Esto sucedio hace unos quince años aproximadamente. Yo recién llegado del interior había cambiado de laburo y no tenía vacaciones. Entonces me quedaba en el depto casi sin un peso. La crisis del 2001 no me daba para mucho. Entonces me iba a unos cyber de unos rusos en la zona del abasto a conectarme en los foros. Y cada tanto lograba alguna cita, casi siempre con alguien más mayorcita que yo. En ese entonces apenas habia cruzado las dos décadas. Luego de pertenecer hace mucho tiempo a esta red me animo a escribirlo.
Los primeros tiros con una doctora en llamas (literal)
La primera vez luego de varios encuentros fallidos logré quedar con una doctora que me sacaba una quincena de años en edad. Logró venir a tomar un par de cervezas a una medianoche saliendo de una guardia. Luego de varias charlas pudimos bañarnos juntos dando mi primer encuentro con las porteñitas. Impecable gauchita, todos los códigos y por sobre todas las cosas fogoza.
El segundo encuentro ella trabajaba en el Facultad de Medicina, y me pidio que la pasara a buscar por su laboratorio, como era verano, la facu estaba practicamente vacía me espero con el guardapolvo y muy poca ropa debajo. Entre probetas y tubos de ensayo tuvimos el placer de disfrutar una tormenta que contemplaba la Plaza Houssay. Pero cuando terminamos sonó la alarma y era que se estaba incendiando un laboratorio de un piso superior. Tuvimos que bajar por escalera mientras los bomberos iban a apagar el fuego. De película.
El tercer encuetro fue en su depto, y la verdad que me atendió como un duque. Pero yo era un joven medio perseguido y la verdad quise cortar por lo sano porque no supe llevar la relación.
No es un gran relato, pero es verdad. A la lo largo de tiempo se recuerdan algunas cosas, aunque más tiempo pasa algunas cosas se transforman en mito
Los primeros tiros con una doctora en llamas (literal)
La primera vez luego de varios encuentros fallidos logré quedar con una doctora que me sacaba una quincena de años en edad. Logró venir a tomar un par de cervezas a una medianoche saliendo de una guardia. Luego de varias charlas pudimos bañarnos juntos dando mi primer encuentro con las porteñitas. Impecable gauchita, todos los códigos y por sobre todas las cosas fogoza.
El segundo encuentro ella trabajaba en el Facultad de Medicina, y me pidio que la pasara a buscar por su laboratorio, como era verano, la facu estaba practicamente vacía me espero con el guardapolvo y muy poca ropa debajo. Entre probetas y tubos de ensayo tuvimos el placer de disfrutar una tormenta que contemplaba la Plaza Houssay. Pero cuando terminamos sonó la alarma y era que se estaba incendiando un laboratorio de un piso superior. Tuvimos que bajar por escalera mientras los bomberos iban a apagar el fuego. De película.
El tercer encuetro fue en su depto, y la verdad que me atendió como un duque. Pero yo era un joven medio perseguido y la verdad quise cortar por lo sano porque no supe llevar la relación.
No es un gran relato, pero es verdad. A la lo largo de tiempo se recuerdan algunas cosas, aunque más tiempo pasa algunas cosas se transforman en mito
3 comentarios - Debut en la gran Metropolis
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