Y sí, me fui, con un terrible dolor de testículos, pensé que me estallarían, mi pene aun erecto, con todo el semen a punto de desbordarse, llegue a casa de mi tía, y al igual que siempre, la casa estaba en silencio, entre a la recamara de siempre, rápidamente me quite la ropa, me acosté, y buscaba en mi mano algo del olor de sus jugos, fantaseaba con esos senos, imaginaba tenerlos en mis manos, en mi boca, poner mi pene en medio de esos exquisitos pechos y dejarlos llenos de leche, pero también imaginaba como seria poseerla, introducir mi pene en su jugosa concha, como sería darle duro, imaginaba esas nalgas, tocarlas, chuparlas, era intempestiva la paja que me hacía, la deseaba, quería tenerla, solté un chorro generoso de semen, me había dejado totalmente caliente solo esos roces, esas caricias, estaba extasiado, sentía que mi pene estallaría, soñaba con ella, se había vuelto mi fantasía, una obsesión, como era posible que pasara?, no sabía, esa doctora solo me había visto y habíamos convivido como una madre e hijo, el morbo de pensar en eso me ponía a full, no aguantaba las ganas de tenerla, me excitaba en el momento, quería abrirla de piernas, probar de sus jugos, clavársela a fondo, chorrear mi semen dentro de ella, en su boca, en todos lados, quizás esa noche me pajee más de 3 veces pensando en ese cuerpo, en esa idea de tener sexo desenfrenado con la madre de mi ex novia.
Los días de la siguiente semana fueron muy extraños, eróticos, pensando todo el día en aquella mujer, en su cuerpo, en el deseo de estar entre sus piernas gozando de los placeres de la carne, haciéndola llegar y sobre todo, descargando todas esas ganas que tenia de ella, no podía quitármela de la cabeza, me masturbaba todas las noches, mínimo un par de veces pensando en ella, en el transcurso de esa semana me envió un par de mensajes de texto, diciendo que me extrañaba, que quería verme, que me deseaba, y siempre terminaba diciéndome que no respondiera sus mensajes, ya que por lo descuidada alguien podía ver los mensajes, así que obedecí al pie de la letra.
Así llego el día viernes por la mañana, mi teléfono suena, era ella, la doctora, conteste rápidamente, y al otro lado de la línea, con esa voz aguda, un tanto chillona, me saludo, igual que siempre, hola niño, me pregunto cómo estaba, quería responderle que me moría por estar con ella, por cogérmela, y ella me hablaba como si nada hubiera pasado, como si no recordara que mis dedos estuvieron en su vagina húmeda, en su ano, en sus pechos, y que su mano masturbo mi pene, ella se notaba, tranquila, me hablaba de trivialidades, y seguramente todo esto era generado por la presencia de su familia seguramente, y de pronto me pregunto si podía ir a su casa este fin de semana, que en su casa tenía un suéter mío que había dejado ya hace rato, que me lo quería entregar, excusa tonta, claro, pero eficaz, mínimamente para verla, entonces comprendí muchas cosas, no es la primera vez que me hablaba de esta manera para pedirme con algo absurdo que vaya a su casa, o que la acompañara a algún lado, porque es cierto, habíamos pasado mucho tiempo juntos, a solas, sin la presencia de su esposo, hijo y hasta mi ex novia, y ellos no lo veían mal, ahí me di cuenta que como hombres somos muy lentos, o al menos yo sí, comprendí que este deseo de ella hacia mi no era de ahorita, llevaba ya un buen rato cocinándose, ¡¡demonios!! Como no lo supe antes, ahora en mi mente circulaban imágenes y recuerdos de momentos de haber estado a solas con ella, me la pude haber cogido muchas veces, muchas, pero en fin, era absurdo pensar en eso ahora, asenté con gusto diciéndole que si iría, pero, había un pero, un pero enorme, mi ex novia iría de visita este fin de semana, no tenía ganas de verle la cara, había pasado muchas cosas con ella que no eran agradables, pero pensé en lo que ya había hecho con su madre, y reí, ¡¡demonios¡¡ maldito karma, reí, si ella supiera, se moriría, ella que siempre fue una chica muy, pero muy celosa, y posesiva, que alguna vez juro que jamás estaría con otra mujer, y yo a un paso de cogerme a su madre, la venganza es dulce, pero sin duda alguna era más dulce pensar en cómo seria, acepte ir, pensando tener alguna esperanza de que algo más ocurriría.
Así que llegue el sábado por la tarde a su casa, después del trabajo en el despacho de abogados donde laboro, entre y me recibió mi ex novia, ahí estaba ella, con esa sonrisa un tanto placentera de verme, pero esta vez fue diferente, solo le dije hola y entre, buscando a la otra persona que quería ver, y ahí estaba, igual que siempre, en la cocina (y no es que cocinara bien), preparando la comida, entre y en el paso me tope a su marido, lo salude igual que siempre, el tipo no hablaba mucho, solo me respondió el saludo, no sabía cómo se había casado con él, pero bueno, entre a la cocina, y le hable, dije hola, igual que siempre, ella volteo, pero primero se cercioro de que nadie nos viera, sonrió, dijo hola, me guiño y me barrio de pies a cabeza, lo dijo muy sutilmente, paro la cola, y continuo hablando normalmente, con la banalidades de siempre, de cómo me iba en el despacho, y de cómo a ella le iba en el hospital, en fin así siguió la plática, comimos, y después nos sentamos en la sala a ver una película, me sentí en el sillón habitual y la doctora en el otro extremo, vino su hija, se sentó junto a mí, estaba algo cariñosa, pero yo no podía dejar de ver a esa mujer enfrente de mí, con ese pantalón de mezclilla ajustado que dejaba ver su inmenso trasero, quería darle una nalgada, pero sobre todo, llevaba ese suéter gris, que dibuja el inicio de sus senos, ese suéter que una semana antes habría bajado más y mostrado esos senos hermosos, quería arrancárselo, pero no se pudo, llegaron más visitas, sus familiares, en fin, me fui a casa de mi tía, había prometido cenar con ella, así que partí, aun así sabía que esa noche no pasaría nada, pero antes de irme me pidió que fuera al otro día, porque??, por la siguiente razón, su hija volvería a la universidad ese domingo y su esposo estaría fuera del país una semanas, (wow, una semana), solo se quedaría su hijo, pero sabía que él no importaba mucho.
Regrese el domingo después de comida, la casa estaba vuelta loca, maletas por todos lados, en fin, todo paso sin por menores, no vi mucho a la doctora, estaba ocupada arreglando, así que me senté en la sala a ver tele.
Alrededor de las 8 de la noche, ocurrió algo, su esposo salió a la sala ella estaba ahí guardando unas cosas, le pregunto si ya le había confirmado un conocido de ellos si los llevaría, ella sabe manejar, pero no lo hace en la ciudad, menos de noche y menos sola, ella dijo que no, y entonces sucedió, ahí estaba yo sentado, escuchando pero viendo la tele, dijo algo que había dicho muchas veces, que ya se hacía normal entre nosotros, -que él me acompañe-, o no?, pregunto, yo volte, sentí la mirada de su marido y sin más acepte, vi su rostro, sabía que lo había planeado, porque si me ponía a pensarlo era tonto, yo vivía más cerca, llevaba carro, podía haberlos ido a dejar e irme a mi departamento, pero no ella quería que la acompañara, eso implicaba ir en su carro y regresar a su casa, donde solo estaría su hijo, el esposo salía a las 11 en el aeropuerto y mi ex novia en la terminal de autobuses a las 12, pero nadie dijo nada, no se les hizo extraño, había sucedido muchas veces, mi corazón palpito fuerte, pero mi pene reacciono más duro, sabía lo que se proponía esa doctora, no cabe duda que el planear era lo suyo.
Dieron las 10 de la noche, abordamos la camioneta, y llegamos antes de las 11 al aeropuerto, se despidieron y partimos rumbo a la terminal de autobuses, nos encontramos a un matrimonio conocidos de ella, que al igual iban a dejar a su hija, las dos abordaron el mismo autobús, y entre una pequeña platica de padres, se despidieron en el estacionamiento, yo solo observaba mientras esperaba en la camioneta, la veía a ella, con pantalón de mezclilla, zapatos bajos, blusa azul, algo escotada y un abrigo, se despidieron y ella se acercó a la camioneta, subió rápidamente, se sentó y me dijo muy seria –espera a que se vayan-, cuando lo hicieron se empezó a tocar sus pechos, quería agarrarlos pero no sabía qué hacer, me dijo .vámonos- y así fue, avance, quería apresurarme, llegar rápido, ella tomo con sus manos su rostro y dijo –no lo puedo creer- lo repitió varias veces, pero tampoco dijo que me fuera o algo parecido, ella también lo esperaba, lo deseaba, quería que estuviéramos a solas, durante el trayecto me toqueteo un par de ocasiones la pierna y decía –te deseo mucho-, llegamos a su casa, metí el carro a la cochera, me pidió que metiera el mío también, y lo hice, Salí rápido a la cochera y metí mi auto, y en el pasillo de la cochera a la entrada principal había un tramito oscuro, la tome de su culo, quería sentirlo, no aguantaba más, ella volteo y me pidió que esperara a entrar a la casa. Entramos, lo anuncio con voz fuerte, esperando a averiguar que hacia su hijo, pero no hubo respuesta, me pidió que esperara en la sala y ella subió a la segunda planta, para cerciorarse de que su hijo durmiera, dilato un par de minutos, y escuche sus zapatos por la escalera, mi corazón palpitaba como nunca, empecé a sudar, estaba nervioso, pero con mi pija muy parada, más que nunca, sabía que estaba a punto de ocurrir, lo deseaba, cada paso se sentía más lento, eran mis nervios, no sabía si pararme o seguir sentado.
Bajo y me vio, me dijo ven, me tomo de la mano, su mano temblaba, estaba caliente, sudando, sentí rico, me llevo por un pasillo hasta la entrada de la recamara de visitas, contiguo se encuentra el estudio, entro a él y cerró la puerta, como creyendo que alguien saldría de ahí, me volvió a tomar de la mano y me condujo al cuarto, prendió la luz, entramos y ella regreso a cerrar la puerta con llave, se asomó por la venta, cerro bien las cortinas, yo estaba parado junto a un espejo que está en la pared, y ahí, se acercó, estaba tembloroso y ella también, me abrazo, me recorrió con sus manos, tomo mi rostro y me beso, sentí su lengua caliente en mi boca, sabor su saliva, cálida, estaba exaltada, su respiración era rápida, la tome de la cintura, tome esas nalgas, moría por hacerlo, mi verga quería salir, me empezó a recorrer con sus manos sobre mi cuerpo, mi torso, y no tardó en llegar a mi pene, estaba duro, así lo acentuó ella, lo recorrió, e inmediatamente desabrocho mi pantalón, comencé a acariciar esas tetas, tan ricas, las soñé tantas veces esa semana, me bajo el pantalón, bajo el bóxer y ahí estaba, mi verga, esplendorosa, esperándola, parada, con las venas saltadas, la tomo con sus manos y dijo – lo espere tanto -, se inco, sentí su aliento cálido, la vio, le dio un beso tierno, la restregó por su cara como si nunca hubiera tenido una igual, la olio, recorrió mis testículos, sentía su aliento, yo estaba en el alucín, lo veía por el espejo, era como ver una porno, protagonizada por una milf, y me sentí soñado, y sin más, la introdujo en su boca, sentí su saliva caliente en mi verga, dura, como ella lo merecía, la introducía toda, desesperada, su cabeza hacia atrás y adelante, rápidamente, sentía que le llenaría su boca de leche, era increíble, lo esperaba tanto, entonces se levantó, ya no traía el abrigo, se desabrocho la blusa y saco sus senos, resplandecientes, redondos, así que sin más los chupe, ella me abrazaba contra ellos, me susurraba que deseaba tanto que le chupara sus tetas, que se las comiera que ella lo quería, lo deseaba, me acerco a la cama, no dejaba de mamar sus tetas, eran deliciosas, sus pezones sabían a gloria, duros, riquísimos, entonces en la orilla de la cama se dio vuelta y bajo el pantalón, sin más, llevaba una tanga blanca, al igual que la vez pasada, con detalles en encaje, suculenta, ese culo en esa posición me mata, se veía hermoso, redondo, firme, increíble para su edad, me dijo –papi, bájame mis bragas-, sin pensarlo lo hice, lo deje en sus muslos, tenía aun puesto el pantalón, se acomodó y paro más la cola y entre gimiendo me dijo – méteme esa verga que tienes-, jamás la había escuchado hablar así, me excito aún mas, era increíble, esa belleza, hablando sucio, con la cola parada, con tanga a medias de sus piernas era increíble la vista, mi verga parecía mandarse sola, quería estar adentro, me acerque, tontamente le puse algo de saliva a mi pene, duro como piedra, lo acerque, su concha mojada a mas no poder –métemela ya por favor, cógeme- empezó a decir, y sin más la posicione entre sus labios vaginales, fue increíble, caliente, muy caliente, lo metí sin problemas, y sin condón, aún más rico, se la metí suavemente, ella gemía levemente, tratando de no hacer mucho ruido, empecé a bombear, suavemente, yo estaba en la gloria, por fin, estaba dentro de ella, era increíble, su concha chorreaba de fluidos, estaba orgasmeada, hice lo que cualquiera de ustedes haría, la tome de las tetas, y empecé a empujar más duro, ella me decía –así papi, cógeme duro, agárrate de mis tetas, ellas te desean tanto como yo, cógeme papi- , era increíble escucharla, de pronto, se paró súbitamente, se incorporó, subió sus pantaletas y el pantalón, y salió de la habitación rápidamente, escucho un ruido, yo no escuche nada, estaba enajenado con sus nalgas, viendo como entraba y salía mi pene, me dijo que esperara ahí, y salió de la habitación, me recosté, me quite los tenis, ya era tarde alrededor de la 1 de la mañana, me dormí unos minutos, mi erección se había bajado, y transcurrieron unos 15 o 20 minutos, entonces escuche que se abrió la puerta, era ella, me pidió que prendiera una lámpara del buro, lo hice, y ella apago la luz de la recamara, me dijo que su hijo se había levantado y que se quedó con el hasta asegurarse que quedara súbitamente dormido, entonces, volvió esa sonrisa cómplice, y esa mirada lujuriosa que tenía, se desabotono la blusa y quito el brasier, y ahí estaban, en total libertad ese hermoso par de senos, eran hermosos, con el pezón duro, rápidamente me quito mi pantalón, ya estaba totalmente erecto nuevamente, me quito la playera, me dejo desnudo, tumbado en la cama con mi palo muy duro, se quitó sus pantalones y se quedó en tanga, se veía divina, quería comerla, se puso encima de mí y empezó a recorrerme con su cálida lengua por todo mi cuerpo, yo me retorcía, jamás había sentido tanto placer, ella lo hacía desesperadamente, increíble, era increíble, bajo hasta mi pene lo tomo con sus manos y lamio mis bolas, se pusieron duras, las chupaba, succionaba, dios, pensé que eyacularía, cogió mi pene y lo metió en su boca, se la tragaba toda, como si no hubiera mañana, era increíble, y más aún arriba de su cabeza se veía el contorno de su culo, como se formaban esas dos nalgas hermosas, firmes, bien paradas, con el culo levantado como pidiendo verga a gritos, dejo de lamerle mi pito y se santo sobre mí, era hermoso, por fin la tenía ahí con sus tetas al aire, deslumbrante, entonces tomo mi verga con su mano y la incrusto en su ya mojada concha, entro rápidamente, quería devorársela, suspiro y gimió, conteniendo un grito –chupa mis tetas papi- exclamo, inmediatamente lo hice, estaban ahí al iré, esperando mi lengua, las mame desesperadamente, ella gemía y se movía con ritmo, como una diosa, era la mejor, la experiencia que tenía era increíble, con mis manos en su culo, mi cara en sus tetas y ella llevando el ritmo, fue increíble, ella gemía o fuerte, pero lo hacía, por ratos se olvidaba que arriba estaba su hijo, comenzó a mojarse mas hasta el orgasmo, en donde apretó ella mismo sus tetas, se detuvo y oprimió con sus muslos su concha y mi verga que estaba adentro, muy adentro, fue increíble, estaba muy mojada, chorreaba, la sensación era increíble en mis muslos, y ni que decir de mi verga, lo estaba disfrutando al máximo, entonces se sacó mi pito y se lo llevo a la boca, lo deboro, quería verga con sus jugos, la succionaba, jugaba con mis bolas, las apretaba, era riquísimo, me retorcía del placer, - cógeme de perrito mi vida- me dijo eso, sentí como mi verga quería estallar, se posiciono en el centro de la cama, no dejaba de tocarse su vagina, se masturbaba, riquísimo, con los ojos cerrados por el placer que le producía, se volteo, se acomodó en 4, paro su culo, era hermosa la vista, ese culo redondo, bien enmarcado, con su mano por abajo, tocándose, yo le abri sus nalgas, ahi estaba ese ano riquísimo (después sería mío, pero eso lo contare en otro relato, claro si gustan), -metela papi, cógeme, soy tu puta- esas palabras retumbaron en mi cabeza, no aguante mas y de una sola estocada se la metí, hasta que mis huevos toparon en sus nalgas, la deje ahí un rato, entonces comencé a bombear, -cógeme, cógeme, metela papi, soy tu puta, quiero ser tu puta- eso me decía mientras me daba la mejor cogida de mi vida, la tomaba de la cintura, de las tetas, de todos lados, me veía al espejo, era digno de una escena porno, por ratos solo metía la puntita y bombeaba y de pronto sin decir se la metía toda, le encanto –así papi, que rica verga tienes, me encanta tu verga papi, quiero sentir toda tu verga, métemela-, era sucia, le encantaba decir malas palabras, en lo que llevaba de conocerla, jamás la había escuchado decir malas palabras, pero así de perrito con el culo parado y con mi verga adentro, era música para mis oídos, bombé rápido, no sé cuánto tiempo estuvimos así, unos 15 o 20 minutos, era increíble, estaba sudando, y quería correrme, y entonces dijo lo más maravilloso que podía escuchar –dame tu lechita en mi boca papi, quiero lechita, calientita, dámela papi, quiero probarla, jamás me la han dado en la boquita mi rey- me puso a full, era lo mejor que me podía haber pasado, seguí bombeando un par de minutos, hasta que no pude más, quería esa experiencia y la quería ya, le dije que me iba a venir, rápidamente se incorporó e inco, con una mano se masturbaba y con la otra acariciaba sus tetas, era increíble la escena, yo me pare, mis pelotas le quedaban en su boca y ella las lamia cual puta en celo, mi verga estaba llena de sus jugos, olía increíble, seguramente toda la habitación olía a sexo desenfrenado, entonces comencé a temblar mientras me masturbaba en su cara, ella tomo la cabeza mi verga con su boca y succiono, fue increíble, comenzó a salir toda la leche, esa leche que ella quería, fue un chorro grande, sentí como se atragantaba, pero no soltó la verga que le daba tanto placer, succino hasta sacarme la última gota, mientras me jugaba las bolas y se masturbaba, yo estaba fantaseado, en otro planeta, los ojos se me iban, comencé a frotar sus tetas y ella seguía succionando, la saco de su boca y ya no tenía semen, se lo había tragado todo, me miro y me dijo –era como un litro de lechita papi, pero sabe muy rica- labio mi verga, flácida, nos recostamos en la cama unos minutos para recuperar el aliento, entonces le dije que me tenía que ir, eran 2 y media de la mañana y tenía que manejar, además ella dijo que era lo más prudente, quería quedarme a dormir, pero cualquier cosa podía pasar, bueno ya había pasado, me vestí, ella se pudo una camiseta de tiritas y sus bragas, y así fue hasta la puerta, donde me despidió con un beso, mientras yo le apreté las nalgas, tan ricas, y me susurro muy cómplice, -porque no vienes mañana- y claro que regresaría….
Fue el inicio de algo que duro más de 1 año, donde hay más experiencias, muchas, pero quiera que los lectores comentaran si gustan o no más historias.
Los días de la siguiente semana fueron muy extraños, eróticos, pensando todo el día en aquella mujer, en su cuerpo, en el deseo de estar entre sus piernas gozando de los placeres de la carne, haciéndola llegar y sobre todo, descargando todas esas ganas que tenia de ella, no podía quitármela de la cabeza, me masturbaba todas las noches, mínimo un par de veces pensando en ella, en el transcurso de esa semana me envió un par de mensajes de texto, diciendo que me extrañaba, que quería verme, que me deseaba, y siempre terminaba diciéndome que no respondiera sus mensajes, ya que por lo descuidada alguien podía ver los mensajes, así que obedecí al pie de la letra.
Así llego el día viernes por la mañana, mi teléfono suena, era ella, la doctora, conteste rápidamente, y al otro lado de la línea, con esa voz aguda, un tanto chillona, me saludo, igual que siempre, hola niño, me pregunto cómo estaba, quería responderle que me moría por estar con ella, por cogérmela, y ella me hablaba como si nada hubiera pasado, como si no recordara que mis dedos estuvieron en su vagina húmeda, en su ano, en sus pechos, y que su mano masturbo mi pene, ella se notaba, tranquila, me hablaba de trivialidades, y seguramente todo esto era generado por la presencia de su familia seguramente, y de pronto me pregunto si podía ir a su casa este fin de semana, que en su casa tenía un suéter mío que había dejado ya hace rato, que me lo quería entregar, excusa tonta, claro, pero eficaz, mínimamente para verla, entonces comprendí muchas cosas, no es la primera vez que me hablaba de esta manera para pedirme con algo absurdo que vaya a su casa, o que la acompañara a algún lado, porque es cierto, habíamos pasado mucho tiempo juntos, a solas, sin la presencia de su esposo, hijo y hasta mi ex novia, y ellos no lo veían mal, ahí me di cuenta que como hombres somos muy lentos, o al menos yo sí, comprendí que este deseo de ella hacia mi no era de ahorita, llevaba ya un buen rato cocinándose, ¡¡demonios!! Como no lo supe antes, ahora en mi mente circulaban imágenes y recuerdos de momentos de haber estado a solas con ella, me la pude haber cogido muchas veces, muchas, pero en fin, era absurdo pensar en eso ahora, asenté con gusto diciéndole que si iría, pero, había un pero, un pero enorme, mi ex novia iría de visita este fin de semana, no tenía ganas de verle la cara, había pasado muchas cosas con ella que no eran agradables, pero pensé en lo que ya había hecho con su madre, y reí, ¡¡demonios¡¡ maldito karma, reí, si ella supiera, se moriría, ella que siempre fue una chica muy, pero muy celosa, y posesiva, que alguna vez juro que jamás estaría con otra mujer, y yo a un paso de cogerme a su madre, la venganza es dulce, pero sin duda alguna era más dulce pensar en cómo seria, acepte ir, pensando tener alguna esperanza de que algo más ocurriría.
Así que llegue el sábado por la tarde a su casa, después del trabajo en el despacho de abogados donde laboro, entre y me recibió mi ex novia, ahí estaba ella, con esa sonrisa un tanto placentera de verme, pero esta vez fue diferente, solo le dije hola y entre, buscando a la otra persona que quería ver, y ahí estaba, igual que siempre, en la cocina (y no es que cocinara bien), preparando la comida, entre y en el paso me tope a su marido, lo salude igual que siempre, el tipo no hablaba mucho, solo me respondió el saludo, no sabía cómo se había casado con él, pero bueno, entre a la cocina, y le hable, dije hola, igual que siempre, ella volteo, pero primero se cercioro de que nadie nos viera, sonrió, dijo hola, me guiño y me barrio de pies a cabeza, lo dijo muy sutilmente, paro la cola, y continuo hablando normalmente, con la banalidades de siempre, de cómo me iba en el despacho, y de cómo a ella le iba en el hospital, en fin así siguió la plática, comimos, y después nos sentamos en la sala a ver una película, me sentí en el sillón habitual y la doctora en el otro extremo, vino su hija, se sentó junto a mí, estaba algo cariñosa, pero yo no podía dejar de ver a esa mujer enfrente de mí, con ese pantalón de mezclilla ajustado que dejaba ver su inmenso trasero, quería darle una nalgada, pero sobre todo, llevaba ese suéter gris, que dibuja el inicio de sus senos, ese suéter que una semana antes habría bajado más y mostrado esos senos hermosos, quería arrancárselo, pero no se pudo, llegaron más visitas, sus familiares, en fin, me fui a casa de mi tía, había prometido cenar con ella, así que partí, aun así sabía que esa noche no pasaría nada, pero antes de irme me pidió que fuera al otro día, porque??, por la siguiente razón, su hija volvería a la universidad ese domingo y su esposo estaría fuera del país una semanas, (wow, una semana), solo se quedaría su hijo, pero sabía que él no importaba mucho.
Regrese el domingo después de comida, la casa estaba vuelta loca, maletas por todos lados, en fin, todo paso sin por menores, no vi mucho a la doctora, estaba ocupada arreglando, así que me senté en la sala a ver tele.
Alrededor de las 8 de la noche, ocurrió algo, su esposo salió a la sala ella estaba ahí guardando unas cosas, le pregunto si ya le había confirmado un conocido de ellos si los llevaría, ella sabe manejar, pero no lo hace en la ciudad, menos de noche y menos sola, ella dijo que no, y entonces sucedió, ahí estaba yo sentado, escuchando pero viendo la tele, dijo algo que había dicho muchas veces, que ya se hacía normal entre nosotros, -que él me acompañe-, o no?, pregunto, yo volte, sentí la mirada de su marido y sin más acepte, vi su rostro, sabía que lo había planeado, porque si me ponía a pensarlo era tonto, yo vivía más cerca, llevaba carro, podía haberlos ido a dejar e irme a mi departamento, pero no ella quería que la acompañara, eso implicaba ir en su carro y regresar a su casa, donde solo estaría su hijo, el esposo salía a las 11 en el aeropuerto y mi ex novia en la terminal de autobuses a las 12, pero nadie dijo nada, no se les hizo extraño, había sucedido muchas veces, mi corazón palpito fuerte, pero mi pene reacciono más duro, sabía lo que se proponía esa doctora, no cabe duda que el planear era lo suyo.
Dieron las 10 de la noche, abordamos la camioneta, y llegamos antes de las 11 al aeropuerto, se despidieron y partimos rumbo a la terminal de autobuses, nos encontramos a un matrimonio conocidos de ella, que al igual iban a dejar a su hija, las dos abordaron el mismo autobús, y entre una pequeña platica de padres, se despidieron en el estacionamiento, yo solo observaba mientras esperaba en la camioneta, la veía a ella, con pantalón de mezclilla, zapatos bajos, blusa azul, algo escotada y un abrigo, se despidieron y ella se acercó a la camioneta, subió rápidamente, se sentó y me dijo muy seria –espera a que se vayan-, cuando lo hicieron se empezó a tocar sus pechos, quería agarrarlos pero no sabía qué hacer, me dijo .vámonos- y así fue, avance, quería apresurarme, llegar rápido, ella tomo con sus manos su rostro y dijo –no lo puedo creer- lo repitió varias veces, pero tampoco dijo que me fuera o algo parecido, ella también lo esperaba, lo deseaba, quería que estuviéramos a solas, durante el trayecto me toqueteo un par de ocasiones la pierna y decía –te deseo mucho-, llegamos a su casa, metí el carro a la cochera, me pidió que metiera el mío también, y lo hice, Salí rápido a la cochera y metí mi auto, y en el pasillo de la cochera a la entrada principal había un tramito oscuro, la tome de su culo, quería sentirlo, no aguantaba más, ella volteo y me pidió que esperara a entrar a la casa. Entramos, lo anuncio con voz fuerte, esperando a averiguar que hacia su hijo, pero no hubo respuesta, me pidió que esperara en la sala y ella subió a la segunda planta, para cerciorarse de que su hijo durmiera, dilato un par de minutos, y escuche sus zapatos por la escalera, mi corazón palpitaba como nunca, empecé a sudar, estaba nervioso, pero con mi pija muy parada, más que nunca, sabía que estaba a punto de ocurrir, lo deseaba, cada paso se sentía más lento, eran mis nervios, no sabía si pararme o seguir sentado.
Bajo y me vio, me dijo ven, me tomo de la mano, su mano temblaba, estaba caliente, sudando, sentí rico, me llevo por un pasillo hasta la entrada de la recamara de visitas, contiguo se encuentra el estudio, entro a él y cerró la puerta, como creyendo que alguien saldría de ahí, me volvió a tomar de la mano y me condujo al cuarto, prendió la luz, entramos y ella regreso a cerrar la puerta con llave, se asomó por la venta, cerro bien las cortinas, yo estaba parado junto a un espejo que está en la pared, y ahí, se acercó, estaba tembloroso y ella también, me abrazo, me recorrió con sus manos, tomo mi rostro y me beso, sentí su lengua caliente en mi boca, sabor su saliva, cálida, estaba exaltada, su respiración era rápida, la tome de la cintura, tome esas nalgas, moría por hacerlo, mi verga quería salir, me empezó a recorrer con sus manos sobre mi cuerpo, mi torso, y no tardó en llegar a mi pene, estaba duro, así lo acentuó ella, lo recorrió, e inmediatamente desabrocho mi pantalón, comencé a acariciar esas tetas, tan ricas, las soñé tantas veces esa semana, me bajo el pantalón, bajo el bóxer y ahí estaba, mi verga, esplendorosa, esperándola, parada, con las venas saltadas, la tomo con sus manos y dijo – lo espere tanto -, se inco, sentí su aliento cálido, la vio, le dio un beso tierno, la restregó por su cara como si nunca hubiera tenido una igual, la olio, recorrió mis testículos, sentía su aliento, yo estaba en el alucín, lo veía por el espejo, era como ver una porno, protagonizada por una milf, y me sentí soñado, y sin más, la introdujo en su boca, sentí su saliva caliente en mi verga, dura, como ella lo merecía, la introducía toda, desesperada, su cabeza hacia atrás y adelante, rápidamente, sentía que le llenaría su boca de leche, era increíble, lo esperaba tanto, entonces se levantó, ya no traía el abrigo, se desabrocho la blusa y saco sus senos, resplandecientes, redondos, así que sin más los chupe, ella me abrazaba contra ellos, me susurraba que deseaba tanto que le chupara sus tetas, que se las comiera que ella lo quería, lo deseaba, me acerco a la cama, no dejaba de mamar sus tetas, eran deliciosas, sus pezones sabían a gloria, duros, riquísimos, entonces en la orilla de la cama se dio vuelta y bajo el pantalón, sin más, llevaba una tanga blanca, al igual que la vez pasada, con detalles en encaje, suculenta, ese culo en esa posición me mata, se veía hermoso, redondo, firme, increíble para su edad, me dijo –papi, bájame mis bragas-, sin pensarlo lo hice, lo deje en sus muslos, tenía aun puesto el pantalón, se acomodó y paro más la cola y entre gimiendo me dijo – méteme esa verga que tienes-, jamás la había escuchado hablar así, me excito aún mas, era increíble, esa belleza, hablando sucio, con la cola parada, con tanga a medias de sus piernas era increíble la vista, mi verga parecía mandarse sola, quería estar adentro, me acerque, tontamente le puse algo de saliva a mi pene, duro como piedra, lo acerque, su concha mojada a mas no poder –métemela ya por favor, cógeme- empezó a decir, y sin más la posicione entre sus labios vaginales, fue increíble, caliente, muy caliente, lo metí sin problemas, y sin condón, aún más rico, se la metí suavemente, ella gemía levemente, tratando de no hacer mucho ruido, empecé a bombear, suavemente, yo estaba en la gloria, por fin, estaba dentro de ella, era increíble, su concha chorreaba de fluidos, estaba orgasmeada, hice lo que cualquiera de ustedes haría, la tome de las tetas, y empecé a empujar más duro, ella me decía –así papi, cógeme duro, agárrate de mis tetas, ellas te desean tanto como yo, cógeme papi- , era increíble escucharla, de pronto, se paró súbitamente, se incorporó, subió sus pantaletas y el pantalón, y salió de la habitación rápidamente, escucho un ruido, yo no escuche nada, estaba enajenado con sus nalgas, viendo como entraba y salía mi pene, me dijo que esperara ahí, y salió de la habitación, me recosté, me quite los tenis, ya era tarde alrededor de la 1 de la mañana, me dormí unos minutos, mi erección se había bajado, y transcurrieron unos 15 o 20 minutos, entonces escuche que se abrió la puerta, era ella, me pidió que prendiera una lámpara del buro, lo hice, y ella apago la luz de la recamara, me dijo que su hijo se había levantado y que se quedó con el hasta asegurarse que quedara súbitamente dormido, entonces, volvió esa sonrisa cómplice, y esa mirada lujuriosa que tenía, se desabotono la blusa y quito el brasier, y ahí estaban, en total libertad ese hermoso par de senos, eran hermosos, con el pezón duro, rápidamente me quito mi pantalón, ya estaba totalmente erecto nuevamente, me quito la playera, me dejo desnudo, tumbado en la cama con mi palo muy duro, se quitó sus pantalones y se quedó en tanga, se veía divina, quería comerla, se puso encima de mí y empezó a recorrerme con su cálida lengua por todo mi cuerpo, yo me retorcía, jamás había sentido tanto placer, ella lo hacía desesperadamente, increíble, era increíble, bajo hasta mi pene lo tomo con sus manos y lamio mis bolas, se pusieron duras, las chupaba, succionaba, dios, pensé que eyacularía, cogió mi pene y lo metió en su boca, se la tragaba toda, como si no hubiera mañana, era increíble, y más aún arriba de su cabeza se veía el contorno de su culo, como se formaban esas dos nalgas hermosas, firmes, bien paradas, con el culo levantado como pidiendo verga a gritos, dejo de lamerle mi pito y se santo sobre mí, era hermoso, por fin la tenía ahí con sus tetas al aire, deslumbrante, entonces tomo mi verga con su mano y la incrusto en su ya mojada concha, entro rápidamente, quería devorársela, suspiro y gimió, conteniendo un grito –chupa mis tetas papi- exclamo, inmediatamente lo hice, estaban ahí al iré, esperando mi lengua, las mame desesperadamente, ella gemía y se movía con ritmo, como una diosa, era la mejor, la experiencia que tenía era increíble, con mis manos en su culo, mi cara en sus tetas y ella llevando el ritmo, fue increíble, ella gemía o fuerte, pero lo hacía, por ratos se olvidaba que arriba estaba su hijo, comenzó a mojarse mas hasta el orgasmo, en donde apretó ella mismo sus tetas, se detuvo y oprimió con sus muslos su concha y mi verga que estaba adentro, muy adentro, fue increíble, estaba muy mojada, chorreaba, la sensación era increíble en mis muslos, y ni que decir de mi verga, lo estaba disfrutando al máximo, entonces se sacó mi pito y se lo llevo a la boca, lo deboro, quería verga con sus jugos, la succionaba, jugaba con mis bolas, las apretaba, era riquísimo, me retorcía del placer, - cógeme de perrito mi vida- me dijo eso, sentí como mi verga quería estallar, se posiciono en el centro de la cama, no dejaba de tocarse su vagina, se masturbaba, riquísimo, con los ojos cerrados por el placer que le producía, se volteo, se acomodó en 4, paro su culo, era hermosa la vista, ese culo redondo, bien enmarcado, con su mano por abajo, tocándose, yo le abri sus nalgas, ahi estaba ese ano riquísimo (después sería mío, pero eso lo contare en otro relato, claro si gustan), -metela papi, cógeme, soy tu puta- esas palabras retumbaron en mi cabeza, no aguante mas y de una sola estocada se la metí, hasta que mis huevos toparon en sus nalgas, la deje ahí un rato, entonces comencé a bombear, -cógeme, cógeme, metela papi, soy tu puta, quiero ser tu puta- eso me decía mientras me daba la mejor cogida de mi vida, la tomaba de la cintura, de las tetas, de todos lados, me veía al espejo, era digno de una escena porno, por ratos solo metía la puntita y bombeaba y de pronto sin decir se la metía toda, le encanto –así papi, que rica verga tienes, me encanta tu verga papi, quiero sentir toda tu verga, métemela-, era sucia, le encantaba decir malas palabras, en lo que llevaba de conocerla, jamás la había escuchado decir malas palabras, pero así de perrito con el culo parado y con mi verga adentro, era música para mis oídos, bombé rápido, no sé cuánto tiempo estuvimos así, unos 15 o 20 minutos, era increíble, estaba sudando, y quería correrme, y entonces dijo lo más maravilloso que podía escuchar –dame tu lechita en mi boca papi, quiero lechita, calientita, dámela papi, quiero probarla, jamás me la han dado en la boquita mi rey- me puso a full, era lo mejor que me podía haber pasado, seguí bombeando un par de minutos, hasta que no pude más, quería esa experiencia y la quería ya, le dije que me iba a venir, rápidamente se incorporó e inco, con una mano se masturbaba y con la otra acariciaba sus tetas, era increíble la escena, yo me pare, mis pelotas le quedaban en su boca y ella las lamia cual puta en celo, mi verga estaba llena de sus jugos, olía increíble, seguramente toda la habitación olía a sexo desenfrenado, entonces comencé a temblar mientras me masturbaba en su cara, ella tomo la cabeza mi verga con su boca y succiono, fue increíble, comenzó a salir toda la leche, esa leche que ella quería, fue un chorro grande, sentí como se atragantaba, pero no soltó la verga que le daba tanto placer, succino hasta sacarme la última gota, mientras me jugaba las bolas y se masturbaba, yo estaba fantaseado, en otro planeta, los ojos se me iban, comencé a frotar sus tetas y ella seguía succionando, la saco de su boca y ya no tenía semen, se lo había tragado todo, me miro y me dijo –era como un litro de lechita papi, pero sabe muy rica- labio mi verga, flácida, nos recostamos en la cama unos minutos para recuperar el aliento, entonces le dije que me tenía que ir, eran 2 y media de la mañana y tenía que manejar, además ella dijo que era lo más prudente, quería quedarme a dormir, pero cualquier cosa podía pasar, bueno ya había pasado, me vestí, ella se pudo una camiseta de tiritas y sus bragas, y así fue hasta la puerta, donde me despidió con un beso, mientras yo le apreté las nalgas, tan ricas, y me susurro muy cómplice, -porque no vienes mañana- y claro que regresaría….
Fue el inicio de algo que duro más de 1 año, donde hay más experiencias, muchas, pero quiera que los lectores comentaran si gustan o no más historias.
9 comentarios - Una suegra incomparable. 2a parte (final)