Me llamo Eva, tengo 26 años y soy madre desde hace 6 meses. Llevo un año casada con Rubén, mi pareja, aunque llevamos juntos 8 años. Físicamente se puede decir que soy bastante guapa. Ojos azules, pelo castaño claro aunque lo llevo teñido más rubio. Delgadita a pesar de haber estado embaraza, recupere mi tipito pronto con un poco de ejercicio. Buenas piernas para mi 1.55 de estatura y un culo que aunque pequeño es respingón y durito también por esos ejercicios de gimnasio que os comentaba. Y ¿mis pechos? Pues siempre han sido normalitos una 85-90 pero bien firmes y levantados pero ahora con el embarazo y la lactancia tengo unas buenas tetas que no me caben en los sujetadores de 105.
Trabajo en la sección de panadería de un supermercado de barrio de una conocida cadena. Y es aquí donde tiene lugar mi paso de esposa y madre ejemplar a ser la puta del super.
Era diciembre del año pasado y entre todo el ajetreo típico de las navidades para un supermercado siempre hay tiempo para la famosa cena de empresa. Mario, un encargado de 21 añitos que se notaba que estaba loquito por mí, estaba intentado asegurarse de que yo iría a la cena.
+No te lo puedes perder, te vendrá bien desconectar del bebe y de tu marido; decía Mario con una sonrisita tonta.
-No sé, no me gusta dejar toda la noche solo al peque; conteste yo.
+Anda tonta, la cena no será igual si no va la más guapa de la empresa
-Pero si Elena si va, seguro que luego estarás babeando mirando sus tetas y no me aras ni caso.
La verdad es que yo también tonteaba un poco, no es que me gustara, aunque era un niño muy guapete, pero me venía bien tenerle contento por eso de ser encargado y además me gustaba tontear un poco con él.
+Sabes que yo solo tengo ojitos para ti y más ahora con esas tetas que se te han puesto que no tienen nada que envidiar a las tetas de silicona de Elena.
Elena era la jefa de cajas, tenía 24 años y tengo que reconocer que por muy mal que me cayera era todo un pivon. Más joven, más guapa, más rubia, con los ojos más bonitos que los míos, y ayudada de unas tetas pagadas por papa era la princesita del super. Yo nunca me lleve bien con ella. Puede ser porque desde el principio no quise ser su perrita faldera como son Laura y Vero, otras dos cajeras jóvenes y guapas. Se puede decir que las cuatro somos las más atractivas de allí.
-Bueno vale, pero me tienes que prometer que me cuidaras. Que hace mucho que no bebo nada y luego no sé lo que hago; le conteste con risita picara.
+Tranquila que conmigo estas en buenas manos.
Unos días antes de la cena de empresa, mi marido y yo tuvimos una discusión, nada del otro mundo pero la monotonía y el trabajo que tiene un bebe había hecho que estuviéramos más distantes. Sobre todo en cuanto al sexo. Haría más de un mes que no me tocaba y cuando lo habíamos hecho había sido bastante frio. La verdad que yo necesitaba ya un buen polvo pero tampoco me sentía atraída a hacerlo con él.
Con mi mosqueo y mi calentón decidí que tenía que aprovechar la cena para pasármelo bien y desconectar. Y para vengarme de Rubén por no follarme como debía decidi ir de compras a por un vestidito que le dejase a todos sin habla.
Después de toda la tarde de compras conseguí lo que buscaba. Un vestido de fiesta bien corto y ajustado, de color azul claro que al probármelo me di cuenta que transparentaba bastante debido a lo fino y ajustado que era. Otra excusa para comprarme un tanguita de hilo del mismo color y un sujetador a juego. Un push-up nada de los sujetadores de mama que tenía, que por otra parte eran los únicos que me valían ya que los antiguos no había manera de meter estas tetorras dentro. Pero aunque eran del mismo color del vestido se notaba hasta el tanga a traves de él. Me da igual, me dije a mi misma.
Llego la noche de la cena y me enfunde mi vestido de “medio puton”, me maquille bien y dispuse a despedirme de Rubén y de mi hijo. El al verme así vestida se quedó con la boca abierta, justo lo que yo quería.
+Estas increíble amor, demasiado sexy diría yo, tus compañeros se van a poner enfermos al verte; me dijo mi marido al verme.
-Para una noche que salgo tendré que arreglarme ¿no? ; Le conteste yo secamente.
+No si yo no te digo na, así puedo presumir de mujer y que todos vean lo que tengo en casa. Pásatelo bien y no bebas mucho.
-No te preocupes cariño si sabes que yo no bebo; le mentí yo, ya que esa noche si pensaba tomarme alguna copa.
Para no llevarme el coche había convencido a Mario de que me viniera a buscar a casa y cuando me vio salir del portal estoy segura de que se le puso dura.
+guau Eva estas para hacerte otro hijo; me soltó de golpe.
-Anda tonto que como te oiga mi marido te parte en dos; le conteste mientras le daba dos besos más largos de la cuenta para agradecerle que me viniera a buscar.
En el camino al restaurante no podía dejar de mirarme las piernas que se mostraban en su totalidad al ir sentada en el coche. Eso me gustaba y me fui poniendo caliente.
Ya en el restaurante me senté al lado de Mario como era de esperar. Enfrente tenía a Luis, el jefe de la frutería, que normalmente ya nos mira a todas con cara de salido hoy con más razón. Pero lejos de molestarme esa noche estaba dispuesta a dejarles a todos calientes y con la polla dura.
Elena y sus perritas estaban un poco más alejadas, eso ayudo también a que todos los hombres de mí alrededor se fijaron solo en mí. Ya que ella también iba despampanante con un vestido corto y de buen escote aunque un poco más recatado que el vestido de puton que yo había elegido para la ocasión.
La cena pasó entre risas y copas de vino y a la hora de irnos a la discoteca yo ya iba bastante contenta. Mario aprovechaba para agarrarse a mí y tocarme más de la cuenta pero yo me dejaba hacer.
En la discoteca entre bailes y tonteos no era solo Mario el que me metía mano disimuladamente. Varios compañeros también aprovecharon para bailar conmigo y agarrarme el culo sin vergüenza e incluso varias veces me tocaron una teta al descuido.
Entre manoseo y alguna copa me estaba poniendo muy cachonda. Mario consiguió apartarme de los salidos de mis compañeros y ahora era él quien me manoseaba ya sin disimulo.
Para ese punto tengo que reconocer que ya le había agarrado del culo varias veces y acariciado su pecho otras tantas. Estaba bastante borracha y sobretodo muy cachonda. Baile para el con mi culo en su paquete y pude notar que la tenía bien dura. No me pude resistir y sin darme cuenta tenía mi mano en su paquete sobándole por encima del pantalón.
Eso le dio pie para besarme y empezar a meterme mano por debajo del vestido acariciando el tanga.
+Estas empapada zorra; me dijo él con un tono desconocido para mí. Lo cual me puso más caliente.
-Como tú me pones niñato; le conteste yo con mi pedo y mi calentón.
+Ese tanta molesta, quítatelo; me dijo o más bien me ordeno.
-Lo que tú quieras, pero voy al baño no puedo hacerlo aquí; le conteste más sumisamente de lo que yo misma me esperaba.
+Date prisa y tráemelo que me lo voy a quedar de recuerdo.
Le di otro beso profundo mientras me volvía a sobar la polla por encima del pantalón.
Fui al baño de mujeres mientras era devorada por las miradas y al entrar me encontré a Elena y a Vero, seguro que Laura estaba meando y ellas esperándola no se fuera a perder.
-Hola chicas, os estáis divirtiendo; les dije yo intentando ser amable sin conseguirlo muy bien.
Mirándome de arriba abajo con cara de estar juzgándome me contesto Elena:
+No más que tu Evita
Guiñándola un ojo y sacándola la lengua me metí en uno de los retretes. Me baje el tanga y estaba empapado. La idea de tener a las tres zorras hay fuera me puso más caliente y me metí un dedito durante unos segundos pero tuve que para si no quería correrme allí mismo.
Salí del retrete y seguían hay. Se me quedaron mirando con cara de sorprendidas y Vero dijo sorprendida:
-¿¿Te has quitado el tanga??
+No lo voy a necesitar; fue mi escueta respuesta dándola un corte que ninguna se esperaba.
Sin más salí del baño en busca de Mario. Desfile entre las miradas de todos. Seguro que alguno se daría cuenta que antes se me notaba todo el tanga y ahora no. Claro, lo llevaba en mi puño bien cerrado.
Lleguen enfrente de Mario que me miraba con una sonrisa diferente a la habitual. Sabedor que había cumplido su orden. Le entregue mi tanga diciéndole:
-Aquí tienes lo que me has pedido. ¿Quieres alguna cosita más?
+Así me gusta. Ven aquí perrita que compruebe lo que esto ocultaba.
Me agarro del culo con una mano mientras metió la otra por debajo de mi mini vestido acariciándome mi coñito recién depilado.
Al poco ya me estaba metiendo un dedo y yo estaba completamente empapada. Cuando metió dos y empezó a darle más ritmo pensé que me iba a correr allí mismo.
-Para por favor que me voy a correr aquí delante de todos.
+ ¿Estas muy cachonda verdad zorra?
Yo no podía ocultárselo como era de entender y además me tenía loca como me estaba tratando.
-Hare lo que tú quieras nene. Tu solo pídemelo.
+Vamos para el baño que quiero que pruebes una cosa que llevas mucho tiempo esperando.
Estaba claro que era su polla. No sé cómo había llegado tanto a desearla. Me cogió de la mano y le seguí con la cabeza baja no quería mirar a la gente que podía sospechar lo que íbamos a hacer.
Entramos en el baño de tíos y por suerte solo había un chico que no conocía. Entre toqueteos me metió con un sonoro cachete en el culo en uno de los retretes y bajando la tapa se sentó en la taza.
+Lo primero. Enséñame esos melones que te han salido con el embarazo.
Sonriéndole me baje el escote del vestido y le deje ver mi sujetador nuevo.
+¡¡He dicho los melones perra!!
Estaba gritando demasiado cualquiera que estuviese en el baño lo oiría sin problema. Pero no lo pensé mucho y me desabroche el sujetador dejándole ver lo que tanto deseaba.
+ ¡Ummm! Si señor eso son unas tetas y no lo que tenías antes.
Empezó a tocarlas, cogerlas, amasarlas, me pellizco en los pezones… dolía sí, pero me estaba poniendo a mil.
+ Y si te ordeño, ¿saldrá leche?
-Seguramente, es lo que tiene dar el pecho al bebe.
Por un segundo me acorde de mi hijo y de mi marido pero rápido se me paso. El cabron de Mario empezó jugar con mi coño.
+Estas empapadisima Evita.
-¡aaahh, ummm!; fue lo único que atine a contestarle.
Me subió la falda del vestido hasta la cintura. Ahora estaba prácticamente desnuda a excepción de mis zapatos de tacón.
+ Bueno ya habrá otro día para sacarte la leche ahora te toca a ti sacármela a mí. ¡JAjAJA!
Cogió mis pezones y tiro hacia abajo. No pude hacer otra cosa que agacharme de cunclilas para aliviar el dolor.
+ ¡De rodillas! Así es como se chupan las pollas.
El baño no estaba todo lo limpio que me hubiera gustado, había algunas gotas de pis por el suelo. Pero con otro tirón de pezones solo me quedo arrodillarme delante de él.
Se levantó un momento para sacarse la polla y los huevos sin bajarse los pantalones y se volvió a sentar. No era una polla descomunal pero estaba bien. Y yo tenía mucha hambre de rabo. Me abalance hacia su polla y me la metí prácticamente entera. No estaba dura del todo pero no tardo de ponerse como un palo en mi boca. ¡Dios que gusto! Cuanto tiempo hacia que no me comía una.
Estaba disfrutando como una verdadera zorra de esa polla. Por mi cabeza no pasaba ni por un momento mi marido que estaría en casa cuidado de nuestro bebe. Yo solo tenía la cabeza para chupar en ese momento.
+ ¿Esta rica zorra?
-Deliciosa; le dije yo sacándomela unos segundos.
+¡¡No pares de mamar!! ¡Contesta con mi polla en tu boca!; me regaño Mario.
-ummDeliummosagsa; atine a contestarle como me había pedido.
+Así me gusta puta que seas obediente. Ahora lámeme los huevos.
-Lo que tú quieras; aproveche a decir mientras pasaba de su polla a su huevos.
Estuve lamiendo como una perrita sus huevos mientras le pajeaba hasta que decidió volverme a meter su polla en la boca. Quise seguir pajeandole entre chupada y chupada pero no me dejo.
+ ¡Sin manos! Las putitas solo usan la boca. Pon las manos detrás de la cabeza quiero ver cómo te botan esos melones.
Yo obedecí como iba siendo habitual en la noche. No sé qué me pasaba pero esa forma de tratarme me hacía ser muy sumisa y lo peor es que me estaba poniendo a mil.
+Mira cómo te estas poniendo las tetas de babas. Eres una cerda; me dijo para humillarme más y yo más cachonda me ponía.
+ ¿Quieres hacerte un dedillo mientras me la mamas?
-¡ Sgiigiii! Le conteste yo sin sacármela de la boca por si me volvía a regañar.
+Pídemelo como debes zorra. Suplícame que te deje masturbarte.
-Poff Fagvor! Eeejame magstugbame!
+¡Jajajaja! No te entiendo nada guarra! A ver ahora; me dijo sacándome la polla de la boca.
-Por favor Mario, déjame que me toque. Estoy supercachonda y no tardare en correrme.
+Ummm; pensó mientras me ponía los huevos en mi casa para que volviera a lamérselos. Haremos una cosa, te dejare que te toques como una cerda mientras yo te follo la boca. Si apartas la cabeza y mi rabo sale de tu boquita te quedaras sin correrte. Y te daré de tiempo para hacerlo lo que yo tarde en correrme en tu boca. En cuanto yo me corra. Tú paras y vuelves a poner las manos en tu cabeza.
No sé cómo acepte. Me había dejado claro que me iba a follar la boca y seguro que no sería suavemente y además sabía que su intención era correrse en mi boca. Encima ni siquiera me aseguraba que yo pudiera correrme.
-Vale. Pero no seas muy bruto.
+¡Jajaja! Eso no puedo prometértelo; me contesto con malicia.
Empezó a follarme la boca y yo baje mis manos a mi coñito. Estaba empapada. No tenía tiempo para entretenerme asique me metí dos dedos y empecé a follarme el coño al ritmo que él lo hacía con mi boca.
Mi cara y mis tetas eran un mar de babas pero yo estaba gozando como nunca. Y ni siquiera me la había metido. Solo eran mis dedos. Increíble.
Apenas podía respirar pero me daba igual. Necesitaba correrme no pensaba mover mi cara hacia atrás ni un centímetro para no dejar escapar esa polla. Mario debió darse cuenta de que estaba aguantando bastante bien y paso a meterme la polla todo lo que podía en mi garganta. Me daban arcadas pero aguantaba, además no la sacaba nunca solo retrocedía un poco para que cogiera aire.
En una de esas “gargantas profundas” me cogió la cabeza y me la metió hasta el fondo follandome la campanilla. Ahora sí que no podía respirar e inevitablemente, cuando me soltó la cabeza me saque la polla de la boca entre arcadas intentando coger algo de aire.
+¡ooooohhh! Has perdido. Te has quedado sin correrte.
Mi cara paso del rojo asfixia que tenía a blanca de terror. No podía dejarme así.
-No por favor! Déjame que me corra. Hare lo que quieras; le suplique de rodillas como estaba.
+Está bien. Pero a cambio de darte otra oportunidad tendrás que meterte esto en el culo; me dijo mientras sacaba el tubo que sujetaba el rollo de papel higiénico en el portarrollos de la pared.
-Vale. Lo que quieras; le conteste rápidamente.
El sexo anal no era algo desconocido para mí pero tampoco era algo que me gustase mucho. Solo cuando estaba muy cachonda lo disfrutaba con mi marido. Y ahora estaba muy muy cachonda. Ni siquiera pensé lo poco higiénico que era meterme eso que a saber cuándo fue la última vez que se limpió. O si alguna vez lo había sido.
+Muy bien. Pues levántate un momento que quiero ser yo quien te meta eso por el culo. Así siempre te acordaras de que te metí un tubo por el culo cuando estemos trabajando.
Me puse de pies y me di la vuelta. Era increíble cómo estaba cediendo en todo lo que me pedía ese niñato. Lo que hacía el alcohol… me intentaba justificar a mi misma.
+Apoya la cabeza contra la puerta y saca ese culito. Umm así. Ábrete el culo para mí.
Tal como me lo pedía lo hice. Empezó a pasarme el dedo por la raja del culo hasta mi agujerito e intento meter el dedo. Al ver que le iba a costar tuvo la delicadeza de pasarme los dedos por el coño y así lubricar mi ano con mis flujos.
Me metió un dedo y jugo un rato con el dentro. Era una sensación contradictoria. Me molestaba y era super humillante que ese niñato me estuviera metiendo el dedo en el culo pero por otra parte me ponía muchísimo y se me escapaban gemidos de mi boca.
+Veo que te gusta. Eres más zorra de lo que pensaba; me dijo mientras sacaba su dedo de mi culo y enfilaba el tubo en mi agujero.
Cuando ya había metido la punta me dijo.
+Empuja tú. Quiero que seas tú la que se empale para mí.
Como toda la noche le obedecí. Empujando mi culo mientras tenía abierto el culo con mi manos. No era muy grande ni muy gordo poco más que sus dedos. Me dolía pero me gustaba. No puedo entender aun como estaba así de perdida. Cuando lo tuve más de la mitad dentro me dijo:
+Venga a tu sitio; y me dio una cachetada en mi nalga derecha.
Yo me volvía a acomodar de rodillas en el suelo, que ya ni pensaba en lo sucio que estaba. Y empezamos de nuevo. El a follarse mi boca y yo mi coño pero ahora con un tubo en el culo que me sobresalía unos 5 o 6 centímetros.
Estuvimos un par de minutos así. Yo ya estaba a punto de correrme. No me saltaba nada, aparte del aire para respirar. Pero eso era secundario en esos momentos. Pero no. No podía ser. Me agarro de la cabeza y en dos embestidas más se corrido en mi boca. Al menos el primer chorro. Luego la saco y cayeron otros dos en mi cara y otro último en mis tetas.
No se por qué. Pero en cuanto note su corrida en mi boca pare. Podía haber seguido dos segundos más y hubiera tenido el mejor orgasmo seguramente de mi vida. Pero le obedecí. Quite mis manos de mi coño y las puse en la cabeza mientras me cubría de semen la cara y el cuerpo.
+No te lo tragues aun. Ummm que a gusto. Espera que me recupere un segundo no quiero perderme detalle.
Nuevamente le obedecí con las manos en la cabeza y mi boca cerrada para que no se me saliera. Pocas veces había hecho algo así con Rubén. Si es cierto que alguna vez se ha corrido en mi boca pero muy pocas.
+Que cerda eres Evita. Haber abre la boca. Umm que visión. No se me va a olvidar nunca y a ti tampoco jeje.
Empecé a pensar que era mi compañero y me había humillado a su antojo. Como le miraría a la cara cuando fuera a trabajar….
-Venga traga la leche que tienes que alimentarte bien para dar el pecho a tu hijo jajaja; rio el cabron que me había hecho pasar el mejor rato en mucho tiempo.
Y trague. Como una zorra mirándole a los ojos. Le sonreí y abrí la boca y saque la lengua para que lo comprobara.
+Que puton por dios. Quien me lo iba a decir a mí.
Se guardó la polla y se puso bien sus pantalones.
+Bueno vístete y lávate la cara un poco que pareces una actriz porno. Pero las tetas no. Hasta que no llegues a tu casa así te acordaras de mi ¡jajaja!
Hasta el último momento humillándome. Como había cambiado ese chico simpático y cariñoso que se pasaba el día tonteando conmigo.
Me levanto tirando de nuevo de mis pezones como parecía ser costumbre, levanto la tapa y me sentó en la taza del wáter que había dejado libre. Abrió la puerta y se salió.
Dejo la puerta entre abierta y yo la cerré de inmediato. Solo faltaba que me viera alguien con todos los compañeros de trabajo que aun quedarían por la discoteca. Recogí mi sujetador del suelo y me lo puse. Me saque el tubo del culo y lo coloque en su sitio. Adecente mi vestido como pude y con papel higiénico me limpie la cara pero no las tetas. Todavía le estaba obedeciendo increíble.
Me levante para salir esperando que no hubiera ningún hombre en el baño o al menos ningún compañero. Y escuche como se abría la puerta del wáter del al lado y como salía alguien.
No sé quién sería pero alguien había estaba escuchando todo lo que allí había pasado. Y mirando hacia arriba me di cuenta que quizás viéndolo también. Los tabiques que separaban no era muy altos y yo ni siquiera me había dado cuenta.
Mi única esperanza es que fuera un desconocido que se llevase un buen recuerdo para machacársela en casa y no fuese un compañero. Ya tenía bastante con mirar a la cara a Mario el lunes.
Continuara.
Es mi primer relato y espero que les guste.
Acepto todas las críticas y consejos tanto en la redacción como en la trama o cualquier cosa que puedan aportar.
Si el relato es aceptado continuare con la historia de cómo Eva es utilizada, dominada y humillada no solo por Mario.
Trabajo en la sección de panadería de un supermercado de barrio de una conocida cadena. Y es aquí donde tiene lugar mi paso de esposa y madre ejemplar a ser la puta del super.
Era diciembre del año pasado y entre todo el ajetreo típico de las navidades para un supermercado siempre hay tiempo para la famosa cena de empresa. Mario, un encargado de 21 añitos que se notaba que estaba loquito por mí, estaba intentado asegurarse de que yo iría a la cena.
+No te lo puedes perder, te vendrá bien desconectar del bebe y de tu marido; decía Mario con una sonrisita tonta.
-No sé, no me gusta dejar toda la noche solo al peque; conteste yo.
+Anda tonta, la cena no será igual si no va la más guapa de la empresa
-Pero si Elena si va, seguro que luego estarás babeando mirando sus tetas y no me aras ni caso.
La verdad es que yo también tonteaba un poco, no es que me gustara, aunque era un niño muy guapete, pero me venía bien tenerle contento por eso de ser encargado y además me gustaba tontear un poco con él.
+Sabes que yo solo tengo ojitos para ti y más ahora con esas tetas que se te han puesto que no tienen nada que envidiar a las tetas de silicona de Elena.
Elena era la jefa de cajas, tenía 24 años y tengo que reconocer que por muy mal que me cayera era todo un pivon. Más joven, más guapa, más rubia, con los ojos más bonitos que los míos, y ayudada de unas tetas pagadas por papa era la princesita del super. Yo nunca me lleve bien con ella. Puede ser porque desde el principio no quise ser su perrita faldera como son Laura y Vero, otras dos cajeras jóvenes y guapas. Se puede decir que las cuatro somos las más atractivas de allí.
-Bueno vale, pero me tienes que prometer que me cuidaras. Que hace mucho que no bebo nada y luego no sé lo que hago; le conteste con risita picara.
+Tranquila que conmigo estas en buenas manos.
Unos días antes de la cena de empresa, mi marido y yo tuvimos una discusión, nada del otro mundo pero la monotonía y el trabajo que tiene un bebe había hecho que estuviéramos más distantes. Sobre todo en cuanto al sexo. Haría más de un mes que no me tocaba y cuando lo habíamos hecho había sido bastante frio. La verdad que yo necesitaba ya un buen polvo pero tampoco me sentía atraída a hacerlo con él.
Con mi mosqueo y mi calentón decidí que tenía que aprovechar la cena para pasármelo bien y desconectar. Y para vengarme de Rubén por no follarme como debía decidi ir de compras a por un vestidito que le dejase a todos sin habla.
Después de toda la tarde de compras conseguí lo que buscaba. Un vestido de fiesta bien corto y ajustado, de color azul claro que al probármelo me di cuenta que transparentaba bastante debido a lo fino y ajustado que era. Otra excusa para comprarme un tanguita de hilo del mismo color y un sujetador a juego. Un push-up nada de los sujetadores de mama que tenía, que por otra parte eran los únicos que me valían ya que los antiguos no había manera de meter estas tetorras dentro. Pero aunque eran del mismo color del vestido se notaba hasta el tanga a traves de él. Me da igual, me dije a mi misma.
Llego la noche de la cena y me enfunde mi vestido de “medio puton”, me maquille bien y dispuse a despedirme de Rubén y de mi hijo. El al verme así vestida se quedó con la boca abierta, justo lo que yo quería.
+Estas increíble amor, demasiado sexy diría yo, tus compañeros se van a poner enfermos al verte; me dijo mi marido al verme.
-Para una noche que salgo tendré que arreglarme ¿no? ; Le conteste yo secamente.
+No si yo no te digo na, así puedo presumir de mujer y que todos vean lo que tengo en casa. Pásatelo bien y no bebas mucho.
-No te preocupes cariño si sabes que yo no bebo; le mentí yo, ya que esa noche si pensaba tomarme alguna copa.
Para no llevarme el coche había convencido a Mario de que me viniera a buscar a casa y cuando me vio salir del portal estoy segura de que se le puso dura.
+guau Eva estas para hacerte otro hijo; me soltó de golpe.
-Anda tonto que como te oiga mi marido te parte en dos; le conteste mientras le daba dos besos más largos de la cuenta para agradecerle que me viniera a buscar.
En el camino al restaurante no podía dejar de mirarme las piernas que se mostraban en su totalidad al ir sentada en el coche. Eso me gustaba y me fui poniendo caliente.
Ya en el restaurante me senté al lado de Mario como era de esperar. Enfrente tenía a Luis, el jefe de la frutería, que normalmente ya nos mira a todas con cara de salido hoy con más razón. Pero lejos de molestarme esa noche estaba dispuesta a dejarles a todos calientes y con la polla dura.
Elena y sus perritas estaban un poco más alejadas, eso ayudo también a que todos los hombres de mí alrededor se fijaron solo en mí. Ya que ella también iba despampanante con un vestido corto y de buen escote aunque un poco más recatado que el vestido de puton que yo había elegido para la ocasión.
La cena pasó entre risas y copas de vino y a la hora de irnos a la discoteca yo ya iba bastante contenta. Mario aprovechaba para agarrarse a mí y tocarme más de la cuenta pero yo me dejaba hacer.
En la discoteca entre bailes y tonteos no era solo Mario el que me metía mano disimuladamente. Varios compañeros también aprovecharon para bailar conmigo y agarrarme el culo sin vergüenza e incluso varias veces me tocaron una teta al descuido.
Entre manoseo y alguna copa me estaba poniendo muy cachonda. Mario consiguió apartarme de los salidos de mis compañeros y ahora era él quien me manoseaba ya sin disimulo.
Para ese punto tengo que reconocer que ya le había agarrado del culo varias veces y acariciado su pecho otras tantas. Estaba bastante borracha y sobretodo muy cachonda. Baile para el con mi culo en su paquete y pude notar que la tenía bien dura. No me pude resistir y sin darme cuenta tenía mi mano en su paquete sobándole por encima del pantalón.
Eso le dio pie para besarme y empezar a meterme mano por debajo del vestido acariciando el tanga.
+Estas empapada zorra; me dijo él con un tono desconocido para mí. Lo cual me puso más caliente.
-Como tú me pones niñato; le conteste yo con mi pedo y mi calentón.
+Ese tanta molesta, quítatelo; me dijo o más bien me ordeno.
-Lo que tú quieras, pero voy al baño no puedo hacerlo aquí; le conteste más sumisamente de lo que yo misma me esperaba.
+Date prisa y tráemelo que me lo voy a quedar de recuerdo.
Le di otro beso profundo mientras me volvía a sobar la polla por encima del pantalón.
Fui al baño de mujeres mientras era devorada por las miradas y al entrar me encontré a Elena y a Vero, seguro que Laura estaba meando y ellas esperándola no se fuera a perder.
-Hola chicas, os estáis divirtiendo; les dije yo intentando ser amable sin conseguirlo muy bien.
Mirándome de arriba abajo con cara de estar juzgándome me contesto Elena:
+No más que tu Evita
Guiñándola un ojo y sacándola la lengua me metí en uno de los retretes. Me baje el tanga y estaba empapado. La idea de tener a las tres zorras hay fuera me puso más caliente y me metí un dedito durante unos segundos pero tuve que para si no quería correrme allí mismo.
Salí del retrete y seguían hay. Se me quedaron mirando con cara de sorprendidas y Vero dijo sorprendida:
-¿¿Te has quitado el tanga??
+No lo voy a necesitar; fue mi escueta respuesta dándola un corte que ninguna se esperaba.
Sin más salí del baño en busca de Mario. Desfile entre las miradas de todos. Seguro que alguno se daría cuenta que antes se me notaba todo el tanga y ahora no. Claro, lo llevaba en mi puño bien cerrado.
Lleguen enfrente de Mario que me miraba con una sonrisa diferente a la habitual. Sabedor que había cumplido su orden. Le entregue mi tanga diciéndole:
-Aquí tienes lo que me has pedido. ¿Quieres alguna cosita más?
+Así me gusta. Ven aquí perrita que compruebe lo que esto ocultaba.
Me agarro del culo con una mano mientras metió la otra por debajo de mi mini vestido acariciándome mi coñito recién depilado.
Al poco ya me estaba metiendo un dedo y yo estaba completamente empapada. Cuando metió dos y empezó a darle más ritmo pensé que me iba a correr allí mismo.
-Para por favor que me voy a correr aquí delante de todos.
+ ¿Estas muy cachonda verdad zorra?
Yo no podía ocultárselo como era de entender y además me tenía loca como me estaba tratando.
-Hare lo que tú quieras nene. Tu solo pídemelo.
+Vamos para el baño que quiero que pruebes una cosa que llevas mucho tiempo esperando.
Estaba claro que era su polla. No sé cómo había llegado tanto a desearla. Me cogió de la mano y le seguí con la cabeza baja no quería mirar a la gente que podía sospechar lo que íbamos a hacer.
Entramos en el baño de tíos y por suerte solo había un chico que no conocía. Entre toqueteos me metió con un sonoro cachete en el culo en uno de los retretes y bajando la tapa se sentó en la taza.
+Lo primero. Enséñame esos melones que te han salido con el embarazo.
Sonriéndole me baje el escote del vestido y le deje ver mi sujetador nuevo.
+¡¡He dicho los melones perra!!
Estaba gritando demasiado cualquiera que estuviese en el baño lo oiría sin problema. Pero no lo pensé mucho y me desabroche el sujetador dejándole ver lo que tanto deseaba.
+ ¡Ummm! Si señor eso son unas tetas y no lo que tenías antes.
Empezó a tocarlas, cogerlas, amasarlas, me pellizco en los pezones… dolía sí, pero me estaba poniendo a mil.
+ Y si te ordeño, ¿saldrá leche?
-Seguramente, es lo que tiene dar el pecho al bebe.
Por un segundo me acorde de mi hijo y de mi marido pero rápido se me paso. El cabron de Mario empezó jugar con mi coño.
+Estas empapadisima Evita.
-¡aaahh, ummm!; fue lo único que atine a contestarle.
Me subió la falda del vestido hasta la cintura. Ahora estaba prácticamente desnuda a excepción de mis zapatos de tacón.
+ Bueno ya habrá otro día para sacarte la leche ahora te toca a ti sacármela a mí. ¡JAjAJA!
Cogió mis pezones y tiro hacia abajo. No pude hacer otra cosa que agacharme de cunclilas para aliviar el dolor.
+ ¡De rodillas! Así es como se chupan las pollas.
El baño no estaba todo lo limpio que me hubiera gustado, había algunas gotas de pis por el suelo. Pero con otro tirón de pezones solo me quedo arrodillarme delante de él.
Se levantó un momento para sacarse la polla y los huevos sin bajarse los pantalones y se volvió a sentar. No era una polla descomunal pero estaba bien. Y yo tenía mucha hambre de rabo. Me abalance hacia su polla y me la metí prácticamente entera. No estaba dura del todo pero no tardo de ponerse como un palo en mi boca. ¡Dios que gusto! Cuanto tiempo hacia que no me comía una.
Estaba disfrutando como una verdadera zorra de esa polla. Por mi cabeza no pasaba ni por un momento mi marido que estaría en casa cuidado de nuestro bebe. Yo solo tenía la cabeza para chupar en ese momento.
+ ¿Esta rica zorra?
-Deliciosa; le dije yo sacándomela unos segundos.
+¡¡No pares de mamar!! ¡Contesta con mi polla en tu boca!; me regaño Mario.
-ummDeliummosagsa; atine a contestarle como me había pedido.
+Así me gusta puta que seas obediente. Ahora lámeme los huevos.
-Lo que tú quieras; aproveche a decir mientras pasaba de su polla a su huevos.
Estuve lamiendo como una perrita sus huevos mientras le pajeaba hasta que decidió volverme a meter su polla en la boca. Quise seguir pajeandole entre chupada y chupada pero no me dejo.
+ ¡Sin manos! Las putitas solo usan la boca. Pon las manos detrás de la cabeza quiero ver cómo te botan esos melones.
Yo obedecí como iba siendo habitual en la noche. No sé qué me pasaba pero esa forma de tratarme me hacía ser muy sumisa y lo peor es que me estaba poniendo a mil.
+Mira cómo te estas poniendo las tetas de babas. Eres una cerda; me dijo para humillarme más y yo más cachonda me ponía.
+ ¿Quieres hacerte un dedillo mientras me la mamas?
-¡ Sgiigiii! Le conteste yo sin sacármela de la boca por si me volvía a regañar.
+Pídemelo como debes zorra. Suplícame que te deje masturbarte.
-Poff Fagvor! Eeejame magstugbame!
+¡Jajajaja! No te entiendo nada guarra! A ver ahora; me dijo sacándome la polla de la boca.
-Por favor Mario, déjame que me toque. Estoy supercachonda y no tardare en correrme.
+Ummm; pensó mientras me ponía los huevos en mi casa para que volviera a lamérselos. Haremos una cosa, te dejare que te toques como una cerda mientras yo te follo la boca. Si apartas la cabeza y mi rabo sale de tu boquita te quedaras sin correrte. Y te daré de tiempo para hacerlo lo que yo tarde en correrme en tu boca. En cuanto yo me corra. Tú paras y vuelves a poner las manos en tu cabeza.
No sé cómo acepte. Me había dejado claro que me iba a follar la boca y seguro que no sería suavemente y además sabía que su intención era correrse en mi boca. Encima ni siquiera me aseguraba que yo pudiera correrme.
-Vale. Pero no seas muy bruto.
+¡Jajaja! Eso no puedo prometértelo; me contesto con malicia.
Empezó a follarme la boca y yo baje mis manos a mi coñito. Estaba empapada. No tenía tiempo para entretenerme asique me metí dos dedos y empecé a follarme el coño al ritmo que él lo hacía con mi boca.
Mi cara y mis tetas eran un mar de babas pero yo estaba gozando como nunca. Y ni siquiera me la había metido. Solo eran mis dedos. Increíble.
Apenas podía respirar pero me daba igual. Necesitaba correrme no pensaba mover mi cara hacia atrás ni un centímetro para no dejar escapar esa polla. Mario debió darse cuenta de que estaba aguantando bastante bien y paso a meterme la polla todo lo que podía en mi garganta. Me daban arcadas pero aguantaba, además no la sacaba nunca solo retrocedía un poco para que cogiera aire.
En una de esas “gargantas profundas” me cogió la cabeza y me la metió hasta el fondo follandome la campanilla. Ahora sí que no podía respirar e inevitablemente, cuando me soltó la cabeza me saque la polla de la boca entre arcadas intentando coger algo de aire.
+¡ooooohhh! Has perdido. Te has quedado sin correrte.
Mi cara paso del rojo asfixia que tenía a blanca de terror. No podía dejarme así.
-No por favor! Déjame que me corra. Hare lo que quieras; le suplique de rodillas como estaba.
+Está bien. Pero a cambio de darte otra oportunidad tendrás que meterte esto en el culo; me dijo mientras sacaba el tubo que sujetaba el rollo de papel higiénico en el portarrollos de la pared.
-Vale. Lo que quieras; le conteste rápidamente.
El sexo anal no era algo desconocido para mí pero tampoco era algo que me gustase mucho. Solo cuando estaba muy cachonda lo disfrutaba con mi marido. Y ahora estaba muy muy cachonda. Ni siquiera pensé lo poco higiénico que era meterme eso que a saber cuándo fue la última vez que se limpió. O si alguna vez lo había sido.
+Muy bien. Pues levántate un momento que quiero ser yo quien te meta eso por el culo. Así siempre te acordaras de que te metí un tubo por el culo cuando estemos trabajando.
Me puse de pies y me di la vuelta. Era increíble cómo estaba cediendo en todo lo que me pedía ese niñato. Lo que hacía el alcohol… me intentaba justificar a mi misma.
+Apoya la cabeza contra la puerta y saca ese culito. Umm así. Ábrete el culo para mí.
Tal como me lo pedía lo hice. Empezó a pasarme el dedo por la raja del culo hasta mi agujerito e intento meter el dedo. Al ver que le iba a costar tuvo la delicadeza de pasarme los dedos por el coño y así lubricar mi ano con mis flujos.
Me metió un dedo y jugo un rato con el dentro. Era una sensación contradictoria. Me molestaba y era super humillante que ese niñato me estuviera metiendo el dedo en el culo pero por otra parte me ponía muchísimo y se me escapaban gemidos de mi boca.
+Veo que te gusta. Eres más zorra de lo que pensaba; me dijo mientras sacaba su dedo de mi culo y enfilaba el tubo en mi agujero.
Cuando ya había metido la punta me dijo.
+Empuja tú. Quiero que seas tú la que se empale para mí.
Como toda la noche le obedecí. Empujando mi culo mientras tenía abierto el culo con mi manos. No era muy grande ni muy gordo poco más que sus dedos. Me dolía pero me gustaba. No puedo entender aun como estaba así de perdida. Cuando lo tuve más de la mitad dentro me dijo:
+Venga a tu sitio; y me dio una cachetada en mi nalga derecha.
Yo me volvía a acomodar de rodillas en el suelo, que ya ni pensaba en lo sucio que estaba. Y empezamos de nuevo. El a follarse mi boca y yo mi coño pero ahora con un tubo en el culo que me sobresalía unos 5 o 6 centímetros.
Estuvimos un par de minutos así. Yo ya estaba a punto de correrme. No me saltaba nada, aparte del aire para respirar. Pero eso era secundario en esos momentos. Pero no. No podía ser. Me agarro de la cabeza y en dos embestidas más se corrido en mi boca. Al menos el primer chorro. Luego la saco y cayeron otros dos en mi cara y otro último en mis tetas.
No se por qué. Pero en cuanto note su corrida en mi boca pare. Podía haber seguido dos segundos más y hubiera tenido el mejor orgasmo seguramente de mi vida. Pero le obedecí. Quite mis manos de mi coño y las puse en la cabeza mientras me cubría de semen la cara y el cuerpo.
+No te lo tragues aun. Ummm que a gusto. Espera que me recupere un segundo no quiero perderme detalle.
Nuevamente le obedecí con las manos en la cabeza y mi boca cerrada para que no se me saliera. Pocas veces había hecho algo así con Rubén. Si es cierto que alguna vez se ha corrido en mi boca pero muy pocas.
+Que cerda eres Evita. Haber abre la boca. Umm que visión. No se me va a olvidar nunca y a ti tampoco jeje.
Empecé a pensar que era mi compañero y me había humillado a su antojo. Como le miraría a la cara cuando fuera a trabajar….
-Venga traga la leche que tienes que alimentarte bien para dar el pecho a tu hijo jajaja; rio el cabron que me había hecho pasar el mejor rato en mucho tiempo.
Y trague. Como una zorra mirándole a los ojos. Le sonreí y abrí la boca y saque la lengua para que lo comprobara.
+Que puton por dios. Quien me lo iba a decir a mí.
Se guardó la polla y se puso bien sus pantalones.
+Bueno vístete y lávate la cara un poco que pareces una actriz porno. Pero las tetas no. Hasta que no llegues a tu casa así te acordaras de mi ¡jajaja!
Hasta el último momento humillándome. Como había cambiado ese chico simpático y cariñoso que se pasaba el día tonteando conmigo.
Me levanto tirando de nuevo de mis pezones como parecía ser costumbre, levanto la tapa y me sentó en la taza del wáter que había dejado libre. Abrió la puerta y se salió.
Dejo la puerta entre abierta y yo la cerré de inmediato. Solo faltaba que me viera alguien con todos los compañeros de trabajo que aun quedarían por la discoteca. Recogí mi sujetador del suelo y me lo puse. Me saque el tubo del culo y lo coloque en su sitio. Adecente mi vestido como pude y con papel higiénico me limpie la cara pero no las tetas. Todavía le estaba obedeciendo increíble.
Me levante para salir esperando que no hubiera ningún hombre en el baño o al menos ningún compañero. Y escuche como se abría la puerta del wáter del al lado y como salía alguien.
No sé quién sería pero alguien había estaba escuchando todo lo que allí había pasado. Y mirando hacia arriba me di cuenta que quizás viéndolo también. Los tabiques que separaban no era muy altos y yo ni siquiera me había dado cuenta.
Mi única esperanza es que fuera un desconocido que se llevase un buen recuerdo para machacársela en casa y no fuese un compañero. Ya tenía bastante con mirar a la cara a Mario el lunes.
Continuara.
Es mi primer relato y espero que les guste.
Acepto todas las críticas y consejos tanto en la redacción como en la trama o cualquier cosa que puedan aportar.
Si el relato es aceptado continuare con la historia de cómo Eva es utilizada, dominada y humillada no solo por Mario.
6 comentarios - la puta del super I