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Me acuerdo que antes, era muy celosa… (1)




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Compendio II


😠
No estoy diciendo que ahora no lo soy.
Igual me enojo mucho cuando tenemos que ir al súper y sé que esa coquetona de Emily va a mover cielo y tierra para que mi marido se meta en su caja y ahí, va a poner la ochentava excusa que la caja no funciona o que el lector no le lee, con tal de charlar un poco más con él.
😡
Y claro, yo ahí, como pintada, pasándole las bolsas de mala gana, mientras él la mira con sus ojos honestos y tranquilos, preguntándole por su hijo, por su casa y esas cosas.
Y para nada me importa que después me soborne con dulces o que me diga que le encanta llevarme, porque “me veo bonita cuando me agarran los celos”.
Nop. No vale la pena mi enojo.
😤
Pero eso me molesta de ella, porque él apenas la conoce y ya le da toda su atención y no creo que sea bueno que él la tenga que mirar tanto, tanto, si ya me tiene a mí.
Yo no la encuentro tan, tan bonita y no es que sea vanidosa. Yo tengo mis pechuguitas ahora y no tendré un pelito rubio como ella, pero encuentro que mis ojitos verdes son muy coquetos y no sé.
Me encuentro mucho más tierna y no tengo una cara de facilona como ella.
😅
Y con mis compañeras de la universidad, es al revés: como mi marido es mayor, más bajito y no tan musculoso como sus novios, me dicen que aproveche de fijarme en otro, que “pierdo mi tiempo con él” y que “tengo que pasarla mejor, porque soy joven”, y me molesta muchísimo, porque él ya me hace feliz.
Igual las entiendo un poco, porque sus novios también son guapos…
Pero ellas se dan vuelta e igual se ponen coquetos conmigo…
Y lógico que me da rabia, porque yo ya viví eso con los amigos de mi papá, que abusaban de su fuerza para agarrarme a mí y a mi hermana, cuando se ponían a tomar y por eso los desprecio y les pellizco o pisoteo fuertísimo si se les llegan a arrancar las manos.
😡
Pero en eso, mi marido es muy diferente.
😊
Siempre me ha tratado bien y me hace sentir especial.
Y aunque no baile bien, no tome, ni fume, ni salga a fiestas o con amigos, ni nada de lo que ellas hacen, me siento terriblemente feliz, porque siempre me cuida, me río mucho y puedo confiar bastante en él.
Y al principio, cuando recién empezábamos a salir como pololos, yo era celosísima, porque me daba muchísimo miedo que alguien me lo fuera a robar.
😓
Me acuerdo que vivía aterrada de las niñas pechugonas.
Porque yo era de esas planas, planas y empecé a usar sostén porque era vergonzoso que mi hermana menor usara y yo no.
Y lo más terrible de todo era que a él ni le interesaban mis ojitos verdes ni mi colita muy parada, por lo que siempre que salíamos, andaba con los nervios de punta.
😇
Pero por suerte, yo me enamoré de un caballero.
Él siempre se las arregló para hacerme sentir elegante y aunque muchas veces, le miré preocupadísima porque una niña pasaba por su lado echándole el ojo, sus ojitos solamente me veían a mí, porque “Un caballero no puede mirar a otra dama, si está acompañado.”
😤
(¡Por eso me enojo tanto con la tal Emily!)
Y no tienen idea de lo agradable que era ir al cine, a pasear o a comer y ver que otras chicas le miraban, pero él seguía muy pendiente de mí.
Muchas veces, vi cómo le hacían ojitos; se arreglaban el pelo; suspiraban, para remarcar el pecho…
Y él… nada.
😂
¡Sus ojitos eran para mí!
Y por eso, no me tardé mucho en calmarme, porque sé lo honesto que él es y de verdad que no veía a nadie más.
¡Muy feliz conmigo!
Y los piropos y palabras bonitas nunca faltaban… diciéndome que mi cara es hermosa y no importándole que yo fuera así de planita, así que obvio que estuve muy contenta.
😍
Pero lo otro por lo que me molestan mis amigas (y me pone tremendamente cachondísima para que mi marido se las coma) es que piensan que él es malo en la cama.
Y claro, se ve flaquito, le faltan más músculos y es bien tímido…
¡Pero si supieran cómo es él sin pantalones!...
🤤
Y es que a Liz también le fascina que se corra tanto, tanto dentro de una y que su cosota se quede hinchada, por el resto de la eternidad, mientras él te besuquea y te agarra de las pechugas.
😲
En eso, él es terrible…
Y ni se imaginan cómo quedamos el domingo, cuando se despidió de las 2…
😳
¡Hora y media de unos gemidos que te mueven entera, saliendo de la pieza de Liz, dándole bien, pero bien duro, con la cama crujiendo con alharaca y ella pidiendo más y más!
Y ese nerviosismo de saber que acaba con ella, dejándola buena para nada, vendrá a la pieza y después, me toca a mí…
😮
Con su rabo humeante y apuntando al techo, para buscarme.
A mí, todavía me asusta un poquito…
Pero no les voy a negar que me gusta un montón y que me muero de los nervios porque empiece.
XD
Y tampoco es que tenga un pene tan, tan largo…
😅
O sea, igual es largo…
Pero lo que más nos gusta a Liz y a mí es lo gruesa y lo derecha que es y lo tanto, pero tanto que aguanta “bien dura”…
😛
Y es que no podemos evitar compararla con las mamaderas que se toman las peques, porque es un poquito más gruesa y otro poco más larga que las que usan mis chiquiturris, por lo que igual pensamos varias veces si nos habremos vuelto medio putas con él…
Y bueno… nosotras sabemos que sería fatal si nos falla una sola pastilla, porque con la cantidad y lo espeso que es su juguito (y obvio, también tomando en cuenta que él no va una sola vez al día… sino que 3… mínimo 😲 ), es seguro que nos embaraza a las 2 al vuelo.
Pero a ella también le da esa sensación que te abre entera, entera y también la vuelve loquísima que le encaje tan recontra bien y le rellene la matriz hasta desbordarla de gusto.
😉
En fin, lo que quería contarles, después de tocarme un poquito recordando lo feliz que él me hacía cuando me la metía las primeras veces y esa sensación maravillosa, como de miedo y entusiasmo junto, porque sabes que te va a meter esa cosa enorme dentro de ti.
Esa carne rosadita, tremenda y con ese olorcito tan, pero tan rico…
😫 😖 😫 😖
Bueno, después de tocarme 2 veces y mojando tremendamente el consolador que mi maridito hermoso me compró, les quería contar que las primeras veces que empecé a dejar de ser celosa, celosa, fue cuando él me besó por primera vez.
😓
O sea, igual era súper celosa con la vaca gorda de su amiga Margarita y sus otras amigas, que también le sonreían demasiado y menos mal que él no las miraba.
Pero no podía ponerme celosa de mi hermanita.
😕
No podía molestarme porque a ella también le gustara.
Mi mejor amigo era completamente distinto a los hombres malos que nos tocó conocer, con sus ojitos tranquilos, su pelito negro, su actitud caballerosa, su porte y sus hombros enormes, que igual nos daban una tremenda seguridad, porque lo encontrábamos muy parecido a los príncipes de los cuentos que mamá nos contaba.
😓
Y estoy muy segura que si mi hermanita hubiese sido un poquito más valiente y le hubiese dicho ella primero lo mucho que le gustaba, a lo mejor, él nunca se habría metido conmigo, porque mi hermanita es mucho más parecida a lo que a él le gustaba como mujer.
Sus ojitos verdes, un enorme par de pechugas, una cola fantástica y una carita de niñita buena infalible…
😭
Yo no podía competir con eso.
Además, no se imaginan la tortura que era para mí verla desvestirse, porque mientras que ella, sus pechitos llegaban a rebotar de los carnosos que son, los míos apenas se movían.
Pero a pesar de todo, yo tenía algo que ella me envidiaba y eran los labios del chico que le volvía loca.
😇
Por las noches, me colaba en su cama y le pedía que practicáramos dándonos besos, porque me preocupaba muchísimo que si alguna vez besara al chico que hoy es mi marido, lo hiciera pésimo y no quisiera besarme más.
Al principio, nos costaba un montón, porque a final de cuentas, sabíamos que besábamos a nuestra hermana.
Pero todo eso cambió cuando las 2 empezamos a pensar en que lo besábamos a él.
😍
Esa etapa fue lindísima, porque yo disfrutaba muchísimo de los gorditos labios de mi hermana, que chupaban muy rico y me encantaba bastante cuando ella respiraba sobre mi mejilla, como si estuviera muy relajada, mientras que sus manitas me agarraban por la cintura.
Yo la envidiaba terriblemente, porque aparte de esos tremendos pechos, tenía una colita más grande que la mía y bien carnosita, por lo que se la aprovechaba de apretar cada vez que podía.
Pero nuestro despertar sexual no empezó hasta que él me dio mi primer beso.
😘
Esa noche, me contó que por primera vez, sintió el “picor” en su cuerpo.
Nosotras nunca nos besábamos con lengua y cuando le mostraba cómo él ponía la suya en mi boca y la revoloteaba, haciéndole cariño a la mía, fue algo que le hizo de a poco excitar.
Mi hermana me contó que mi saliva tenía un gustito muy rico y dulce y que le calentaba enormemente pensar que como mi boca le había besado a él, parte de mi saliva también tenía su sabor, por lo que también ella le estaba besando.
Y que mientras nos hacíamos cariño y la miraba a los ojos, con la misma ternura que sentía cuando estaba con él, empezó a sentir una sensación muy rica entre medio de sus piernas y en la punta de sus pechuguitas, que no se atrevió a contarme.
😕
Fue ahí que me dijo que ya no era bueno que siguiéramos, porque le hacía sentir extraña.
Yo no le encontraba nada malo, porque quiero bastante a mi hermanita y tampoco quería olvidarme de la sensación que tenía en mi boca cada sábado (porque como él trabajaba y estudiaba, no nos podíamos ver más días 😞 ).
Y cuando ella me hablaba del picor que sentía en su cuerpo, yo no le podía entender, porque no sentía nada, así que muchas veces, le tuve que convencer para que siguiéramos practicando.
Hasta que una noche, me pidió que le tocara los pechos...
😳
Yo quedé plop, porque aprendí a tenerle mucho respeto a los pechos de mi hermana.
Antes, cuando era más envidiosa, se los pellizcaba, estrujaba y amasaba muy brusco y como mi hermana nunca se quejó, pensé que no le dolía, hasta que un día le hice llorar.
Pero cuando ella me lo pidió, no supe qué hacer.
Sus pechuguitas se veían muy hinchaditas y yo, sin tener mucha idea, empecé a moverlas como los joysticks de las consolas de mi mejor amigo.
😅
Ahora sé que fui muy tonta, pero a mi hermanita parecía gustarle.
¡Tampoco piensen que me puse a jugar “Mario Bros.” con los pechos de mi hermana!
Pero le agarraba su papita y la empujaba para adelante y para atrás, mientras que con la otra, la movía muy suave para los lados.
Me acuerdo que mi hermanita se quejaba muy rico y que también, como que algo empezaba a sentir entre las piernas, en parte de la envidia que me daba verla así.
Y me impresionó mucho cuando fue ella la que me quiso dar un beso, porque su boquita chupeteaba mucho mis labios, de una manera que mi marido nunca lo había hecho.
😳
Y les prometo que no me di cuenta cuando sus manos empezaron a subir y bajar entre sus piernas, de una manera muy rápida, hasta que ella me lo dijo.
“¡Mari!... ¡Pica mucho… aquí!” me contó y por primera vez, sentí los suavecitos dedos de mi hermana en mi conchita.
😅
Yo traté de hacerle el quite, porque me daba cosa que me tocara donde hacia pipi.
Pero la manera de quejarse y sus lágrimas preciosas, como si estuviera sintiendo algo que no pudiera contar con palabras, me fueron calmando, hasta que paré de resistirme.
😩 😲 😩 😲
Y la sensación que me hizo sentir mi hermanita fue increíble, porque empecé a pensar lo rico que sería que él me tocara ahí.
Sus deditos masajeaban mi botoncito de una manera alucinante, metiéndolos y sacándolos con una velocidad que me hacía admirarla.
😩 😖 😩 😖
No tenía idea de dónde lo habría aprendido, pero imaginaba que era mientras ella se bañaba, porque papá siempre protestaba que se demoraba mucho bajo la ducha y al vestirse. Pero era muy buena.
La manera en que nos besábamos también era deliciosa, porque las 2 queríamos comernos las lenguas y mis pechitos planos, pero duritos, se trataban de restregar con las enormes carnosidades que tiene mi hermanita, con la idea muy excitada de mi mente de lo agradable que sería que nuestras papitas se tocaran.
Entonces, para devolver el tremendo placer que mi adorada hermanita me estaba dando, apoyé mi mano sobre la suya y busqué entre sus ardientes y pegajosos dedos la cuevita.
😫 😫 😫
Ella dejó de tocarse, para que yo calmara mi curiosidad y metía y sacaba incesantemente mis dedos del misteriosamente pegajoso y ardiente interior de mi hermanita, deslizando mis dedos por todo su interior.
Mi hermanita se quejaba muy rico cuando lo hacía y la encontraba más linda que nunca, con una carita que mostraba una enorme cantidad de placer.
Y nos empezamos a rascar más y más rápido, hasta que sentimos que algo explotó en nosotras, en ella primero y un poquito después, en mí…
😲 😲 😲
Y lo más rico fue que no paramos por mucho rato, porque no podíamos parar de sentir lo excelente que sentía la otra, llenándonos de un placer intenso que duró casi toda la noche.
Gracias a eso, nuestro amor de hermanas creció tremendamente y las noches que compartíamos juntas estuvieron repletas de extensas sesiones de ardiente y riquísimo placer, dedeandonos hasta el cansancio en orgasmo tras orgasmo (algo que aprendí su nombre después que perdí la virginidad con mi esposo) y que hizo crecer muchísimo mi curiosidad por saber cómo era mi marido desnudo, hasta esa maravillosa noche donde le pude por chupar por primera vez.
Y por eso quería contarles que en esa época, ya no era tan celosa.
😊
Porque habría comprendido muy bien si mi pololo se hubiese besado con mi hermanita.
😉


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