¡Muy buenas amantes de los relatos!
Esta es una experiencia que me contó un amigo, a mi me pareció muy calentona e ideal para compartirla con ustedes, ¡Disfrutenla!
Tenía pasaje para un día de noviembre, no recuerdo cual, para irme a Neuquén, desde Buenos Aires, sería un viaje muy largo pero con mi notebook y auriculares iría tirando muy bien para no aburrirme.
Fui a la terminal y a los quince minutos llegó el micro de larga distancia.
Estaba dándole las valijas al muchacho para que me las cargue y me topé con una amiga que hacía mucho tiempo no veía.
-¡Hola Joaco! – Me saludó animadamente con un beso y un abrazo. – ¡No lo puedo creer, estas gigante!
-Hola Lu! Jaja es que he estado entrenándome estos meses y bueno, ¡Gracias por notarlo! – Dije riendo – Vos también estas re cambiada, estás mas quemadita.
-Sisi… Es que estuve veraneando un poco en Mardel y después me vine a capital para visitar parientes...
El muchacho me dio el papel comprobante para poder retirar mi valija luego e ingresé al transporte, mi asiento era arriba, contra la ventana, en la parte de atrás.
Ese día no viajó mucha gente, así que la mayoría de los asientos estaban vacíos. Me puse los auriculares y escuché algo de rock nacional que tanto me gusta. El micro ya había arrancado y estábamos saliendo de capital.
Me encontraba mirando el costado de la ruta por la ventana y sentí que me tocaron el hombro, me saqué el auricular izquierdo, ya que ese era el lado de donde venía la mano que me había tocado y giré mi cabeza. Era mi amiga Luciana.
-Disculpá, ¿alguien más va a viajar con vos? – Preguntó con una mochila en el hombro.
-Nono, ¿Por?
-Preguntaba, porque estaba aburrida y como estas vos siendo mi único conocido del micro podría entretenerme un rato, digo, si no te molesta.
-Ah no no tranqui, sentate.- Le dije corriendo mi mochila y poniéndola a un costado, bajo la ventana.
Luciana era una amiga que había conocido en el secundario, allá en Neuquén, pero al terminar el ultimo año de secundaria nos distanciamos y cada uno hizo la suya, ahora nos reencontrábamos. Ella se caracterizó siempre por ser una linda deportista, amante del hockey y del gim, morocha, de pelo largo, pechos duros y grandes, y una cola impresionante muy bien formada.
-¿Y que me contás de tu vida? – Le pregunté yo cuando ella acomodo su mochila en la parte superior y se sentó a mi lado.
-La verdad es que he estado bastante tranqui, tengo un novio divino que me deja hacer lo que quiera, porque esos tipos celosos que te asfixian nunca me gustaron… y ganamos el torneo corto del año pasado de hockey.
-¡Que genial!- Me expresé.
-¿Y vos que haces?
-Yo entrenando como notaste, algo de fierros, encontré una banda que necesitaba un guitarrista principal y quedé.
-¡Guau! Si, te vi con la guitarra, tocas re bien
-¡Gracias! Vos jugas re bien al Hockey, he ido a algunos de tus partidos cuando íbamos a la escuela…
Las charlas siguieron, los recuerdos y las risas eran abundantes. La noche cayó sobre la ruta y en el micro apagaron las luces.
En eso sonó el celular de Lu y ella abrió el mensaje.
-Es mi novio. – Dijo sonriendo.
-Ahh esta bien, decile que estas en buenas manos, que nada te va a pasar jaja. – La jodí.
-Ahí le digo – Se rió.
-Dejá boluda, te estaba jodiendo…
-Nono, a el no le molesta, vas a ver.
Ella me mostró los mensajes y era algo más o menos así:
El: ¿Cómo vas bebé?
Ella: Re bien mi amor, acá estoy con un amigo de la secu, nos encontramos en el micro.
El: Uh re bien amor.
Ella: Si, es un chico hermoso y re lindo…
-¿Cómo le vas a poner eso?- Le pregunté sorprendido, mas por lo que puso de mi que porque se lo haya mandado.
-No pasa nada, no se enoja. – Sonrió.
El: Ahh re bien hermosa, me alegro de que viajes con un conocido, y que sea así como me decis (Emoticones de besos)
Ella: Sipi
El: Te dejo tranqui bebita
Ella: Dale mi amor, te amo! (Corazones)
Lu bloqueó el teléfono y todo se oscureció nuevamente.
-Hacen buena pareja.- Le dije.
-Gracias, la verdad que nunca peleamos, salgo con amigos y no se enoja, no es celoso.
Yo me puse los auriculares y comencé a escuchar música, ella se acurrucaba en una cobija, en mi hombro, yo la dejaba, no me molestaba.
Al cabo de una hora sonó nuevamente el teléfono de mi amiga. Ella lo desbloqueó y al mirar la pantalla vi que se rió, mordiéndose el labio inferior con gracia.
-¿Qué pasó?- pregunte mientras me sacaba el auricular.
-Dice que esta re duro, quiere que le mande fotos.
-Pobre pibe, mandale, anda al baño y mandale, sabes lo feo que es estar así… - Le dije y reimos los dos.
-Ni en pedo, que se conforme con mi escote.- Dijo abriendo su campera deportiva.
Debajo de su campera llevaba un top naranja que resaltaba terriblemente sus grandes senos, y dejaba ver el piercing de su ombligo, en un abdomen perfectamente bronceado. Prendió la luz que estaba encima nuestro y apuntó su celular hacia sus senos, capturando la imagen. Yo miraba sin poder creer el cuerpo perfecto de mi amiga. Una débil erección estaba dejándose notar en el jean, así que me tapé con mi campera.
-¿Y le gustó?- Le pregunté.
-Si, pero dice que quiere más, que me deje de hinchar.- Dijo levantándose a apagar la luz.
Yo la tomé del brazo y la senté suavemente.
-Dale boluda no seas mala, el tipo se quiere re pajear, no te tiene para cogerte, sabes lo que sufre… -Le dije.- Sacate el top, mostrale las tetas y dejalo conforme, yo me doy vuelta y no te veo.
-Si… tenes razón, pobrecito mi bebé… - Dijo cruzando sus brazos y levantando el top, sacándoselo. Lucía un hermoso corpiño azul, estaba perfectamente bronceada, era una escultura, comenzaba a envidiar sanamente a su novio. -¿No te ibas a dar vuelta? – Se rió.
-Ah si, perdóname. – Le dije y me voltié.
Me agarró una oleada de calor en el pecho, quizás la mejor mina que tuve al lado alguna vez estaba sacándose el corpiño y dejando sus terribles gomas al aire, y yo dado vuelta, sin poder verlo. Supuse que quizás no tendría otra oportunidad y me voltié sin avisarle.
-¡Che, no te dije listo!. – Me dijo tapándose los pechos con el brazo. Realmente eran unas tetas increíbles.
-¡Uy! – Simulé. – Pensé que ya habías terminado, disculpa…
-No pasa nada. – Me sonrió.
Me voltié nuevamente y me metí una mano bajo la campera, tenía la verga bien dura, y un poco de liquido pre seminal estaba saliendo de la cabeza de mi pene. Casi involuntariamente comencé a frotarla suavemente por debajo de la campera.
-¡Listo!- Me dijo ella.
Yo voltié casi sobresaltado y para mi sorpresa estaba en corpiño.
-Te olvidaste de ponerte el top. – Le dije
-Bah, si ya me viste casi todo la concha tuya. – Se rió – Aparte hace calor, te tendrías que sacar esa campera de ahí arriba, te vas a asar.
-Mmmno… esta bien ahí, tengo frío en las piernas. – Le mentí nervioso.
-Dale boludo hace un re calor, dame que te la dejo acá abajo que hay lugar.
En ese momento llegó un mensaje salvador de su novio.
-¿Qué dice?.
-Nada, mando muchas caritas con corazones, espero que le haya alcanzado, mas pedigüeño que la mierda es.
Me reí.
-Pasame así le escribo que su compatriota lo ayudó convenciéndote para que se las mandaras.
-Ah mira vos, y así mirás las fotos que le mandé vivaracho.- Se rió, y aún más cuando me sonrojé.
Ella: Mi amigo me convenció de que te las mandara, dijo que espero que la disfrutes.
-¿Ahí te gusta?- Me enseño la pantalla.
-Perfecto. – Le sonreí.
Sonaba su celular nuevamente.
El: Ah es un genio… ¿Te vio las tetas?
Ella: No amor, se dio vuelta para el otro lado y me las saqué.
El: Mostraselas gorda, se merece un premio el pibe, es un capo.
Ella: ¿Las fotos?
El: No, sacate todo y mostraselas.
Ella: Amor estas loco, son tuyas nomás.
El: Dale mi amor, yo te dejo, mostraselas, hacelo por mi dale.
Cuando vi la conversación me entró una excitación tremenda, el corazón me latía a mil y las oleadas de calor se hicieron presentes.
-¿Me las vas a mostrar en serio?- Pregunté excitado.
-Si, pero una miradita nomás eh…
Cuando ella llevó sus manos a su espalda tragué saliva.
-¿Listo? – Preguntó sonriendo.
-Si…- musité.
Ella desabrochó el corpiño y lo dejó caer. Sus tetas rebotaron levemente y volvieron a su lugar… Que pedazo de tetas por el amor de dios, bien bronceadas, con unos pezones hermosos y paraditos, tamaño perfecto, bien firmes.
-Dios… - Fue lo único que pude decir.
-¿Te gustan?
-Son perfectas…
-Tocalas si querés… - Se mordió el labio.
-¿No se enoja tu novio?.
-Na, quedate tranquilo lindo. – Me guiñó un ojo.
Ella se acercó más a mi y llevó su pecho hacia delante, yo agarré sus pechos desde abajo suavemente, estaban bien duros, al igual que mi verga, que no daba más debajo de mi campera. Apreté sus pezones y luego apreté bien sus pechos, realmente eran firmes, y verla con cara de satisfacción me llevó a llevar mi boca a uno de sus pezones.
-Ay pará… era tocar nomás… ay dios…- Me empujaba la cabeza hacia sus pechos.
Le pasaba la lengua a esos pezones duritos, le hacía pequeños chupones alrededor y no paraba de apretarle las tetas.
-A ver pará... – Me dijo alejándome levemente.
Consultó su teléfono.
Ella: Me las tocó mi amor, y me las chupó también…
El: ¿Y te gustó?
Ella: ¿ No te enojas?
El: Contestame… ¿Lo disfrutas?
Ella: Si… si me gustó lo que me hizo.
El: Genial… ¿Y a el no le vas a hacer nada? Pobre pibe, haceme el favor de satisfacerlo amor.
Ella: Ay amor… ¿Estas seguro? No quiero que te enojes.
El: No pasa nada bebé… vos tranqui…
Ella: Umm no sé…
El: Quiero que se la chupes a tu amigo…
Ella: ¿Me hablas en serio?
El: Si, quiero que le chupes la verga a tu amigo mi vida…
Ella: Amor, al único que se la chupo es a vos.
El: Se merece un pete si te gusta lo que te hace, total alguien te tiene que satisfacer si yo no estoy…
Ella: ¿Seguro?
El: Si, me encantaría que le chupes bien la verga, total te gusta el, ¿O no?
Ella: Amor…
El: Te gusta, seme sincera, le chuparías todo…
Ella: Si, la verdad que me gusta y me calienta mucho…
El: Quiero que te deleites con la pija de tu amiguito mientras yo me hago la segunda paja imaginándome como te la tragas mi amor…
Ella: Bueno bebe, me convenciste, se la voy a re chupar, estoy re caliente…
Miré los mensajes sin poder creérmela, parecía algo de película.
-Saca la campera y bajate los jeans. – Me ordenó mi amiga, que se levantó y apagó la luz que estaba encima nuestro.
Sin chistar saque la campera, dejándola en el piso y me bajé los pantalones junto con el bóxer, tenía la verga re parada, por lo cual dio un saltito cuando bajé mis prendas.
- Apa, ya la tenías paradita y te la querías esconder eh… - Me susurró al oído poniéndome la mano en la pija.
Busqué sus tetas en la leve oscuridad y retomé las chupadas, ahora ella suspiraba y me acariciaba el pelo.
-Que rico… ¿Tanto te gustan mis tetas bonito?.
-Me encantan…- Dije con su pezón izquierdo en la boca.
-Bueno, esta noche son tuyas…
-El cornudito de tu novio es muy generoso. – Contesté dándole un gran chupón.
-Si, por eso me encanta, me da todos los gustos… Contestó agachándose hacia mi entrepierna.
Lentamente se metió mi verga en la boca y comenzó a subir y bajar su cabeza muy suavemente, saboreando el liquido pre seminal que tenía en la cabeza.
-Ay que rico… - Suspiré abriendo la cortina para que la luz de la luna me dejara ver como me chupaba la pija mi amiguita.
-¿Te gusta la boquita de tu amiga? – Me preguntó sacándose la pija de la boca y mirándome mientras me pajeaba.
-Si… me encanta, que envidia le tengo a tu novio que recibe buenos petes siempre…
Volvió a meterse mi pene en su boca y esta vez se lo tragó entero, esto hizo que se me escapara un gemido, ella lo sacó de su boca nuevamente y también gimió, con hilos de saliva que colgaban de sus preciosos labios, retomó la labor de hacerme uno de los mejores petes que recibí en mi vida. Aceleró el ritmo de su cabeza, mi cabeza golpeaba contra su garganta y escuchar sus leves gárgaras me encantaba. Agarré una de sus tetas y comencé a apretarla. Ella no paraba de chuparme la pija como una profesional, se la tragaba entera y movía su cabeza de lado a lado, haciendo que entrara más la verga en su garganta. Comenzó a pajearme y a darme fuertes chupadas en la cabeza, mantuvo su ritmo así, mirándome con esos ojasos mientras se comía mi verga me volvia loco.
-Me acabo…- Le dije agarrando fuertemente sus tetas.
-Damela toda en la boquita. – Contesto sin sacarse la pija de la boca.
Empujé su cabeza hacia abajo y mi pija llego hasta su garganta, sentí como le llenaba la boca de leche a chorros y ella llevó sus ojos hacia atrás, saboreándola. No pude retener un gemido de placer, y ella me llevó su mano a mi boca. Aún después de acabar seguía chupándome la cabeza, y tragándose lo que quedaba en ella.
-Ay dios… que bien que la chupas… - Le dije.
-Agradeceselo a mi novio el cornudito. – Dijo ella pasando su lengua por los labios.
Nos besamos un rato y ella se dio vuelta para dormir, pusimos la campera encima nuestro para censurarnos de cualquiera que pasara por el pasillo y me acomodé haciéndole cucharita, obviamente, con mis manos en sus tetas.
FIN
Esta es una experiencia que me contó un amigo, a mi me pareció muy calentona e ideal para compartirla con ustedes, ¡Disfrutenla!
Tenía pasaje para un día de noviembre, no recuerdo cual, para irme a Neuquén, desde Buenos Aires, sería un viaje muy largo pero con mi notebook y auriculares iría tirando muy bien para no aburrirme.
Fui a la terminal y a los quince minutos llegó el micro de larga distancia.
Estaba dándole las valijas al muchacho para que me las cargue y me topé con una amiga que hacía mucho tiempo no veía.
-¡Hola Joaco! – Me saludó animadamente con un beso y un abrazo. – ¡No lo puedo creer, estas gigante!
-Hola Lu! Jaja es que he estado entrenándome estos meses y bueno, ¡Gracias por notarlo! – Dije riendo – Vos también estas re cambiada, estás mas quemadita.
-Sisi… Es que estuve veraneando un poco en Mardel y después me vine a capital para visitar parientes...
El muchacho me dio el papel comprobante para poder retirar mi valija luego e ingresé al transporte, mi asiento era arriba, contra la ventana, en la parte de atrás.
Ese día no viajó mucha gente, así que la mayoría de los asientos estaban vacíos. Me puse los auriculares y escuché algo de rock nacional que tanto me gusta. El micro ya había arrancado y estábamos saliendo de capital.
Me encontraba mirando el costado de la ruta por la ventana y sentí que me tocaron el hombro, me saqué el auricular izquierdo, ya que ese era el lado de donde venía la mano que me había tocado y giré mi cabeza. Era mi amiga Luciana.
-Disculpá, ¿alguien más va a viajar con vos? – Preguntó con una mochila en el hombro.
-Nono, ¿Por?
-Preguntaba, porque estaba aburrida y como estas vos siendo mi único conocido del micro podría entretenerme un rato, digo, si no te molesta.
-Ah no no tranqui, sentate.- Le dije corriendo mi mochila y poniéndola a un costado, bajo la ventana.
Luciana era una amiga que había conocido en el secundario, allá en Neuquén, pero al terminar el ultimo año de secundaria nos distanciamos y cada uno hizo la suya, ahora nos reencontrábamos. Ella se caracterizó siempre por ser una linda deportista, amante del hockey y del gim, morocha, de pelo largo, pechos duros y grandes, y una cola impresionante muy bien formada.
-¿Y que me contás de tu vida? – Le pregunté yo cuando ella acomodo su mochila en la parte superior y se sentó a mi lado.
-La verdad es que he estado bastante tranqui, tengo un novio divino que me deja hacer lo que quiera, porque esos tipos celosos que te asfixian nunca me gustaron… y ganamos el torneo corto del año pasado de hockey.
-¡Que genial!- Me expresé.
-¿Y vos que haces?
-Yo entrenando como notaste, algo de fierros, encontré una banda que necesitaba un guitarrista principal y quedé.
-¡Guau! Si, te vi con la guitarra, tocas re bien
-¡Gracias! Vos jugas re bien al Hockey, he ido a algunos de tus partidos cuando íbamos a la escuela…
Las charlas siguieron, los recuerdos y las risas eran abundantes. La noche cayó sobre la ruta y en el micro apagaron las luces.
En eso sonó el celular de Lu y ella abrió el mensaje.
-Es mi novio. – Dijo sonriendo.
-Ahh esta bien, decile que estas en buenas manos, que nada te va a pasar jaja. – La jodí.
-Ahí le digo – Se rió.
-Dejá boluda, te estaba jodiendo…
-Nono, a el no le molesta, vas a ver.
Ella me mostró los mensajes y era algo más o menos así:
El: ¿Cómo vas bebé?
Ella: Re bien mi amor, acá estoy con un amigo de la secu, nos encontramos en el micro.
El: Uh re bien amor.
Ella: Si, es un chico hermoso y re lindo…
-¿Cómo le vas a poner eso?- Le pregunté sorprendido, mas por lo que puso de mi que porque se lo haya mandado.
-No pasa nada, no se enoja. – Sonrió.
El: Ahh re bien hermosa, me alegro de que viajes con un conocido, y que sea así como me decis (Emoticones de besos)
Ella: Sipi
El: Te dejo tranqui bebita
Ella: Dale mi amor, te amo! (Corazones)
Lu bloqueó el teléfono y todo se oscureció nuevamente.
-Hacen buena pareja.- Le dije.
-Gracias, la verdad que nunca peleamos, salgo con amigos y no se enoja, no es celoso.
Yo me puse los auriculares y comencé a escuchar música, ella se acurrucaba en una cobija, en mi hombro, yo la dejaba, no me molestaba.
Al cabo de una hora sonó nuevamente el teléfono de mi amiga. Ella lo desbloqueó y al mirar la pantalla vi que se rió, mordiéndose el labio inferior con gracia.
-¿Qué pasó?- pregunte mientras me sacaba el auricular.
-Dice que esta re duro, quiere que le mande fotos.
-Pobre pibe, mandale, anda al baño y mandale, sabes lo feo que es estar así… - Le dije y reimos los dos.
-Ni en pedo, que se conforme con mi escote.- Dijo abriendo su campera deportiva.
Debajo de su campera llevaba un top naranja que resaltaba terriblemente sus grandes senos, y dejaba ver el piercing de su ombligo, en un abdomen perfectamente bronceado. Prendió la luz que estaba encima nuestro y apuntó su celular hacia sus senos, capturando la imagen. Yo miraba sin poder creer el cuerpo perfecto de mi amiga. Una débil erección estaba dejándose notar en el jean, así que me tapé con mi campera.
-¿Y le gustó?- Le pregunté.
-Si, pero dice que quiere más, que me deje de hinchar.- Dijo levantándose a apagar la luz.
Yo la tomé del brazo y la senté suavemente.
-Dale boluda no seas mala, el tipo se quiere re pajear, no te tiene para cogerte, sabes lo que sufre… -Le dije.- Sacate el top, mostrale las tetas y dejalo conforme, yo me doy vuelta y no te veo.
-Si… tenes razón, pobrecito mi bebé… - Dijo cruzando sus brazos y levantando el top, sacándoselo. Lucía un hermoso corpiño azul, estaba perfectamente bronceada, era una escultura, comenzaba a envidiar sanamente a su novio. -¿No te ibas a dar vuelta? – Se rió.
-Ah si, perdóname. – Le dije y me voltié.
Me agarró una oleada de calor en el pecho, quizás la mejor mina que tuve al lado alguna vez estaba sacándose el corpiño y dejando sus terribles gomas al aire, y yo dado vuelta, sin poder verlo. Supuse que quizás no tendría otra oportunidad y me voltié sin avisarle.
-¡Che, no te dije listo!. – Me dijo tapándose los pechos con el brazo. Realmente eran unas tetas increíbles.
-¡Uy! – Simulé. – Pensé que ya habías terminado, disculpa…
-No pasa nada. – Me sonrió.
Me voltié nuevamente y me metí una mano bajo la campera, tenía la verga bien dura, y un poco de liquido pre seminal estaba saliendo de la cabeza de mi pene. Casi involuntariamente comencé a frotarla suavemente por debajo de la campera.
-¡Listo!- Me dijo ella.
Yo voltié casi sobresaltado y para mi sorpresa estaba en corpiño.
-Te olvidaste de ponerte el top. – Le dije
-Bah, si ya me viste casi todo la concha tuya. – Se rió – Aparte hace calor, te tendrías que sacar esa campera de ahí arriba, te vas a asar.
-Mmmno… esta bien ahí, tengo frío en las piernas. – Le mentí nervioso.
-Dale boludo hace un re calor, dame que te la dejo acá abajo que hay lugar.
En ese momento llegó un mensaje salvador de su novio.
-¿Qué dice?.
-Nada, mando muchas caritas con corazones, espero que le haya alcanzado, mas pedigüeño que la mierda es.
Me reí.
-Pasame así le escribo que su compatriota lo ayudó convenciéndote para que se las mandaras.
-Ah mira vos, y así mirás las fotos que le mandé vivaracho.- Se rió, y aún más cuando me sonrojé.
Ella: Mi amigo me convenció de que te las mandara, dijo que espero que la disfrutes.
-¿Ahí te gusta?- Me enseño la pantalla.
-Perfecto. – Le sonreí.
Sonaba su celular nuevamente.
El: Ah es un genio… ¿Te vio las tetas?
Ella: No amor, se dio vuelta para el otro lado y me las saqué.
El: Mostraselas gorda, se merece un premio el pibe, es un capo.
Ella: ¿Las fotos?
El: No, sacate todo y mostraselas.
Ella: Amor estas loco, son tuyas nomás.
El: Dale mi amor, yo te dejo, mostraselas, hacelo por mi dale.
Cuando vi la conversación me entró una excitación tremenda, el corazón me latía a mil y las oleadas de calor se hicieron presentes.
-¿Me las vas a mostrar en serio?- Pregunté excitado.
-Si, pero una miradita nomás eh…
Cuando ella llevó sus manos a su espalda tragué saliva.
-¿Listo? – Preguntó sonriendo.
-Si…- musité.
Ella desabrochó el corpiño y lo dejó caer. Sus tetas rebotaron levemente y volvieron a su lugar… Que pedazo de tetas por el amor de dios, bien bronceadas, con unos pezones hermosos y paraditos, tamaño perfecto, bien firmes.
-Dios… - Fue lo único que pude decir.
-¿Te gustan?
-Son perfectas…
-Tocalas si querés… - Se mordió el labio.
-¿No se enoja tu novio?.
-Na, quedate tranquilo lindo. – Me guiñó un ojo.
Ella se acercó más a mi y llevó su pecho hacia delante, yo agarré sus pechos desde abajo suavemente, estaban bien duros, al igual que mi verga, que no daba más debajo de mi campera. Apreté sus pezones y luego apreté bien sus pechos, realmente eran firmes, y verla con cara de satisfacción me llevó a llevar mi boca a uno de sus pezones.
-Ay pará… era tocar nomás… ay dios…- Me empujaba la cabeza hacia sus pechos.
Le pasaba la lengua a esos pezones duritos, le hacía pequeños chupones alrededor y no paraba de apretarle las tetas.
-A ver pará... – Me dijo alejándome levemente.
Consultó su teléfono.
Ella: Me las tocó mi amor, y me las chupó también…
El: ¿Y te gustó?
Ella: ¿ No te enojas?
El: Contestame… ¿Lo disfrutas?
Ella: Si… si me gustó lo que me hizo.
El: Genial… ¿Y a el no le vas a hacer nada? Pobre pibe, haceme el favor de satisfacerlo amor.
Ella: Ay amor… ¿Estas seguro? No quiero que te enojes.
El: No pasa nada bebé… vos tranqui…
Ella: Umm no sé…
El: Quiero que se la chupes a tu amigo…
Ella: ¿Me hablas en serio?
El: Si, quiero que le chupes la verga a tu amigo mi vida…
Ella: Amor, al único que se la chupo es a vos.
El: Se merece un pete si te gusta lo que te hace, total alguien te tiene que satisfacer si yo no estoy…
Ella: ¿Seguro?
El: Si, me encantaría que le chupes bien la verga, total te gusta el, ¿O no?
Ella: Amor…
El: Te gusta, seme sincera, le chuparías todo…
Ella: Si, la verdad que me gusta y me calienta mucho…
El: Quiero que te deleites con la pija de tu amiguito mientras yo me hago la segunda paja imaginándome como te la tragas mi amor…
Ella: Bueno bebe, me convenciste, se la voy a re chupar, estoy re caliente…
Miré los mensajes sin poder creérmela, parecía algo de película.
-Saca la campera y bajate los jeans. – Me ordenó mi amiga, que se levantó y apagó la luz que estaba encima nuestro.
Sin chistar saque la campera, dejándola en el piso y me bajé los pantalones junto con el bóxer, tenía la verga re parada, por lo cual dio un saltito cuando bajé mis prendas.
- Apa, ya la tenías paradita y te la querías esconder eh… - Me susurró al oído poniéndome la mano en la pija.
Busqué sus tetas en la leve oscuridad y retomé las chupadas, ahora ella suspiraba y me acariciaba el pelo.
-Que rico… ¿Tanto te gustan mis tetas bonito?.
-Me encantan…- Dije con su pezón izquierdo en la boca.
-Bueno, esta noche son tuyas…
-El cornudito de tu novio es muy generoso. – Contesté dándole un gran chupón.
-Si, por eso me encanta, me da todos los gustos… Contestó agachándose hacia mi entrepierna.
Lentamente se metió mi verga en la boca y comenzó a subir y bajar su cabeza muy suavemente, saboreando el liquido pre seminal que tenía en la cabeza.
-Ay que rico… - Suspiré abriendo la cortina para que la luz de la luna me dejara ver como me chupaba la pija mi amiguita.
-¿Te gusta la boquita de tu amiga? – Me preguntó sacándose la pija de la boca y mirándome mientras me pajeaba.
-Si… me encanta, que envidia le tengo a tu novio que recibe buenos petes siempre…
Volvió a meterse mi pene en su boca y esta vez se lo tragó entero, esto hizo que se me escapara un gemido, ella lo sacó de su boca nuevamente y también gimió, con hilos de saliva que colgaban de sus preciosos labios, retomó la labor de hacerme uno de los mejores petes que recibí en mi vida. Aceleró el ritmo de su cabeza, mi cabeza golpeaba contra su garganta y escuchar sus leves gárgaras me encantaba. Agarré una de sus tetas y comencé a apretarla. Ella no paraba de chuparme la pija como una profesional, se la tragaba entera y movía su cabeza de lado a lado, haciendo que entrara más la verga en su garganta. Comenzó a pajearme y a darme fuertes chupadas en la cabeza, mantuvo su ritmo así, mirándome con esos ojasos mientras se comía mi verga me volvia loco.
-Me acabo…- Le dije agarrando fuertemente sus tetas.
-Damela toda en la boquita. – Contesto sin sacarse la pija de la boca.
Empujé su cabeza hacia abajo y mi pija llego hasta su garganta, sentí como le llenaba la boca de leche a chorros y ella llevó sus ojos hacia atrás, saboreándola. No pude retener un gemido de placer, y ella me llevó su mano a mi boca. Aún después de acabar seguía chupándome la cabeza, y tragándose lo que quedaba en ella.
-Ay dios… que bien que la chupas… - Le dije.
-Agradeceselo a mi novio el cornudito. – Dijo ella pasando su lengua por los labios.
Nos besamos un rato y ella se dio vuelta para dormir, pusimos la campera encima nuestro para censurarnos de cualquiera que pasara por el pasillo y me acomodé haciéndole cucharita, obviamente, con mis manos en sus tetas.
FIN
11 comentarios - Un cornudito generoso