Me he bañado, he perfumado mi cuerpo y ahora me miro desnuda
frente al espejo. No tengo feo cuerpo, mis pechos son grandes y todavía hacen
suspirar a muchos, no tengo flojos los músculos del vientre ni el trasero
gracias a interminables horas en el gimnasio.
Realmente estoy muy excitada hace varios dias que nada con mi marido y la verdad que despues de bañarme sali muy caliente, para mi mala suerte mi marido ya estaba durmiendo , asi que
Me meto en la cama y espero que mi respiración se normalice.
Aún no me he tocado pero ya estoy excitada porque sé que voy a disfrutarlo, voy
a tener un orgasmo que me debo hace mucho tiempo. En la mesa de noche me espera
mi consolador.
Empiezo a acariciar mis pechos. Están suaves, y mis manos
cálidas los recorren centímetro a centímetro, sin prisa, demorándose en llegar a
los pezones que ya están erectos. Humedezco mis dedos entre mis labios, toco mis
pezones, tengo un estremecimiento y dejo salir un suspiro. Disfruto mucho de
tocarme los senos grandes y voluptuosos, me calienta particularmente. Allá
abajo, entre mis piernas, siento que los labios de mi vagina se están hinchando
y mojando. Mi marido sigue durmiendo , mientras siento como me mojo toda
Una de mis manos baja lentamente por mi vientre, la otra
sigue sobre mis pechos. Acaricio mis muslos, por fuera y luego la parte interna.
Mi respiración se acelera. Lentamente mis dedos se acercan a los labios de mi
vagina, están muy hinchados y mojados. Recorro los pelitos que los rodean, tiro
de ellos y exhalo el aire en un gemido mezcla de dolor, mezcla de placer. Abro
un poco más las piernas.
La punta de mis dedos recorre mis labios y rozan el clítoris.
Me muerdo los labios, mi excitación va en aumento. Trato de resistir todo lo
posible pero no puedo más, así que me hundo un dedo en mi concha, luego dos, en
seguida tres. Con el pulgar me froto el clítoris.
Estoy empapada. Meto y saco con fuerza mis dedos, simulando
una penetración. Mientras pellizco mis pezones acelero los movimientos de mi
mano. Nada deseo más en este momento que ser clavada por un hombre. Levanto las
caderas, mis gemidos son gritos ya, el orgasmo se aproxima. Retiro mi mano sólo
un instante, para probar mis jugos, y me penetro otra vez.
Entonces me volteo violentamente, quedo boca abajo sobre la
palma de mi mano y me puedo frotar mejor. Me muevo como si estuviera cabalgando
sobre mi pareja, mis pezones se rozan contra la cama, de a ratos empino el
trasero como si esperara una penetración desde atrás., yo estando asi en cuatro y mi esposo ni se mosquea
Con la otra mano tomo el consolador y me lo entierro en la
vagina, con furia. Así quiero sentirla en este momento. Es un buen aparato,
grueso, idéntico a un pene de verdad, con ancha cabeza y las venas marcadas.
Sostengo un ritmo rápido, de embestidas fuertes, hundiéndomelo una y otra vez.
Hay un sonido como de chapoteo, mi entrepierna es un lago.
Sigo así, así, así, cada vez más fuerte, más rápido, gimiendo
más... ya llega, ya llega, todo mi cuerpo se convulsiona, voy a liberar mi orgasmo , estaba tan caliente , con mi 45 años , me sentia tan necesitada de tocarme y a la vez muy perra de hacerlo con mi marido al lado mio
frente al espejo. No tengo feo cuerpo, mis pechos son grandes y todavía hacen
suspirar a muchos, no tengo flojos los músculos del vientre ni el trasero
gracias a interminables horas en el gimnasio.
Realmente estoy muy excitada hace varios dias que nada con mi marido y la verdad que despues de bañarme sali muy caliente, para mi mala suerte mi marido ya estaba durmiendo , asi que
Me meto en la cama y espero que mi respiración se normalice.
Aún no me he tocado pero ya estoy excitada porque sé que voy a disfrutarlo, voy
a tener un orgasmo que me debo hace mucho tiempo. En la mesa de noche me espera
mi consolador.
Empiezo a acariciar mis pechos. Están suaves, y mis manos
cálidas los recorren centímetro a centímetro, sin prisa, demorándose en llegar a
los pezones que ya están erectos. Humedezco mis dedos entre mis labios, toco mis
pezones, tengo un estremecimiento y dejo salir un suspiro. Disfruto mucho de
tocarme los senos grandes y voluptuosos, me calienta particularmente. Allá
abajo, entre mis piernas, siento que los labios de mi vagina se están hinchando
y mojando. Mi marido sigue durmiendo , mientras siento como me mojo toda
Una de mis manos baja lentamente por mi vientre, la otra
sigue sobre mis pechos. Acaricio mis muslos, por fuera y luego la parte interna.
Mi respiración se acelera. Lentamente mis dedos se acercan a los labios de mi
vagina, están muy hinchados y mojados. Recorro los pelitos que los rodean, tiro
de ellos y exhalo el aire en un gemido mezcla de dolor, mezcla de placer. Abro
un poco más las piernas.
La punta de mis dedos recorre mis labios y rozan el clítoris.
Me muerdo los labios, mi excitación va en aumento. Trato de resistir todo lo
posible pero no puedo más, así que me hundo un dedo en mi concha, luego dos, en
seguida tres. Con el pulgar me froto el clítoris.
Estoy empapada. Meto y saco con fuerza mis dedos, simulando
una penetración. Mientras pellizco mis pezones acelero los movimientos de mi
mano. Nada deseo más en este momento que ser clavada por un hombre. Levanto las
caderas, mis gemidos son gritos ya, el orgasmo se aproxima. Retiro mi mano sólo
un instante, para probar mis jugos, y me penetro otra vez.
Entonces me volteo violentamente, quedo boca abajo sobre la
palma de mi mano y me puedo frotar mejor. Me muevo como si estuviera cabalgando
sobre mi pareja, mis pezones se rozan contra la cama, de a ratos empino el
trasero como si esperara una penetración desde atrás., yo estando asi en cuatro y mi esposo ni se mosquea
Con la otra mano tomo el consolador y me lo entierro en la
vagina, con furia. Así quiero sentirla en este momento. Es un buen aparato,
grueso, idéntico a un pene de verdad, con ancha cabeza y las venas marcadas.
Sostengo un ritmo rápido, de embestidas fuertes, hundiéndomelo una y otra vez.
Hay un sonido como de chapoteo, mi entrepierna es un lago.
Sigo así, así, así, cada vez más fuerte, más rápido, gimiendo
más... ya llega, ya llega, todo mi cuerpo se convulsiona, voy a liberar mi orgasmo , estaba tan caliente , con mi 45 años , me sentia tan necesitada de tocarme y a la vez muy perra de hacerlo con mi marido al lado mio
19 comentarios - autosatisfaccion y calnetura
Que ganas de poder saciarte esas ganas yo mismo ..... sabés que es así
Me gusto el relato,no hay nada como una buena paja,bueno ,casi nada..... besos