Me invitaron a ver

Hace unos años, en mi primer perfil de Contactossex (Lucarda) mi foto de perfil era yo con una cámara de fotos tapándome el rostro y detrás estos rulos in-disimulables.

Me contacta en ese entonces una pareja de gente mayor... Bah.. .mayor.. en ese entonces yo tendría unos tiernos 25 años y ellos eran un matrimonio consolidado, ambos rondando los 50 pirulos.

Me escriben preguntándome si era fotógrafo, y por ahí se larga la charla, y nos conocimos bastante. Ellos de mi y yo de ellos. Estaban queriendo incluir a un tercero pero no estaban seguros sobre cómo querían que sea la forma y demás detalles que es resultaba muy difícil manejar.
Quedamos en conocernos por skype para vernos los rostros y charlar unos minutos... La verdad es que es bastante incómodo el momento en general pero resultó bastante ameno. Hablamos con naturalidad y creo que quedamos conformes con la expectativa que cada uno manejaba del otro.
Días mas tarde me llega un mensaje de Whatsapp diciéndome que tenían una propuesta, en todo momento me hicieron sentir cómodo y se mostraban abiertos a discutir a todo momento la calidad del encuentro.
Me proponían ir a verlos, ella había estado fantaseando todo este tiempo luego del encuentro virtual de que le gustaría que yo esté ahí observando y sacándoles fotos. Pero con la particularidad de no poder quitarme la ropa. Al toque me di cuenta que no venía por un lado punitivo ni histérico si no que era algo que a ella le excitaba, y si me ponía en su mente un rato la propuesta era tentadora y muy caliente. Casi un desafío.
Acepté, puse mis condiciones y quedamos en encontrarnos.
Aquel día esperándolos en un café estaba bastante asustado o nervioso, era mi primera vez viviendo una experiencia así...
Al rato los veo venir de la mano de enfrente, lo que me dio el tiempo para verlos. Si bien rondaban los 50 estaban muy bien, ambos tenían un look deportivo. Ella era una bomba, rubia pero largo con un flequillo recto, estatura media flaca, unas tetas grandes, redondas como su cola. Su figura era tremenda, se notaba que se cuidaba hace años... la ropa deportiva o casual me calentó al instante porque dejaba en evidencia su cuerpo, no mentía.
Al llegar charlamos un rato de trivialidades como el clima, el deporte, y otras boludeces hasta que les pregunté si habían aceptado mi condición de darme una copia de la llave de calle. De hecho, ella me dijo que ésto le había gustado aún más que la propuesta original. Les gustaba la adrenalina de sentir que alguien entraba mientras ellos cogían.
Pagamos nuestras gaseosas y nos fuimos, los acompañé hasta la puerta de su departamento que quedaba a unas cuadras y les dije que iba a entrar en más o menos diez minutos. Así fue.
Entré por la puerta de calle, subí en el ascensor que me indicaron hasta el 7mo piso, y caminé hasta el fondo del pasillo donde se veía la puerta entreabierta. Entré despacio, con el corazón a mil y la pija dura como una roca. Se escuchaba un sonido de ducha. Cerré la puerta para que noten mi presencia y no se asusten.
Dejé mi morral en el sillón del living, preparé mi cámara y me la colgué del cuello. Noté que frente al sillón había una alfombra de algodón de oveja blanca y suave que daban ganas de tirarse a dormir ahí...!
Caminé por el pasillo hasta el baño donde los vi bañándose. Ella, y sus tetas, que en un principio parecían hechas, ahora me daban la sensación de ser completamente naturales y puestas en el lugar donde van. Unos brazos fibrosos y un culo paradito y también lleno de fibra. Él equilibraba esta imagen con un garrote entre las piernas mientras pasaba su mano enjabonada desde la mitad de la espalda hasta perderse entre los cachetes del culo de su mujer.
Los dejé terminar solos y me fui al living, donde encontré al lado de donde había dejado mis cosas un chopp de cerveza artesanal helado y un abridor. Me senté a beber y esperé.
Llegaron a medio secar, ella trayéndolo de la pija a él. Se pararon frente a mi sobre la alfombra suave blanca y ella sin quitar la mirada de los ojos de su marido bajó para comerle la pija. Pocas veces vi algo TAN caliente. Lo escribo y se me vuelve a poner dura la pija. Ella le chupaba la pija intercalando miradas con él y conmigo. Cuando me miraba entrecerraba los ojos, aumentando su gesticulación supongo por la calentura que le provocaba que yo esté ahí deleitándome con ellos.
Luego cogieron de parados hasta que ella terminó apoyándose en el brazo del sillón donde estaba. Si bien la pija me explotaba, y se notaba bastante debajo del pantalón que vestía, cumplí al pié de la letra con mi pacto de no desnudarme y no participar más que mirando. Ella tenía su rostro enfrente mío, y sus hermosas tetas se agitaban en cada embestida y mientras más la veía y gesticulaba con ella, más gemía y gritaba, y acababa, intercaladamente.
Élla acabó y mientras se reponía, él se sentó al lado mío en el sillón, y ella montada a su poronga cabalgó hasta que él inevitablemente no pudo más que acabar. Qué mujer! Una bomba! Se regocijó con la acabada de su marido... a quién tenía de espaldas.
Nos vimos los tres nuevamente. Yo estaba prendido fuego! Quisiera ir al baño al menos y hacerme una buena paja, pensaba...pero no terminé mi pensamiento que, ella bajo la mirada cómplice de su marido, me dijo que me había portado muy bien. Que nunca había acabado asi y que seguramente se debía a mi presencia y a cómo la miraba. Me preguntó si me molestaba si me a chupaba, que me lo merecía! (Si me molestaba?!?!? -Pensé.) Lo ví a su marido. Hizo un gesto con las manos que habilitaron la situación. Yo todavía sentado en el sillón ella se estiró hasta mí y me bajó los pantalones. Me descubrió la pija, enorme y roja casi a punto de estallar, mi cabeza era un frutillón que decididamente probó de varias formas. Luego bajó al tronco y mientras lo lamía entero empezó a pajearme con inconfunble intención de querer hacerme acabar. Así fue, le decoré su bellísimo rostro. Al día de hoy nos recuerdo riéndonos de la situación los tres juntos.

Un beso a ustedes, si llegan a cruzarse con este relato.

Espero que les haya gustado!