Buenas. Hace mucho que no puedo escribir por estar muy ocupado con mi empresa, pero me acomodé un poco y ahora puedo.
Hoy les voy a contar algo que no me pasó a mi, sino a un amigo, un ex compañero de trabajo, que hace mucho tiempo que no veo pero nunca me olvido de lo que me conto.
Les cuento un poco como viene el tema: hace bastante, ya casi diez años, yo trabajaba en crear sistemas, y un cliente era una empresa que reparaban parabrisas. Como estaba en la última etapa, iba bastante seguido, y me había hecho bastante amigo de un muchacho de administración, salíamos juntos a bares y a boludear por ahi muy seguido.
Teníamos bastante confianza, en definitiva. Tanto, que un día me contó lo que le había pasado:
-J., te voy a contar lo que me pasó la semana pasada...-me dijo, en un bar, después de la segunda cerveza, mientras se acercaba a mi como en confidencia. Se los voy a contar tal cual me lo narró el, para que sepan exactamente lo que me dijo.
La semana pasada colocaron los muchachos un parabrisas, antes de que yo llegara. Estaba el pegamento secándose (se deja el auto en el taller), y escuché que se reían un montón, y fui y les pregunté que pasaba.
-Nada, Ale, pasa que Miguel casi se le tira a "la dueña" del auto, se reía Luisina, la flaquita que trabaja a la mañana. A lo cual, Miguel enfurruñado, le contesta: -Nah, pero yo no hice nada, que iba a saber yo que a "eso"...nada, loco, yo no hice nada!!!-se quejaba Miguel a viva voz, turbado. Yo no entendía nada, e intentaba averiguar de que venía la cosa, cuando otro empleado, Santiago, agregó, riéndose: - Bien que antes de saber te gustaba!!!.-
Igual, nada. No entendía nada de nada, y justo cuando Luciano estaba por explicar, me llamó mi jefe. Tuve que volverme a preparar una facturación y unos depósitos para el banco, y me perdí las últimas palabras entre ellos. Me fui al banco y no volví al otro dia.
A la mañana siguiente, cuando vuelvo al trabajo, el jefe me dice: -Alejandro, hubo un problema con la tarjeta de una venta de ayer. Llamó Luisina y le dijeron que no se pueden llegar. Quiero esto resuelto hoy, así que hoy, después del banco, vayas de esta clienta y le cobres.
Me dio la factura y la dirección, que quedaba en Alberdi. Le dije que no iba a poder ir al banco, a cobrar y después volver, pero como era mucha guita (un parabrisas importado, muy caro), me dijo que volviera mañana directamente. Antes de ir al banco, entonces, me llevé el talorario de recibos como para ir de la clienta. Luisina se rio un poco, pero no me di cuenta el porqué.
Al salir del banco me fui hasta la dirección. Era pasando Alberdi, casi Rondeau. Llegué y toqué timbre.
No me esperaba que una diosa rubia despampanante me abriera la puerta, y me quedé helado y mudo.
-Que pasa? Que necesitás?-me pregunta una voz algo ronca que me recontra calentó. Sólo pude tartamudear:-Ehh, ve...vengo de Parabrisas Estanislao. Por la factura. Usted es Sofía Garzón?-pude terminar de decir, carraspeando.
La mujer me miró un rato largo, de arriba abajo (creo que notó mi inminente erección) antes de decirme: - Si. Dale, pasá.
Entré a la casa detrás de ella, mirando sus curvas abundantes moverse bajo un vestido blanco muy pero muy ajustado.
-No vas a cerrar la puerta?-me dice, sin darse vuelta. Yo, atontado por la visión, la cerré farfullando un "Si, si...".
A continuación, caminé detrás de ella no muy seguro de dónde iba, pero segurísimo de que quería ir detrás de ella y admirar esas hermosas curvas. Tenía unas piernas muy torneadas y algo musculosas, al igual que los brazos desnudos, que se veían bien formados y con buena musculatura, no llegando a ser excesiva, si algo mas que la mujer media, casi como una atleta. Eso sumado al pelo platinado largo, su altura y a la forma de caminar me producía una atracción casi magnética.
Sumido en mi visión, casi me choco cuando ella paró de golpe. Me frené de golpe, muy avergonzado, y humillado, cuando ella se dió media vuelta dándose cuenta de mi reacción. Sonrió un poco, aunque me miró sobradoramente, como habiendo leído mis pensamientos eróticos en esos momentos.
-Bueno, contame, que pasa con esa factura?- Me larga de golpe. Yo tardé un poco en reaccionar, pero finalmente le pude decir.-No, pasa que hubo un problema con la tarjeta. No pasó la venta.- le contesté, y le mostré los papeles que traía. Los tomó de mis manos, los miró (mientras yo disimulado la miraba a ella), y me dice al cabo de unos momentos: -Llamo a mi socia y le consulto.
-Si, como no.-le contesto. Ella se aparta, toma el teléfono, marca un número, escucho que atienden, y habla rápido y despacio, así que no pude escuchar lo que decían, pero terminó con un: -Si, dale, te espero.
Cuelga el teléfono, se da vuelta (me sorprende de nuevo mirándola), y me explica: -Mi socia me dice que ya había hablado con el banco. En una hora u hora y media me va a traer el efectivo. Podés esperar?-me pregunta subsiguientemente. Yo dudé, pero de golpe la tengo al lado mío, sin darme cuenta, y me dice: -Haceme compañía. Querés tomar algo? Coca, whisky, vodka?-y sin esperar a que le responda (quizás la respuesta estaba ya en mi cara y en mi respiración acelerada), se acerca a un bar.
-Ehh...vodka.-le dije, para hacerme el macho. Hacía una banda que no tomaba nada alcohólico, pero no quería pedirle una coca y quedar como un boludo.
Sirvió dos vasos de vodka, que lo sacó de un frigobar. Bien helado, corrio por mi garganta como fuego. Me mostró con un gesto los sillones del lugar, y me invitó a sentar en uno. Opté por el más grande, y casi tiro el vaso cuando ella se sienta al lado mío.
-Tranqui.-me dice.-No muerdo...a menos que lo pidan.-me dijo, y se rió un poco cuando casi me atraganto con el sorbo que le dí al vodka para ocultar mi verguenza (y calentura).
-Hace mucho trabajás en ese lugar?-me preguntá, mirádome fija con esos ojos azules grandes. Yo de pedo podía apartar la vista de sus tetas, pero hice un esfuerzo. -Ehh...no, bueno, mas o menos, un año ya.-le dije. Yo tengo novia, pero esta mina me podía mal. No sabía que decirle para levantármela. Me di cuenta enseguida que estaba fuera de mi nivel, pero quería al menos intentarlo.
-Ahh, mirá vos.-me responde, sorbiendo un poco mas de vodka.-No vas a tener problemas por esperar este rato?-me pregunta de nuevo.
-No,-le contesto,-ya terminé mi horario.-Ahh, que bien. Entonces hasta mañana no te esperan?-me preguntó con voz de terciopelo negro. La pija me pegó un salto.
-No, por?-pregunté sin poder evitarlo, como un boludo.
-Porque me dejó plantada un amigo hoy, y estoy algo solita.-me dice, recorriendo mi brazo con una uña larga y pintada de sus manos. -Pensás que podremos entretenernos un rato?-me dice mirándome a los ojos, y moviendo su mano suavemente hacia mi pecho.
No aguanté mas, y prácticamente me tiré encima de ella, buscando sus labios con los míos. Nos enzarzamos en un beso de lengua profundo, húmedo y muy caliente. Acaricié su espalda desnuda, mientras ella me agarraba fuerte de la nuca y seguía besándome con pasión.
-Vamos a la pieza, papi.-Me dice con voz ronca, y yo sólo alcancé a afirmar, afiebrado por la calentura.
Prácticamente me llevó tirandome de la mano, porque tenía patas largas y sus trancos eran enormes. Subimos la escalera a los tumbos (yo), y entramos en una habitación toda blanca y rosa, con una cama enorme y espejos en el techo y paredes. Me llamó un poco la atención, pero la calentura pudo mas, y me lancé de nuevo sobre ella, aunque ella me devolvió el empujón que casi le doy y me tiró contra la cama, boca arriba. A continuación, se sacó el vestido. No lo podía creer. Unas tetas hermosas, no demasiado grandes pero perfectas. Todo el cuerpo muy bien trabajado, mucho gimnasio se notaba. Tenía ropa interior blanca, un culotte creo que se dice y sin corpiño. Se movió encima mío como una leona buscando presa, y después de besarme fuertemente, bajó y me soltó el cinto, y me bajó los pantalones. Mi pija salió para arriba de golpe, dura como piedra, y ella se la puso en la boca toda. No es muy grande, pero mi novia se metía la mitad y nada mas. Ella se la tragó toda con un "mmmm" que me mató. Estaba en el quinto cielo. Me la chupó un rato, y yo acabé al toque. Quise apartarla, pero me miró mientras le acababa dentro con fuertes gritos.
Subió entonces hasta mi boca, y me volvió a dar un beso caliente y, esta vez, con mi propio semen. De la calentura que tenía aún, lo saborée junto con su lengua.
-Perdón...-atiné a decirle, por haber acabado tan rápido.
-No pasa nada, papi, hay tiempo. vení besame toda.-me dijo, poniendose ella acostada boca arriba en la cama. No lo dudé. Comencé a besarle las tetas, pero me frenó cuando quise ir mas abajo.-Despacito,-me dice,-tené paciencia. Besame el cuello, besame toda.-me dijo al oído, mientras me pasaba la lengua por la oreja. Yo enseguida le hice caso, y empecé a calentarme mas y mas. Pasí besándola por todo el cuello, los brazos, las orejas. Bajé de golpe a los pies, le besé los dedos, se los chupé, le besé las piernas, pero cuando me quise ir a la conchita que me imaginaba húmeda y depiladita, mi agarró fuerte de los pelos y me subió de nuevo a sus tetas:-Chupalas.-me dijo, como una orden, y eso me enferveció. Me metió dos dedos en la boca, y yo los chupaba como poseído, y cuando los sacaba me iba donde ella me marcaba.
De golpe, me dió la espalda y se sacó la ropa interior. Rápidamente me fui a ese culo hermoso que me mostraba, y empecé a chupárselo como loco.
En un momento, me dijo: -Espera, me quiero dar vuelta.-Me levanté un poco para dejarle lugar, y se dió vuelta. Yo estaba a escasos centímetros de su culo, asi que cuando se dio vuelta, algo me golpeó fuertemente. No entendía que había pasado, cuando ella me tomó de los pelos nuevamente, y me acercó a su entrepierna.
-Chupame la concha.-me dice, pero lo que estaba enfrente mío no era una concha: era un pijón de por lo menos 24 centímetros, duro y algo baboso, medio curvado. No se si era la calentura o el pensar en sus dedos en mi boca, pero ni lo pensé: me tiré sobre la pija como poseso. Al principio casi me atraganto, pero ella con voz suave me guiaba:-Pasale la langua por la cabecita, mi rey. Ahora por el tronco, así, despacio.
Estuve un buen rato chupándosela lentamente. Me encantaba el olor, medio afrutado, de algún perfume femenino que tenía. Le pasaba la lengua despacio, y después intentaba metérmela entera, pero no lo lograba ni de lejos. Ella se acomodó mejor, y se puso debajo mío, y empezó a jugar con su lengua en mi entrepierna, pasandomela entre mis bolas y mi agujero. Me hacía ver las estrellas del placer, y cuando finalmente (medio ya me lo esperaba) me metio un dedo, casi acabo de nuevo. La verga se me puso dura inmediatamente.
Al cabo de un rato largo de dedearme, primero con un dedos, despues con dos y finalmente tres, me untó con un gel fresco el culo (me dió escalofríos), y levantó mi cara de su pija hermosa y enorme, mientras me daba un forro.- Ponémelo.-me dijo, con su voz grave y acariciante. Ni lo dudé, lo abrí e intenté hacerlo con la boca, pero al no poder, lo puse con las manos y listo. Me quedé quieto un momento, contemplando ese espectáculo: un hembrón, con una pija enorme.-Y ahora?-le pregunté al final.
-Ahora te hago mío, mi rey. Ponete en cuatrito, que la vas a sentir bien adentro.-y yo no dudé en obedecerla, ya que además de estar caliente, vi con otros ojos esos brazos y piernas musculados: si quería, igual hacía lo que quería conmigo. Me puse en cuatro como quería, y ella me puso dos almohadas debajo mío.
Empezó a pasar la cabeza de la pija por la entrada de mi culo, despacio y acariciante, mientras me mandaba mas gel. Estuvo un rato largo, desesperante: al final, yo me movía sólo para atrás intentando que entre.
-Que apurado!-se ríe, y me dice: -Ya la vas a tener todita adentro, vas a ver.-y dicho esto, comienza a meterme la cabeza. Sorprendentemente, no me dolió tanto: no se si el gel tendría algún anestésico, o si sólo el haber jugado tanto rato con sus dedos ya me había abierto lo suficiente. Lo cierto es que sólo sentí una molestia, mientras ella lenta, muy lentamente, me iba metiendo la pija adentro. Centímetro a centímetro, creo que estuvimos como quince minutos así, despacio, mientras alternaba metérmela un poco con quedarse quieta. Al final, cuando se paró, gemí y le dije: -Seguí, seguí!-, casi desesperado.
-Papito, la tenés toda adentro.-me dijo, casi sorprendida. Abrí los ojos (los tenía cerrados para gozar aún mas), y me di cuenta que era cierto: la veía por un espejo bien pegada a mi. Mandé mi mano hacia atrás, y pude tocar esa pija grande saliendo de mi culo.
-Que esperás? -le dije.-Cogéme!
Eso la calentó me parece. Empezó de a poco, de manera lenta pero fuerte, a sacarla y meterla de golpe, no brutalemente, pero si con firmeza. A cada embestida, un poco de dolor sentía, pero era mas la calentura. Yo temblaba todo, pero ni en pedo me saldría. En un momento paró, y casi la puteo, hasta que siento que se apoya toda en mi espalda, y me tira para abajo. Sus labios rozas mi oreja izquierda, y, mientras me pasa la lengua, me dice: -Ahora empieza lo lindo. Agarrate, mi rey.
Dicho esto, empezó a darme bomba con fuerza y ganas. Su pija entraba y salío de forma casi frenética. Al mirarme al espejo, vi mi cara desenfocada de placaer y esa hermosa mujer con pito arriba mío, moviendome hacia arriba y abajo en el colchón, vi sus piernas torneadas sobre las mías blancas y peludas, y me acabé en ese momento, sin llegar ni a tocarme. Ella, al poco rato acabó también, porque escuché sus gemidos, y después sentí un vacío en mis entrañas cuando salió, se sacó el forro, lo tiró a un costado, y me puso la pija en la boca, media fláccida ya, para que se la chupe. Me dió un poco de asco ya (habiendo acabado), pero ella me agarró fuerte de los pelos y me la puso igual. No me quejé demasiado, y se la dejé limpia.
Nos dejamos caer en la cama, pero enseguida quise ir al baño. Me mostró donde era, me ayudó a higienizarme bien, y después me llevó a su cama y me abrazó cuando me agarró el ataque de culpa. Me dijo que era sólo sexo, que no me definía eso, y no pude sino besarla de nuevo. Empezamos a abrazarnos y a besarnos, más suavemente ahora, y me fui al cabo de un rato a su entrepierna, a empezar a chuparsela de nuevo, cuando me di cuenta que había alguien mas mirando...
(Continuará).
Hoy les voy a contar algo que no me pasó a mi, sino a un amigo, un ex compañero de trabajo, que hace mucho tiempo que no veo pero nunca me olvido de lo que me conto.
Les cuento un poco como viene el tema: hace bastante, ya casi diez años, yo trabajaba en crear sistemas, y un cliente era una empresa que reparaban parabrisas. Como estaba en la última etapa, iba bastante seguido, y me había hecho bastante amigo de un muchacho de administración, salíamos juntos a bares y a boludear por ahi muy seguido.
Teníamos bastante confianza, en definitiva. Tanto, que un día me contó lo que le había pasado:
-J., te voy a contar lo que me pasó la semana pasada...-me dijo, en un bar, después de la segunda cerveza, mientras se acercaba a mi como en confidencia. Se los voy a contar tal cual me lo narró el, para que sepan exactamente lo que me dijo.
La semana pasada colocaron los muchachos un parabrisas, antes de que yo llegara. Estaba el pegamento secándose (se deja el auto en el taller), y escuché que se reían un montón, y fui y les pregunté que pasaba.
-Nada, Ale, pasa que Miguel casi se le tira a "la dueña" del auto, se reía Luisina, la flaquita que trabaja a la mañana. A lo cual, Miguel enfurruñado, le contesta: -Nah, pero yo no hice nada, que iba a saber yo que a "eso"...nada, loco, yo no hice nada!!!-se quejaba Miguel a viva voz, turbado. Yo no entendía nada, e intentaba averiguar de que venía la cosa, cuando otro empleado, Santiago, agregó, riéndose: - Bien que antes de saber te gustaba!!!.-
Igual, nada. No entendía nada de nada, y justo cuando Luciano estaba por explicar, me llamó mi jefe. Tuve que volverme a preparar una facturación y unos depósitos para el banco, y me perdí las últimas palabras entre ellos. Me fui al banco y no volví al otro dia.
A la mañana siguiente, cuando vuelvo al trabajo, el jefe me dice: -Alejandro, hubo un problema con la tarjeta de una venta de ayer. Llamó Luisina y le dijeron que no se pueden llegar. Quiero esto resuelto hoy, así que hoy, después del banco, vayas de esta clienta y le cobres.
Me dio la factura y la dirección, que quedaba en Alberdi. Le dije que no iba a poder ir al banco, a cobrar y después volver, pero como era mucha guita (un parabrisas importado, muy caro), me dijo que volviera mañana directamente. Antes de ir al banco, entonces, me llevé el talorario de recibos como para ir de la clienta. Luisina se rio un poco, pero no me di cuenta el porqué.
Al salir del banco me fui hasta la dirección. Era pasando Alberdi, casi Rondeau. Llegué y toqué timbre.
No me esperaba que una diosa rubia despampanante me abriera la puerta, y me quedé helado y mudo.
-Que pasa? Que necesitás?-me pregunta una voz algo ronca que me recontra calentó. Sólo pude tartamudear:-Ehh, ve...vengo de Parabrisas Estanislao. Por la factura. Usted es Sofía Garzón?-pude terminar de decir, carraspeando.
La mujer me miró un rato largo, de arriba abajo (creo que notó mi inminente erección) antes de decirme: - Si. Dale, pasá.
Entré a la casa detrás de ella, mirando sus curvas abundantes moverse bajo un vestido blanco muy pero muy ajustado.
-No vas a cerrar la puerta?-me dice, sin darse vuelta. Yo, atontado por la visión, la cerré farfullando un "Si, si...".
A continuación, caminé detrás de ella no muy seguro de dónde iba, pero segurísimo de que quería ir detrás de ella y admirar esas hermosas curvas. Tenía unas piernas muy torneadas y algo musculosas, al igual que los brazos desnudos, que se veían bien formados y con buena musculatura, no llegando a ser excesiva, si algo mas que la mujer media, casi como una atleta. Eso sumado al pelo platinado largo, su altura y a la forma de caminar me producía una atracción casi magnética.
Sumido en mi visión, casi me choco cuando ella paró de golpe. Me frené de golpe, muy avergonzado, y humillado, cuando ella se dió media vuelta dándose cuenta de mi reacción. Sonrió un poco, aunque me miró sobradoramente, como habiendo leído mis pensamientos eróticos en esos momentos.
-Bueno, contame, que pasa con esa factura?- Me larga de golpe. Yo tardé un poco en reaccionar, pero finalmente le pude decir.-No, pasa que hubo un problema con la tarjeta. No pasó la venta.- le contesté, y le mostré los papeles que traía. Los tomó de mis manos, los miró (mientras yo disimulado la miraba a ella), y me dice al cabo de unos momentos: -Llamo a mi socia y le consulto.
-Si, como no.-le contesto. Ella se aparta, toma el teléfono, marca un número, escucho que atienden, y habla rápido y despacio, así que no pude escuchar lo que decían, pero terminó con un: -Si, dale, te espero.
Cuelga el teléfono, se da vuelta (me sorprende de nuevo mirándola), y me explica: -Mi socia me dice que ya había hablado con el banco. En una hora u hora y media me va a traer el efectivo. Podés esperar?-me pregunta subsiguientemente. Yo dudé, pero de golpe la tengo al lado mío, sin darme cuenta, y me dice: -Haceme compañía. Querés tomar algo? Coca, whisky, vodka?-y sin esperar a que le responda (quizás la respuesta estaba ya en mi cara y en mi respiración acelerada), se acerca a un bar.
-Ehh...vodka.-le dije, para hacerme el macho. Hacía una banda que no tomaba nada alcohólico, pero no quería pedirle una coca y quedar como un boludo.
Sirvió dos vasos de vodka, que lo sacó de un frigobar. Bien helado, corrio por mi garganta como fuego. Me mostró con un gesto los sillones del lugar, y me invitó a sentar en uno. Opté por el más grande, y casi tiro el vaso cuando ella se sienta al lado mío.
-Tranqui.-me dice.-No muerdo...a menos que lo pidan.-me dijo, y se rió un poco cuando casi me atraganto con el sorbo que le dí al vodka para ocultar mi verguenza (y calentura).
-Hace mucho trabajás en ese lugar?-me preguntá, mirádome fija con esos ojos azules grandes. Yo de pedo podía apartar la vista de sus tetas, pero hice un esfuerzo. -Ehh...no, bueno, mas o menos, un año ya.-le dije. Yo tengo novia, pero esta mina me podía mal. No sabía que decirle para levantármela. Me di cuenta enseguida que estaba fuera de mi nivel, pero quería al menos intentarlo.
-Ahh, mirá vos.-me responde, sorbiendo un poco mas de vodka.-No vas a tener problemas por esperar este rato?-me pregunta de nuevo.
-No,-le contesto,-ya terminé mi horario.-Ahh, que bien. Entonces hasta mañana no te esperan?-me preguntó con voz de terciopelo negro. La pija me pegó un salto.
-No, por?-pregunté sin poder evitarlo, como un boludo.
-Porque me dejó plantada un amigo hoy, y estoy algo solita.-me dice, recorriendo mi brazo con una uña larga y pintada de sus manos. -Pensás que podremos entretenernos un rato?-me dice mirándome a los ojos, y moviendo su mano suavemente hacia mi pecho.
No aguanté mas, y prácticamente me tiré encima de ella, buscando sus labios con los míos. Nos enzarzamos en un beso de lengua profundo, húmedo y muy caliente. Acaricié su espalda desnuda, mientras ella me agarraba fuerte de la nuca y seguía besándome con pasión.
-Vamos a la pieza, papi.-Me dice con voz ronca, y yo sólo alcancé a afirmar, afiebrado por la calentura.
Prácticamente me llevó tirandome de la mano, porque tenía patas largas y sus trancos eran enormes. Subimos la escalera a los tumbos (yo), y entramos en una habitación toda blanca y rosa, con una cama enorme y espejos en el techo y paredes. Me llamó un poco la atención, pero la calentura pudo mas, y me lancé de nuevo sobre ella, aunque ella me devolvió el empujón que casi le doy y me tiró contra la cama, boca arriba. A continuación, se sacó el vestido. No lo podía creer. Unas tetas hermosas, no demasiado grandes pero perfectas. Todo el cuerpo muy bien trabajado, mucho gimnasio se notaba. Tenía ropa interior blanca, un culotte creo que se dice y sin corpiño. Se movió encima mío como una leona buscando presa, y después de besarme fuertemente, bajó y me soltó el cinto, y me bajó los pantalones. Mi pija salió para arriba de golpe, dura como piedra, y ella se la puso en la boca toda. No es muy grande, pero mi novia se metía la mitad y nada mas. Ella se la tragó toda con un "mmmm" que me mató. Estaba en el quinto cielo. Me la chupó un rato, y yo acabé al toque. Quise apartarla, pero me miró mientras le acababa dentro con fuertes gritos.
Subió entonces hasta mi boca, y me volvió a dar un beso caliente y, esta vez, con mi propio semen. De la calentura que tenía aún, lo saborée junto con su lengua.
-Perdón...-atiné a decirle, por haber acabado tan rápido.
-No pasa nada, papi, hay tiempo. vení besame toda.-me dijo, poniendose ella acostada boca arriba en la cama. No lo dudé. Comencé a besarle las tetas, pero me frenó cuando quise ir mas abajo.-Despacito,-me dice,-tené paciencia. Besame el cuello, besame toda.-me dijo al oído, mientras me pasaba la lengua por la oreja. Yo enseguida le hice caso, y empecé a calentarme mas y mas. Pasí besándola por todo el cuello, los brazos, las orejas. Bajé de golpe a los pies, le besé los dedos, se los chupé, le besé las piernas, pero cuando me quise ir a la conchita que me imaginaba húmeda y depiladita, mi agarró fuerte de los pelos y me subió de nuevo a sus tetas:-Chupalas.-me dijo, como una orden, y eso me enferveció. Me metió dos dedos en la boca, y yo los chupaba como poseído, y cuando los sacaba me iba donde ella me marcaba.
De golpe, me dió la espalda y se sacó la ropa interior. Rápidamente me fui a ese culo hermoso que me mostraba, y empecé a chupárselo como loco.
En un momento, me dijo: -Espera, me quiero dar vuelta.-Me levanté un poco para dejarle lugar, y se dió vuelta. Yo estaba a escasos centímetros de su culo, asi que cuando se dio vuelta, algo me golpeó fuertemente. No entendía que había pasado, cuando ella me tomó de los pelos nuevamente, y me acercó a su entrepierna.
-Chupame la concha.-me dice, pero lo que estaba enfrente mío no era una concha: era un pijón de por lo menos 24 centímetros, duro y algo baboso, medio curvado. No se si era la calentura o el pensar en sus dedos en mi boca, pero ni lo pensé: me tiré sobre la pija como poseso. Al principio casi me atraganto, pero ella con voz suave me guiaba:-Pasale la langua por la cabecita, mi rey. Ahora por el tronco, así, despacio.
Estuve un buen rato chupándosela lentamente. Me encantaba el olor, medio afrutado, de algún perfume femenino que tenía. Le pasaba la lengua despacio, y después intentaba metérmela entera, pero no lo lograba ni de lejos. Ella se acomodó mejor, y se puso debajo mío, y empezó a jugar con su lengua en mi entrepierna, pasandomela entre mis bolas y mi agujero. Me hacía ver las estrellas del placer, y cuando finalmente (medio ya me lo esperaba) me metio un dedo, casi acabo de nuevo. La verga se me puso dura inmediatamente.
Al cabo de un rato largo de dedearme, primero con un dedos, despues con dos y finalmente tres, me untó con un gel fresco el culo (me dió escalofríos), y levantó mi cara de su pija hermosa y enorme, mientras me daba un forro.- Ponémelo.-me dijo, con su voz grave y acariciante. Ni lo dudé, lo abrí e intenté hacerlo con la boca, pero al no poder, lo puse con las manos y listo. Me quedé quieto un momento, contemplando ese espectáculo: un hembrón, con una pija enorme.-Y ahora?-le pregunté al final.
-Ahora te hago mío, mi rey. Ponete en cuatrito, que la vas a sentir bien adentro.-y yo no dudé en obedecerla, ya que además de estar caliente, vi con otros ojos esos brazos y piernas musculados: si quería, igual hacía lo que quería conmigo. Me puse en cuatro como quería, y ella me puso dos almohadas debajo mío.
Empezó a pasar la cabeza de la pija por la entrada de mi culo, despacio y acariciante, mientras me mandaba mas gel. Estuvo un rato largo, desesperante: al final, yo me movía sólo para atrás intentando que entre.
-Que apurado!-se ríe, y me dice: -Ya la vas a tener todita adentro, vas a ver.-y dicho esto, comienza a meterme la cabeza. Sorprendentemente, no me dolió tanto: no se si el gel tendría algún anestésico, o si sólo el haber jugado tanto rato con sus dedos ya me había abierto lo suficiente. Lo cierto es que sólo sentí una molestia, mientras ella lenta, muy lentamente, me iba metiendo la pija adentro. Centímetro a centímetro, creo que estuvimos como quince minutos así, despacio, mientras alternaba metérmela un poco con quedarse quieta. Al final, cuando se paró, gemí y le dije: -Seguí, seguí!-, casi desesperado.
-Papito, la tenés toda adentro.-me dijo, casi sorprendida. Abrí los ojos (los tenía cerrados para gozar aún mas), y me di cuenta que era cierto: la veía por un espejo bien pegada a mi. Mandé mi mano hacia atrás, y pude tocar esa pija grande saliendo de mi culo.
-Que esperás? -le dije.-Cogéme!
Eso la calentó me parece. Empezó de a poco, de manera lenta pero fuerte, a sacarla y meterla de golpe, no brutalemente, pero si con firmeza. A cada embestida, un poco de dolor sentía, pero era mas la calentura. Yo temblaba todo, pero ni en pedo me saldría. En un momento paró, y casi la puteo, hasta que siento que se apoya toda en mi espalda, y me tira para abajo. Sus labios rozas mi oreja izquierda, y, mientras me pasa la lengua, me dice: -Ahora empieza lo lindo. Agarrate, mi rey.
Dicho esto, empezó a darme bomba con fuerza y ganas. Su pija entraba y salío de forma casi frenética. Al mirarme al espejo, vi mi cara desenfocada de placaer y esa hermosa mujer con pito arriba mío, moviendome hacia arriba y abajo en el colchón, vi sus piernas torneadas sobre las mías blancas y peludas, y me acabé en ese momento, sin llegar ni a tocarme. Ella, al poco rato acabó también, porque escuché sus gemidos, y después sentí un vacío en mis entrañas cuando salió, se sacó el forro, lo tiró a un costado, y me puso la pija en la boca, media fláccida ya, para que se la chupe. Me dió un poco de asco ya (habiendo acabado), pero ella me agarró fuerte de los pelos y me la puso igual. No me quejé demasiado, y se la dejé limpia.
Nos dejamos caer en la cama, pero enseguida quise ir al baño. Me mostró donde era, me ayudó a higienizarme bien, y después me llevó a su cama y me abrazó cuando me agarró el ataque de culpa. Me dijo que era sólo sexo, que no me definía eso, y no pude sino besarla de nuevo. Empezamos a abrazarnos y a besarnos, más suavemente ahora, y me fui al cabo de un rato a su entrepierna, a empezar a chuparsela de nuevo, cuando me di cuenta que había alguien mas mirando...
(Continuará).
4 comentarios - Mi amigo y su chica no tan...(I) (Relato gay)