Una historia, un protagonista, una fantasía. Todos nos hemos dejado llevar alguna que otra vez por nuestra mente. En esta página nos interesan las fantasías y los protagonistas de nuestros relatos se encargan de vivir las suyas a flor de piel. Una historia por día, un protagonista nuevo, una fantasía distinta. Dejate llevar por la imaginación...
La mamá de mi mejor amigo
Siempre que voy a la casa de Ignacio trato de disimular lo más que puedo, pero se me hace imposible no mirarla aunque sea una vez. Es que a pesar de ser mucho más grande que yo, está terrible. Tiene un lomo y un culo impresionante. ¿Y qué tiene que sea la madre de mi mejor amigo? Él sabe que su vieja está buenísima, y a pesar de que le molesta un poco, no puede hacer nada. Yo y los chicos la vamos a seguir mirando con unas ganas terribles, porque después de todo, Sandra es una terrible mamá.
Me llamo Nicolás y tengo 19 años. Terminé la secundaria hace un año, pero con un grupo de chicos nos seguimos viendo. Con Ignacio, Ramiro y Santiago somos compinches desde siempre, y las juntadas no faltan nunca. Como Sandra se divorció de su marido y este no quiere verlos nunca, ella cobra la pensión (que no es poca) y disfruta de su vida más de lo que lo hace cualquier otra mujer. Su padre, el abuelo de Ignacio, fundó una inmobiliaria que ahora está a nombre de ella. Obviamente en vez de manejarla, puso a una persona a cargo y ella se dedica a su vida social y a tomar sol. A Nacho le molesta bastante la vida que lleva su vieja y según mis viejos no es ningún ejemplo. Pero a Rama, Santi y a mí nos encanta verla siempre bronceada, producida y con poca ropa. Para colmo, todo esto sin ninguna operación encima.
Desde hace mucho que me calienta. A los 15 años fuimos por primera vez a la casa de Ignacio y ahí la vimos. Nos pareció hermosa y aparte muy simpática con todos nosotros, pero en esa época nos gustaban las chicas de nuestra edad. A los 17 ya nos calentaba la pija a lo loco. El año de Bariloche tratamos de convencerlo a Nacho para que ella viaje con nosotros, pero él no quiso y creo que fue lo mejor porque si lo hacía nos la íbamos a encarar hasta cogérnosla. En la graduación se llevó no solo las miradas de nosotros, sino las de más de un padre y otros chicos al ponerse un vestido que de pedo le tapaba el culo y le resaltaba las tetas a lo loco. Lo peor es que esa noche la hija de puta se fue con el padre de una de las chicas que también está divorciado. En el verano siguió la calentura. Como Ignacio tiene una terrible casa con pileta, nos pasábamos muchísimos días ahí y la yegua de Sandra se sentaba todos los días a tomar sol en malla adelante nuestro. Para colmo, como viven bastante lejos del centro, más de una vez nos quedábamos a dormir. Cuando arrancamos la facultad nos cortamos un poco. Los 4 elegimos carreras distintas, nos costaba mucho vernos y casi siempre las juntadas eran en un bar o algún boliche para levantar la noche. Una sola vez fue en su casa cuando hicimos un asado con otros chicos y chicas de la secundaria pero ella no estaba, se había ido de viaje.
Pero la historia arrancó casi a fin de año. En Noviembre el padre de Ignacio falleció en un accidente de auto mientras viajaba para Córdoba. A pesar de que solo lo había visto 3 o 4 veces en los últimos 10 años, la noticia le pegó fuerte. Nosotros recién en diciembre caímos en la cuenta, cuando nos contó que iba a dejar la facultad para ponerse a trabajar. Esto, obviamente le generó problemas con su vieja y que necesitara que estuviésemos más cerca de él. Por suerte, se le pasó bastante rápido. Para mediados de Enero, ya estaba bien consigo mismo y había arreglado sus cosas con Sandra. Pero lo más importante es que había reunido al grupo otra vez.
Una noche del verano fuimos a comer y a la tarde cayó su vieja. Se clavó la malla y se tiró a tomar sol al fondo del patio. Enseguida nuestras miradas se clavaron en su lomo y sus tetas. Hacía muchísimo que no la veíamos en bikini y la verdad es que no nos habíamos dado cuenta de que seguía estando muy buena. El día fue calentándose cada vez más. A eso de las 5 de la tarde calló una amiga de Sandra, que estaba igual de fuerte que ella y las dos se metían a la pileta y se sentaban a tomar sol de espalda dejando terribles culos a la vista. Por suerte para nosotros, Nacho estaba hipnotizado con el culo de la otra, y no se daba cuenta de que yo no paraba de mirar a su vieja.
A la noche el asado. Los 6 comimos en la misma mesa y nos cagamos de la risa hablando un poco de todo. Sandra se mostraba muy amigable y simpática con nosotros y hasta hacía algunas bromas. Su amiga habló mucho con Rama, ya que su padre era un ex compañero de la facultad de ella. La pasamos excelente.
Cuando la amiga se fue, Sandra decidió irse al living a ver una película y nosotros nos quedamos tomando unos fernet y comiendo de vez en cuando, a eso de las 12 nos tiramos a la pileta y jugamos con una pelota. Pero no aguantamos mucho más. Habíamos estado todo el día boludeando y estábamos fusilados. Así que nos decidimos ir a dormir. Pasamos por el living y vimos a Sandra con la notebook en el living, la saludamos, pero ella casi que ni nos miró, estaba muy distraída. Subimos al primer piso y nos metimos en la pieza.
A eso de las 2 de la mañana Santi va al baño y yo lo acompaño. Él se mete primero, pero yo no me aguantaba así que me fui para el del piso de abajo. Cuando salgo del baño veo luz en el living, pensé que Sandra se había olvidado la luz o el tele prendido. Pero cuando abro la puerta me llevo una sorpresa increíble.
La madre de mi mejor amigo seguía despierta. Estaba sentada en el sillón, con la computadora a un costado y lo único que tenía puesto era la parte de abajo del bikini. En la computadora pude ver que tenía un video porno, de un flaco que le entraba a la mina en 4. Mientras tanto, ella se tocaba las tetas con una mano, y con la otra se masturbaba.
Me quedé completamente inmóvil, viendo a Sandra masturbarse mientras miraba ese video. No podía creer lo que veía. Lo bien que la estaba pasando esa mujer en ese momento no tenía comparación. Se tocaba y de vez en cuando cerraba los ojos y se mordía los labios demostrando que estaba gozando lo que hacía. Yo no me pude contener y me metí una mano adentro de la malla y me empecé a tocar la pija que ya tenía completamente dura. Me quedé viéndola como 2 ó 3 minutos mientras se tocaba las tetas y la concha. En el video ahora ella estaba sentada encima de él, dándole la espalda mientras el flaco le agarraba bien fuerte las tetas.
No aguantaba más. Me volví a meter en el baño tratando de no hacer ruido. Cerré la puerta, me saqué la ropa y me senté en el inodoro para hacerme la paja de mi vida. Cerré los ojos y levanté la cabeza dejando que me miente empezara a divagar y traté de recordar esa imagen increíble que acababa de ver. Pero mi imaginación me llevó más allá…
Seguía parado en frente de la puerta, mientras Sandra se tocaba con muchas ganas. De repente ella abre los ojos y mira hacia donde yo estaba parado y me ve ahí. Pero yo estaba completamente desnudo, con la pija bien dura mientras con una mano me la sacudía mirándola. Ella no me dijo nada, me sonrió y se siguió tocando. Estuvimos así un buen rato, Sandra tocándose las tetas y la concha y yo parado pajeandome mientras la miraba.
Decidí entrar. Abrí la puerta y fui caminando hasta quedarme parado adelante suyo. Ella no me dijo nada. Pero dejó de tocarse las tetas para agarrarme la verga y empezar a sacudírmela. Yo me acomodé bien en frente de su cuerpo y la agarré de la nuca con una mano. Despacito la fui acercando hacia mi cintura y ella fue buscando la posición para chupármela. Cuando estaba a unos pocos centímetros de mi pija, se la metió bien adentro de la boca.
¡Ay lo bien que la mamaba esa mujer! Se la metía y se la sacaba de la boca como una desacatada que necesitaba pija para sobrevivir. Aparte le metía lengua a lo loco. Me la chupaba desde la base hasta la cabeza, sin dejar un espacio vacío, incluso hasta los huevos. Me encanta que me chupen las bolas y Sandra lo hacía excelente. Debía de haber sido mucho la experiencia que había tenido en su vida como para poder chupar la pija de esa manera.
Sin decirme nada, se levantó y me sentó en el sillón y se fue bajando la parte de abajo de la malla hasta quedar completamente desnuda. Se fue acomodando hasta quedar arrodillada encima de mí y bajó buscando mi verga con su concha. Se ayudó con una mano y una vez que la tuvo bien adentró me empezó a cabalgar. Era todo una vaquera. Me agarró de los hombros y tiró la espalda y la cabeza para atrás. Las tetas quedaron a altura de mi cara, y yo no me pude resistir a chupárselas un buen rato. Mientras ella me cabalgaba haciendo que mi verga bailara adentro de su concha, yo le chupaba las tetas como un desaforado.
Sandra volvió a cambiar de posición. Se dio media vuelta dándome la espalda, apoyó los pies en el suelo y se tiró contra mi pecho. Era más excitante que la otra pose, podía sentir todo su calor que me invadía. Estiró los brazos y me agarró de la nuca con las dos manos. Tiró la cabeza para atrás y la apoyó en mi hombro. En ese momento hizo algo que me voló los sesos. Muy despacito, para que nadie nos escuchara, me gimió en el oído. Después otra vez. Y siguió haciéndolo.
- Me volvés loca.- Me dijo para terminar de calentarme.
Después de eso, tiró todo su cuerpo hacia adelante, apoyó las manos en el piso y empezó a levantar y bajar la cadera para cogerme de otra forma. Su culo había quedado completamente abierto, así que me atreví a apoyarle un dedo en el agujerito y moverlo en forma circulas. A Sandra eso le gustó ya que se movió más loca todavía. Me cogía de una manera impresionante. Yo le hacía circulitos en la cola para que ella disfrutara más, y sus gemidos, ya casi sin disimulo me decía que lo estaba haciendo. Pero no me podía aguantar más.
- Voy a acabar.- Le digo.
Ella rápido se levantó y se arrodilló adelante mío sacando pecho para dejar las tetas al descubierto. Yo entendí enseguida lo que quería que haga, así que me acomodé en el borde del sillón y me empecé a pajear con toda mirando esas terribles tetas. Y la leche no tardó en llegar. Dos chorros largos y potentes que fueron a parar al las gomas de Sandra. Ella se retorcía de placer y una vez que había acabado todo se tiró al piso, abrió las piernas y se siguió tocando…
Abrí los ojos. Volvía a estar en el baño. Mi malla estaba tirada en una punta del baño y mi remera en la otra. Yo estaba sentado sobre el inodoro y en el piso había varios charcos de semen que habían ido a parar ahí cuando acabé. Me miré en el espejó y me empecé a reír en silencio. Limpié todo, me cambié y salí del baño. Me volví a asomar por la puerta, pero Sandra ya no estaba. Había dejado pasar mi oportunidad de cogérmela. Pero la imagen de ella masturbándose en el sillón me iba a quedar para siempre.
1 comentarios - La mamá de mi mejor amigo (Fantasía)
Gracias y besitos!