Sábado cerca del mediodía, Claudia esta tomando sol en la terraza, no le da importancia, pero este sigue insistiendo, así que entra al departamento, se acerca a la ventana y mira hacia abajo.
Ve que es Diego, este la ve y le sonríe, aprieta los botones del portero y le abre.
Vivimos en planta alta, en un departamento de pasillo, él sube por la escalera y entra.
Ambos sonríen, Claudia está prácticamente desnuda, estaba haciendo topless así que solo lleva puesta la parte de abajo de la bikini.
Claudia: aguantame que me pedo un baño, estoy toda transpirada.
Diego: No, no perdamos tiempo, me gusta como estas...
Ella se acerca toda mimosa y le comienza a desprender los botones de la camisa, se besan con ganas, la camisa cae al piso, le acaricia el torso desnudo hasta que sus manos hasta la entrepierna, desprende el cinto, el botón, el cierre, mete la mano dentro del boxer.
Ella siente como el miembro se va poniendo más y más duro a medida que crece, eso la excita, esta toda mojada, sus labios besan el pecho de él mientras lo masturba, cada vez más rápido, con más fuerza.
Empuja diego, cae sobre el sofa, ella se arrodilla y lo termina de desnudar, le comienza a besar y acariciar suavemente las piernas, la excitación aumenta a medidas que los besos se vana cercando a la entrepierna, comienza por los testículos, los roza suavemente con su lengua, él cierra sus ojos y se entrega al placer.
Acaricia el glande con la yema de los dedos mientras su lengua recorre otras partes, Diego respira agitado, ella es muy buena en esto, al fin los labios se acercan a la cabeza, besos pequeños y húmedos, juega y juega, hasta que al fin se lo mete todo en la boca.
Ella mueve su cabeza de forma frenética hacia adelante y hacia atrás, su lengua envuelve el pene con fuerza, lo moja con saliva, trata de metérselo todo en la boca, con sus manos acaricia suavemente los testículos, con su boca lo chupa entero, lo traga , no lo libera por nada del mundo, mi hacia arriba y sus ojos se cruzan con los de él, no se detiene, sigue y sigue ...
Diego le pide que pare, que no aguanta más y quiere cogerla.
Ella como buena amante obedece, se pone en cuatro, ofreciendo su cuerpo, entregando el mando.
El corre un poco la bikini, una franja blanca se distingue del resto del cuerpo bronceado, deja caer un buen chorro de saliva sobre esa flor que se le ofrece en todo su esplendor.
Acerca el pene, hecha un poco más de saliva y coloca su miembro en posición, presiona poco a poco, un poco mas de saliva y nuevamente presiona, siente como el ano va cediendo, se detiene unos segundos y empuja, poco a poco, cada vez está más dentro de ella.
Claudia se relaja, le gusta el sexo anal, lo disfruta cada vez más, al principio arde, no hubo dilatación, pero a medida que la excitación aumenta el ardor desaparece dejando lugar a placer.
Los movimientos son cada vez más fluidos, la penetra una y otra vez, ella gime de placer, el aumenta la velocidad, sabe que falta poco...
Hasta que llega el momento, el sexo oral fue demasiado excitante, su miembro explotó como un volcán de pasión, chorros y chorros de semen inundan la cola de Claudia, el se queda dentro de ella hasta que termina, hasta la última gota, recién entonces se sale, observa ese ano dilatado, disfruta mucho haciéndole la cola.
El se viste, se despiden con un beso, Claudia se dirige al baño, cansada, mientras camina siente como el semen chorrea por sus piernas...
Ve que es Diego, este la ve y le sonríe, aprieta los botones del portero y le abre.
Vivimos en planta alta, en un departamento de pasillo, él sube por la escalera y entra.
Ambos sonríen, Claudia está prácticamente desnuda, estaba haciendo topless así que solo lleva puesta la parte de abajo de la bikini.
Claudia: aguantame que me pedo un baño, estoy toda transpirada.
Diego: No, no perdamos tiempo, me gusta como estas...
Ella se acerca toda mimosa y le comienza a desprender los botones de la camisa, se besan con ganas, la camisa cae al piso, le acaricia el torso desnudo hasta que sus manos hasta la entrepierna, desprende el cinto, el botón, el cierre, mete la mano dentro del boxer.
Ella siente como el miembro se va poniendo más y más duro a medida que crece, eso la excita, esta toda mojada, sus labios besan el pecho de él mientras lo masturba, cada vez más rápido, con más fuerza.
Empuja diego, cae sobre el sofa, ella se arrodilla y lo termina de desnudar, le comienza a besar y acariciar suavemente las piernas, la excitación aumenta a medidas que los besos se vana cercando a la entrepierna, comienza por los testículos, los roza suavemente con su lengua, él cierra sus ojos y se entrega al placer.
Acaricia el glande con la yema de los dedos mientras su lengua recorre otras partes, Diego respira agitado, ella es muy buena en esto, al fin los labios se acercan a la cabeza, besos pequeños y húmedos, juega y juega, hasta que al fin se lo mete todo en la boca.
Ella mueve su cabeza de forma frenética hacia adelante y hacia atrás, su lengua envuelve el pene con fuerza, lo moja con saliva, trata de metérselo todo en la boca, con sus manos acaricia suavemente los testículos, con su boca lo chupa entero, lo traga , no lo libera por nada del mundo, mi hacia arriba y sus ojos se cruzan con los de él, no se detiene, sigue y sigue ...
Diego le pide que pare, que no aguanta más y quiere cogerla.
Ella como buena amante obedece, se pone en cuatro, ofreciendo su cuerpo, entregando el mando.
El corre un poco la bikini, una franja blanca se distingue del resto del cuerpo bronceado, deja caer un buen chorro de saliva sobre esa flor que se le ofrece en todo su esplendor.
Acerca el pene, hecha un poco más de saliva y coloca su miembro en posición, presiona poco a poco, un poco mas de saliva y nuevamente presiona, siente como el ano va cediendo, se detiene unos segundos y empuja, poco a poco, cada vez está más dentro de ella.
Claudia se relaja, le gusta el sexo anal, lo disfruta cada vez más, al principio arde, no hubo dilatación, pero a medida que la excitación aumenta el ardor desaparece dejando lugar a placer.
Los movimientos son cada vez más fluidos, la penetra una y otra vez, ella gime de placer, el aumenta la velocidad, sabe que falta poco...
Hasta que llega el momento, el sexo oral fue demasiado excitante, su miembro explotó como un volcán de pasión, chorros y chorros de semen inundan la cola de Claudia, el se queda dentro de ella hasta que termina, hasta la última gota, recién entonces se sale, observa ese ano dilatado, disfruta mucho haciéndole la cola.
El se viste, se despiden con un beso, Claudia se dirige al baño, cansada, mientras camina siente como el semen chorrea por sus piernas...
2 comentarios - Sexo con su amante