Los acontecimientos que narro a continuación son verídicos, alteré los nombres de los sitios y de las personas con la intención de proteger la identidad de los involucrados, pues puedo herir susceptibilidades. Sin embargo los protagonistas que somos mi cuñada y yo estamos de acuerdo con lo aquí contado. No puedo decir que fue escrito a cuatro manos, pues ella está con mi hermano y yo junto a mi esposa en el momento que escribo este relato. Esto sucedió en algún momento del 2016 en una ciudad importante de Venezuela. Hermano: si lees este relato, no es nada personal, fue que la pasión se encendió con ella y se está desbordando entre ella y yo, y estimo que seguirá sucediendo por tiempo indefinido, seas consciente de ello o no.
Eran las 10:00 pm y yo iba a toda velocidad rumbo a un local donde se puede escuchar buen rock and roll y tomarse unos tragos con los amigos. Era el día de cumpleaños de mi hermano menor quien me había invitado desde temprano, pero entre papeles por firmar se me paso la hora e iba muy tarde. Me esperaba que estuvieran los panas de siempre emborrachándose y escuchando buena música, entre conversaciones inverosímiles y bromas pesadas típicas de la manada. Por esta razón le dije a mi esposa que iba a celebrar el cumpleaños de Marcel escuchando música y fumando porros, por ello no me quiso acompañar pues normalmente las celebraciones se ponen belicosas cuando nos reunimos. Pero me sorprendió al llegar, vi a los viejos (nuestros padres) con una pareja de amigos y Marcel con Marya mi cuñada, todos muy formalitos, el muy friki de mi hermano había invitado a todos a una “reunión familiar” en el sitio donde más de una vez nos habían sacado a patadas por múltiples peleas típicas de borrachos. Pues bien, esa era su decisión, a mi llegada veo el movimiento natural de estos sitios, mucha gente vestida con camisetas de bandas de metal, chicas con sus cabellos teñidos de colores, pantalones de cuero y faldas muy cortas todas de muy buen ver, pero entre todas deslumbraba ella, Marya es una belleza achinada, de labios gruesos quien es todo un caramelo a sus 21 años, unos talones esculpidos por los dioses que se elevan por unas piernas firmes y torneadas que se coronan en unas nalgas redonditas y paradas, en forma de una manzana roja y suculenta. Su cintura es afilada y pequeña, en varias oportunidades la he abrazado y la he tomado por una cinturita para pegar sus 1,65 metros de estatura contra mí como para saludarla, como si quisiera poseerla y ella nunca se ha resistido. Tiene unas tetas paradas y del tamaño ideal, al menos para mí, que es copen en totalidad mi cavidad bucal, para chuparlas en su totalidad de un solo sorbo. Ella es morena, con un bronceado perfecto, que logra con viajes muy frecuentes a las costas venezolanas donde ese cuerpecito se exhibe en bikinis pequeños y provocadores. He ido varias veces con ellos y tengo que ocultarme entre mis lentes negros, para mirarla sin restricciones y darme constantes chapuzones para evitar que me vean como me erecto cuando la veo. Sé que ella se ha percatado como la miro y se pone muy coqueta para provocarme, pero la verdad es que nunca habíamos tenido un acercamiento relevante hasta ese día.
Andaba con un vestidito de pana gris con cuello alto y sus brazos descubiertos que le llegaba a lo sumo una cuarta entre la cintura y sus portentosos muslos. Tenía sus piernas cruzadas y se exhibían justo en dirección a donde yo había llegado. Salude a todos, felicité a mi hermano cual rockeros semi-neardentales bebiendo un trago largo de ron, por supuesto para el final guardé el saludo más caluroso y cariñoso para mi cuñadita, que para estas alturas no es de extrañar pues lleva dos años viviendo con mi hermano y ya somos de mucha confianza, ella me correspondió la expresión de cariño y con una actitud de gatita mimosa que nunca antes había demostrado en público, pero ese día al parecer todos estábamos muy emocionados por la fecha.
Nos sentamos un rato, brindamos, bromeamos… lo común. Con ella sostuve una conversación más personal, pero todo en torno a los niños, la situación económica y cuestiones circunstanciales. Yo tenía ganas de fumarme un porro y como hemos tenido algunos problemas con los viejos, pues ellos son muy conservadores, y si nos ausentábamos Marcel y yo iba a ser muy evidente. Pero si íbamos Marya y yo no pasaba nada. Nos metimos a mi vehículo fumamos, escuchamos música y encendimos el aire acondicionado y conversamos largamente, mientras ella se puso de lado en el asiento y dando señales de frío metió sus manos entre las piernas, al girarse se le levantó el vestido hasta la sombra de las nalgas. Desde mi perspectiva era más lo que imaginaba que lo que veía, pero la situación se estaba calentando. Luego ella me confesó que por su mente pasó el siguiente pensamiento:" -Eran las 10:30 de la noche aproximadamente, me fumaba un porro con mi cuñado Luis en su carro mientras hablábamos sin parar (siempre tiene algo interesante que decir) y personalmente me apasiona escucharle. Entre efectos del alcohol, la música y el porro comencé a sentirme excitada, mire a mi cuñado y un pensamiento fugaz paso por mi mente en ese momento “esta noche me lo follo”, sé que él pudo percibirlo pues su semblante cambio, no era como siempre lo había visto, esta vez era como el de un depredador queriendo devorar a su presa “yo”. Mi mente se abruma, “es el cumpleaños de mi esposo, es mi cuñado quien me excita y no puedo evitar imaginar su pene dentro de mí, estoy tan mojada y él lo sabe, claro que lo sabe!! Qué más da? la noche apenas comienza..."
Cuando estábamos entrando en temas íntimos, nos interrumpió por la ventana Marcel pidiendo que le dejáramos un par de patadas al porro, que ya venía nuestra gente de salida, no era para menos a esa altura nos habíamos tomado 2 litros de ron y algunas cervezas negras entre servicio y servicio.
Como mi cuñada ya estaba en el asiento delantero el resto se montó en la parte de atrás, es decir la pareja amiga y mi cuñado. Los viejos se fueron en su vehículo supongo a revivir sus mejores tiempos.
Nosotros empezamos a rodar a toda velocidad, me gusta correr en el auto y disfruto esa sensación. Escuchábamos canciones movidas de Pantera, Sepultura, Metallica, todos coreaban los clásicos e insultábamos a las autoridades que a esa hora estaban tranquilos en sus puestos de vigilancia. Buscamos una botella de cucuy (aguardiente artesanal muy popular en Venezuela) y seguimos bebiendo grandes cantidades. Este ritmo hizo que todos los pasajeros en la parte trasera del vehículo, incluyendo mi cuñado quedaran fulminados. Yo hice par de preguntas, para asegurarme que estaban dormidos y le digo a Marya: “bah estos si son flojos… los únicos sobrevivientes somos tú y yo” y ella me comenta, “así parece…” y me lanza una sonrisa de gata que dijo más que mil palabras. Mi corazón dio un salto. No me lo podía creer, era ahora o nunca, tenía que hacer algo. Hago un cambio de velocidad a cuarta y dejo deslizar mi mano por su muslo izquierdo, la miro y ella se mordió los labios inferiores. Esa fue la única luz verde que había visto en toda la noche, pues la ciudad estaba casi vacía a las 3 am de la mañana. A propósito de que estábamos pasando frente al estadio, hago malos chistes del equipo de béisbol local para verificar que los de atrás estaban dormidos, y al ver que no reaccionaban, deslizo la mano por todo el muslo de mi cuñadita. Lo hice con cautela pero con firmeza hasta que inevitablemente llego a su cuquita, que por la misma calentura, ya estaba húmeda, lo corroboré cuando ella por su propia iniciativa echa para un lado su tanga dejándome la vía de la felicidad libre. La masajee un rato, luego aceleré a 160 km/h en la autopista y escuchando “mucha policía poca diversión” de Eskorbuto le meto los dedos y ella da un saltito y deja salir un gemido que no pudo reprimir. Yo le decía en mímicas “te voy a coger”.
Apresuradamente llegamos a casa de mi hermano, por todo el camino le metí mano en todo el firme cuerpo de mi cuñada. Ya eran las 4:30 am. Dejamos a los amigos en la entrada de su casa, por la expresión de Ana, la chicha de la pareja amiga, creo que se percató del jueguito, nos dijo con voz lasciva: “me imagino que uds seguirán celebrando” señalándonos de forma picara, mi hermano estaba en estado: nulo y ni se percató. Entramos al estacionamiento y pesadamente metimos a mi hermano a casa, dejándolo tirado en su cama. Marya me acompaña de nuevo al auto para “despedirme” justo al llegar al vehículo la tomo de la cintura y la empiezo a besar con mucha pasión, metía la lengua hasta donde alcanzaba y ella respondía de la misma manera. Metía la mano debajo su vestido y en aun tenía corrida a un costado la tanga y volví a meter mis dedos, ella estaba aún más húmeda, despedía todo su olor intimo en su entorno y eso me enloqueció, la recuesto al carro y le hago sentir mi pene erecto a través de la ropa. Abro la puerta trasera, justo en el puesto donde hace algunos minutos estuvo inconsciente mi hermano y la empujo hacia dentro, ella me dice “estás loco” y le contesto entre dientes: “desde hace rato me traes loco y lo sabes” a lo que ella sonríe pícaramente. Soy algo grande por lo tanto, la manipule como a una muñeca, la tome por la cintura y la subí a mis piernas. Ella me saco la pinga y la pajeo, con fuerza y firmeza, empieza a mover su pelvis sensualmente, hasta rozar mi glande a su vulva. Ella susurrando me dijo “no me follaras en casa de tu hermano!” y yo le digo “como que no, si para eso te traje” pongo ambas manos en el culo y la ensarto de un solo envión, ella lanzó un gemido que no pudo contener, que si mi hermano no estuviera bajo los efectos del alcohol y la droga lo fuera escuchado, es decir, su inconsciente lo escucho claramente. Además tengo un par amortiguador deteriorados, los saltos de Marya encima de mi eran evidentes porque los amortiguadores crujían. Ella gemía, me besaba, yo le decía “a partir de ahora serás mi putita, te cogeré cuando se me venga en gana”, ella me decía “eres un desgraciado, te coges a tu cuñada en su casa el día del cumpleaños de tu hermano” y seguía rebotando. La tome firme por la cabellera, le mordí el cuello, ajustando mis dientes lo suficiente para que doliera pero que no dejara marcas, con mi otra mano marcaba el ritmo de su pelvis aferrado a sus nalgas, y ella solo rebotaba, y gemía compulsivamente. La penetración cada vez era más profunda hasta que nuestros cuerpos se fundieron de forma calurosa, húmeda y abundante, ella tembló en mis manos, era un claro orgasmo, se detuvo un momento y cuando paró el temblor, gano fuerza y seguía rebotando, yo la quería seguir follando, la salimos del auto y la recosté a la maletera y la cogí desde atrás, soltaba gemidos, que pudieron ser audibles a los vecinos cercanos, le tape la boca y la embestí salvajemente desde atrás, entrando a lo más profundo de su cuquita. Sus nalgas eran neumáticas y hacía que rebotara mi pelvis, la escena era muy morbosa, si mi hermano fuera despertado, me fuera visto cogiendo salvajemente a su mujer en su propia casa. Le di tantas veces desde atrás, que lo último que vi fue el sol asomarse perezosamente con la iluminación de las 6 am, con la que dejé fluir con mucha fuerza mi leche dentro de ella, no sabía si la preñaba o no, solo le quería inundarla abundantemente con mi semen, inseminar a mi cuñada en su casa el día de cumpleaños de mi hermano. Terminamos, nos besamos tiernamente, y me dice “tú no te vas así, tienes que descansar aquí”, me llevó hasta una habitación desocupada frente a la matrimonial. Nos besamos, le manosee el culo de forma vulgar y me dijo “quédate tranquilo, tendrás tiempo de manosearme… Marcel debe ir a trabajar en un rato” y se aleja de mi tongoneando su culo exageradamente, antes de cerrar la puerta de su cuarto, me mira de reojo, al verme embobado observándola aun con mis pantalones desabrochados, lanza una carcajada y cierra su puerta rápidamente. Lo que sucedió después, lo contaré en otro relato...
Eran las 10:00 pm y yo iba a toda velocidad rumbo a un local donde se puede escuchar buen rock and roll y tomarse unos tragos con los amigos. Era el día de cumpleaños de mi hermano menor quien me había invitado desde temprano, pero entre papeles por firmar se me paso la hora e iba muy tarde. Me esperaba que estuvieran los panas de siempre emborrachándose y escuchando buena música, entre conversaciones inverosímiles y bromas pesadas típicas de la manada. Por esta razón le dije a mi esposa que iba a celebrar el cumpleaños de Marcel escuchando música y fumando porros, por ello no me quiso acompañar pues normalmente las celebraciones se ponen belicosas cuando nos reunimos. Pero me sorprendió al llegar, vi a los viejos (nuestros padres) con una pareja de amigos y Marcel con Marya mi cuñada, todos muy formalitos, el muy friki de mi hermano había invitado a todos a una “reunión familiar” en el sitio donde más de una vez nos habían sacado a patadas por múltiples peleas típicas de borrachos. Pues bien, esa era su decisión, a mi llegada veo el movimiento natural de estos sitios, mucha gente vestida con camisetas de bandas de metal, chicas con sus cabellos teñidos de colores, pantalones de cuero y faldas muy cortas todas de muy buen ver, pero entre todas deslumbraba ella, Marya es una belleza achinada, de labios gruesos quien es todo un caramelo a sus 21 años, unos talones esculpidos por los dioses que se elevan por unas piernas firmes y torneadas que se coronan en unas nalgas redonditas y paradas, en forma de una manzana roja y suculenta. Su cintura es afilada y pequeña, en varias oportunidades la he abrazado y la he tomado por una cinturita para pegar sus 1,65 metros de estatura contra mí como para saludarla, como si quisiera poseerla y ella nunca se ha resistido. Tiene unas tetas paradas y del tamaño ideal, al menos para mí, que es copen en totalidad mi cavidad bucal, para chuparlas en su totalidad de un solo sorbo. Ella es morena, con un bronceado perfecto, que logra con viajes muy frecuentes a las costas venezolanas donde ese cuerpecito se exhibe en bikinis pequeños y provocadores. He ido varias veces con ellos y tengo que ocultarme entre mis lentes negros, para mirarla sin restricciones y darme constantes chapuzones para evitar que me vean como me erecto cuando la veo. Sé que ella se ha percatado como la miro y se pone muy coqueta para provocarme, pero la verdad es que nunca habíamos tenido un acercamiento relevante hasta ese día.
Andaba con un vestidito de pana gris con cuello alto y sus brazos descubiertos que le llegaba a lo sumo una cuarta entre la cintura y sus portentosos muslos. Tenía sus piernas cruzadas y se exhibían justo en dirección a donde yo había llegado. Salude a todos, felicité a mi hermano cual rockeros semi-neardentales bebiendo un trago largo de ron, por supuesto para el final guardé el saludo más caluroso y cariñoso para mi cuñadita, que para estas alturas no es de extrañar pues lleva dos años viviendo con mi hermano y ya somos de mucha confianza, ella me correspondió la expresión de cariño y con una actitud de gatita mimosa que nunca antes había demostrado en público, pero ese día al parecer todos estábamos muy emocionados por la fecha.
Nos sentamos un rato, brindamos, bromeamos… lo común. Con ella sostuve una conversación más personal, pero todo en torno a los niños, la situación económica y cuestiones circunstanciales. Yo tenía ganas de fumarme un porro y como hemos tenido algunos problemas con los viejos, pues ellos son muy conservadores, y si nos ausentábamos Marcel y yo iba a ser muy evidente. Pero si íbamos Marya y yo no pasaba nada. Nos metimos a mi vehículo fumamos, escuchamos música y encendimos el aire acondicionado y conversamos largamente, mientras ella se puso de lado en el asiento y dando señales de frío metió sus manos entre las piernas, al girarse se le levantó el vestido hasta la sombra de las nalgas. Desde mi perspectiva era más lo que imaginaba que lo que veía, pero la situación se estaba calentando. Luego ella me confesó que por su mente pasó el siguiente pensamiento:" -Eran las 10:30 de la noche aproximadamente, me fumaba un porro con mi cuñado Luis en su carro mientras hablábamos sin parar (siempre tiene algo interesante que decir) y personalmente me apasiona escucharle. Entre efectos del alcohol, la música y el porro comencé a sentirme excitada, mire a mi cuñado y un pensamiento fugaz paso por mi mente en ese momento “esta noche me lo follo”, sé que él pudo percibirlo pues su semblante cambio, no era como siempre lo había visto, esta vez era como el de un depredador queriendo devorar a su presa “yo”. Mi mente se abruma, “es el cumpleaños de mi esposo, es mi cuñado quien me excita y no puedo evitar imaginar su pene dentro de mí, estoy tan mojada y él lo sabe, claro que lo sabe!! Qué más da? la noche apenas comienza..."
Cuando estábamos entrando en temas íntimos, nos interrumpió por la ventana Marcel pidiendo que le dejáramos un par de patadas al porro, que ya venía nuestra gente de salida, no era para menos a esa altura nos habíamos tomado 2 litros de ron y algunas cervezas negras entre servicio y servicio.
Como mi cuñada ya estaba en el asiento delantero el resto se montó en la parte de atrás, es decir la pareja amiga y mi cuñado. Los viejos se fueron en su vehículo supongo a revivir sus mejores tiempos.
Nosotros empezamos a rodar a toda velocidad, me gusta correr en el auto y disfruto esa sensación. Escuchábamos canciones movidas de Pantera, Sepultura, Metallica, todos coreaban los clásicos e insultábamos a las autoridades que a esa hora estaban tranquilos en sus puestos de vigilancia. Buscamos una botella de cucuy (aguardiente artesanal muy popular en Venezuela) y seguimos bebiendo grandes cantidades. Este ritmo hizo que todos los pasajeros en la parte trasera del vehículo, incluyendo mi cuñado quedaran fulminados. Yo hice par de preguntas, para asegurarme que estaban dormidos y le digo a Marya: “bah estos si son flojos… los únicos sobrevivientes somos tú y yo” y ella me comenta, “así parece…” y me lanza una sonrisa de gata que dijo más que mil palabras. Mi corazón dio un salto. No me lo podía creer, era ahora o nunca, tenía que hacer algo. Hago un cambio de velocidad a cuarta y dejo deslizar mi mano por su muslo izquierdo, la miro y ella se mordió los labios inferiores. Esa fue la única luz verde que había visto en toda la noche, pues la ciudad estaba casi vacía a las 3 am de la mañana. A propósito de que estábamos pasando frente al estadio, hago malos chistes del equipo de béisbol local para verificar que los de atrás estaban dormidos, y al ver que no reaccionaban, deslizo la mano por todo el muslo de mi cuñadita. Lo hice con cautela pero con firmeza hasta que inevitablemente llego a su cuquita, que por la misma calentura, ya estaba húmeda, lo corroboré cuando ella por su propia iniciativa echa para un lado su tanga dejándome la vía de la felicidad libre. La masajee un rato, luego aceleré a 160 km/h en la autopista y escuchando “mucha policía poca diversión” de Eskorbuto le meto los dedos y ella da un saltito y deja salir un gemido que no pudo reprimir. Yo le decía en mímicas “te voy a coger”.
Apresuradamente llegamos a casa de mi hermano, por todo el camino le metí mano en todo el firme cuerpo de mi cuñada. Ya eran las 4:30 am. Dejamos a los amigos en la entrada de su casa, por la expresión de Ana, la chicha de la pareja amiga, creo que se percató del jueguito, nos dijo con voz lasciva: “me imagino que uds seguirán celebrando” señalándonos de forma picara, mi hermano estaba en estado: nulo y ni se percató. Entramos al estacionamiento y pesadamente metimos a mi hermano a casa, dejándolo tirado en su cama. Marya me acompaña de nuevo al auto para “despedirme” justo al llegar al vehículo la tomo de la cintura y la empiezo a besar con mucha pasión, metía la lengua hasta donde alcanzaba y ella respondía de la misma manera. Metía la mano debajo su vestido y en aun tenía corrida a un costado la tanga y volví a meter mis dedos, ella estaba aún más húmeda, despedía todo su olor intimo en su entorno y eso me enloqueció, la recuesto al carro y le hago sentir mi pene erecto a través de la ropa. Abro la puerta trasera, justo en el puesto donde hace algunos minutos estuvo inconsciente mi hermano y la empujo hacia dentro, ella me dice “estás loco” y le contesto entre dientes: “desde hace rato me traes loco y lo sabes” a lo que ella sonríe pícaramente. Soy algo grande por lo tanto, la manipule como a una muñeca, la tome por la cintura y la subí a mis piernas. Ella me saco la pinga y la pajeo, con fuerza y firmeza, empieza a mover su pelvis sensualmente, hasta rozar mi glande a su vulva. Ella susurrando me dijo “no me follaras en casa de tu hermano!” y yo le digo “como que no, si para eso te traje” pongo ambas manos en el culo y la ensarto de un solo envión, ella lanzó un gemido que no pudo contener, que si mi hermano no estuviera bajo los efectos del alcohol y la droga lo fuera escuchado, es decir, su inconsciente lo escucho claramente. Además tengo un par amortiguador deteriorados, los saltos de Marya encima de mi eran evidentes porque los amortiguadores crujían. Ella gemía, me besaba, yo le decía “a partir de ahora serás mi putita, te cogeré cuando se me venga en gana”, ella me decía “eres un desgraciado, te coges a tu cuñada en su casa el día del cumpleaños de tu hermano” y seguía rebotando. La tome firme por la cabellera, le mordí el cuello, ajustando mis dientes lo suficiente para que doliera pero que no dejara marcas, con mi otra mano marcaba el ritmo de su pelvis aferrado a sus nalgas, y ella solo rebotaba, y gemía compulsivamente. La penetración cada vez era más profunda hasta que nuestros cuerpos se fundieron de forma calurosa, húmeda y abundante, ella tembló en mis manos, era un claro orgasmo, se detuvo un momento y cuando paró el temblor, gano fuerza y seguía rebotando, yo la quería seguir follando, la salimos del auto y la recosté a la maletera y la cogí desde atrás, soltaba gemidos, que pudieron ser audibles a los vecinos cercanos, le tape la boca y la embestí salvajemente desde atrás, entrando a lo más profundo de su cuquita. Sus nalgas eran neumáticas y hacía que rebotara mi pelvis, la escena era muy morbosa, si mi hermano fuera despertado, me fuera visto cogiendo salvajemente a su mujer en su propia casa. Le di tantas veces desde atrás, que lo último que vi fue el sol asomarse perezosamente con la iluminación de las 6 am, con la que dejé fluir con mucha fuerza mi leche dentro de ella, no sabía si la preñaba o no, solo le quería inundarla abundantemente con mi semen, inseminar a mi cuñada en su casa el día de cumpleaños de mi hermano. Terminamos, nos besamos tiernamente, y me dice “tú no te vas así, tienes que descansar aquí”, me llevó hasta una habitación desocupada frente a la matrimonial. Nos besamos, le manosee el culo de forma vulgar y me dijo “quédate tranquilo, tendrás tiempo de manosearme… Marcel debe ir a trabajar en un rato” y se aleja de mi tongoneando su culo exageradamente, antes de cerrar la puerta de su cuarto, me mira de reojo, al verme embobado observándola aun con mis pantalones desabrochados, lanza una carcajada y cierra su puerta rápidamente. Lo que sucedió después, lo contaré en otro relato...
10 comentarios - Me cogí a mi cuñada en el cumpleaños de mi hermano
Pronto publicamos la segunda parte