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Compendio II
Y ya, se para después de un rato y nos mira con esa carita como entre cansada y de borracho y me la saca.
Para variar, sigue dura y lo que es él, quiere seguir dándole hasta que no pueda más.
😂
Lo divertido es que Liz casi siempre la toma a lo perrito.
Conmigo, casi siempre lo hacemos en la cama y me coloca así cuando me va a hacer la cola.
Pero con Liz, independiente si se la mete por la conchita o por la cola, siempre queda sometida.
Y en la cocina, tienen el espacio entre el lavaplatos y el secador, que ahí se apoya ella y mi marido le rompe por detrás (porque eso pasa con nosotras, que siempre nos termina rompiendo).
Pero ella me sonreía, mientras yo estaba lela, sabiendo que después, también estaría en las mismas.
Y veo su sablazo bien parado y me da como cosa, porque igual se ve recontra imponente.
😫 😫 😫
Él le mete el pulgar en el trasero con una mano, pero con la otra, le azota la colita con su cabecita pegajosa.
Obvio que Liz en esos momentos babea porque se la meta de una buena vez…
Pero ya cuando la encuentra bien lubricada, pues…
😩 😩 😩
Yo siento como si fuera como un carbón ardiendo o algo muy pero muy caliente.
Pero por la cara de Liz, se nota que siente algo muy grande.
Y él te tiene que aplicar fuerza por la cintura, para meterla bien y pasar su cabecita adentro, que es como lo que más duele.
Pero ya cuando entra toda, es un gozo que se los encargo.
😮 😮
Empieza lento y muy delicado.
Te hace igual cariño en la colita, pero los movimientos son bien despacitos, para que te vayas acostumbrando.
A Liz, también le agrada más así, porque su antiguo novio (si les digo, cuando nos quedamos a solas y nos ponemos a conversar, ella me cuenta puros dramas comparando su antiguo novio con mi marido XD) era más brusco y cuando le hacía la cola, quedaba resentida, pero no lo disfrutaba tanto, tanto, como lo hace ahora con mi marido.
😫 😖 😫 😖
Y le va dando cada vez, de un poquito más fuerte.
Ese cambio en la cara de Liz, que pasa del dolor al placer nuevamente, me encantaba y yo también, me tuve que empezar a dedear, pensando en la agradable sensación que ella debía estar sintiendo.
🤤
Eso de sentir esa enorme cosa, dura, caliente y como mojada, ensanchándote cada vez más y más, mientras se te mete por otro de tus agujeritos, es una sensación inigualable, porque ni siquiera con el consolador se siente tan bueno.
Y obvio, que no pasó mucho que empezó a gemir de placer, con un tono tremendamente dulce y tierno.
Con profundos “uhhhh” y “siiiii”, que cada vez, me hacían rascarme la pepita más y más rápido.
Y cuando ya se la metía casi entera y se enseñoreaba con su cola, le agarra bien agarradas las pechugas, apretándolas y estirándolas por montones.
😩 😖 😩 😖
Liz cerraba los ojos, pero yo no podía parar de mirarle.
Era todo tan intenso y me encantaba mucho su cara, porque lo estaba disfrutando todo tremendamente.
Y lo que era mi marido, era como para sentirse orgullosa…
😤
Porque dale que dale y se afirmaba con mucha fuerza, notándosele igual los músculos que le han salido de tanto trote.
Pero cuando sintió sus bolitas, como que su carita desvariaba…
😮 😮 😮
Y yo la entendía tremendamente, porque ¿Cómo no puede ser una medio puta, si te están metiendo una cosa así de gorda y grande por detrás?
Ni siquiera les digo del meneo que llevaban, porque la cama entera se mecía de un lado para otro, como si casi estuviéramos en el mar.
Y más fuerte, más fuerte y más fuerte, sacando fuerza (o calentura) de quién sabe dónde.
Y ella, gritando fuertísimo el nombre de mi marido (y otra vez, me sentía contenta que las peques durmieran en pieza de al lado, porque ahí sí que habría sido complicado explicarles que cuando papi le mete su tremenda cosita por la colita a Liz, ella no le duele y grita porque le encanta demasiado la cosita de papá).
Y otra vez, afirmándose de las sabanas, mientras que él se mueve para adelante y para atrás, casi sin perder el ritmo.
Entonces, aprovecho de mirarle la cara (obvio, porque cuando él me lo hace, no puedo hacerlo bien, aunque tenga un espejo por delante) y me puedo dar cuenta que también a él le duele o se trata de controlar, porque se enfoca más en el pelo que en la cola de Liz.
Pero llega un punto en que él ya no aguanta y ¡Paff! Suelta la descarga, que le inunda la cola a Liz…
😖 😖 😖
Ella sí que está lona y que no quiere nada más y se acuesta en la cama, casi noqueada, con la respiración agitada y con el pelo sobre su cara.
Mi marido, en cambio, se queda como parado a su lado, también con una cara de cansancio tremendo y se apoya de su cola, casi como si estuviera mareado.
😕
Y nos miramos y como que me da pena, porque conociéndole, ya no lo está haciendo por sentir placer él, sino que para que nosotras quedemos bien.
Y yo le digo que no tiene que esforzarse tanto, que aunque me encanta que me haga la cola, ya me siento bien con lo que he hecho y lo que he visto.
Pero él es de esos que “no y no y no” y que “si se lo hice a ella, más todavía te lo tengo que hacer a ti”…
Y claro, la saca y sigue hinchada y dura, pero me preocupa más que él se sienta bien…
😖 😖 😖
Pero hay que reconocer que es un tremendo pervertido, porque aprovechándose que me estuve dedeando hasta morir, igual pasa su cosita picarona por fuera de mi conchita mojada y la aprovecha para lubricarme la cola.
Entre que me da risa y me calienta, porque no sé de dónde sacará esas ideas.
Y bueno… me doy cuenta que cuando él me la mete, es como distinto comparado con Liz.
Porque con ella, la manera de tomarla es más brusca y posesiva.
Pero conmigo, sigue siendo delicada y suave.
😆
Claro, igual empieza suave y despacito, pero hay una manera en que me toma que me hace sentir querida.
De verdad que no puedo explicarlo, porque aunque me agarra de los pechos igual que a Liz, sigue siendo como más suave conmigo y la manera que me los estruja, me parece mucho más tierna y cariñosa conmigo.
Pero eso sí, de darme por la cola, es idéntico.
😫 😖 😫 😖
Para nada se cansaba de echarme el cuerpo encima y me la metía con un movimiento de cadera que me volvía bastante loca.
Y obvio, que tenía que afirmarme fuerte con los brazos, porque si no me botaba o me caía yo y de verdad que no es nada agradable restregarte la cara por la sabana, subiendo y bajando hasta quemarte, mientras que él te la clava sin parar.
😕
Pero que se siente rico, se siente rico, porque es espectacular saber que él ya está en las últimas, últimas y que ya lo hace más que nada, para cumplir con sus responsabilidades de marido.
😬 😬 😬
Y bueno… en esos momentos, me acordé de mi prima, cuando me contó de cómo mi marido le rompió la cola y lo mucho que lo había disfrutado.
Y no paraba de chorrearme, imaginando su colita morena, su carita de madrileña coqueta y enojona, mientras que mi marido dale que te dale por atrás, con ella apoyada en la tina de nuestro antiguo baño.
Pensar en sus pechos sacudiéndose de un lado para otro y él, así, afirmado con fuerza de las caderas...
Ni siquiera me di cuenta cuando él empezó a parar y su chorrito igual me tomó por sorpresa.
💦 💦 💦
Obvio que no eran tan cuantiosas como al principio, pero se sentía rico y yo también, estaba más muerta de cansancio.
Entonces, nos acostamos y dormimos…
😴 😴 😴
Pero al poquito rato, sonó mi celular y Liz y yo nos peleábamos en la cama…
😠
“¡Que anda tú!”
“¡No, tú!”
“¡Tú eres la niñera!”
“¡Y tú eres la mamá!” me respondía.
Y dale, porque ninguna de las 2 quería levantarse. Él estaba tibiecito y las 2 lo echábamos de menos, pero tenía razón que era la mamá, así que bajé yo a calentarles la leche.
😆
Ni siquiera me vestí, porque quería ver mi reflejo desnuda en el refri, pero tuve mucho cuidado al preparar la leche.
Se entibió lo suficiente y las princesitas ni siquiera habían despertado cuando les dejé las mamaderas, cuando los ruiditos que me llegan son más que claros…
😏
“¡ugh! ¡ugh! ¡Sí, así! ¡Dale más!”
Ni siquiera abro toda la puerta y me río sola al verla montando a mi marido… porque yo también lo habría hecho.
Les digo, lo echábamos de menos y el 1º ninguna de las 2 teníamos clases y lo extrañábamos por una semana.
Y él, afirmado de sus caderas y ella, meneándose como loca, pendiente que yo vuelva y la pille con las manos en la masa…
Pero lo que es yo, aprovecho de apoyarme en la pared para dedearme hasta el cansancio.
No pasa mucho que ella acaba y él le pide un poco de tregua…
Que la tiene dura y todo, pero que ya no puede más.
La veo besar a mi marido y juguetear un poco con él, pero está demasiado cansado y tiene sueño.
Yo aprovecho y bajo a lavarme en el baño de visitas y subo como haciéndome la lesa, mientras ella se hace la que duerme, aunque el olorcito a sexo que se siente es reciente…
😴 😴 😴
Dan las 10 y es hora de levantar a las pequeñas.
😈
Ahí, ya no tiene excusa, porque me levanté yo por la mañana y la veo salir de mala gana, queriendo estar con él otro ratito más.
Entonces yo le doy besitos a mi marido…
😘 😘 😘
Voy bajando por su cuerpo, voy bajando por su cuerpo y llego hasta su cosita, que está un poquito más relajada.
Se la empiezo a besar y a lamer, como si fuera un caramelo de Halloween y el olorcito que me vuelve loca empieza a aparecer.
😮 😲 😮 😲
Chupo más y más rápido, sintiendo cómo ese calor me rellena la boca.
Subo, bajo, subo, bajo, chupeteando con todo mi deseo por ese dulce.
Quiero su juguito.
Estoy desesperada por ese delicioso juguito…
Entonces, siento una cosa suavecita en mi cabeza, un estirón y alcanzo a escuchar un maravilloso…
“¡Trágatelo todo, ruiseñor!”
Y ¡paff!, que las mejillas se me inundan tremendamente…
💦 💦 💦
Siento que hasta me escurren por la nariz, pero se la lamo con mucha dedicación.
Entonces, él me destapa, me besa y me pregunta si pasé un buen Halloween.
“¡Claro que sí, precioso! ¿No ves que lo pasamos contigo?”
Y ese día, lo dejamos descansar un poco más, que juegue con las peques…
😅
Y del traje de marino, le pregunté si podía usarlo otra vez, cuando estuviéramos más solos… para que no fuera tan aburrido.
Me prometió que se compraría uno igual.
😉
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3 comentarios - ¡Dulces y travesuras! (Final)