Lo prometido es deuda. Viene el primer relato de famosas. Tengo que admitir que para mi fue una experiencia de lo más excitante. Espero los comentarios con ansias.
El choque de Lali Espósito
Hay veces que la suerte te guiña el ojo y cuando eso pasa la duda te invade pero si superas ese miedo y aceleras pueden pasar dos cosas: Una es que choques y la otra es que llegues a la meta. En mi caso fue la segunda.
No es casual la rustica metáfora. Mi nombre es Lisandro y me gano la vida en el taller de chapa y pintura de mi familia. Mi viejo laburaba acá con mi abuelo, luego yo con mi viejo y últimamente por su edad yo sólo. Tengo un par de pibes de empleados que banco mientras el negocio siga aguantando. No creo que me haga rico acá pero me alcanza para mantener a mi esposa y mis pibes y darme algún gustito, más no pido.
Siempre hay alguna anécdota en nuestra profesión, como accidentes insólitos o clientes infumables. Pero como la que pasó con esa tremenda petisa no creo que ocurra muy seguido.
Todo comenzó una mañana a primera hora. Recién abría y la verdad que veníamos con poco laburo así que me alegré un poco al ver que tendría un buen trabajito. Un auto de esos Cinquecento con una torta tremenda estaba parando en la puerta.
Los vidrios eran polarizados por lo que la cara del conductor era un misterio.
- Cuanto a que es una mina? - me intentó apostar Dario, uno de mis empleados
- Jaja no hay que ser adivino - le contesté bromeando
Por el modelo del vehículo era muy probable. La puerta se abrió y salió una pibita hablando por teléfono. Unos enormes anteojos cubrían la mitad de su cara pero llamaba la atención su tremenda boca. No solo boca grande sino también unos labios carnosos que invitaban a pensar lo peor.
- Si ya llegué. después te llamo - dijo hablando a toda velocidad y cortó la conversación telefónica.
- Que me dice maestro? Todavía sirve? - me dijo con un tono medio arrabalero la mocosa
- No por un tiempo pero le aseguro que se lo puedo dejar como nuevo niña - le dije al ver como venía la mano
- De que seguro la mandaron? - le pregunté al pasar mientras revisaba la magnitud de los daños.
- Emm no don, lo voy a hacer particular. Me dijeron que es discreto - me dijo para mi sorpresa. Evidentemente la piba se había mandado una buena macana. Probablemente al ser menor el seguro se lavó las manos.
- Bueno, vamos a hacer lo siguiente. Dejamelo que lo reviso y por la tarde ya te voy a tener un presupuesto de costos y mano de obra. Te parece?
- Bueno dale cuanto antes mejor - me dijo. Por la ropa supuse que el precio no sería un problema. Se veía de guita. Seguramente el auto era de los padres, pensé
Cuando la mina se iba para el lado de la avenida a parar un taxi me quedé colgado mirando como sobresalía ese culo redondito en el pantalón de jean. Estaba buena la pendeja aparte era re simpática.
- Che Lisandro ahora te dedicas a las famosas? - me chicaneó mi otro empleado Sebastian
Me reí pero la verdad no entendí. Creí que lo decía por la pinta de estrella de la piba
Hicimos en laburo y entre una cosa y la otra salían comentarios de lo buena que estaba.
- Habría que averiguar si tiene más de 18 capaz que quedamos re verdes - les dije a mis empleados y ambos se empezaron a reír a carcajadas.
- Viste? te dije que no la había reconocido - dijo Sebastan
- No se dio cuenta quien es esa mina? - me indagó Dario
- No la verdad que no - les dije un poco avergonzado
- Es Lali Esposito! - me dijeron los dos
- Me están hablando en chino básico - les respondí.
Dario agarró su celular y me empezó a mostrar fotos de la mina. Una más caliente que la otra. Combo completo canta, baila y actúa. Aparentemente era el único que no la conocía. Por la camperita que traía no me había percatado de las ricas tetas que escondía. Era un verdadero camión. No mediría mucho más de metro y medio pero era un infierno la mina y para mi tranquilidad ya tenía unos veintitantos por lo que el fantasma de sentirme un degenerado desapareció por completo. Tengo que reconocer que viendo las fotos hasta se me paró, No podía creer que había estado hablando con tremenda hembra deseada por millones.
No pude dejar de pensar en esa pequeña morocha en todo el día. Como veníamos más que tranquilos me encerré la oficinita del fondo y me puse a buscar más sobre ella en internet. Estaba apunto de hacerme una paja mirándola pero me acordé de la cámara de seguridad. En vez de eso sali a fumar un pucho y despejar la mente.
Ya estaba atardeciendo y cuando un taxi frenó y vi a Lali pagando el viaje.
Me sentía un poco cholulo y un poco calentón. El corazón me latía como un caballo galopando al verla de nuevo.
Era difícil relacionar esos modales tan confianzudos con los de una estrella.
Lo que era seguro era una cosa, ahora que la veía no podía evitar pensar en las sensuales fotos que había visto en mi pc.
Encima la pendeja se había aparecido mucho más perra que la vez anterior. Tenía una remera blanca que ahora si marcaba a la perfección la redondes de esas tetas grandes y firmes. Por si eso no bastara para endurecerme la pija le sumó un short de jean que era un crimen, de esos que se ven los bolsillos. Las piernas al desnudo y ese riquisimo culo bien apretado para mi deleite
Tenía unos enormes zapatos de plataforma que no engañaban a nadie pero que hacían que ese culo se luzca más.
- Como va don? - Me dijo con la misma naturalidad que a la mañana.
- Pasa que te doy el reporte - le dije ansioso por quedarme a solas en la oficina con ella.
La mina entró y se robó todas las miradas. Cuando le pasé el presupuesto y le expliqué el laburo que había que hacer en el auto se puso nerviosa y comenzó a morderse los labios, era algo lindo de ver. Yo en mi cabeza fantaseaba con sacar la pija y meterla en esa boca. Nunca me había calentado tanto una mina.
- Bueno para cuando tendrán el auto? - me cortó parándose de golpe
- Calcula no menos de la semana que viene - le dije tratando de desviar la mirada
- No podrá ser antes? - me dijo clavándome una miradita bastante gatuna y apretando sus brazos para hacer que esos hermosos pechos sobresalgan aún más
- Pasa el viernes - le dije al acto como me hubiera hipnotizado.
- Gracias emmm -
- Lisandro me llamo - le dije
- Gracias Lisandro, yo Mariana pero me podes decir Lali - me dijo dándome un beso en la mejilla
La acompañé hasta la puerta y al volver a entrar con la marca roja en el cachete mis dos empleados me miraron con gesto cómplice pero no dijeron nada
Esa noche cuando volví a casa llegué tan caliente que apenas me meti a la cama la agarré a mi mujer y la empecé a comer a besos. No me importaba si se daba cuenta de algo y al parecer a ella tampoco le importaban mis motivos. Hacía rato que no había acción en ese cuarto.
Supongo que era tal mi calentura que mi cerebro comenzó a jugar conmigo. En medio de los besos cerré los ojos y al separarme para sacarme la camiseta miré de nuevo y en vez de mi jermu vi a la hermosa Lali acostada y despeinada sobre la cama. La pija se me quería salir del pantalón. Me abalancé sobre ella. La besaba con toda la lengua la manoseaba completa y sentía sus gemidos que me volvían loco.
A los tirones le saqué la ropa y sin mucha delicadeza la penetré con las ganas que acumulaba. Gritó un poco pero se contuvo y eso no hizo más que calentarme más. Me abrazó y me gemía en el oído. Yo estaba tan caliente que no me medí y aceleré mis embestidas en esa concha mojada como una cascada. En la vida había tenido un polvo tan rico y eso hizo que la acabada no demorara en llegar. Apenas le vacié una buena descarga de leche cerré los ojos nuevamente en pleno goce del orgasmo y así como estaba caí rendido en la cama mirando al techo.
- Eso fue sensacional gordo - me sacó de mi trance la voz de mi esposa. Me di vuelta y la encontré toda despeinada y agitada en su almohada. No me importó que fuera una fantasía. El solo hecho de saber que en pocos días vería nuevamente a la verdadera Lali hizo que mi sonrisa sea inmutable. Así me dormí con ese entusiasmo latente
- Vos sos sensacional - le dije pensando más en la pendeja que en mi esposa
Al día siguiente mientras merendaba con mis pibes medio dormidos y con mi mujer que tenía una sonrisa de oreja a oreja por la noche anterior, una noticia en la tele llamó mi atención. El informe era sobre un accidente de transito. Al parecer un auto había doblado a toda velocidad embistiendo otro vehículo que estaba estacionado y lo había dejado colgado de un cantero. Informe pintoresco si los hay. Hasta ahí era una noticia más pero lo que me llamó la atención fue la declaración del único testigo, un vendedor de un puesto de diarios.
Describió el auto como chico, blanco y de vidrios polarizados que circulaba zigzagueando por lo que concluía que el conductor que se dio a la fuga seguramente estaba alcoholizado.
Podía ser una coincidencia. La descripción no era muy exhaustiva.
Lo que terminó de convencerme fue que tras un par de notas apareció una chica hablando de espectáculos y mostraban una entrega de premios. Ahí la vi. Lali nuevamente. Pasaban varias fotos con otros famosos y en todas había una copa de champaña en su mano y reía demasiado. Todo encajaba como las piezas de un rompecabezas
Pasé todo el día maquinandome con eso. Busque las fotos del accidente en el diario y el angulo encajaba perfecto con los daños del auto de ella al igual que las marcas de pintura que coincidían con las del otro auto. Solo había una forma de averiguarlo de manera fehaciente. La tenía que encarar al día siguiente y su reacción me iba a dar la respuesta. No podía consultarlo con los otros dos o podían arruinarlo todo.
Finalmente el viernes llegó. Esperaba ansioso. Mi expectativa acabó cuando escuché su voz que retumbaba desde el lado de la entrada.
- Busco a Lisandro, esta? - le decía a uno de mis empleados
Yo salí disparado del fondo y me la encontré mas perra que nunca.
Traía esos zapatos muy altos como siempre pero ahora con una calza negra, un poco brillante de esas que tienen cortadas las rodillas. Era como si la tuviera pintada en la piel. encima arriba traía una remera gris bastante corta que enseñaba esa panza lisa y parte de su espalda. El toque de gracia eran los labios pintados de un rojo que invitaba al deseo. Parecía que cada vez venía más sensual.
- Me buscaba señorita? - dije mientras me secaba el sudor de las manos en mi overol
Una sonrisa se le dibujó en esa hermosa boca y mientras la llevaba a ver el auto mis empleados le hicieron una radiografía completa de arriba a abajo. Cuando le mostré como había quedado el auto no salía de su asombro,
- Son unos genios! Está perfecto! - decía mientras se agachaba y lo revisaba por todos lados. Ese culo en pompa casi me convence de quedarme callado pero no podía con la duda. Tenía que saber
- Me enteré que ganaste un premio hace poco. Felicidades - le dije para sacar conversación
- Gracias! - me dijo pero su sonrisa cambió drásticamete. Al parecer estaba bien encaminado
- La próxima no manejes si vas a tomar tanto - le dije por lo bajo. Su sonrisa desapareció por completo y abrió los ojos muy grandes. La había descubierto ya estaba seguro.
- Me sacaste la ficha. Supongo que si sabes quien soy el tema pasa por la plata. El presupuesto va a aumentar ahora? - me dijo ya en plan de negociadora.
Al darme cuenta que tenía la ventaja me animé a avanzar.
- Bueno no todo es plata en la vida - le sugerí a ver si picaba
- Tengo una imagen pública que mantener, seguramente me vas ayudar, no? - me dijo pasándose un dedo por la boca y chupándolo de una forma muy sugerente. Me puse rojo como un tomate
- Pasa por acá - le dije entusiasmado y la metí a la oficina dándole una vuelta a la llave. Apenas entramos tomo el cierre de mi overol y lo bajó haciéndome esa mirada seductora con la que me convenció de reparar el auto en tiempo récord.
La agarré del pelo y agachándome un poco le comí la boca de un beso. La minita enseguida se prendió mandando su lengua a mi boca. Esa boca era mejor de lo que imaginaba. Mis fantasías no daban crédito de lo que hacía esa boquita.
Ya en el juego me animé y le agarré las tetas. Se sonrió como quien obtiene lo que quiere y me siguió besando. Era buena la pendeja para tenerme caliente. Sentí su mano meterse dentro del overol en busca de mi pija y no tardó en encontrarla. Sentir esa pequeña mano que me pajeaba lentamente era demasiado la empujé de los hombros hacia abajo. Mientras la muy trola sacaba mi inflamada verga yo dejé caer al piso el overol.
Senti esos carnosos labios rozando mi pija y me calenté mal
- Dale putita chupala toda - le supliqué
Se la metió casi entera de una haciéndome gemir como si el orgasmo hubiera llegado.
La mina empezó a cabecear rápidamente. Sentía como se la iba tragando un poco más cada vez. Esa dulce boca recorría mi pija de punta a punta. La sacó y comenzó a pasarle la lengua mientras me miraba con esos ojos de gata
- Te gusta? - me preguntó como buena puta
- Si! no sabes las ganas que te tengo pendeja! - le dije y agarré su nuca ahogándola de pija. Se la mande una y otra vez hasta la garganta mientras esos ojos se mantenían fijos en los mios. Disfruté cada momento de esa espectacular mamada.
La puta realmente sabia como chuparla. Su lengua hacía maravillas cada vez que podía. Jugaba con la cabeza de mi verga como si fuera un chupetin y yo deliraba sintiéndola.
Evidentemente la petisa quería hacerme acabar lo antes posible pero yo tenía otros planes. No sabía si algo así se me volvería a dar en la vida. La levanté de los hombros y al ver esa trompa brillante de tanto chuparmela no lo podía creer. La puse de espaldas contra el viejo escritorio y le bajé esa apretada calza. Ese culo era la gloria. Firme, redondo, parado era todo lo que uno podía querer. Tenía una tanga negra con una tirita que se perdía en esa deliciosa cola.
La apreté de las nalgas y metí toda la cara entre ellas. Instantáneamente empecé a sentir esa voz de nena gimiendo como toda una yegua. Le mandaba lengua como loco, esa conchita era una cosa de otro mundo. Apretaba sus suaves nalgas mientras saboreaba esa rica y húmeda concha veinteañera. Embalado por la situación comencé a meter un dedo haciendo que suelte un profundo gemido que me erizó la piel.
- Te gustan estas manos ásperas? Esto no lo encontras en esos pendejos famosos que te cogen a vos - le dije ya re caliente mientras le colaba dos dedos
No me contestó pero apenas los saque me los chupo como si fueran una pija y me miro con esa cara de putita.
Me paré y acomodé mi pija entre los labios mojados y calientes de esa concha apretada. Ella me miró por arriba de su hombro mordiéndose el labio inferior de su boca mientras esperaba que se la meta hasta el fondo. No la hice esperar. me agarre de esa hermosa cintura y se la mandé toda. Gritó un poco. Supongo que no esperaba que fuera tan brusco al principio pero eso no me detuvo ni me calmó todo lo contrario la empecé a bombear con todo. Fuerza y velocidad a lo bestia. No me medía con esa mina. La morocha se sacudía toda. Gemía y gritaba agitada por mis embestidas.
Esa concha era una gloria. Caliente y ajustada me hacía gozar como nunca. Y ver ese cuerpito me ponía al borde del orgasmo. La agarré de las tetas y me la pegué a mi. A los tironeos la terminé de desnudar mientras se la seguía metiendo y sentía esas hermosas nalgas sonando como chirlos contra mi cuerpo. No podía soltarle las gomas. Eran impresionantes bien duritas en los pezones y demasiado grandes para ese cuerpo tan chico.
Ella se daba vuelta y buscaba mi boca con esos labios de fuego y esa lengua tan caliente. Estaba cogiéndola, besándola y manoseándola a esa pendeja que parecía intocable en la tele y las revistas, yo que soy un simple laburante. Me calentó mucho eso pero mas me calentaba el lomo de la mina y esa voz de nena gimiendo por mi. Ese cuerpito increíble bañado en sudor era una pintura erótica para mis ojos
La di vuelta apretando esas tetotas a mi pecho. La acosté en el escritorio y me le tiré encima. La penetré con todo buscando acabar y la muy perra me clavaba las uñas en la espalda. Me cruzó las piernas a la cintura y se me prendió como una garrapata. Estaba tan caliente como yo la turra. Pensé que las patas del viejo mueble se iban a quebrar por la violencia de los movimientos así que me paré con la pendeja agarrada. DI unos pasos hasta la pared y le empecé a dar ahí mientras agarraba ese culito con las dos manos..
- Sos una puta muy viciosa nena - le decía agitado y al borde del orgasmo
- Y vos un animal - me dijo la trola entre jadeos como para provocarme más
La bajé y me acosté de nuevo en el escritorio boca arriba la agarré del pelo y se la metí en la boca de nuevamente, hasta la garganta como le gusta. La veía en bolas con la cola para arriba brillante por el sudor chupándome la pija y luchaba para que ese placer durara más pero la calentura fue mas fuerte. Me miró con esos ojos de gata y un estallido de leche se liberó en esa boca haciendo que la apriete más producto de los espasmos de placer, Seguí así hasta que largué todo y ante los intentos inútiles que hizo la morocha por zafarse.
Cuando la solté se enderezó y una cantidad de leche salió chorreando entre sus labios dándome una imagen de trola reventada que no me voy a olvidar nunca más
- Bueno putita ahora vas a aprender a manejar con cuidado - le dije mientras me vestía rápido
- Sos un hijo de puta como aprovechaste - me acusó entre risas mientras se ponía el corpiño. Se juntó un hilo de semen que colgaba de su pera, se lo apoyó en a la lengua con la punta del dedo y me miró mientras lo lamía como dándome un último show.
Se terminó de vestir y salió hecha una diva como siempre. Agradecido como estaba por el salvaje polvo le saqué el auto hasta la vereda mientras los dos cholulos de mis empleados le pedían unas fotos con el celular
Me prendí un puchito mientras la esperaba y me quedé pensando. Era la primera vez que estaba con una mina que no fuera mi esposa desde que me casé pero no sentía culpa algúna. Apagué el pucho y entré. Debió haberme llamado la atención la demora pero en cuanto pasé la puerta entendí su tardanza. Los gemidos colmaban el ambiente. Al parecer no era el único que se quería divertir esa yegua. La tenían con la calza baja hasta el final de la cola. Dario la estaba cogiendo como un bestia mientras Sebastian la tenía del pelo ahogándola de pija. No podía creer lo que veía. Los dos tenían unas caras de placer incomparables con esa gatita en acción.
Me miró de reojo esperando mi reacción pero yo me quedé con los brazos cruzados viendo la escena. Era algo demasiado bueno como para interrumpir y la verdad no parecía obligada.
Mis empleados lo notaron también.
- Es re puta esta flaca! - Exclamó Dario
- Y la chupa como los dioses! siguió Seba
- A ver chupamela a mi - le pidió Dario a la actriz que se había convertido en un sumiso juguete.
Apenas juntando aire después de estar ahogada con la pija de mi otro empleado se tragó la nueva verga con maestría. Era una delicia ver a esa trola en acción. Esa piel delicada y cuidada contrastaba con el ambiente hostil del taller.
A esa altura ya tenia la pija durisima así que me empecé a pajear viéndola
Estaba arrodillada y alternaba entre las pijas de los dos pibes. Los dos le manoseaban las tetas que habían desnudado ya. Esas tetas blancas y suaves con los rosados pezones duros eran muy excitantes. Los labios carnosos chupando sin parar me hicieron pararme acercarme lentamente y unirme. Estaba muy ocupada mamando como toda una petera así que me agaché un poco y le chupé una de esas dulces tetas.
Apenas me notó me sonrió y en cuanto me puse de pie se tragó mi pija nuevamente. Otra vez sentí esas mamadas gloriosas que sabe dar. Verla totalmente prostituida entre tres chapistas como nosotros en el suelo mugroso de nuestro lugar de trabajo nos calentaba mal. Cada vez que cambiaba de pija los empujones en su nuca hacían que se ahogue y sus arcadas calentaban a todos.
Sebastian se acostó en el piso mientras Lali se sacaba la calza. La ayudé a acomodarse sobre él y vi como la pija de mi empleado se perdía en esa conchita sabrosa. El movimiento de su cadera no tardó en arrancar como un baile erótico. Se meneaba lentamente y Seba gozaba con los ojos cerrados.
- Yo sabía que eras muy puta pero no pensé que tanto - le dijo Darío mientras la tomaba de la cabeza con las dos manos y prácticamente la cogía por la boca metiendole la pija hasta la garganta una y otra vez. Lali respondió con sonidos lascivos como si quisiera decir algo con la boca llena.
Por mi parte yo miraba toda la escena. Me había quedado momentáneamente afuera hasta que vi a Seba que cuando agarraba su cola le colaba un dedo en el anito. "Es tu momento!" me dije. Me puse detrás de ella y coloqué mi pija en el borde de ese hermoso culito. Noté que se puso un poco nerviosa y hacía fuerza para que Dario liberara su boca pero mi buen empleado no lo hizo.
Empecé a entrar lentamente en ese fabuloso culo y ella gritó lo más fuerte que pudo pero la pija que ocupaba su boca no le permitió mucho más. Era muy estrecho pero con cuidado logré meterme cada vez más adentro y lentamente comenzar a moverme. No tengo dudas en que es la mejor cola que hice en mi vida. No tengo palabras que expresen el placer de ese momento
Ver a ese caramelito penetrada por todos los lugares posibles era un orgasmo para la vista. Empecé a acelerar a medida que ese culo se dilataba y cedía ante mi pija. Me emocioné con sus gemidos y sus gritos. Mi cuerpo se entonó con ellos y cuando quise darme cuanta la estaba culeando de forma salvaje. Los otros dos no se quedaban atrás y la sacudían con la misma fuerza. En ese momento de brutal garche vi como apretaba los dedos de los pies y unos segundos después en medio de un profundo gemido estalló en un orgasmo delicioso para todos.
Cayó rendida sobre Sebastian como si las piernas se le hubieran vencido. La imagen de la piba rendida y empapada fue mucho para los tres. La pusimos de rodillas y nos empezamos a pajear mientras ella pasaba su lengua por la punta de cada pija. El resultado no podía ser otro. Enseguida empezó a recibir una lluvia de leche de todos lados. Cerraba los ojos y abría la boca como buscando el espeso semen con su lengua y juro que esa pornográfica imagen se me grabó a fuego. La espectacular morocha nos dio un último regalo. Limpió con esa trompa divina las tres pijas y se fue con la ropa en la mano al baño a lavarse.
- Perdón Lisandro pero te vimos cogiéndote a esa bestia y no pudimos contenernos - me confesó Dario con una sonrisa de satisfacción plena
- Apenas la apoyamos un poco y aflojó - me detalló Sebastian con la misma alegría
- Es irresistible que va a ser - les dije yo. Que les iba a decir habíamos cumplido el sueño de muchos hombres y lo mejor es que fue ella la que vino a nosotros.
Al cabo de unos minutos salió nuevamente echa una estrella, maquillada como cuando recién llegó peinada e impecable.
- Chau chicos! Gracias por todo! Me voy a grabar - nos dijo tirándonos un beso de lejos.
En ese momento recordé la cámara de seguridad. Había estado encendida todo el tiempo. No lo podía creer. Ahora Lali tenía su propio video prohibido y si no quería ser la comidilla de todos los programas de la tarde iba a tener que volver.
Acá la vamos a esperar para darle una cálida bienvenida de sus nuevos admiradores
El choque de Lali Espósito
Hay veces que la suerte te guiña el ojo y cuando eso pasa la duda te invade pero si superas ese miedo y aceleras pueden pasar dos cosas: Una es que choques y la otra es que llegues a la meta. En mi caso fue la segunda.
No es casual la rustica metáfora. Mi nombre es Lisandro y me gano la vida en el taller de chapa y pintura de mi familia. Mi viejo laburaba acá con mi abuelo, luego yo con mi viejo y últimamente por su edad yo sólo. Tengo un par de pibes de empleados que banco mientras el negocio siga aguantando. No creo que me haga rico acá pero me alcanza para mantener a mi esposa y mis pibes y darme algún gustito, más no pido.
Siempre hay alguna anécdota en nuestra profesión, como accidentes insólitos o clientes infumables. Pero como la que pasó con esa tremenda petisa no creo que ocurra muy seguido.
Todo comenzó una mañana a primera hora. Recién abría y la verdad que veníamos con poco laburo así que me alegré un poco al ver que tendría un buen trabajito. Un auto de esos Cinquecento con una torta tremenda estaba parando en la puerta.
Los vidrios eran polarizados por lo que la cara del conductor era un misterio.
- Cuanto a que es una mina? - me intentó apostar Dario, uno de mis empleados
- Jaja no hay que ser adivino - le contesté bromeando
Por el modelo del vehículo era muy probable. La puerta se abrió y salió una pibita hablando por teléfono. Unos enormes anteojos cubrían la mitad de su cara pero llamaba la atención su tremenda boca. No solo boca grande sino también unos labios carnosos que invitaban a pensar lo peor.
- Si ya llegué. después te llamo - dijo hablando a toda velocidad y cortó la conversación telefónica.
- Que me dice maestro? Todavía sirve? - me dijo con un tono medio arrabalero la mocosa
- No por un tiempo pero le aseguro que se lo puedo dejar como nuevo niña - le dije al ver como venía la mano
- De que seguro la mandaron? - le pregunté al pasar mientras revisaba la magnitud de los daños.
- Emm no don, lo voy a hacer particular. Me dijeron que es discreto - me dijo para mi sorpresa. Evidentemente la piba se había mandado una buena macana. Probablemente al ser menor el seguro se lavó las manos.
- Bueno, vamos a hacer lo siguiente. Dejamelo que lo reviso y por la tarde ya te voy a tener un presupuesto de costos y mano de obra. Te parece?
- Bueno dale cuanto antes mejor - me dijo. Por la ropa supuse que el precio no sería un problema. Se veía de guita. Seguramente el auto era de los padres, pensé
Cuando la mina se iba para el lado de la avenida a parar un taxi me quedé colgado mirando como sobresalía ese culo redondito en el pantalón de jean. Estaba buena la pendeja aparte era re simpática.
- Che Lisandro ahora te dedicas a las famosas? - me chicaneó mi otro empleado Sebastian
Me reí pero la verdad no entendí. Creí que lo decía por la pinta de estrella de la piba
Hicimos en laburo y entre una cosa y la otra salían comentarios de lo buena que estaba.
- Habría que averiguar si tiene más de 18 capaz que quedamos re verdes - les dije a mis empleados y ambos se empezaron a reír a carcajadas.
- Viste? te dije que no la había reconocido - dijo Sebastan
- No se dio cuenta quien es esa mina? - me indagó Dario
- No la verdad que no - les dije un poco avergonzado
- Es Lali Esposito! - me dijeron los dos
- Me están hablando en chino básico - les respondí.
Dario agarró su celular y me empezó a mostrar fotos de la mina. Una más caliente que la otra. Combo completo canta, baila y actúa. Aparentemente era el único que no la conocía. Por la camperita que traía no me había percatado de las ricas tetas que escondía. Era un verdadero camión. No mediría mucho más de metro y medio pero era un infierno la mina y para mi tranquilidad ya tenía unos veintitantos por lo que el fantasma de sentirme un degenerado desapareció por completo. Tengo que reconocer que viendo las fotos hasta se me paró, No podía creer que había estado hablando con tremenda hembra deseada por millones.
No pude dejar de pensar en esa pequeña morocha en todo el día. Como veníamos más que tranquilos me encerré la oficinita del fondo y me puse a buscar más sobre ella en internet. Estaba apunto de hacerme una paja mirándola pero me acordé de la cámara de seguridad. En vez de eso sali a fumar un pucho y despejar la mente.
Ya estaba atardeciendo y cuando un taxi frenó y vi a Lali pagando el viaje.
Me sentía un poco cholulo y un poco calentón. El corazón me latía como un caballo galopando al verla de nuevo.
Era difícil relacionar esos modales tan confianzudos con los de una estrella.
Lo que era seguro era una cosa, ahora que la veía no podía evitar pensar en las sensuales fotos que había visto en mi pc.
Encima la pendeja se había aparecido mucho más perra que la vez anterior. Tenía una remera blanca que ahora si marcaba a la perfección la redondes de esas tetas grandes y firmes. Por si eso no bastara para endurecerme la pija le sumó un short de jean que era un crimen, de esos que se ven los bolsillos. Las piernas al desnudo y ese riquisimo culo bien apretado para mi deleite
Tenía unos enormes zapatos de plataforma que no engañaban a nadie pero que hacían que ese culo se luzca más.
- Como va don? - Me dijo con la misma naturalidad que a la mañana.
- Pasa que te doy el reporte - le dije ansioso por quedarme a solas en la oficina con ella.
La mina entró y se robó todas las miradas. Cuando le pasé el presupuesto y le expliqué el laburo que había que hacer en el auto se puso nerviosa y comenzó a morderse los labios, era algo lindo de ver. Yo en mi cabeza fantaseaba con sacar la pija y meterla en esa boca. Nunca me había calentado tanto una mina.
- Bueno para cuando tendrán el auto? - me cortó parándose de golpe
- Calcula no menos de la semana que viene - le dije tratando de desviar la mirada
- No podrá ser antes? - me dijo clavándome una miradita bastante gatuna y apretando sus brazos para hacer que esos hermosos pechos sobresalgan aún más
- Pasa el viernes - le dije al acto como me hubiera hipnotizado.
- Gracias emmm -
- Lisandro me llamo - le dije
- Gracias Lisandro, yo Mariana pero me podes decir Lali - me dijo dándome un beso en la mejilla
La acompañé hasta la puerta y al volver a entrar con la marca roja en el cachete mis dos empleados me miraron con gesto cómplice pero no dijeron nada
Esa noche cuando volví a casa llegué tan caliente que apenas me meti a la cama la agarré a mi mujer y la empecé a comer a besos. No me importaba si se daba cuenta de algo y al parecer a ella tampoco le importaban mis motivos. Hacía rato que no había acción en ese cuarto.
Supongo que era tal mi calentura que mi cerebro comenzó a jugar conmigo. En medio de los besos cerré los ojos y al separarme para sacarme la camiseta miré de nuevo y en vez de mi jermu vi a la hermosa Lali acostada y despeinada sobre la cama. La pija se me quería salir del pantalón. Me abalancé sobre ella. La besaba con toda la lengua la manoseaba completa y sentía sus gemidos que me volvían loco.
A los tirones le saqué la ropa y sin mucha delicadeza la penetré con las ganas que acumulaba. Gritó un poco pero se contuvo y eso no hizo más que calentarme más. Me abrazó y me gemía en el oído. Yo estaba tan caliente que no me medí y aceleré mis embestidas en esa concha mojada como una cascada. En la vida había tenido un polvo tan rico y eso hizo que la acabada no demorara en llegar. Apenas le vacié una buena descarga de leche cerré los ojos nuevamente en pleno goce del orgasmo y así como estaba caí rendido en la cama mirando al techo.
- Eso fue sensacional gordo - me sacó de mi trance la voz de mi esposa. Me di vuelta y la encontré toda despeinada y agitada en su almohada. No me importó que fuera una fantasía. El solo hecho de saber que en pocos días vería nuevamente a la verdadera Lali hizo que mi sonrisa sea inmutable. Así me dormí con ese entusiasmo latente
- Vos sos sensacional - le dije pensando más en la pendeja que en mi esposa
Al día siguiente mientras merendaba con mis pibes medio dormidos y con mi mujer que tenía una sonrisa de oreja a oreja por la noche anterior, una noticia en la tele llamó mi atención. El informe era sobre un accidente de transito. Al parecer un auto había doblado a toda velocidad embistiendo otro vehículo que estaba estacionado y lo había dejado colgado de un cantero. Informe pintoresco si los hay. Hasta ahí era una noticia más pero lo que me llamó la atención fue la declaración del único testigo, un vendedor de un puesto de diarios.
Describió el auto como chico, blanco y de vidrios polarizados que circulaba zigzagueando por lo que concluía que el conductor que se dio a la fuga seguramente estaba alcoholizado.
Podía ser una coincidencia. La descripción no era muy exhaustiva.
Lo que terminó de convencerme fue que tras un par de notas apareció una chica hablando de espectáculos y mostraban una entrega de premios. Ahí la vi. Lali nuevamente. Pasaban varias fotos con otros famosos y en todas había una copa de champaña en su mano y reía demasiado. Todo encajaba como las piezas de un rompecabezas
Pasé todo el día maquinandome con eso. Busque las fotos del accidente en el diario y el angulo encajaba perfecto con los daños del auto de ella al igual que las marcas de pintura que coincidían con las del otro auto. Solo había una forma de averiguarlo de manera fehaciente. La tenía que encarar al día siguiente y su reacción me iba a dar la respuesta. No podía consultarlo con los otros dos o podían arruinarlo todo.
Finalmente el viernes llegó. Esperaba ansioso. Mi expectativa acabó cuando escuché su voz que retumbaba desde el lado de la entrada.
- Busco a Lisandro, esta? - le decía a uno de mis empleados
Yo salí disparado del fondo y me la encontré mas perra que nunca.
Traía esos zapatos muy altos como siempre pero ahora con una calza negra, un poco brillante de esas que tienen cortadas las rodillas. Era como si la tuviera pintada en la piel. encima arriba traía una remera gris bastante corta que enseñaba esa panza lisa y parte de su espalda. El toque de gracia eran los labios pintados de un rojo que invitaba al deseo. Parecía que cada vez venía más sensual.
- Me buscaba señorita? - dije mientras me secaba el sudor de las manos en mi overol
Una sonrisa se le dibujó en esa hermosa boca y mientras la llevaba a ver el auto mis empleados le hicieron una radiografía completa de arriba a abajo. Cuando le mostré como había quedado el auto no salía de su asombro,
- Son unos genios! Está perfecto! - decía mientras se agachaba y lo revisaba por todos lados. Ese culo en pompa casi me convence de quedarme callado pero no podía con la duda. Tenía que saber
- Me enteré que ganaste un premio hace poco. Felicidades - le dije para sacar conversación
- Gracias! - me dijo pero su sonrisa cambió drásticamete. Al parecer estaba bien encaminado
- La próxima no manejes si vas a tomar tanto - le dije por lo bajo. Su sonrisa desapareció por completo y abrió los ojos muy grandes. La había descubierto ya estaba seguro.
- Me sacaste la ficha. Supongo que si sabes quien soy el tema pasa por la plata. El presupuesto va a aumentar ahora? - me dijo ya en plan de negociadora.
Al darme cuenta que tenía la ventaja me animé a avanzar.
- Bueno no todo es plata en la vida - le sugerí a ver si picaba
- Tengo una imagen pública que mantener, seguramente me vas ayudar, no? - me dijo pasándose un dedo por la boca y chupándolo de una forma muy sugerente. Me puse rojo como un tomate
- Pasa por acá - le dije entusiasmado y la metí a la oficina dándole una vuelta a la llave. Apenas entramos tomo el cierre de mi overol y lo bajó haciéndome esa mirada seductora con la que me convenció de reparar el auto en tiempo récord.
La agarré del pelo y agachándome un poco le comí la boca de un beso. La minita enseguida se prendió mandando su lengua a mi boca. Esa boca era mejor de lo que imaginaba. Mis fantasías no daban crédito de lo que hacía esa boquita.
Ya en el juego me animé y le agarré las tetas. Se sonrió como quien obtiene lo que quiere y me siguió besando. Era buena la pendeja para tenerme caliente. Sentí su mano meterse dentro del overol en busca de mi pija y no tardó en encontrarla. Sentir esa pequeña mano que me pajeaba lentamente era demasiado la empujé de los hombros hacia abajo. Mientras la muy trola sacaba mi inflamada verga yo dejé caer al piso el overol.
Senti esos carnosos labios rozando mi pija y me calenté mal
- Dale putita chupala toda - le supliqué
Se la metió casi entera de una haciéndome gemir como si el orgasmo hubiera llegado.
La mina empezó a cabecear rápidamente. Sentía como se la iba tragando un poco más cada vez. Esa dulce boca recorría mi pija de punta a punta. La sacó y comenzó a pasarle la lengua mientras me miraba con esos ojos de gata
- Te gusta? - me preguntó como buena puta
- Si! no sabes las ganas que te tengo pendeja! - le dije y agarré su nuca ahogándola de pija. Se la mande una y otra vez hasta la garganta mientras esos ojos se mantenían fijos en los mios. Disfruté cada momento de esa espectacular mamada.
La puta realmente sabia como chuparla. Su lengua hacía maravillas cada vez que podía. Jugaba con la cabeza de mi verga como si fuera un chupetin y yo deliraba sintiéndola.
Evidentemente la petisa quería hacerme acabar lo antes posible pero yo tenía otros planes. No sabía si algo así se me volvería a dar en la vida. La levanté de los hombros y al ver esa trompa brillante de tanto chuparmela no lo podía creer. La puse de espaldas contra el viejo escritorio y le bajé esa apretada calza. Ese culo era la gloria. Firme, redondo, parado era todo lo que uno podía querer. Tenía una tanga negra con una tirita que se perdía en esa deliciosa cola.
La apreté de las nalgas y metí toda la cara entre ellas. Instantáneamente empecé a sentir esa voz de nena gimiendo como toda una yegua. Le mandaba lengua como loco, esa conchita era una cosa de otro mundo. Apretaba sus suaves nalgas mientras saboreaba esa rica y húmeda concha veinteañera. Embalado por la situación comencé a meter un dedo haciendo que suelte un profundo gemido que me erizó la piel.
- Te gustan estas manos ásperas? Esto no lo encontras en esos pendejos famosos que te cogen a vos - le dije ya re caliente mientras le colaba dos dedos
No me contestó pero apenas los saque me los chupo como si fueran una pija y me miro con esa cara de putita.
Me paré y acomodé mi pija entre los labios mojados y calientes de esa concha apretada. Ella me miró por arriba de su hombro mordiéndose el labio inferior de su boca mientras esperaba que se la meta hasta el fondo. No la hice esperar. me agarre de esa hermosa cintura y se la mandé toda. Gritó un poco. Supongo que no esperaba que fuera tan brusco al principio pero eso no me detuvo ni me calmó todo lo contrario la empecé a bombear con todo. Fuerza y velocidad a lo bestia. No me medía con esa mina. La morocha se sacudía toda. Gemía y gritaba agitada por mis embestidas.
Esa concha era una gloria. Caliente y ajustada me hacía gozar como nunca. Y ver ese cuerpito me ponía al borde del orgasmo. La agarré de las tetas y me la pegué a mi. A los tironeos la terminé de desnudar mientras se la seguía metiendo y sentía esas hermosas nalgas sonando como chirlos contra mi cuerpo. No podía soltarle las gomas. Eran impresionantes bien duritas en los pezones y demasiado grandes para ese cuerpo tan chico.
Ella se daba vuelta y buscaba mi boca con esos labios de fuego y esa lengua tan caliente. Estaba cogiéndola, besándola y manoseándola a esa pendeja que parecía intocable en la tele y las revistas, yo que soy un simple laburante. Me calentó mucho eso pero mas me calentaba el lomo de la mina y esa voz de nena gimiendo por mi. Ese cuerpito increíble bañado en sudor era una pintura erótica para mis ojos
La di vuelta apretando esas tetotas a mi pecho. La acosté en el escritorio y me le tiré encima. La penetré con todo buscando acabar y la muy perra me clavaba las uñas en la espalda. Me cruzó las piernas a la cintura y se me prendió como una garrapata. Estaba tan caliente como yo la turra. Pensé que las patas del viejo mueble se iban a quebrar por la violencia de los movimientos así que me paré con la pendeja agarrada. DI unos pasos hasta la pared y le empecé a dar ahí mientras agarraba ese culito con las dos manos..
- Sos una puta muy viciosa nena - le decía agitado y al borde del orgasmo
- Y vos un animal - me dijo la trola entre jadeos como para provocarme más
La bajé y me acosté de nuevo en el escritorio boca arriba la agarré del pelo y se la metí en la boca de nuevamente, hasta la garganta como le gusta. La veía en bolas con la cola para arriba brillante por el sudor chupándome la pija y luchaba para que ese placer durara más pero la calentura fue mas fuerte. Me miró con esos ojos de gata y un estallido de leche se liberó en esa boca haciendo que la apriete más producto de los espasmos de placer, Seguí así hasta que largué todo y ante los intentos inútiles que hizo la morocha por zafarse.
Cuando la solté se enderezó y una cantidad de leche salió chorreando entre sus labios dándome una imagen de trola reventada que no me voy a olvidar nunca más
- Bueno putita ahora vas a aprender a manejar con cuidado - le dije mientras me vestía rápido
- Sos un hijo de puta como aprovechaste - me acusó entre risas mientras se ponía el corpiño. Se juntó un hilo de semen que colgaba de su pera, se lo apoyó en a la lengua con la punta del dedo y me miró mientras lo lamía como dándome un último show.
Se terminó de vestir y salió hecha una diva como siempre. Agradecido como estaba por el salvaje polvo le saqué el auto hasta la vereda mientras los dos cholulos de mis empleados le pedían unas fotos con el celular
Me prendí un puchito mientras la esperaba y me quedé pensando. Era la primera vez que estaba con una mina que no fuera mi esposa desde que me casé pero no sentía culpa algúna. Apagué el pucho y entré. Debió haberme llamado la atención la demora pero en cuanto pasé la puerta entendí su tardanza. Los gemidos colmaban el ambiente. Al parecer no era el único que se quería divertir esa yegua. La tenían con la calza baja hasta el final de la cola. Dario la estaba cogiendo como un bestia mientras Sebastian la tenía del pelo ahogándola de pija. No podía creer lo que veía. Los dos tenían unas caras de placer incomparables con esa gatita en acción.
Me miró de reojo esperando mi reacción pero yo me quedé con los brazos cruzados viendo la escena. Era algo demasiado bueno como para interrumpir y la verdad no parecía obligada.
Mis empleados lo notaron también.
- Es re puta esta flaca! - Exclamó Dario
- Y la chupa como los dioses! siguió Seba
- A ver chupamela a mi - le pidió Dario a la actriz que se había convertido en un sumiso juguete.
Apenas juntando aire después de estar ahogada con la pija de mi otro empleado se tragó la nueva verga con maestría. Era una delicia ver a esa trola en acción. Esa piel delicada y cuidada contrastaba con el ambiente hostil del taller.
A esa altura ya tenia la pija durisima así que me empecé a pajear viéndola
Estaba arrodillada y alternaba entre las pijas de los dos pibes. Los dos le manoseaban las tetas que habían desnudado ya. Esas tetas blancas y suaves con los rosados pezones duros eran muy excitantes. Los labios carnosos chupando sin parar me hicieron pararme acercarme lentamente y unirme. Estaba muy ocupada mamando como toda una petera así que me agaché un poco y le chupé una de esas dulces tetas.
Apenas me notó me sonrió y en cuanto me puse de pie se tragó mi pija nuevamente. Otra vez sentí esas mamadas gloriosas que sabe dar. Verla totalmente prostituida entre tres chapistas como nosotros en el suelo mugroso de nuestro lugar de trabajo nos calentaba mal. Cada vez que cambiaba de pija los empujones en su nuca hacían que se ahogue y sus arcadas calentaban a todos.
Sebastian se acostó en el piso mientras Lali se sacaba la calza. La ayudé a acomodarse sobre él y vi como la pija de mi empleado se perdía en esa conchita sabrosa. El movimiento de su cadera no tardó en arrancar como un baile erótico. Se meneaba lentamente y Seba gozaba con los ojos cerrados.
- Yo sabía que eras muy puta pero no pensé que tanto - le dijo Darío mientras la tomaba de la cabeza con las dos manos y prácticamente la cogía por la boca metiendole la pija hasta la garganta una y otra vez. Lali respondió con sonidos lascivos como si quisiera decir algo con la boca llena.
Por mi parte yo miraba toda la escena. Me había quedado momentáneamente afuera hasta que vi a Seba que cuando agarraba su cola le colaba un dedo en el anito. "Es tu momento!" me dije. Me puse detrás de ella y coloqué mi pija en el borde de ese hermoso culito. Noté que se puso un poco nerviosa y hacía fuerza para que Dario liberara su boca pero mi buen empleado no lo hizo.
Empecé a entrar lentamente en ese fabuloso culo y ella gritó lo más fuerte que pudo pero la pija que ocupaba su boca no le permitió mucho más. Era muy estrecho pero con cuidado logré meterme cada vez más adentro y lentamente comenzar a moverme. No tengo dudas en que es la mejor cola que hice en mi vida. No tengo palabras que expresen el placer de ese momento
Ver a ese caramelito penetrada por todos los lugares posibles era un orgasmo para la vista. Empecé a acelerar a medida que ese culo se dilataba y cedía ante mi pija. Me emocioné con sus gemidos y sus gritos. Mi cuerpo se entonó con ellos y cuando quise darme cuanta la estaba culeando de forma salvaje. Los otros dos no se quedaban atrás y la sacudían con la misma fuerza. En ese momento de brutal garche vi como apretaba los dedos de los pies y unos segundos después en medio de un profundo gemido estalló en un orgasmo delicioso para todos.
Cayó rendida sobre Sebastian como si las piernas se le hubieran vencido. La imagen de la piba rendida y empapada fue mucho para los tres. La pusimos de rodillas y nos empezamos a pajear mientras ella pasaba su lengua por la punta de cada pija. El resultado no podía ser otro. Enseguida empezó a recibir una lluvia de leche de todos lados. Cerraba los ojos y abría la boca como buscando el espeso semen con su lengua y juro que esa pornográfica imagen se me grabó a fuego. La espectacular morocha nos dio un último regalo. Limpió con esa trompa divina las tres pijas y se fue con la ropa en la mano al baño a lavarse.
- Perdón Lisandro pero te vimos cogiéndote a esa bestia y no pudimos contenernos - me confesó Dario con una sonrisa de satisfacción plena
- Apenas la apoyamos un poco y aflojó - me detalló Sebastian con la misma alegría
- Es irresistible que va a ser - les dije yo. Que les iba a decir habíamos cumplido el sueño de muchos hombres y lo mejor es que fue ella la que vino a nosotros.
Al cabo de unos minutos salió nuevamente echa una estrella, maquillada como cuando recién llegó peinada e impecable.
- Chau chicos! Gracias por todo! Me voy a grabar - nos dijo tirándonos un beso de lejos.
En ese momento recordé la cámara de seguridad. Había estado encendida todo el tiempo. No lo podía creer. Ahora Lali tenía su propio video prohibido y si no quería ser la comidilla de todos los programas de la tarde iba a tener que volver.
Acá la vamos a esperar para darle una cálida bienvenida de sus nuevos admiradores
34 comentarios - El choque de Lali Espósito
siempre pongo de mi jiji
No hay relato tuyo que no termine con mi pija durísima jaja
Tenes pensado hacer a otra famosa?
la mejor parte del relato. tremendo Mishi genial genial!