Gordita del Sur, la sorpresa que cambió mis gustos

Antes, era de los que veian una minita y se volvía loco, pero de esas minitas que se ven siempre. Flaca, buen culo, buenas tetas, un gato de la noche. Hasta! Que una colorada rellenita (tampoco tanto) me mostró otro mundo, yo había empezado a trabajar en una empresa de colectivos y me la pasaba viajando al Sur, Rio Gallegos, en un viaje desde Buenos Aires a Río Gallegos la vi, pegamos onda y en un viaje (muy largo) al final me paso el nro por si volvía y quería salir a conocer la ciudad, pasear, etc. Para resumir, y empezar el relato, después de un tiempo empezamos a tener una relación informal (cojer cada vez que viajaba para allá y nada más)



Ya desde la primer salida se la notaba calentona, muy fogoza, era atractiva, buenas curvas, piel suave, una blanquita hermosa. Me contó que de chica era muy gordita y nunca le daban bola, lo que explica porque ahora era tan calentona. Junto ganas que nadie satisfacía. Después de pasear por la ciudad, me dijo si quería ir a cenar a su casa, que podíamos hacer las compras, llevábamos las cosas cuando termines y e la noche volvía y cocinabamos. Compramos comida, un vino para tomar y salimos a su casa. Deje las cosas y salí al lugar donde me estaba quedando para volver en la noche a cenar.

Cuando llegué, tenía un short de jean que le marcaba un culo redondo hermoso, cortito para mostrar unas piernas blancas y suaves, y una remera. Muy informal, íbamos a comer en su casa y nada más. Terminamos la cena y pasamos al sillón a charlar y terminar la botella de vino, cada vez había más roce, más intimidad, nos acercabamos más y el vino ya estaba haciendo efecto, le comí la boca. Estuvimos a los besos Fogozos un rato largo, ella gemia y suspiraba fuerte, se agitaba de la calentura. Empecé a acariciarle las piernas, de abajo hacia arriba, insinuando solamente, llegaba a la cintura y volvía a bajar, estaba sentada de costado, sobre una pierna y se movía con cada caricia. Empecé a frotarle el culo sobre el short, una cola increíble, le metí la mano por debajo del short y llegué a una concha totalmente mojada, estaba super mojada, solamente la sentí con la punta de los dedos y los moví acariciandola mientras le comía la boca, la besaba el cuello y con la otra mano me acercaba a sus tetas. Deje de acariciarle la concha porque con el short estaba medio incómodo, se paró, me dio la espalda y se bajó el short...



Han visto un culo de esos en tanga? Son hermosos, redondos y grandes, dan ganas de acariciarlos por siempre. Besarlos, morderlos, apretarlos, vivir ahí! Y eso empecé a hacer, besos, caricias, mordidas. Con la tanga puesta se sentó arriba mío y empezó a mover el culo, se frotaba y se calentaba sintiendo como ya tenía la pija al palo hace rato, le comia la boca mientras se movía, le besaba el cuello, la tenía agarrada de la cintura con una mano y con la otra empezaba a tocarle la concha debajo de la tanga. A meter dedos, primero uno para que se vaya mojando más y más, cuando ya estaba lista la pare de encima mío, le saque la tanga y la acosté en el sillón, de la boca hacia abajo la empecé a besar y jugar con la lengua hasta llegar a su concha, más besos, más lengua y empezó a gemir más y más, estaba como loca. Un dedo, dos, tres. Tres dedos adentro de la concha hasta que la hice acabar, quedó muerta en el sillón y yo con la piba al palo. Se sentó, me bajo los pantalones, el boxer y empezó ella.



Que manera de usar la lengua, hacia unos petes muy buenos: unos remolinos de lengua en la cabeza de la chota, te acariciaba los huevos, cambiaba de ritmo y se la mandaba hasta donde podia, y la sorpresa. Entre tantas suavidad y pasión, de la nada usaba los dientes y te daba pequeñas mordidas para después seguir acariciando con una lengua increíble. Era toda una técnica increíble, estaba por acabar y le aviso (por las dudas) me dijo: y dame la leche entonces. Se me explotó la cabeza y le llene la boca de leche, hasta cuatro chorros me saco la putita, me temblaban las piernas. Pero no se la trago. Se fue a lavar la boca y volvió.



Con sólo verla andar por ahí, ver ese culo se me paraba. Para cuando vino ya estaba empezando de nuevo. Se me sentó encima y empezamos a los besos, de nuevo se frotaba y suspiraba, escucharla hizo que se me parara y apenas la sintió me la agarro, se la acomodó y empezó a moverse, suave, lento. Hasta el fondo, me agarraba fuerte, me tiraba el pelo mientras cabalgaba muy suave. Yo le acariciaba las tetas, le agarraba el culo con las dos manos, empezó a acelerar y a moverse más rapido, ya estaba hecha un salvaje, se movía como loca, sentía esa concha hermosa y mojada que me acariciaba los huevos, gemia y ya estaba por acabar de nuevo. Me la saque de encima e hice que se me sentará pero de espaldas. Así veía ese culo mientras me seguía cabalgando la pija.



Se la volvió a acomodar y me martillaba la chota con ese culo que tenia, seguía como salvaje dandose ella sola. Empecé por acariciarle el culo hasta llegar a meterle un dedo, lo que le dolio un poco y lanzó un gritito de dolor, me dijo que no le habían hecho la cola. Que si me portaba bien después me iba a dejar. Así que le dije que iba a empezar a estrenarla con los dedos y más adelante se la iba a hacer. Se seguía moviendo, y gemia más. Ver ese culo me ponía re al palo, escucharla. Sentirla toda mojada y caliente, era un espectáculo! La agarré del pelo fuerte, con la otra mano de las tetas, le mordia el cuello, hasta que acabamos ahí en el sillon... flor de cojida me dio la gordita, y hasta ahora sigo diciendo que las gorditas son las mejores para cojer.