en la cama y empecé a refregar mi concha contra su pija, que poco a poco fue creciendo de nuevo.
Juanpi me agarró las tetas, mientras yo seguía gimiendo con la pija rozando mi concha. Cuando acabé, mojé todo el tronco de la verga de Juanpi con mis flujos. Me la quise meter, para empezar a coger, pero él no quería saber nada. Igualmente, no lo iba a dejar irse así. Me arrodillé en el borde de la cama, con él sentado, y le chupé la pija hasta que lo hice acabar.
Le lamía las bolas, lo pajeaba, rozaba con mi lengua todo el tronco hasta la cabeza, me metía la mitad de la pija, después toda entera, la sacaba despacio. Literalmente, se la exprimí. Cuando empezó a acabar, yo tenía la lengua apoyada en la cabeza.
Largó un chorro fuerte de leche que voló hasta el piso y luego abrí mi boca y me metí la cabeza de la pija para recibir el resto. cuando terminó de acabar, tragué un poco y otro poco lo dejé escurrir entre mis labios. Luego, me metí la pija hasta el fondo y la fui limpiando mientras la sacaba.
"Que peteeeeee!!!!" exclamó Juanpi cuando por fin, luego de un rato y de dejarla limpia y flácida, me la saqué de la boca. Nos vestimos y salimos. En la pileta, estaban Juli y Vale, con su bolso ya listo. "Nos vamos", le dijo media enojada al hermano.
Por unos días, mi amiga no me volvió a hablar. Después, nos juntamos y aclaramos todo. Si bien un poco le molestó y le resultó chocante encontrarnos garchando, el enojo no era conmigo, sino más con el hermano.
Resulta que él era muy celoso. Y siempre le molestó que anduviera con sus amigos o que sus amigos le hablaran. Por eso, le jodió que él no haya tenido problemas en coger conmigo, su amiga. Pero eso estaba por cambiar, Juanpi iba a recibir una lección.
Si querés saber cuál fue la lección, leela acá
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Mi viejo tiene una casa en Funes, una localidad cerca de Rosario, donde paso la mayor parte de mis vacaciones. Mis amigas saben que la casa está abierta para que me vengan a visitar cuando quieran, y hasta a veces alguna se queda a dormir.
Ese domingo invité a Juli y a Vale para que vinieran. Para mi sorpresa, Vale llegó con su hermano menor. Los padres de ella medio que la obligaron a llevarlo, para que no se quede solo. A ella se le notaba en la cara el disgusto, ya que no se llevaban bien.
Hacía un par de años que no lo veía, y la verdad, noté cómo había crecido el pendejito. Si bien era un año más chico que nosotras, estaba hecho un potrazo.
Se notaba que había arrancado el gimnasio, hacía deporte y realmente estaba para morfarlo. Obvio, el comentario con Julieta, cuando Vale no estaba, era "que fuerte que se había puesto Juanpi". Con disimulo lo violaba con la mirada mientras tomaba sol. Él en cambio, no disimulaba en mirarlos el culo tanto a Juli como a mi.
"Me lo garcho todo", le dije por lo bajo a Juli. "Es el hermano de Vale, no da!" me decía Juli. Se detuvo un segundo, me miró y se empezó a reir. "Justo a vos te vengo a hablar de no garcharse hermanos de amigas!", en clara alusión a que (también) estaba garchando con su hermano.
Si bien se podía generar el contacto para que en otra oportunidad, más tranquilos, poder garchar; sentía esa necesidad de hacerlo ahí en ese instante. Me había re calentado de solo pensar en cogermelo con la hermana cerca.
A la tarde, Juli se fue con Vale a comprar algo para merendar. Era mi oportunidad. Nos quedamos los dos solos. Nos pusimos a charlar un rato en el borde de la pileta. Yo me senté y con las manos junté las tetas y tiré un poco el cuerpo para adelante. No me podía sacar los ojos de encima.
"Dejá de mirarme!", le dije. Se pusó de todos los colores. Me tiré al agua y lo invité a tirarse. Me subí arriba de él, rodeando con mis piernas su cintura y me lo empecé a comer. Al principio se sorprendió y tardó en reaccionar. Luego, con sus manos me agarró fuerte del culo y me empujó contra la pared. Me apretó tanto que casi me deja sin aire. Sentía la pija parada apretarse contra mi pierna.
Lo llevé a la parte playa, donde había unas escaleritas para entrar. Lo senté en uno de los escalones, miré para los costados por las dudas (la casa está rodeada de árboles, así que está aislada de miradas indiscretas) y le bajé un poco la malla.
"Que pija que tenés pendejo", le decía mientras lo pajeaba despacio, pasando mi mano desde la base hasta la punta. Si bien había visto más grandes, no tenía nada que envidiar el nene. Una buena poronga ancha y cabezona. Me acomodé al lado suyo, y empecé a bajar la cabeza hasta meterme la puntita en la boca.
Parte de su cintura estaba cubierta por agua, así que cuando bajaba hasta el fondo, mi cabeza quedaba un poco bajo el agua. Cuando me la tragaba toda, aguantaba la respiración y aplastaba mi cara contra su panza, provocando todo tipo de gemidos y exclamaciones del pendejito. Cada vez le latía más y más la pija, estaba re caliente, y yo también. "Vamos adentro", le dije. Se subió la malla y salimos de la pile. Nos secamos un poco, y nos a la cama.
En cualquier momento caían Juli y Vale. Y quería esa pija adentro. Lo tiré en la cama lo desnudé y luego me saqué la bikini. Quedamos los dos en bolas, uno encima del otro, franeleando su pija contra mi concha. La agarré con una mano y la acomodé. Levanté la cola, sentí la punta de esa pija cabezona en la entrada de mi concha y me la enterré.
Estaba tan mojada que solita se deslizó hasta que sentí que mi cuerpo hacía tope contra el suyo. Largué un suspiro al empezar a sentir el trozo de carne de Juanpi entrar y salir de adentro mío. Empecé a acelerar el ritmo, y mover las caderas de tal formo que la pija del pendejo entraba y salía casi por completo.
Cuando me quise dar cuenta, Juanpi me avisó que ya había acabado. No lo podía creer!! Yo seguía re caliente. Me salí de encima suyo y me acosté a su lado. Le pedí que me la chupara. Noté su cara de duda, asco, o no se qué. Igual lo obligué a chupármela, pero realmente, lo hacía mal. Al rato que arrancó lo hice salir porque en lugar de calentar, me la estaba re secando. Lo acosté a mi lado y le mojé los dedos.
"Así", le dije guiando sus dedos para que se muevan sobre mi clítoris. "Asiiii dale daleeee!" le gritaba. Juanpi se empezó a emocionar y movía sus dedos con más ganas y más fuerte. "aahhh ahhhh ahhh siiiiii". Luego de acabar, le hice meter sus dedos en mi concha. Cuando los sacó, estaban empapados. "Mirá lo que hiciste pendejo, cogeme de nuevo!", le dije casi como una orden. Sus ojos estaban desorbitados, parecía asustado. Su pija ya estaba al palo.
Pegó un salto y se tiró encima mío. Agarró la base de su pija y la apuntó a mi concha. Con un poco de dificultad, la llegó a meter. Largué un suspiro y le pedí que empezara. Se movía despacio, controlando los movimientos. Se notaba su inexperiencia, pero lejos de molestarme, me resultaba excitante.
De a poco se fue soltando. Me agarré las tetas y empecé a amasarlas mientras Juanpi me cogía con fuerza. Sin pausa, pero no al ritmo desaforado que me habían acostumbrado otros pibes que me había cogido en ese último tiempo. Pero claro, eran más grandes y con más experiencia.
Cuando noté que empezaba a cansarse, me levanté y me puse en 4. "Daleee" le grité abriendo mis piernas y quebrando mi cintura. Juanpi se había quedado mirando como le movía la cola y lo llamaba. El grito lo hizo despertar, y rápidamente se acomodó atrás apoyando su pija sobre mi conchita. Sentí como entraba despacito y llegaba al fondo.
Se agarró de mis caderas y empezó a moverse. "Más... más fuerte! dale pendejito cogeme dale" lo incitaba. El pendejo se empezó a emocionar y me cogió como no lo había hecho antes. "Dalee asiii" le gritaba mientras él desesperado me clavaba su pija. El sonido de nuestros cuerpos chocando era cada vez más violento.
Estaba disfrutando el garche como nunca antes, cuando sentí que se abría la puerta. Levanté la cabeza, y vi a Vale entrar. Juanpi se paralizó, atrás de ella apareció Juli. Nos quedamos unos segundos sin reaccionar (que parecieron horas), hasta que Valeria se dio vuelta y se fue. Juli se fue atrás de ella tratando de aguantar la risa, cerrando la puerta.
Juanpi no quiso seguir cogiendo. A mi lejos de agarrarme culpa me calentó muchísimo que nos hayan visto, no podía aun descifrar porqué. Pero me había encantado. Me puse arriba suyo en la cama y empecé a refregar mi concha contra su pija, que poco a poco fue creciendo de nuevo.
Juanpi me agarró las tetas, mientras yo seguía gimiendo con la pija rozando mi concha. Cuando acabé, mojé todo el tronco de la verga de Juanpi con mis flujos. Me la quise meter, para empezar a coger, pero él no quería saber nada. Igualmente, no lo iba a dejar irse así. Me arrodillé en el borde de la cama, con él sentado, y le chupé la pija hasta que lo hice acabar.
Le lamía las bolas, lo pajeaba, rozaba con mi lengua todo el tronco hasta la cabeza, me metía la mitad de la pija, después toda entera, la sacaba despacio. Literalmente, se la exprimí. Cuando empezó a acabar, yo tenía la lengua apoyada en la cabeza.
Largó un chorro fuerte de leche que voló hasta el piso y luego abrí mi boca y me metí la cabeza de la pija para recibir el resto. cuando terminó de acabar, tragué un poco y otro poco lo dejé escurrir entre mis labios. Luego, me metí la pija hasta el fondo y la fui limpiando mientras la sacaba.
"Que peteeeeee!!!!" exclamó Juanpi cuando por fin, luego de un rato y de dejarla limpia y flácida, me la saqué de la boca. Nos vestimos y salimos. En la pileta, estaban Juli y Vale, con su bolso ya listo. "Nos vamos", le dijo media enojada al hermano.
Por unos días, mi amiga no me volvió a hablar. Después, nos juntamos y aclaramos todo. Si bien un poco le molestó y le resultó chocante encontrarnos garchando, el enojo no era conmigo, sino más con el hermano.
Resulta que él era muy celoso. Y siempre le molestó que anduviera con sus amigos o que sus amigos le hablaran. Por eso, le jodió que él no haya tenido problemas en coger conmigo, su amiga. Pero eso estaba por cambiar, Juanpi iba a recibir una lección.
Si querés saber cuál fue la lección, leela acá
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21 comentarios - El hermanito de mi amiga
la vez que quise hacer algo asi (no con fotos mias), no gusto mucho y lo deje de hacer
Buen relato, van nueve puntos
gracias por pasar!!
gracias por pasar!
gracias por pasar!
pasa que cuando la primera fue descomunal... se espera algo que llene ese vacio (?). igual, han entrado de varios tamaños jaja no soy de discriminar por eso 😛
gracias por pasar!
gracias por pasar!
Que pendeja puta 🙂
+5
Pero bueno si se da así ahí que hacerlo
Por lo mientras buen realto y gracias por pensar en las que casi no tenemos vistas (por aumentar el tipo de letra)
de nada, lo de la letra, yo no me daba cuenta; por suerte lo planteaste y bueno, no me cuesta nada la verdad.
espero que sigas disfrutando los proximos!