Me encantan las tetas, la pija y la paja. O sea, soy un pajero amante de trans.
Soy cincuentón, buen aspecto, con un pene que mide, bien parado, 19 por 4,5 cm. Es una hermosa verga, caliente, con un glande redondo y rosado que fue la delicia de parejas. Pero prefiero la paja.
Hacérmela, o que me la hagan, sobretodo hermosas tetonas con pija. Entonces, yo las pajeo, y es hermoso cuando acabamos juntos, enchastrándonos los pedazos y el vientre y las piernas.
Esto no lo hago seguido, ellas cobran. Entonces no me preocupo pues pajearme solo me encanta, no hay apuros, y hago todo lo que quiero.
Por ejemplo, hace dos noches salí a buscar una trava linda. Fui caminando para mirarlas tranquilo, sin tener que dar vueltas en el auto. Encontré a dos, altas, con tetas hermosas y grandes, en vestiditos cortos y ajustados. Una era rubia y la otra morocha, las dos pendejas. Como costaba mucho pagarles a las dos elegí a la morocha, sólo porque tenía tetas más grandes. La describo: cara de nena puta, pelo negro largo hasta casi la cintura, con los tacos que calzaba medía casi 1,80, y, como confirmé más tarde midiéndola (siempre llevó una cinta métrica para esto y mostrarles la medida de mi verga), 98 de tetas, 65 de cintura y 95 de cadera. Una yegua. Nos fuimos al telo y cuando estuvimos adentro le dije que lo que más quería era que nos pajeemos y verla acabar. Me preguntó si no podía coger y le dije que si, pero quería verla gozar masturbándose.
Ella se quitó el vestidito y mostró un culo impresionante y unas tetas redondas, duras, paradas. Le mostré mi pija y le gustó, quiso chupármela, pero no la dejé. Se molestó un poco y empecé a chuparle las tetas, el culo y las piernas, respirando cerca de su pedacito, chiquito y delgado pero bien duro. Entonces le pedí que se masturbe. Y lo hizo, mientras yo le metía mi lengua en el ojete. Acabó bastante, y entonces me acosté sobre ella, con mi pija dura, para mojarme con su leche.
Pero una vez que acabó se puso de mal humor, se vistió y se fue. Yo no había acabado y no me gustó hacerlo en ese lugar, así que me marché.
Me fui hasta un departamento que alquilo solo para sexo. Tiene un ambiente de 3 x 5 metros, un baño y cocina. Allí tengo una computadora con una pantalla grande, para ver bien. En las paredes, fotos de putas, cogidas y travas. Hay un colchón en el suelo, una heladera chica con vino, whisky y algo de comida. Y zanahorias. En un rincón, un mueble donde guardo bombachas y lencería. Y un aparato de música.
Cuando llegué, me serví un vaso con vino, prendí un cigarrillo negro y puse en la PC un video de una trava comiéndose dos vergas. Cuando la tuve bien parada a la pija, me quedé en bolas, me serví otro vino, y busqué una tanguita. Elegí una blanca, de encaje con hilo para el culo. Busqué una zanahoria. Me gustó una de 15 de largo y 2,5 de ancho, un poco doblada en punta. Me senté frente a la compu con la tanguita metida en el culo, sobre la zanahoria, pero sin metérmela.
Y empecé a mirar las fotos de travas que tengo. Como me salía mucho juguito de la verga, me la saqué al costado y empecé a comérmelos, ya estaba bien caliente, y empecé a pajearme…, ahora si gozaba…, levanté mi cola, corrí el hilito del culo y comencé a meterme la zanahoria…, cuando la tuve en el fondo me senté encima y dejé de tocarme, movía mi culo nada mas, mientras me mordía los labios viendo tetas con pijas…
Y acabé, me pasé la leche por las piernas y el pecho, y me llevé algo a la boca, y allí me saqué la zanahoria del culo y la empecé a chupar, sintiendo el olorcito mío de ojete y semen…
Soy cincuentón, buen aspecto, con un pene que mide, bien parado, 19 por 4,5 cm. Es una hermosa verga, caliente, con un glande redondo y rosado que fue la delicia de parejas. Pero prefiero la paja.
Hacérmela, o que me la hagan, sobretodo hermosas tetonas con pija. Entonces, yo las pajeo, y es hermoso cuando acabamos juntos, enchastrándonos los pedazos y el vientre y las piernas.
Esto no lo hago seguido, ellas cobran. Entonces no me preocupo pues pajearme solo me encanta, no hay apuros, y hago todo lo que quiero.
Por ejemplo, hace dos noches salí a buscar una trava linda. Fui caminando para mirarlas tranquilo, sin tener que dar vueltas en el auto. Encontré a dos, altas, con tetas hermosas y grandes, en vestiditos cortos y ajustados. Una era rubia y la otra morocha, las dos pendejas. Como costaba mucho pagarles a las dos elegí a la morocha, sólo porque tenía tetas más grandes. La describo: cara de nena puta, pelo negro largo hasta casi la cintura, con los tacos que calzaba medía casi 1,80, y, como confirmé más tarde midiéndola (siempre llevó una cinta métrica para esto y mostrarles la medida de mi verga), 98 de tetas, 65 de cintura y 95 de cadera. Una yegua. Nos fuimos al telo y cuando estuvimos adentro le dije que lo que más quería era que nos pajeemos y verla acabar. Me preguntó si no podía coger y le dije que si, pero quería verla gozar masturbándose.
Ella se quitó el vestidito y mostró un culo impresionante y unas tetas redondas, duras, paradas. Le mostré mi pija y le gustó, quiso chupármela, pero no la dejé. Se molestó un poco y empecé a chuparle las tetas, el culo y las piernas, respirando cerca de su pedacito, chiquito y delgado pero bien duro. Entonces le pedí que se masturbe. Y lo hizo, mientras yo le metía mi lengua en el ojete. Acabó bastante, y entonces me acosté sobre ella, con mi pija dura, para mojarme con su leche.
Pero una vez que acabó se puso de mal humor, se vistió y se fue. Yo no había acabado y no me gustó hacerlo en ese lugar, así que me marché.
Me fui hasta un departamento que alquilo solo para sexo. Tiene un ambiente de 3 x 5 metros, un baño y cocina. Allí tengo una computadora con una pantalla grande, para ver bien. En las paredes, fotos de putas, cogidas y travas. Hay un colchón en el suelo, una heladera chica con vino, whisky y algo de comida. Y zanahorias. En un rincón, un mueble donde guardo bombachas y lencería. Y un aparato de música.
Cuando llegué, me serví un vaso con vino, prendí un cigarrillo negro y puse en la PC un video de una trava comiéndose dos vergas. Cuando la tuve bien parada a la pija, me quedé en bolas, me serví otro vino, y busqué una tanguita. Elegí una blanca, de encaje con hilo para el culo. Busqué una zanahoria. Me gustó una de 15 de largo y 2,5 de ancho, un poco doblada en punta. Me senté frente a la compu con la tanguita metida en el culo, sobre la zanahoria, pero sin metérmela.
Y empecé a mirar las fotos de travas que tengo. Como me salía mucho juguito de la verga, me la saqué al costado y empecé a comérmelos, ya estaba bien caliente, y empecé a pajearme…, ahora si gozaba…, levanté mi cola, corrí el hilito del culo y comencé a meterme la zanahoria…, cuando la tuve en el fondo me senté encima y dejé de tocarme, movía mi culo nada mas, mientras me mordía los labios viendo tetas con pijas…
Y acabé, me pasé la leche por las piernas y el pecho, y me llevé algo a la boca, y allí me saqué la zanahoria del culo y la empecé a chupar, sintiendo el olorcito mío de ojete y semen…
5 comentarios - Pajero con trans
Hechale una miradita, tal vez y te gusta 🙈🙈
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