Siempre fui un poco reservada (Mas de la cuenta seguramente) solo tuve un novio y fue en la secundaria. Para mi, era el chico mas lindo de la escuela, en cuanto me miraba, me sonrojaba, y aunque siempre fui bastante inocente, empece a sentir deseos sexuales en aquel viernes de un recreo caluroso de noviembre, en la que ya casi despedíamos el tercer año de la secundaria. Yo casi no sabia que era un acto sexual, a pesar de que mis pocas amigas ya habían debutado, ni siquiera sabia como era, como se hacia. Nada.
Mi prima era prácticamente mi hermana, o quizás mi madre, ella tiene cuatro años mas que yo, y le contaba todo, ella, con sus diecinueve años, con mas experiencia, siempre sabia aconsejarme. Desde que tengo memoria, fue y sigue siendo, mi protectora.
Así que, sin dudarlo, le conté de mis deseos mientras le pedía consejos, y sin contestarme a mi pregunta, me dijo que como todos los viernes, valla a su casa para pasar la noche ahí. Yo no entendí la intención.
Así que fui, comimos con mis tíos, vimos una película, nos reímos mucho, hasta que se hizo de madrugada, y sus padres, al irse a dormir, dejaron la casa en silencio. Nosotras fuimos a su habitación, y sentadas en el medio de la cama en "forma de indio", enfrentadas, hablamos de todo, mi pregunta se hizo esperar, pero al fin llego [b]"¿Es bueno que tenga ganas de sexo con ese chico?".[/b] Ella me miro, y me dijo "Mira".
Se levanto de la cama, prendió la tele, y comenzó a hacer zapping, hasta que encontró una escena sexual. La temperatura se me levanto, volvió a su lugar, me levanto mi remera, me bajo el short, y me dijo susurrando al oído "Es lo mas normal y hermoso del mundo" ella se sentó abriendo las piernas, inclinándose para atrás y también se bajo su short y su tanga color violeta, introdujo sus dedos, y mirando ese programa erótico tan caliente, empezó a frotarse, yo hice lo mismo y fue cuestión de tiempo para que ambas estemos acostadas, una a lado de la otra, completamente desnudas.
Fue algo increíble, placentero, hermoso. Tanto, que la masturbación, algo desconocido para mi hasta ahí, se hizo algo cotidiano en mis días, sentada en el sillón de la sala, en frente del televisor buscando alguna escena propicia y con terror a que me descubran mis padres. Y todo los fines de semanas, se repetía tan bendito acto con mi prima.
Al cabo de dos semanas, de calentarme con ese pibe y bajarme la temperatura con mis dedos, el me encaro, me hablo. Me invito a salir. El resto es historia, y solo recuerdo la cabeza de su pene apoyándose en mi vagina y entrando lentamente, haciéndome gritar de dolor. Gemir de placer.
Cuento esto, por que en estos momentos, que miro a mi alrededor, sin creer lo lejos llegue, se me es imposible no recordar como empece. ¿Quien lo diría?
La primera velada con mi prima le pregunte en cuanto tiempo una pija entraría en mi, ella obvio, me dijo que eso no se sabe, pero que no faltaría mucho, y que cuando tenga su edad, ya habría cabalgado tantas pijas como ella.
¿Quien lo diría? Por que ya tengo su edad, y lo que estoy viviendo, es increíble.
Es mi segundo año de la facultad, y recién estoy entablando amistad con algunas compañeras y compañeros, debo admitir que todos, y cada uno de ellos, están fuertisimos, pero nunca paso, ni siquiera me vinieron a hablar con alguna otra intención, debe ser por si personalidad algo cerrada y fría, y seguramente, por mi autoestima: Mis compañeras son hermosas, con muy lindos cuerpos todas, y no hablo de cuerpos perfectos, hay para todos los gustos. Pero la situación esta cambiando, y de apoco, me voy dando un poco mas.
Al cabo de unos meses, ya me siento parte del grupo: 3 chicas y 4 chicos.
Mi felicidad llego cuando me invitaron a la casa de una de mis compañeras (Una de mis nuevas amigas) por que ya me sentía incluida y me lo hicieron saber.
Cuando llego en esa linda noche de viernes, me hacen entrar en la sala solo mis amigas, yo sospecho, no hay nadie, me dijeron que habrían muchas personas y solo están las tres. Pero la cosa se pone buena, o mejor dicho, misteriosa.
"Te traemos acá -me dijeron- por que confiamos en vos. Si vos estas dispuesta, y nos prometes que de todo lo que veas acá no vas a contar nada, te guste o no lo que veas adentro, te dejamos entrar"
"¿Pero que es? Díganme, sino no puedo prometer nada" Les digo.
"Lo único que puedo decirte es que no es nada grave. Si vos estas dispuesta a guardar el secreto, y después de enterarte de que se trata no queres saber nada, perfecto, te respetamos, y nuestra amistad va a seguir igual, siempre y cuando cumplas tu promesa"
El misterio y la incertidumbre me podían. "¡Acepto!" Digo enérgicamente.
Las cuatro nos subimos a un auto y sin decir nada, manejamos unos 10 minutos.
El momento llego, entramos en una casa quinta, casi alejada de la civilización. Cuando entramos,
un living bastante espacioso estaba rodeado en sus cuatro paredes por sofás, todos mirando hacia el centro, donde se encontraba un sillón. Y una detrás de la otra, vienen caminado varias chicas, semidesnudas todas ellas, solamente sus bikinis llevan encima, presto atención y esas chicas son todas compañeras de mi facultad. Me sientan en el medio de la sala, me quitan la ropa, mis amigas me dicen que me relaje, les hago caso. Y con las piernas abiertas, mirando a todas las chicas sentadas en frente mio, empiezo a masturbarme por ordenes de ellas. Mi amigas están a mi lado, y me dicen que como forma de iniciación, tengo que practicarles sexo oral, a las tres.
Normalmente me negaría, pero la calentura es tremenda, ellas se sientan y yo prosigo con mi lengua. Todas miran, mas de 15 chicas observando y gimiendo mientras se estimulan sus clítoris, algunas se tocan mutuamente, pero yo sigo concentrada en darles placer a mis tres amigas.
Siento que algunas de mis compañeras, en las que casi no hablamos durante dos años de cursada, empieza a acariciar mi cuerpo que esta en cuatro, lamiendo la vulva de mi amiga, e introduce sus dedos en mi, y al momento del clímax... Se detienen, y al ponerse de pie me dicen:
"Elegí un numero del uno al catorce"
Me pareció rara hasta las cifras que me dieron a elegir, pero hago caso "Mmmm... El cinco"
Una de mis compañeras repite mi decisión en vos alta: "¡EL CINCO!".
En eso, llega en "Cinco", otro de mis compañeros, envuelto con una toalla blanca y al grito desaforado de todas las chicas presente (Menos yo) se saca la toalla en frente mio, dejándome ver su verga totalmente erecta, grande, yo estoy sentada con esa cosa enorme en mi cara, con las únicas ganas de metermela toda en la boca, el me dice que chupe, yo, jugando a la difícil le digo que no, pero no puedo engañarme por mucho tiempo, y se la chupo, y se la chupo con toda la pasión con la que jamas chupe una pija, y al cabo de unos minutos, 13 muchachos salen, completamente desnudos y se sientan ocupando todos los sofás, ahora mi tarea es pasar uno por uno y chupársela por cinco minutos a cada uno. Termino la ronda y salen mis cuatro amigos, totalmente desnudos, ahora es el momento de darle placer a ellos, pienso, pero no, uno de ellos me sienta con las piernas abiertas y me empieza a dar duro, mientras se la chupo a otro de mis amigos, parado arriba del sillón, a los dos restantes les hago una paja, con la poca coordinación que tenia en ese momento. "Listo" grita una de las chicas, y uno de mis amigos, de los que les estaba haciendo la paja, me lleva al sillón, me susurra al oído una pregunta, yo le respondo que si, así que lo hacemos: Me pongo en cuatro y empieza a desvirgar mi culo con una suavidad y un amor que hacen recordar esa experiencia, no solo como la mas excitante por lo que era la situación, sino la mas placentera por la forma en la que me cogía este muchacho, callado, tímido, reservado, pero con un pija privilegiada. El dolor es grande si, pero disfruto, esto no se vive dos veces.
"Bienvenida -me dicen- este es nuestro club"
Mi prima era prácticamente mi hermana, o quizás mi madre, ella tiene cuatro años mas que yo, y le contaba todo, ella, con sus diecinueve años, con mas experiencia, siempre sabia aconsejarme. Desde que tengo memoria, fue y sigue siendo, mi protectora.
Así que, sin dudarlo, le conté de mis deseos mientras le pedía consejos, y sin contestarme a mi pregunta, me dijo que como todos los viernes, valla a su casa para pasar la noche ahí. Yo no entendí la intención.
Así que fui, comimos con mis tíos, vimos una película, nos reímos mucho, hasta que se hizo de madrugada, y sus padres, al irse a dormir, dejaron la casa en silencio. Nosotras fuimos a su habitación, y sentadas en el medio de la cama en "forma de indio", enfrentadas, hablamos de todo, mi pregunta se hizo esperar, pero al fin llego [b]"¿Es bueno que tenga ganas de sexo con ese chico?".[/b] Ella me miro, y me dijo "Mira".
Se levanto de la cama, prendió la tele, y comenzó a hacer zapping, hasta que encontró una escena sexual. La temperatura se me levanto, volvió a su lugar, me levanto mi remera, me bajo el short, y me dijo susurrando al oído "Es lo mas normal y hermoso del mundo" ella se sentó abriendo las piernas, inclinándose para atrás y también se bajo su short y su tanga color violeta, introdujo sus dedos, y mirando ese programa erótico tan caliente, empezó a frotarse, yo hice lo mismo y fue cuestión de tiempo para que ambas estemos acostadas, una a lado de la otra, completamente desnudas.
Fue algo increíble, placentero, hermoso. Tanto, que la masturbación, algo desconocido para mi hasta ahí, se hizo algo cotidiano en mis días, sentada en el sillón de la sala, en frente del televisor buscando alguna escena propicia y con terror a que me descubran mis padres. Y todo los fines de semanas, se repetía tan bendito acto con mi prima.
Al cabo de dos semanas, de calentarme con ese pibe y bajarme la temperatura con mis dedos, el me encaro, me hablo. Me invito a salir. El resto es historia, y solo recuerdo la cabeza de su pene apoyándose en mi vagina y entrando lentamente, haciéndome gritar de dolor. Gemir de placer.
Cuento esto, por que en estos momentos, que miro a mi alrededor, sin creer lo lejos llegue, se me es imposible no recordar como empece. ¿Quien lo diría?
La primera velada con mi prima le pregunte en cuanto tiempo una pija entraría en mi, ella obvio, me dijo que eso no se sabe, pero que no faltaría mucho, y que cuando tenga su edad, ya habría cabalgado tantas pijas como ella.
¿Quien lo diría? Por que ya tengo su edad, y lo que estoy viviendo, es increíble.
Es mi segundo año de la facultad, y recién estoy entablando amistad con algunas compañeras y compañeros, debo admitir que todos, y cada uno de ellos, están fuertisimos, pero nunca paso, ni siquiera me vinieron a hablar con alguna otra intención, debe ser por si personalidad algo cerrada y fría, y seguramente, por mi autoestima: Mis compañeras son hermosas, con muy lindos cuerpos todas, y no hablo de cuerpos perfectos, hay para todos los gustos. Pero la situación esta cambiando, y de apoco, me voy dando un poco mas.
Al cabo de unos meses, ya me siento parte del grupo: 3 chicas y 4 chicos.
Mi felicidad llego cuando me invitaron a la casa de una de mis compañeras (Una de mis nuevas amigas) por que ya me sentía incluida y me lo hicieron saber.
Cuando llego en esa linda noche de viernes, me hacen entrar en la sala solo mis amigas, yo sospecho, no hay nadie, me dijeron que habrían muchas personas y solo están las tres. Pero la cosa se pone buena, o mejor dicho, misteriosa.
"Te traemos acá -me dijeron- por que confiamos en vos. Si vos estas dispuesta, y nos prometes que de todo lo que veas acá no vas a contar nada, te guste o no lo que veas adentro, te dejamos entrar"
"¿Pero que es? Díganme, sino no puedo prometer nada" Les digo.
"Lo único que puedo decirte es que no es nada grave. Si vos estas dispuesta a guardar el secreto, y después de enterarte de que se trata no queres saber nada, perfecto, te respetamos, y nuestra amistad va a seguir igual, siempre y cuando cumplas tu promesa"
El misterio y la incertidumbre me podían. "¡Acepto!" Digo enérgicamente.
Las cuatro nos subimos a un auto y sin decir nada, manejamos unos 10 minutos.
El momento llego, entramos en una casa quinta, casi alejada de la civilización. Cuando entramos,
un living bastante espacioso estaba rodeado en sus cuatro paredes por sofás, todos mirando hacia el centro, donde se encontraba un sillón. Y una detrás de la otra, vienen caminado varias chicas, semidesnudas todas ellas, solamente sus bikinis llevan encima, presto atención y esas chicas son todas compañeras de mi facultad. Me sientan en el medio de la sala, me quitan la ropa, mis amigas me dicen que me relaje, les hago caso. Y con las piernas abiertas, mirando a todas las chicas sentadas en frente mio, empiezo a masturbarme por ordenes de ellas. Mi amigas están a mi lado, y me dicen que como forma de iniciación, tengo que practicarles sexo oral, a las tres.
Normalmente me negaría, pero la calentura es tremenda, ellas se sientan y yo prosigo con mi lengua. Todas miran, mas de 15 chicas observando y gimiendo mientras se estimulan sus clítoris, algunas se tocan mutuamente, pero yo sigo concentrada en darles placer a mis tres amigas.
Siento que algunas de mis compañeras, en las que casi no hablamos durante dos años de cursada, empieza a acariciar mi cuerpo que esta en cuatro, lamiendo la vulva de mi amiga, e introduce sus dedos en mi, y al momento del clímax... Se detienen, y al ponerse de pie me dicen:
"Elegí un numero del uno al catorce"
Me pareció rara hasta las cifras que me dieron a elegir, pero hago caso "Mmmm... El cinco"
Una de mis compañeras repite mi decisión en vos alta: "¡EL CINCO!".
En eso, llega en "Cinco", otro de mis compañeros, envuelto con una toalla blanca y al grito desaforado de todas las chicas presente (Menos yo) se saca la toalla en frente mio, dejándome ver su verga totalmente erecta, grande, yo estoy sentada con esa cosa enorme en mi cara, con las únicas ganas de metermela toda en la boca, el me dice que chupe, yo, jugando a la difícil le digo que no, pero no puedo engañarme por mucho tiempo, y se la chupo, y se la chupo con toda la pasión con la que jamas chupe una pija, y al cabo de unos minutos, 13 muchachos salen, completamente desnudos y se sientan ocupando todos los sofás, ahora mi tarea es pasar uno por uno y chupársela por cinco minutos a cada uno. Termino la ronda y salen mis cuatro amigos, totalmente desnudos, ahora es el momento de darle placer a ellos, pienso, pero no, uno de ellos me sienta con las piernas abiertas y me empieza a dar duro, mientras se la chupo a otro de mis amigos, parado arriba del sillón, a los dos restantes les hago una paja, con la poca coordinación que tenia en ese momento. "Listo" grita una de las chicas, y uno de mis amigos, de los que les estaba haciendo la paja, me lleva al sillón, me susurra al oído una pregunta, yo le respondo que si, así que lo hacemos: Me pongo en cuatro y empieza a desvirgar mi culo con una suavidad y un amor que hacen recordar esa experiencia, no solo como la mas excitante por lo que era la situación, sino la mas placentera por la forma en la que me cogía este muchacho, callado, tímido, reservado, pero con un pija privilegiada. El dolor es grande si, pero disfruto, esto no se vive dos veces.
"Bienvenida -me dicen- este es nuestro club"
5 comentarios - La Bienvenida (RELATO)
Muy bueno tu relato Amiga 🙂
+10 para VOS