Nada dijo mientras volvíamos a casa. Por el espejo de cortesía, miraba hacia atrás y podía ver las luces de un auto que nos seguía a corta distancia, pero se mantuvo en silencio.
Cuando faltaban una pocas cuadras, ví que se se aflojaba y se recostaba en el asiento.
- Mira sobrino, temo que tu amigo descubra quien soy y me haga la vida imposible, dijo, tranquila.
- Tía, nada sabrá. Mira, llegamos y te meto en mi habitación, con la excusa de que en tu piso hay invitados. Lo invito a que suba y lo hago pasar a mi habitación. Está separada de la casa. Si mis padres vuelven, simplemente mi amigo se quedó a dormir conmigo, y tú saliste con una amiga. Nadie va a sospechar, y menos de tí, que tienes fama de recatada y fría.
- No se si lo que me dices es un elogio o un insulto, pero en fin, esto me pasa por descontrolarme. Mis amigas siempre me dicen que mis calenturas iban a terminar complicándome la vida, pero una es como es.
No dijo nada mas. Le envié un mensaje a mi amigo diciéndole que esperara en el auto en la calle hasta que yo le avisara. Se lo leí a mi tía quien se mostró conforme, y entramos al parking del edificio. El estacionamiento no tenía lugares fijos para los propietarios, y como era fin de semana había muchos vacíos ya que estaban de viaje. Se dirigió al fondo, bien lejos de los lugares habituales que usábamos y estacionó. De esta manera, mis padres si volvían no verían su auto y la historia sería mas creíble.
Estacionó y bajamos. La dejé caminar adelante mientras disfrutaba de su cimbreante figura y mi verga se iba endureciendo. Entramos al ascensor y allí la ataqué con desesperación, besándola y magreándola con ganas, sin que ella se cortara en lo más mínimo. Me acarició la verga por encima de la ropa como lo experta que era. Cuando se detuvo el ascensor nos separamos como si tuviéramos corriente.
Entramos al departamento y una vez allí, le salté literalmente encima y ella me rechazó con la misma energía.
- Shhh. No seas tonto. Primero veamos si no volvieron tus padres, me retó con razón.
Rápidamente fui al dormitorio de ellos. La puerta estaba abierta y adentro no había nadie. Recorrí el lugar. No había nadie. Cuando volví al salón, mi tía no estaba. Intrigado fui a su habitación, y no estaba,volví a recorrer todo y no la encontré. Entonces me dirigí a mi habitación.
En la cama, tapada hasta el cuello estaba mi tía, sonriente.
- Estás apurada, dije sonriendo, mientras comenzaba a desvestirme.
- Al mal paso darle prisa, sobrino.
Me miraba con interés mientras yo me desvestía. Cuando quedé desnudo y con mi verga apuntando al cielo de caliente que estaba, me acerqué a la cama.
- Eres muy mal amigo, me dijo sonriendo.
Me detuve intrigado.
- Porque dices eso?
- Dejas a tu amigo afuera con este frío, dijo con los ojos brillosos.
La miré y sonreí.
- La verdad tía, eres mucho mas puta de lo que yo solo puedo manejar. Será mejor que vengan a ayudarme. Y lamento no tener 3 ó 4 amigos cerca para ver si una vez te podemos agotar a vergazos, dije mientras escribía un mensaje para mi amigo. Mientras yo hacía esto su mano tomó mi verga y comenzó a pajearme lentamente.
“ Te estamos esperando”
“ Ya voy”
“ Cierra la puerta cuando entres”
“Ok”
Con pena hice que mi tía se soltara la palanca, y rápidamente fui a abrir la puerta. Volví de prisa.
- Sigue, sigue, acercandome a la cama, y su mano volvió a iniciar su trabajo.
Escuchamos la puerta que se abría y cerraba, la llave que cerraba y pasos que se acercaban.
Cerré los ojos y me imaginé la escena que vería Richard cuando entrara y mi verga dio un salto.
Se abrió la puerta de la habitación, y se cerró de inmediato.
- Vaya, empezaron sin mí. Tengo que recuperar el tiempo perdido, dijo mientras se desnudaba rápidamente. Cuando quedó desnudo, se acostó en la cama al lado de mi tía y comenzó a comerle la boca.
- ¿ Tienes un camisón sexy?, le preguntó entre beso y beso.
- El mas sexy, le contestó mientras con su otra mano le acariciaba la nuca.
Se levantó de la cama y levantó las sábanas de su lado. Sonrió con lujuria.
- Tienes razón zorrita, tienes razón, y sin decir mas se metió bajo las sabanas con ella. Una vez allí siguió besándola y se notaba como la acariciaba por debajo de la tela.
De a poco fue haciendo que girara hasta ponerla de costado, mientras el se pegaba detrás de ella. Mi tía cambió de mano para seguir masturbándome.
Richard me miró.
- No te aburres de que usa la mano únicamente? Preguntó, y sin esperar respuesta agregó: “ Arrodíllate en el piso frente a su boca”. Comprendí sus intenciones y por el gesto vi que mi tía también. Me acerqué y tome la posición aconsejada. A mi tía de costado como estaba, mi verga le quedó cómoda para cambiar las caricias de su mano por la succión de su boca, y comenzó a chupar como una loca.
- Está sacada, dije cerrando los ojos para tratar de no acabar.
- Es que sabe lo que va a pasar ahora, dijo mi amigo mientras se acomodaba lentamente detrás de mi honesta tía. La boca depredadora se detuvo, se aflojó por un momento y luego reinició con desesperación el pete mas sabroso que me han hecho en mi vida. Cada rato se detenía, gemía y luego continuaba chupando. Richard comenzó a moverse y era evidente lo que pasaba debajo de las sabanas. El cabrón se la estaba cepillando. Pero los gemidos de mi tía no tenían explicación.
- Hijo de puta, te la coges, le dije, entre dientes.
- No te enojes que para vos también hay, dijo Richard, vamos corre las sábanas me ordenó. Lo hice y pude ver en su plenitud la cópula perfecta. Pero con un detalle especial. Le había perforado el culo. Cuando esa verga entraba mi tía gemía, así hasta que los huevos del macho se estrellaron contra su cuerpo.
La colocó sobre él, quedándose quieto con su verga profundamente clavada en su ano. Mi tía me pidió que me ocupara de sus tetas y su clítoris, cosa que hice rápidamente. Cuando mi mano tocó su sexo, mi tía se corrió como una yegua.
- Pero que caliente que está la muy puta, dijo Richard.
- Ni se imaginan borregos, ni se imaginan, dijo mi tía en pleno orgasmo con los ojos cerrados.
- Vamos pendejo, dijo Richard, apunta y haz un blanco perfecto. Tomé mi verga enfurecida y la coloqué en la puerta de su vagina. Mi tía con un hábil movimiento se la tragó por completo. El cuadro era bizarro. Richard con la espalda contra el colchón, con su verga clavada por completo en el culo de mi tía, mi tía gozando como una perra y yo entre sus piernas, arrodillado y comenzando rápidamente a bombearla.
Mi tía lloraba de placer, y durante varios minutos le di con todo. Se la metí hasta las cachas, me moví hacia los costados, en círculos, le tallé todas las paredes de su vagina con mi verga y por fin, me corrí con furia y como si fuera mi último polvo. Jamás me vacié de esa manera.
Traté de no gritar por los vecinos, pero mis suspiros fueron profundos acompañando cada chorro, cada lechazo que regó el coño de mi tía. Cuando al final me tranquilicé, desmonté. Mi tía, mientras, había tenido un orgasmo tras otro y estaba realmente floja.
Richard, la giró hasta ponerla en cuatro patas.
- Por favor, por favor, espera que me recupere, suplicó mi tía. Richard la tomó de los cabellos y como un salvaje comenzó un mete y saca bestial. Era impresionante ver esa verga salir casi por completo y luego meterse hasta las cachas en su culo.
- Noooooo, me matas, me matas, sollozaba mi tía. Por un momento pensé en intervenir, me acerqué a la cama, pero Richard me detuvo con una mirada.
- La otra vez te enculé hija de puta y ni la sentiste. Hoy me voy a asegurar que jamás te olvides de mi pija. Vamos a ver cuantos orgasmos aguantas sin desmayarte. Pienso darte hasta que pidas por favor.
- Y no termina ahí. Después la enculo yo que ya se me está parando de vuelta de ver semejante puta, dije mientras comenzaba a masturbarme lentamente.
- No, por favor, ten piedad so…. Tuve miedo que dijera sobrino, así que se la metí de una en la boca hasta el fondo de la garganta, haciendo que tuviera una arcada. La retiré un poco y la dejé allí.
- Eso, calientala bien y lubricala, aunque no va a hacer falta. El culo te va a quedar como una autopista cuando El vergón de Richard termine contigo. La mía no te va a hacer ni cosquillas, dije, disimulando para que Richard no sospechara. Pero estaba tan feliz con la sodomización que creo que no escuchó nada de lo que mi tía dijo.
Richard siguió, y siguió, hasta conseguir que mi tía se fuera agotando. Evidentemente los años le jugaban una mala pasada cuando se trataba de porongas jóvenes e inagotables, como a ella le gustaban.
Por fin Richard comenzó a gemir y a acelerar hasta que se la enterró hasta el fondo y tomándola del cuello comenzó a llenarla a conciencia. La presión del cuello hizo que mi tía acabara una vez mas, cayendo sobre la cama y arrastrando al macho que tenía empotrado.
Cuando Richard desmontó, por un momento tuve lástima de mi tía. Estaba despatarrada, y le brotaba semen por sus dos agujeros. Pero no iba a mostrar ninguna contemplación. Si quieres ser puta, te tienen que tratar como una puta.
La tomé de las piernas y las bajé de la cama, haciendo que quedara arrodillada con el cuerpo sobre la cama. Le separé las piernas y me acomodé a su grupa. Mi tía estaba semiinconsciente. Acomodé mi verga, apunté a su culo como si tuviera una diana y se la metí de un golpe. El cuerpo de mi tía se sacudió un momento y luego se quedó quieta.
- Ahora voy a esperar que te recuperes. Quiero que sientas mi leche caliente en el fondo de tu culo cuando te eche los mocos, le dije al oído mientras le besaba las orejas, el cuello la espalda.
Lentamente se fue recuperando,y comenzó a responder a mis embates.
Para cuando me vacié dentro de ella, estaba plenamente consciente y lo disfrutó mucho.
Por fin, todo se calmó.
Mi tía estaba arrodillada en el suelo con el cuerpo sobre la cama, yo caí hacia el costado quedando acostado en el piso y Richard apoyado en el respaldo de la cama, se masturbaba lentamente una verga que empezaba a ponerse dura.
Mi tía levantó la cabeza y lo miró.
- No has tenido bastante?
- Y tú?
- Yo no tengo problemas, dijo mi tía con soberbia.
- Bueno, ven a chuparme la pija, le dijo, y mi tía gateó sobre la cama hasta llegar al mástil semierecto y comenzó a pasarle la lengua como si fuera un helado.
- Lo que pasa putita, es que dos veces te he culeado pero todavía no probé tu conchita. Me parece que es hora de que sientas mis mocos bien adentro, inundando tu útero, le decía mientras acariciaba sus tetas. El cabrón sabía que esas frases enloquecían a mi tía, la que comenzó a chupar con ganas.
Por fin, la acostó boca arriba en la cama, levantó sus piernas por encima de sus hombros y la clavó lentamente hasta el fondo, llegando inclusive a quedar apoyado en la punta de sus pies, mientras todo su cuerpo se sostenía en la punta de su verga que estaba profundamente clavada en la argolla de mi tía. Y luego la cepilló a conciencia. Jamás vi a nadie cepillar una hembra de esa manera. Claro, como ya había acabado, no tenía ningún apuro , así que durante mas de 20 minutos la perforó profunda y lentamente, haciendo que mi tía gozara como pocas veces en su vida, según lo que ella misma decía.
Cuando por fin la inundó de semen, tuve ganas de aplaudir. La ejecución había sido memorable.
Al rato, lo convencí a Richard de que se fuera antes que volvieran mis padres, y luego yo la acompañaría a la hembra a su casa, le dije.
Richard se fue, y mi tía se vistió de prisa.
- Te gustó tiíta? Pregunté contento.
- Fue una pasada sobrino. Tu eres bueno en la cama, pero tu amigo es una verdadera joyita. Creo que tengo el tanque lleno por varias semanas. Mis amigas no podrán creer lo que me comí en este viaje.
- Pero yo no, tiíta, así que mañana cuando todos se vayan voy a ir a despertarte a tu cama. Quiero darte el biberón, dije sonriendo.
- Eres muy travieso, niño, muy travieso, dijo mi tía mientras dejaba mi habitación y se perdía en la suya.
Pasó un rato largo hasta que mis padres regresaron. Para ese momento la casa estaba tranquila, como si nada hubiera pasado.
Mi tía se quedó en mi casa 10 días mas. Como prometí, cada mañana cuando quedábamos solos le daba el desayuno. Algunas veces tomaba su leche, y otras veces, con más tiempo, prefería guardarla en otro lugar. No siempre en el mismo. Desde que se fue, la verdad, que la extraño.
Cuando faltaban una pocas cuadras, ví que se se aflojaba y se recostaba en el asiento.
- Mira sobrino, temo que tu amigo descubra quien soy y me haga la vida imposible, dijo, tranquila.
- Tía, nada sabrá. Mira, llegamos y te meto en mi habitación, con la excusa de que en tu piso hay invitados. Lo invito a que suba y lo hago pasar a mi habitación. Está separada de la casa. Si mis padres vuelven, simplemente mi amigo se quedó a dormir conmigo, y tú saliste con una amiga. Nadie va a sospechar, y menos de tí, que tienes fama de recatada y fría.
- No se si lo que me dices es un elogio o un insulto, pero en fin, esto me pasa por descontrolarme. Mis amigas siempre me dicen que mis calenturas iban a terminar complicándome la vida, pero una es como es.
No dijo nada mas. Le envié un mensaje a mi amigo diciéndole que esperara en el auto en la calle hasta que yo le avisara. Se lo leí a mi tía quien se mostró conforme, y entramos al parking del edificio. El estacionamiento no tenía lugares fijos para los propietarios, y como era fin de semana había muchos vacíos ya que estaban de viaje. Se dirigió al fondo, bien lejos de los lugares habituales que usábamos y estacionó. De esta manera, mis padres si volvían no verían su auto y la historia sería mas creíble.
Estacionó y bajamos. La dejé caminar adelante mientras disfrutaba de su cimbreante figura y mi verga se iba endureciendo. Entramos al ascensor y allí la ataqué con desesperación, besándola y magreándola con ganas, sin que ella se cortara en lo más mínimo. Me acarició la verga por encima de la ropa como lo experta que era. Cuando se detuvo el ascensor nos separamos como si tuviéramos corriente.
Entramos al departamento y una vez allí, le salté literalmente encima y ella me rechazó con la misma energía.
- Shhh. No seas tonto. Primero veamos si no volvieron tus padres, me retó con razón.
Rápidamente fui al dormitorio de ellos. La puerta estaba abierta y adentro no había nadie. Recorrí el lugar. No había nadie. Cuando volví al salón, mi tía no estaba. Intrigado fui a su habitación, y no estaba,volví a recorrer todo y no la encontré. Entonces me dirigí a mi habitación.
En la cama, tapada hasta el cuello estaba mi tía, sonriente.
- Estás apurada, dije sonriendo, mientras comenzaba a desvestirme.
- Al mal paso darle prisa, sobrino.
Me miraba con interés mientras yo me desvestía. Cuando quedé desnudo y con mi verga apuntando al cielo de caliente que estaba, me acerqué a la cama.
- Eres muy mal amigo, me dijo sonriendo.
Me detuve intrigado.
- Porque dices eso?
- Dejas a tu amigo afuera con este frío, dijo con los ojos brillosos.
La miré y sonreí.
- La verdad tía, eres mucho mas puta de lo que yo solo puedo manejar. Será mejor que vengan a ayudarme. Y lamento no tener 3 ó 4 amigos cerca para ver si una vez te podemos agotar a vergazos, dije mientras escribía un mensaje para mi amigo. Mientras yo hacía esto su mano tomó mi verga y comenzó a pajearme lentamente.
“ Te estamos esperando”
“ Ya voy”
“ Cierra la puerta cuando entres”
“Ok”
Con pena hice que mi tía se soltara la palanca, y rápidamente fui a abrir la puerta. Volví de prisa.
- Sigue, sigue, acercandome a la cama, y su mano volvió a iniciar su trabajo.
Escuchamos la puerta que se abría y cerraba, la llave que cerraba y pasos que se acercaban.
Cerré los ojos y me imaginé la escena que vería Richard cuando entrara y mi verga dio un salto.
Se abrió la puerta de la habitación, y se cerró de inmediato.
- Vaya, empezaron sin mí. Tengo que recuperar el tiempo perdido, dijo mientras se desnudaba rápidamente. Cuando quedó desnudo, se acostó en la cama al lado de mi tía y comenzó a comerle la boca.
- ¿ Tienes un camisón sexy?, le preguntó entre beso y beso.
- El mas sexy, le contestó mientras con su otra mano le acariciaba la nuca.
Se levantó de la cama y levantó las sábanas de su lado. Sonrió con lujuria.
- Tienes razón zorrita, tienes razón, y sin decir mas se metió bajo las sabanas con ella. Una vez allí siguió besándola y se notaba como la acariciaba por debajo de la tela.
De a poco fue haciendo que girara hasta ponerla de costado, mientras el se pegaba detrás de ella. Mi tía cambió de mano para seguir masturbándome.
Richard me miró.
- No te aburres de que usa la mano únicamente? Preguntó, y sin esperar respuesta agregó: “ Arrodíllate en el piso frente a su boca”. Comprendí sus intenciones y por el gesto vi que mi tía también. Me acerqué y tome la posición aconsejada. A mi tía de costado como estaba, mi verga le quedó cómoda para cambiar las caricias de su mano por la succión de su boca, y comenzó a chupar como una loca.
- Está sacada, dije cerrando los ojos para tratar de no acabar.
- Es que sabe lo que va a pasar ahora, dijo mi amigo mientras se acomodaba lentamente detrás de mi honesta tía. La boca depredadora se detuvo, se aflojó por un momento y luego reinició con desesperación el pete mas sabroso que me han hecho en mi vida. Cada rato se detenía, gemía y luego continuaba chupando. Richard comenzó a moverse y era evidente lo que pasaba debajo de las sabanas. El cabrón se la estaba cepillando. Pero los gemidos de mi tía no tenían explicación.
- Hijo de puta, te la coges, le dije, entre dientes.
- No te enojes que para vos también hay, dijo Richard, vamos corre las sábanas me ordenó. Lo hice y pude ver en su plenitud la cópula perfecta. Pero con un detalle especial. Le había perforado el culo. Cuando esa verga entraba mi tía gemía, así hasta que los huevos del macho se estrellaron contra su cuerpo.
La colocó sobre él, quedándose quieto con su verga profundamente clavada en su ano. Mi tía me pidió que me ocupara de sus tetas y su clítoris, cosa que hice rápidamente. Cuando mi mano tocó su sexo, mi tía se corrió como una yegua.
- Pero que caliente que está la muy puta, dijo Richard.
- Ni se imaginan borregos, ni se imaginan, dijo mi tía en pleno orgasmo con los ojos cerrados.
- Vamos pendejo, dijo Richard, apunta y haz un blanco perfecto. Tomé mi verga enfurecida y la coloqué en la puerta de su vagina. Mi tía con un hábil movimiento se la tragó por completo. El cuadro era bizarro. Richard con la espalda contra el colchón, con su verga clavada por completo en el culo de mi tía, mi tía gozando como una perra y yo entre sus piernas, arrodillado y comenzando rápidamente a bombearla.
Mi tía lloraba de placer, y durante varios minutos le di con todo. Se la metí hasta las cachas, me moví hacia los costados, en círculos, le tallé todas las paredes de su vagina con mi verga y por fin, me corrí con furia y como si fuera mi último polvo. Jamás me vacié de esa manera.
Traté de no gritar por los vecinos, pero mis suspiros fueron profundos acompañando cada chorro, cada lechazo que regó el coño de mi tía. Cuando al final me tranquilicé, desmonté. Mi tía, mientras, había tenido un orgasmo tras otro y estaba realmente floja.
Richard, la giró hasta ponerla en cuatro patas.
- Por favor, por favor, espera que me recupere, suplicó mi tía. Richard la tomó de los cabellos y como un salvaje comenzó un mete y saca bestial. Era impresionante ver esa verga salir casi por completo y luego meterse hasta las cachas en su culo.
- Noooooo, me matas, me matas, sollozaba mi tía. Por un momento pensé en intervenir, me acerqué a la cama, pero Richard me detuvo con una mirada.
- La otra vez te enculé hija de puta y ni la sentiste. Hoy me voy a asegurar que jamás te olvides de mi pija. Vamos a ver cuantos orgasmos aguantas sin desmayarte. Pienso darte hasta que pidas por favor.
- Y no termina ahí. Después la enculo yo que ya se me está parando de vuelta de ver semejante puta, dije mientras comenzaba a masturbarme lentamente.
- No, por favor, ten piedad so…. Tuve miedo que dijera sobrino, así que se la metí de una en la boca hasta el fondo de la garganta, haciendo que tuviera una arcada. La retiré un poco y la dejé allí.
- Eso, calientala bien y lubricala, aunque no va a hacer falta. El culo te va a quedar como una autopista cuando El vergón de Richard termine contigo. La mía no te va a hacer ni cosquillas, dije, disimulando para que Richard no sospechara. Pero estaba tan feliz con la sodomización que creo que no escuchó nada de lo que mi tía dijo.
Richard siguió, y siguió, hasta conseguir que mi tía se fuera agotando. Evidentemente los años le jugaban una mala pasada cuando se trataba de porongas jóvenes e inagotables, como a ella le gustaban.
Por fin Richard comenzó a gemir y a acelerar hasta que se la enterró hasta el fondo y tomándola del cuello comenzó a llenarla a conciencia. La presión del cuello hizo que mi tía acabara una vez mas, cayendo sobre la cama y arrastrando al macho que tenía empotrado.
Cuando Richard desmontó, por un momento tuve lástima de mi tía. Estaba despatarrada, y le brotaba semen por sus dos agujeros. Pero no iba a mostrar ninguna contemplación. Si quieres ser puta, te tienen que tratar como una puta.
La tomé de las piernas y las bajé de la cama, haciendo que quedara arrodillada con el cuerpo sobre la cama. Le separé las piernas y me acomodé a su grupa. Mi tía estaba semiinconsciente. Acomodé mi verga, apunté a su culo como si tuviera una diana y se la metí de un golpe. El cuerpo de mi tía se sacudió un momento y luego se quedó quieta.
- Ahora voy a esperar que te recuperes. Quiero que sientas mi leche caliente en el fondo de tu culo cuando te eche los mocos, le dije al oído mientras le besaba las orejas, el cuello la espalda.
Lentamente se fue recuperando,y comenzó a responder a mis embates.
Para cuando me vacié dentro de ella, estaba plenamente consciente y lo disfrutó mucho.
Por fin, todo se calmó.
Mi tía estaba arrodillada en el suelo con el cuerpo sobre la cama, yo caí hacia el costado quedando acostado en el piso y Richard apoyado en el respaldo de la cama, se masturbaba lentamente una verga que empezaba a ponerse dura.
Mi tía levantó la cabeza y lo miró.
- No has tenido bastante?
- Y tú?
- Yo no tengo problemas, dijo mi tía con soberbia.
- Bueno, ven a chuparme la pija, le dijo, y mi tía gateó sobre la cama hasta llegar al mástil semierecto y comenzó a pasarle la lengua como si fuera un helado.
- Lo que pasa putita, es que dos veces te he culeado pero todavía no probé tu conchita. Me parece que es hora de que sientas mis mocos bien adentro, inundando tu útero, le decía mientras acariciaba sus tetas. El cabrón sabía que esas frases enloquecían a mi tía, la que comenzó a chupar con ganas.
Por fin, la acostó boca arriba en la cama, levantó sus piernas por encima de sus hombros y la clavó lentamente hasta el fondo, llegando inclusive a quedar apoyado en la punta de sus pies, mientras todo su cuerpo se sostenía en la punta de su verga que estaba profundamente clavada en la argolla de mi tía. Y luego la cepilló a conciencia. Jamás vi a nadie cepillar una hembra de esa manera. Claro, como ya había acabado, no tenía ningún apuro , así que durante mas de 20 minutos la perforó profunda y lentamente, haciendo que mi tía gozara como pocas veces en su vida, según lo que ella misma decía.
Cuando por fin la inundó de semen, tuve ganas de aplaudir. La ejecución había sido memorable.
Al rato, lo convencí a Richard de que se fuera antes que volvieran mis padres, y luego yo la acompañaría a la hembra a su casa, le dije.
Richard se fue, y mi tía se vistió de prisa.
- Te gustó tiíta? Pregunté contento.
- Fue una pasada sobrino. Tu eres bueno en la cama, pero tu amigo es una verdadera joyita. Creo que tengo el tanque lleno por varias semanas. Mis amigas no podrán creer lo que me comí en este viaje.
- Pero yo no, tiíta, así que mañana cuando todos se vayan voy a ir a despertarte a tu cama. Quiero darte el biberón, dije sonriendo.
- Eres muy travieso, niño, muy travieso, dijo mi tía mientras dejaba mi habitación y se perdía en la suya.
Pasó un rato largo hasta que mis padres regresaron. Para ese momento la casa estaba tranquila, como si nada hubiera pasado.
Mi tía se quedó en mi casa 10 días mas. Como prometí, cada mañana cuando quedábamos solos le daba el desayuno. Algunas veces tomaba su leche, y otras veces, con más tiempo, prefería guardarla en otro lugar. No siempre en el mismo. Desde que se fue, la verdad, que la extraño.
3 comentarios - Las apariencias engañan (final)