Luego de lo que fue ese último día del año con Agus, tenía que volver a Buenos Aires para trabajar. Pero el domingo, cuando conseguí levantarme de la cama, me empecé a sentir mal. El resultado fue una semana más en Rosario, pero enferma con fiebre, dolor de cabeza, un poco de todo.
El día antes de ir para Rosario a pasar las fiestas (estuve las dos semanas), me vi con Christian. Ese día, luego del último polvazo que nos dejó exhaustos, decidimos que durante esos 15 días nos íbamos a calentar lo más que podamos por chat, fotos, videos, audios; para luego reencontrarnos y matarnos garchando toda la noche.
La idea también era que en esos días no podíamos pajearnos, para explotar el último día (la regla era no pajearse, asíi que cumplí re bien, porque no me toqué nunca sola😃 ). Durante esas dos semanas, nos matamos calentando.
Él me mandaba audios contándome qué me iba a hacer, yo le respondía gimiendo, él me mandaba fotos tomando sol, yo le mandaba también. "Te llenaría toda la cola de leche", me decía mientras yo me imaginaba el chorro caliente de semen caer sobre mi culo.
Estaba que volaba. Y él también. Se notaba como tenía la pija durísima en los videos que me mandaba. Lo que no habíamos tenido en cuenta, es que yo me enfermara. Fue una semana más de espera.
Yo notaba que él ya no daba más, de hecho me mandó un video pajeándose donde acababa chorros de leche. "No aguanto una semana más", me dijo. Yo, en cama y con fiebre, ver esas cosas me subía más la temperatura.
A pesar de sentirme mal, no pude evitar ver ese video un par de veces más, mientras me tocaba. Pero en vez de mandarle video, le mandaba el audio con mis gemidos. "Cuando vengas, te destrozo" me decía. Mis piernas temblaban con solo imaginarme.
Por suerte, el martes siguiente volví a Buenos Aires. Ese mismo día me pasó a buscar por el trabajo y fuimos a su casa.
Cuando entramos y cerró la puerta, Christian me agarró de la cintura y me pegó contra su cuerpo. Me bajó el short y sacó la remera. Me dejó semidesnuda y con sus manos recorría todo mi cuerpo. Mientras, yo le desabrochaba el jean dejándolo caer hasta sus tobillos.
Le masajeaba la pija mientras disfrutaba como me tocaba y besaba las tetas. Me agarró de los pelos y me hizo arrodillar. Lo miré sonriente desde abajo, con la pija casi al lado de mi cara. "Chupala", me ordenó mientras me metía la verga en la boca.
"Qué dura la tenés!" le decía mientras la lamía toda. La escupí un par de veces y la lubriqué bien. "Como me calentaste estos días hija de puta... como me calentaste!" repetía mientras yo seguía concentrada metiendo y sacando esa pija de mi boca.
Me la metí hasta el fondo. Me dieron un par de arcadas, pero yo seguía firme con la pija atravesada en la garganta. Cuando no di más, la saqué. Chorreaba mi saliva del tronco de la pija y de mis labios. "Te extrañé mucho", le dije mientras lo pajeaba mordiéndome los labios, mientras lo miraba con mi mejor cara de puta.
Me levantó de los pelos y me sentó en una silla. Se notaba que ya no daba más. Su pija latía de lo caliente que estaba. Me desnudó y se arrodilló entre mis piernas. Me la chupó con ganas, desesperado. Me metía los dedos, me tocaba las tetas. Cerré mis ojos y disfruté de esa terrible chupada de concha, esas que pocas veces se reciben.
Lo agarré de los pelos y le hundí más la cara. Esta era la señal de que estaba por acabar. Él lo sabía, y por eso aceleró el ritmo de los lengüetazos y movía más rápido el dedo en mi concha. Cuando al fin acabé, mi cuerpo tembló como hacía rato no lo hacía. Tanto, que casi me caigo de la silla. Christian me agarró y me volvió a sentar. Ahora, él estaba parado al lado mío, con su pija entrando en mi boca nuevamente.
Empecé a chuparle los huevos, que los tenía durísimos llenos de leche. "Cuanta lechita hay acá", le repetía sin dejar de lamerlo. "La quiero toda". Me agarró de las manos y me tiró al piso. Agarró mi celular y empezó a filmar "para que te quede un recuerdo". Se sentó sobre mis tetas y se pajeó un poco. Después, me la dio a mi para que terminara el trabajo.
Dos movimientos alcanzaron para que me bañara literalmente. El primer chorro quedó atravesado por toda mi cara hasta el pelo. Otro cruzó por delante de mi boca y aterrizó en la frente. Después, apoyó la pija en mi boca y me llenó de leche hasta el ojo.
Me limpié la cara un poco con mis manos y me chupé los dedos. Cuando lo vi a Christian, aún tenía la pija durísima. "Tengo un regalo de Navidad para vos", me dijo mientras me ayudaba a levantar. Me llevó hasta su habitación, y me detuvo en la entrada. Agarró las sogas y me ató las manos.
En el marco de la puerta, había puesto una barra para hacer dominadas. O eso pensé. Una vez que tuve mis manos atadas en las muñecas, agarró otra soga y me ató a la barra. Quedé como en esta foto. Bueno, pero con la cara llena de leche (no me dejó ir a limpiar).
"Este es mi regalo?" le pregunté. Sonrió y movió su cabeza negando. Luego, me tapó los ojos. "Tenés que adivinar cual es tu regalo". Lo sentí respirar cerca de mi cuello, rozando sus labios. Sus manos despacio fueron subiendo por el costado de mis muslos, hasta llegar a mis pechos.
Me agarró las tetas, las besó y manoseó un rato. Bajó una mano hasta la cintura y fue rozando todo el borde de la tanguita. Se pasó para el otro lado, quedando él a mis espaldas. Me pegó un par de veces en la cola, para luego besarla y morderla. Yo me doblé, tirándome hacia atrás para que me hiciera lo que quisiera.
Siguió besando y tocando todo mi cuerpo, de espalda, de frente, me metió mano por todos lados. Una vez que me puso re caliente, empezó el juego. "Tenés que adivinar con qué te estoy tocando".
"Manos", dije al sentir como me agarraba la cola y me pegaba. "Dedos", susurré cuando la yema de sus 10 dedos rozaron mi espalda desde la cintura hasta mi cuello. "Lengua", ahora su lengua hacía el mismo camino que sus dedos, pero besando y mordiendo mi cuello.
Por un instante se detuvo. Sentí ruidos, no podía saber que estaba haciendo, hasta que volvió. Ahora, con sus dedos recorría mis tetas por el borde. De pronto, un pinchazo frío rozó mis pezones. "Aayyy" grité cuando sentí el hielo rozar mis tetas. "Hielo" dije casi entre gemidos. "Hielo" volví a decir cuando fue bajando por mi panza, hasta llegar a mis piernas. Las gotas frías rodaban por mi piel dándome sensaciones cada vez más intensas.
"Lengua", ahora empezó a chuparme las tetas, con los pezones durísimos por el frio. El cambio de frio a calor me volvió totalmente loca. Mis piernas temblaron. Siguió bajando, hasta que llegó a mi concha. Separó un poco las piernas y metió la lengua hasta donde pudo.
Me chupó la concha un rato largo. Luego se paró y se puso frente a mi. Sentí su rostro frente al mío. Mi respiración estaba agitada. Mi calentura era cada vez más intensa. Me besó agarrándome de los pelos y metiendo su lengua hasta donde pudo. Cuando me soltó, siguió con el juego. Pero ahora, las sensaciones eran muy distintas.
Algo me rozaba la piel. Muy suave, casi haciéndome cosquillas. Sentí un estremecimiento en todo el cuerpo. "Este es tu regalo", me decía mientras seguía rozándome por todos lados. Lo pasaba por mis muslos, subía por mi panza, rodeaba mis tetas, seguía por mis brazos hasta las manos. "Pluma?" pregunté extasiada.
Me destapó los ojos Y pude ver como me rozaba todo el cuerpo con una pluma rosa enorme. "Para que juguemos juntos", me dijo mientras me besaba otra vez. Se arrodilló nuevamente. Pasé una pierna por arriba de su hombro, y él se metió bien abajo de mi concha. Con una mano seguía recorriendo mi cuerpo con la pluma, mientras su lengua me regalaba otro orgasmo.
Fue tan intensa la forma en la que acabé, que mis piernas temblaron de tal forma que no pude sostenerme parada y se me aflojaron dejándome colgada de la barra. Christian, al ver esto, se levantó, me reincorporó y se puso atrás mío. Luego de un rato de acariciarme y pegarme en la cola, se volvió a arrodillar y empezó a chupar otra vez. Su lengua rozaba mi ano, y yo, de nuevo, no podía sostenerme en pie.
"Cogeme... cogemee" empecé a gritar. No daba más. Pasó su mano por mi concha y me puso los dedos en la boca. Estaba re mojada. Soltó mis manos y me caí al piso. Me levantó de los pelos y me tiró en la cama. Así como estaba, acomodó mis piernas sobre sus hombros y me la puso.
Empezó una garchada salvaje, contenida por semanas. Yo estaba quieta, totalmente sumisa a su voluntad. Me dio vuelta, de costado, me volvió a poner boca arriba. Se frenaba, me la chupaba, me volvía a coger. Acabé por lo menos una vez más. Me puso en 4, levanté la cola y siguió cogiéndome sin parar. Cuando no pudo más, sacó la pija y me llenó la espalda de leche. Luego, se la limpió con mi cola y se tiró exhausto en la cama. Yo tampoco daba más. Me dejé caer al lado suyo.
Después de descansar un rato, empezamos a manosearnos de nuevo. Su pija estaba dormida, pero yo quería seguir. Me puse entre sus piernas y empecé a pajearlo y tocarlo. De a poco, la verga iba reaccionando. Después, empecé a chuparle los huevos. Fui un poco más abajo.
Los gemidos de Christian me llamaban a seguir. Me puse la pija en la boca, semiparada, y con mis manos volví a buscar por esa zona. Acaricié sus huevos, un poco más abajo, seguí... hasta que llegué a su cola. En poco tiempo, tenía la pija de Christian durísima toda para mi.
Sin dejarlo mover, me subí arriba y empecé a cabalgarlo. Me la enterré toda, y me moví despacio en círculos. Con mis caderas me levantaba, dejándola salir hasta la mitad y me la clavaba. Sus manos buscaban mi cola. Me pegaba para incitarme a saltar más rápido. Me tumbé sobre su cuerpo, para que me pudiera agarrar bien.
Se aferró cruzando sus brazos en mi espalda y levantándose violentamente me empezó a coger él. Cuando no pudo más, seguí yo. Pero ahora, sus manos estaban ya clavadas en mi cola y sus dedos buscaban penetrarme. Mientras yo seguía cogiéndomelo, me enterró un dedo en la cola. Largué un suspiro largo y seguí moviéndome ahora clavándome la pija y el dedo, que pronto fueron dos.
- Hoy te hago la cola... - me decía mientras yo seguía cabalgando
- Aaayy siii quiero esta pija en mi cola! - gritaba yo moviéndome más fuerte
- ... sin forro... -
- Como quieras pero cogemeee - no me importaba nada. Estaba volando de placer, re caliente, lo único que quería era que me culeara
- ... y te acabo adentro... te voy a llenar la cola de leche - la forma en la que me lo dijo me hizo calentar más. Me clavé la pija hasta el fondo y acabé de nuevo. Me detuve porque mis piernas no daban más. Ese momento, lo aprovechó Christian para tirarme arriba de la cama y darme vuelta.
Yo estaba tratando de recuperar el aliento, mi respiración era cortada y estaba aun exitadísima. Él se dedicó a preparar mi cola. Me la chupó, me metió un dedo, dos, tres... Consiguió lo que siempre logra: que yo termine suplicándole que me la ponga.
Me puso la pija en la boca, para que quede bien lubricada. Escupió un par de veces más en mi cola y empezó a ponermela. Despacio, su pija fue clavándose toda en mi cola. Fue la primera vez que me la pusieron por ahí sin forro. No puedo explicar lo caliente que se siente. La pija latiendo contra el borde, sentir la cabeza chocar y abrirse paso... "No parés!" le gritaba cuando se detuvo. Estaba por acabar y quería aguantar más.
Cuando se le secó la pija, la sacó y la volvió a escupir y llenar de lubricante. Otra vez la metió, esta vez mucho más fácil. "Aaay siiiii" gritaba mientras él seguía taladrándome el culo. De pronto, sentí el chorro caliente de leche dentro mío. No paraba de salir nunca.
Su pija latía como nunca antes la había sentido. Cuando paró de brotar leche, empezó a culearme de nuevo, ahora con la pija lubricada con su propia leche. La sacó solo cuando ya no la tuvo tan dura como para seguir metiéndomela. Yo me quedé en 4, sintiendo como de mi cola salía leche calentita.
Luego que Christian me ayudó a limpiarme, me dejé caer en la cama. En la sábana se podía ver el charco de la leche que había chorreado de mi culo, momentos antes. Quedamos tan destruidos que nos dormimos. Nos levantamos a las 6 de la mañana, solo un rato antes de la hora que me levanto para ir a trabajar.
No iba a hacer tiempo a volver a casa, así que me quedé con él. El tiempo de sobra lo usamos para coger otra vez más. Me llevó al trabajo y luego él se fue para el suyo. Por supuesto, no pasó desapercibido que llegué con la misma ropa que el día anterior.
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 La mucamita
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
El día antes de ir para Rosario a pasar las fiestas (estuve las dos semanas), me vi con Christian. Ese día, luego del último polvazo que nos dejó exhaustos, decidimos que durante esos 15 días nos íbamos a calentar lo más que podamos por chat, fotos, videos, audios; para luego reencontrarnos y matarnos garchando toda la noche.
La idea también era que en esos días no podíamos pajearnos, para explotar el último día (la regla era no pajearse, asíi que cumplí re bien, porque no me toqué nunca sola😃 ). Durante esas dos semanas, nos matamos calentando.
Él me mandaba audios contándome qué me iba a hacer, yo le respondía gimiendo, él me mandaba fotos tomando sol, yo le mandaba también. "Te llenaría toda la cola de leche", me decía mientras yo me imaginaba el chorro caliente de semen caer sobre mi culo.
Estaba que volaba. Y él también. Se notaba como tenía la pija durísima en los videos que me mandaba. Lo que no habíamos tenido en cuenta, es que yo me enfermara. Fue una semana más de espera.
Yo notaba que él ya no daba más, de hecho me mandó un video pajeándose donde acababa chorros de leche. "No aguanto una semana más", me dijo. Yo, en cama y con fiebre, ver esas cosas me subía más la temperatura.
A pesar de sentirme mal, no pude evitar ver ese video un par de veces más, mientras me tocaba. Pero en vez de mandarle video, le mandaba el audio con mis gemidos. "Cuando vengas, te destrozo" me decía. Mis piernas temblaban con solo imaginarme.
Por suerte, el martes siguiente volví a Buenos Aires. Ese mismo día me pasó a buscar por el trabajo y fuimos a su casa.
Cuando entramos y cerró la puerta, Christian me agarró de la cintura y me pegó contra su cuerpo. Me bajó el short y sacó la remera. Me dejó semidesnuda y con sus manos recorría todo mi cuerpo. Mientras, yo le desabrochaba el jean dejándolo caer hasta sus tobillos.
Le masajeaba la pija mientras disfrutaba como me tocaba y besaba las tetas. Me agarró de los pelos y me hizo arrodillar. Lo miré sonriente desde abajo, con la pija casi al lado de mi cara. "Chupala", me ordenó mientras me metía la verga en la boca.
"Qué dura la tenés!" le decía mientras la lamía toda. La escupí un par de veces y la lubriqué bien. "Como me calentaste estos días hija de puta... como me calentaste!" repetía mientras yo seguía concentrada metiendo y sacando esa pija de mi boca.
Me la metí hasta el fondo. Me dieron un par de arcadas, pero yo seguía firme con la pija atravesada en la garganta. Cuando no di más, la saqué. Chorreaba mi saliva del tronco de la pija y de mis labios. "Te extrañé mucho", le dije mientras lo pajeaba mordiéndome los labios, mientras lo miraba con mi mejor cara de puta.
Me levantó de los pelos y me sentó en una silla. Se notaba que ya no daba más. Su pija latía de lo caliente que estaba. Me desnudó y se arrodilló entre mis piernas. Me la chupó con ganas, desesperado. Me metía los dedos, me tocaba las tetas. Cerré mis ojos y disfruté de esa terrible chupada de concha, esas que pocas veces se reciben.
Lo agarré de los pelos y le hundí más la cara. Esta era la señal de que estaba por acabar. Él lo sabía, y por eso aceleró el ritmo de los lengüetazos y movía más rápido el dedo en mi concha. Cuando al fin acabé, mi cuerpo tembló como hacía rato no lo hacía. Tanto, que casi me caigo de la silla. Christian me agarró y me volvió a sentar. Ahora, él estaba parado al lado mío, con su pija entrando en mi boca nuevamente.
Empecé a chuparle los huevos, que los tenía durísimos llenos de leche. "Cuanta lechita hay acá", le repetía sin dejar de lamerlo. "La quiero toda". Me agarró de las manos y me tiró al piso. Agarró mi celular y empezó a filmar "para que te quede un recuerdo". Se sentó sobre mis tetas y se pajeó un poco. Después, me la dio a mi para que terminara el trabajo.
Dos movimientos alcanzaron para que me bañara literalmente. El primer chorro quedó atravesado por toda mi cara hasta el pelo. Otro cruzó por delante de mi boca y aterrizó en la frente. Después, apoyó la pija en mi boca y me llenó de leche hasta el ojo.
Me limpié la cara un poco con mis manos y me chupé los dedos. Cuando lo vi a Christian, aún tenía la pija durísima. "Tengo un regalo de Navidad para vos", me dijo mientras me ayudaba a levantar. Me llevó hasta su habitación, y me detuvo en la entrada. Agarró las sogas y me ató las manos.
En el marco de la puerta, había puesto una barra para hacer dominadas. O eso pensé. Una vez que tuve mis manos atadas en las muñecas, agarró otra soga y me ató a la barra. Quedé como en esta foto. Bueno, pero con la cara llena de leche (no me dejó ir a limpiar).
"Este es mi regalo?" le pregunté. Sonrió y movió su cabeza negando. Luego, me tapó los ojos. "Tenés que adivinar cual es tu regalo". Lo sentí respirar cerca de mi cuello, rozando sus labios. Sus manos despacio fueron subiendo por el costado de mis muslos, hasta llegar a mis pechos.
Me agarró las tetas, las besó y manoseó un rato. Bajó una mano hasta la cintura y fue rozando todo el borde de la tanguita. Se pasó para el otro lado, quedando él a mis espaldas. Me pegó un par de veces en la cola, para luego besarla y morderla. Yo me doblé, tirándome hacia atrás para que me hiciera lo que quisiera.
Siguió besando y tocando todo mi cuerpo, de espalda, de frente, me metió mano por todos lados. Una vez que me puso re caliente, empezó el juego. "Tenés que adivinar con qué te estoy tocando".
"Manos", dije al sentir como me agarraba la cola y me pegaba. "Dedos", susurré cuando la yema de sus 10 dedos rozaron mi espalda desde la cintura hasta mi cuello. "Lengua", ahora su lengua hacía el mismo camino que sus dedos, pero besando y mordiendo mi cuello.
Por un instante se detuvo. Sentí ruidos, no podía saber que estaba haciendo, hasta que volvió. Ahora, con sus dedos recorría mis tetas por el borde. De pronto, un pinchazo frío rozó mis pezones. "Aayyy" grité cuando sentí el hielo rozar mis tetas. "Hielo" dije casi entre gemidos. "Hielo" volví a decir cuando fue bajando por mi panza, hasta llegar a mis piernas. Las gotas frías rodaban por mi piel dándome sensaciones cada vez más intensas.
"Lengua", ahora empezó a chuparme las tetas, con los pezones durísimos por el frio. El cambio de frio a calor me volvió totalmente loca. Mis piernas temblaron. Siguió bajando, hasta que llegó a mi concha. Separó un poco las piernas y metió la lengua hasta donde pudo.
Me chupó la concha un rato largo. Luego se paró y se puso frente a mi. Sentí su rostro frente al mío. Mi respiración estaba agitada. Mi calentura era cada vez más intensa. Me besó agarrándome de los pelos y metiendo su lengua hasta donde pudo. Cuando me soltó, siguió con el juego. Pero ahora, las sensaciones eran muy distintas.
Algo me rozaba la piel. Muy suave, casi haciéndome cosquillas. Sentí un estremecimiento en todo el cuerpo. "Este es tu regalo", me decía mientras seguía rozándome por todos lados. Lo pasaba por mis muslos, subía por mi panza, rodeaba mis tetas, seguía por mis brazos hasta las manos. "Pluma?" pregunté extasiada.
Me destapó los ojos Y pude ver como me rozaba todo el cuerpo con una pluma rosa enorme. "Para que juguemos juntos", me dijo mientras me besaba otra vez. Se arrodilló nuevamente. Pasé una pierna por arriba de su hombro, y él se metió bien abajo de mi concha. Con una mano seguía recorriendo mi cuerpo con la pluma, mientras su lengua me regalaba otro orgasmo.
Fue tan intensa la forma en la que acabé, que mis piernas temblaron de tal forma que no pude sostenerme parada y se me aflojaron dejándome colgada de la barra. Christian, al ver esto, se levantó, me reincorporó y se puso atrás mío. Luego de un rato de acariciarme y pegarme en la cola, se volvió a arrodillar y empezó a chupar otra vez. Su lengua rozaba mi ano, y yo, de nuevo, no podía sostenerme en pie.
"Cogeme... cogemee" empecé a gritar. No daba más. Pasó su mano por mi concha y me puso los dedos en la boca. Estaba re mojada. Soltó mis manos y me caí al piso. Me levantó de los pelos y me tiró en la cama. Así como estaba, acomodó mis piernas sobre sus hombros y me la puso.
Empezó una garchada salvaje, contenida por semanas. Yo estaba quieta, totalmente sumisa a su voluntad. Me dio vuelta, de costado, me volvió a poner boca arriba. Se frenaba, me la chupaba, me volvía a coger. Acabé por lo menos una vez más. Me puso en 4, levanté la cola y siguió cogiéndome sin parar. Cuando no pudo más, sacó la pija y me llenó la espalda de leche. Luego, se la limpió con mi cola y se tiró exhausto en la cama. Yo tampoco daba más. Me dejé caer al lado suyo.
Después de descansar un rato, empezamos a manosearnos de nuevo. Su pija estaba dormida, pero yo quería seguir. Me puse entre sus piernas y empecé a pajearlo y tocarlo. De a poco, la verga iba reaccionando. Después, empecé a chuparle los huevos. Fui un poco más abajo.
Los gemidos de Christian me llamaban a seguir. Me puse la pija en la boca, semiparada, y con mis manos volví a buscar por esa zona. Acaricié sus huevos, un poco más abajo, seguí... hasta que llegué a su cola. En poco tiempo, tenía la pija de Christian durísima toda para mi.
Sin dejarlo mover, me subí arriba y empecé a cabalgarlo. Me la enterré toda, y me moví despacio en círculos. Con mis caderas me levantaba, dejándola salir hasta la mitad y me la clavaba. Sus manos buscaban mi cola. Me pegaba para incitarme a saltar más rápido. Me tumbé sobre su cuerpo, para que me pudiera agarrar bien.
Se aferró cruzando sus brazos en mi espalda y levantándose violentamente me empezó a coger él. Cuando no pudo más, seguí yo. Pero ahora, sus manos estaban ya clavadas en mi cola y sus dedos buscaban penetrarme. Mientras yo seguía cogiéndomelo, me enterró un dedo en la cola. Largué un suspiro largo y seguí moviéndome ahora clavándome la pija y el dedo, que pronto fueron dos.
- Hoy te hago la cola... - me decía mientras yo seguía cabalgando
- Aaayy siii quiero esta pija en mi cola! - gritaba yo moviéndome más fuerte
- ... sin forro... -
- Como quieras pero cogemeee - no me importaba nada. Estaba volando de placer, re caliente, lo único que quería era que me culeara
- ... y te acabo adentro... te voy a llenar la cola de leche - la forma en la que me lo dijo me hizo calentar más. Me clavé la pija hasta el fondo y acabé de nuevo. Me detuve porque mis piernas no daban más. Ese momento, lo aprovechó Christian para tirarme arriba de la cama y darme vuelta.
Yo estaba tratando de recuperar el aliento, mi respiración era cortada y estaba aun exitadísima. Él se dedicó a preparar mi cola. Me la chupó, me metió un dedo, dos, tres... Consiguió lo que siempre logra: que yo termine suplicándole que me la ponga.
Me puso la pija en la boca, para que quede bien lubricada. Escupió un par de veces más en mi cola y empezó a ponermela. Despacio, su pija fue clavándose toda en mi cola. Fue la primera vez que me la pusieron por ahí sin forro. No puedo explicar lo caliente que se siente. La pija latiendo contra el borde, sentir la cabeza chocar y abrirse paso... "No parés!" le gritaba cuando se detuvo. Estaba por acabar y quería aguantar más.
Cuando se le secó la pija, la sacó y la volvió a escupir y llenar de lubricante. Otra vez la metió, esta vez mucho más fácil. "Aaay siiiii" gritaba mientras él seguía taladrándome el culo. De pronto, sentí el chorro caliente de leche dentro mío. No paraba de salir nunca.
Su pija latía como nunca antes la había sentido. Cuando paró de brotar leche, empezó a culearme de nuevo, ahora con la pija lubricada con su propia leche. La sacó solo cuando ya no la tuvo tan dura como para seguir metiéndomela. Yo me quedé en 4, sintiendo como de mi cola salía leche calentita.
Luego que Christian me ayudó a limpiarme, me dejé caer en la cama. En la sábana se podía ver el charco de la leche que había chorreado de mi culo, momentos antes. Quedamos tan destruidos que nos dormimos. Nos levantamos a las 6 de la mañana, solo un rato antes de la hora que me levanto para ir a trabajar.
No iba a hacer tiempo a volver a casa, así que me quedé con él. El tiempo de sobra lo usamos para coger otra vez más. Me llevó al trabajo y luego él se fue para el suyo. Por supuesto, no pasó desapercibido que llegué con la misma ropa que el día anterior.
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 La mucamita
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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22 comentarios - #7 Recibiendo más regalos navideños
Buen relato, van nueve puntos
Van todos mis pts.
Por mas asi!
Linda cura para la fiebre.
Uuuffff...como me encanta que me hagan esto, me calienta demasiado la forma como tu la describes GENIAL!!:F:F:F
Excelente relato querida...FELICITACIONES!! 👏 👏 +10
Besitos!!💋
LEO
Excelentísima saga! Besos y puntos!!