Otra vez. La tela del jean de tu pantalón corto, bien ajustado marcándote esa hermosa cola que se aprieta contra mi mano. Que se franelea lentamente contra mi mano. Y después te vas de nuevo. Y yo te sigo con la vista hipnotizado por todas las cosas que se asoman entre tu sonrisa y las luces que parpadean, y la música que suena desde todos lados y me explota mientras…
Otra vez. Mis manos que te encuentran el cuello, entre el humo y la oscuridad, entre esos cientos de cuerpo alienados. La piel tibia, las venas latiendo con tu sangre. Estás de espaldas a mí y la respiración se me desarticula. La misma sensación de estar en una hamaca, en el punto alto. Mis dedos que aprietan, masajean, pero en realidad lo que hacen es probar con sus lenguas cada pedacito de tu piel que está ahí tan tierna, tan mujer fuego, y es dentro de esa vorágine insensata…
Otra vez. Entre los cuerpos que se mueven como en una prueba de resistencia, súbitamente vos y yo vivos. Tan en nuestro juego. Yo que te espero, repitiendo mi mecánica maniobra, te espero. Veo cómo llegas hasta mí, cómo te movés, tan sensualmente que otra vez, es una hamaca. El tiempo que se detiene, cierro los ojos, para ser solo mi mano, solo el pedazo de pierna que tocas con tu cuerpo. Y veo. Delante de mí bailas, y tu cadera se acerca cada vez más…
Otra vez. Mi boca se inunda de la tuya, tus besos son urgencias en este interior. Te siento desarmar, me desarmo. Lentamente, tu sexo tibio, húmedo se dilata para dejarme entrar. La música que antes era alguna explosión, sucumbe sin ninguna chance, ante tus jadeos, tus gemidos. Otra vez. Me decís, mirándome a los ojos, con tu lengua asomando entre tus labios. Otra vez. Y cada movimiento, te clava un poco más, me deja un poco más adentro de tu paisaje. Otra vez. Tus caderas se juntan a las mías, abrís la boca en un grito sordo, y yo lo copo. Y tu lengua y la mía bailan como mejor bailan nuestros cuerpos. Otra vez. Y una embestida fuerte. Mis manos acariciando la piel terciopelo de tus pezones, apretándolos despacio, sintiendo como se endurecen. Un dedo jugando en tu boca mientras voy de nuevo, tu piel quemándome, la anulación completa de eso que era, mis ojos encontrando los tuyos, sin saber que son ojos, y la hamaca que se detiene, pies contra la tierra, la música que vuelve a invadir la escena y tu sonrisa jadeante…
-¿Otra vez?
Otra vez. Mis manos que te encuentran el cuello, entre el humo y la oscuridad, entre esos cientos de cuerpo alienados. La piel tibia, las venas latiendo con tu sangre. Estás de espaldas a mí y la respiración se me desarticula. La misma sensación de estar en una hamaca, en el punto alto. Mis dedos que aprietan, masajean, pero en realidad lo que hacen es probar con sus lenguas cada pedacito de tu piel que está ahí tan tierna, tan mujer fuego, y es dentro de esa vorágine insensata…
Otra vez. Entre los cuerpos que se mueven como en una prueba de resistencia, súbitamente vos y yo vivos. Tan en nuestro juego. Yo que te espero, repitiendo mi mecánica maniobra, te espero. Veo cómo llegas hasta mí, cómo te movés, tan sensualmente que otra vez, es una hamaca. El tiempo que se detiene, cierro los ojos, para ser solo mi mano, solo el pedazo de pierna que tocas con tu cuerpo. Y veo. Delante de mí bailas, y tu cadera se acerca cada vez más…
Otra vez. Mi boca se inunda de la tuya, tus besos son urgencias en este interior. Te siento desarmar, me desarmo. Lentamente, tu sexo tibio, húmedo se dilata para dejarme entrar. La música que antes era alguna explosión, sucumbe sin ninguna chance, ante tus jadeos, tus gemidos. Otra vez. Me decís, mirándome a los ojos, con tu lengua asomando entre tus labios. Otra vez. Y cada movimiento, te clava un poco más, me deja un poco más adentro de tu paisaje. Otra vez. Tus caderas se juntan a las mías, abrís la boca en un grito sordo, y yo lo copo. Y tu lengua y la mía bailan como mejor bailan nuestros cuerpos. Otra vez. Y una embestida fuerte. Mis manos acariciando la piel terciopelo de tus pezones, apretándolos despacio, sintiendo como se endurecen. Un dedo jugando en tu boca mientras voy de nuevo, tu piel quemándome, la anulación completa de eso que era, mis ojos encontrando los tuyos, sin saber que son ojos, y la hamaca que se detiene, pies contra la tierra, la música que vuelve a invadir la escena y tu sonrisa jadeante…
-¿Otra vez?
5 comentarios - Otra vez
-¿Otra vez?"
ME ENCANTÓ!!!
Muchas gracias por compartir!!