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Jugando con su primita X

Aquí les traigo este nuevo capitulo, el diez, el capítulo X, que empieza donde exactamente terminó el anterior: Con Julieta lista para un round con Roma, esta vez, empilchada como una reina.

Las imágenes, como repito siempre, son solo guías, no necesariamente representan a las protagonistas, pero les ayudan a recrear la imagen de las féminas que desfilan estas páginas, sin más preámbulos, arranquemos.

Julieta:

Jugando con su primita X
anal
auto
lenceria

Tania:

trio
vaginal
incesto
cunnilingus

Agustina:

Anilingus
Double Anal
age difference
Jugando con su primita X


Así se separaron, ella hacia la ducha y él arriba, abriendo la puerta, dejando una rendija para espiar. Tratando de que su libido no decayera, quería ver lo que hacía sin intervenir de una, y no se arrepintió…

Julieta estaba usando la lencería que Román le había enseñado, sobre el colchón, abrazada a su tío abuelo, era besada en sus labios con un ímpetu admirable. Vio con lujo de detalles la boca barbuda de él envolver a la de ella, su lengua rebuscar en su interior y hasta frotarse contra la cara interna y suave de sus mejillas, todo, mientras una mano enorme en proporción le masajeaba la vagina por fuera…

La picha de Matías estaba lista para otro round, pero de perfil contra la puerta, prefirió estimulara con precaución mientras su visión se deleitaba con una Julieta entregada de todas las formas, como una gerontofílica, bajaba sobre el por esa panza sebosa hasta llegar a los genitales del viejo, que ingirió con la maestría que ya la caracterizaba, hondo y suave.

- ¿Te gusta la pija de tío? Mmmm que rico nena…- Preguntó un par de veces sin obtener respuesta, hasta que Juli se despegó al sifón de carne y le asintió.

- Esta rica tío. Muy rica…- Y siguió lamiendo tanto el glande como el tronco, gordo y algo gomoso. A pesar de las vestimentas provocativas de su prima, y el empeño, ese pene seguía un tanto flácido.

- Chupame las bolitas… dale…

Ella obediente como una esclava, bajó para lamer la unión de los testículos, esa raya al medio en el escroto hasta que se decidió al izquierdo, que succiono con ganas. Matías no podía creerlo, él por su parte no tendía sexo con una mujer tan grande, sin embargo su Julieta estaba allí, lamiéndole el saco como si fuera el del primer amor.

Román la tomaba de los cabellos para dirigirla a donde deseaba, de los huevos al glande, luego a sus labios y de allí a sus huevos de nuevo, y luego abrió las piernas para que fuera más abajo…

- Muy bien, muy bien Juli… que rico… muy bien chúpame ahí… si…

Matías no salía de su asombro, ver a Juli rebajada por propia decisión a esos actos tan lascivos, tan obscenos y denigrantes. Ya les había practicado una anilingus a su hermano y a Florencia, pero ambos eran jóvenes, en cambio Román era otro cantar, otro nivel de morbosidad. El viejo lo gozaba, se le caían las babas con la sensación de aquel acto tan blasfemo, tan impuro y tabú…

Sin decidirse si interferir o no, ya que se veía que el viejo no necesitaba ayuda, los vio cambiar de posición varias veces. Con ella en cuatro patas, el viejo le lamio los orificios sin ningún recato, luego se fueron trenzando hasta formar un 69 lleno de jadeos y gemidos de ambos.

Por fin, tras sentir que el pene estaba a punto caramelo, se sentó sobre él dejando que jugara con sus tetas… más dominante, lo cabalgo con soltura, hasta besándolo en repetidas ocasiones. El viejo bufaba cada vez que ella caía sobre su sexo con todo su peso, como si lo estuviera inflando.

- Sos una diva nena, como coges por dios.- La felicitó, pocos segundos antes de acabar en su vulva, con inusitada fuerza.

- Gracias por cojerme tan rico tío, me gusto mucho…- No pudo decir más porque la agarró para, como dicen los gauchos, churrasquearla de nuevo.

- ¿Hay lugar para uno más?- Preguntó desde la puerta, abriéndola con la pistola desnuda.

- La cama es grande, y el corazón también. ¿No julieta?

- Obvio, gracias a él empezó todo. Como decirle que no.- Y sorpresivamente, Juli se volvió a calzar el falo del viejo en su vagina, a pesar de estar semi erecto. El detalle de sus manos repletas de semen lo excitó mucho más.

- Vos primo métemela en el culito, como sé que te gusta.- Pidió con ese tonito tan inocente, tan sugestivo, totalmente acostada sobre Román, abriéndose las nalgas con las manos, a simple vista se notaba que esa cola no estaba bien recuperada del paso de Santino la noche anterior.

- Anoche hubo tránsito por aca ¿Estás segura?- Metiéndole dos dedos, notado lo socavado que tenía el pozo.

- Por favor… métemela en el culito Mati…

¿Cómo negarse? Ni bien empezó el traqueteo característico de Román, como una máquina que arranca a un ritmo incontenible, la fue lubricando durante la marcha con los dedos y se sincronizo penetrándola analmente.

Las cosas que tenía su vida, últimamente. Si en su adolescencia, cuando se mataba a pajas, le hubieran dicho que tendría dos novias ninfómanas que lo dejarían, pero encontraría el consuelo en su prima diez años menor, erigiendo de su lado un imperio de incesto, junto a Santino, Mónica y Florencia, sin embargo… hasta para sus estándares habituales, romper tres culos en un mismo día, en navidad, era demasiada suerte.

Hasta podía compararlos como un coleccionista de culeadas, el ano de la policía, estrecho y natural, el de su hermana, preparado para la ocasión tanto con juguetes como lubricantes, y ahora el de Juli, desconocido por su dilatación. Esa chica debía dejar de meterse cosas por ahí por un tiempo, lo tenía tan agrandado que hasta parecía que le devoraba el pene.

Entraba demasiado fácil, cada culeada llegaba al fondo, sin obstáculos, sin dudas se debía no solo a la acción de Santino, sino su anterior juego con el enorme pepino de la cocina frente a la webcam.

- Mmm Juli, como tenes el culito, después hay que curarlo un tiempo…

- Mmghaa… Mmghaa… Mmhaaaa… Mmmmhaa… nada de eso… - Soltó por fin entre gemidos demasiado fuertes- quiero más…

Hizo lo impensado, Julieta, la viciosa Julieta, retiró el pene de Román con una mano de su concha y lo fue acomodando contra el tronco de Matías, como intentando acoplarlos, volverlos uno y allí lo retuvo hasta que tirándose para atrás, sintió a la segunda cabeza introducirse en su culo…

Ninguno de los dos hombres lo podía creer, entendieron que todos los actos anteriores habían sido una preparación para eso, un calentamiento anal… hasta Román tenía los ojos abiertos como platos y le preguntaba “¿Segura sobrina? ¿Vas bien?”

- Si… si… empujen más, métanmela más…

Ambos se detuvieron, pija con pija, juntas como si fuera una, se introdujeron a la par y una vez que estuvieron hasta un cuarto, cantidad de carne más que suficiente para llenar ese matambre, Juli empezó los movimientos para introducir a ese coito tan extremo.

Cada segundo se sentía como si lo grabaran a fuego en su mente, con cada sensación, cada sonido… nunca olvidaría la homosexual sensación de esa pija apretada a la suya de un lado, y del otro, las paredes anales estirándose hasta el límite… los gemidos acompañados por lágrimas… y la mirada en blanco de Román, que anunciaba una pronta eyaculación… una sucesión de estímulos que volvieron toda su culeada un cortocircuito mental.

- No la me la… saquen, no me la saquen.- Expresó ella antes de besarse al viejo por enésima vez, mientras sintió las arremetidas tanto de Román como su primo.

El momento de terminar con esa sesión de masoquismo anal había llegado. Matías, por más pervertido que fuera no quería dañar la integridad de su prima, aunque aceptó el juego, al menos era su deber no prolongarlo demasiado. Era un consuelo ver esa vagina salida para afuera chorreando de placer, como ocurría últimamente, se corría con estímulos anales sin necesidad de toquetearse nada del Triangulo de las Bermudas.

Como un autor de renombre, aquel día dejó su firma de tinta blanca en una novela totalmente nueva, jamás escrita, un género inexplorado, ignoto: el de la doble penetración anal. Ambos se corrieron dentro, con intensidades contenidas debido a la fatiga, y también al reparo. Por primera vez, no quiso ver como quedó la obra de arte tras semejante demostración de elasticidad.

- ¿Estás bien? ¿Traigo la loción reparadora?- Pregunto muy culpable, algo nervioso al ver el ano enrojecido que chorreaba semen en una cantidad abrumadora.

- Basta Matías, no exageres, claro que estoy bien. – Susurró pasando el dedo por sus cavidades, ambas repletas de semiente- ¿Se olvidan que es navidad y tiempo de compartir?- Y se llevó los dedos lechosos a la boca.

- Nunca pensé, que haría algo así nena, tenés un poder sin dudas.- Expresó Román, sentado en la cama, este la detuvo del brazo cuando vio que Juli se estaba retirando el conjunto.- Ni se te ocurra…

- No Román, ya tuvo suficiente, démosle un descanso a la muñeca…- Expreso con decisión. Su prima ya lo había dado todo y merecía un descanso.

- Ya se boludo, le decía que se lo quede. Quedátelo Juli, prefiero que lo uses seguido, que lo ensucies bien de flujo, hasta que no te entre más o reviente… antes que guardarlo en la caja de nuevo, te lo regalo.

- ¿¡En serio!? ¿No será mucho?- Se sorprendió mirándose en un espejo. Le quedaba calzado, recién en ese instante notó lo bien que le quedaba.

- Te lo mereces, le diste diez años de juventud a este viejo… y vos Matías, “pervertor” de primas, te voy a estar vigilando. Ya me di cuenta de las ganas que tenes de trincarte a Lucre…

- Por favor Román, no soy tan… tan… bueno, una vez que te metes en esto vale todo, lo admito, pero ir contra tu voluntad, en tu casa, jamás. No hice ni pensaba hacer nada con tu hija, te lo aseguro.

- ¿No hay nada que podemos hacer para aunque sea, intentarlo?- Preguntó cautelosa Juli, masajeando la espalda velluda del viejo.

- No, para nada, ella debe estar afuera de esto… si se llega a enterar me corto la…

De repente, se escucharon pasos en el pasillo y las escaleras. Alguien había estado en la puerta entreabierta y bajo a toda velocidad cuando se hizo el silencio. Solo alcanzaron a divisar una sombra que podía ser cualquiera ¿Flor?¿ ¿Moni? ¿O alguien de afuera del “círculo” como Lucre o una de sus amigas?

- ¿Voy trayendo las tijeras así me las corto yo también? – Bromeó.

- La puta madre…- Susurró Román- Acordate que hay dos pibas amigas de Lucre, si esto se sabe vamos presos de por vida, más vale que no…
Julieta le tapó la boca y lo tranquilizó. Le dijo que no sabía quien había espiado, ni debía preocuparse.

- Si hay algo que debes aprender, es que con nosotros, el sexo, lo arregla todo, lo paga todo, lo resuelve todo Romi, ahora dormí.- Dándole un beso tan apasionado como los anteriores (su prima parecía tener un brasero entre las piernas, no aflojaba un minuto)- Ahora dormí, que mañana llega Agustín, y tenemos, mucho, pero mucho por delante…

Dejaron al viejo riéndose de felicidad, tapándose a penas con las delgadas sábanas empapadas por todas partes. Acto seguido se ducharon juntos, con más cansancio que romance (eran humanos después de todo) en uno de los tres baños, para irse a dormir limpios. Él tenía el cuerpo repleto de aceite, sudor, y ni hablar de su pene, devenido casi en un arma química. Nunca necesito tanto un buen baño como esa noche.

Con un montón de preguntas, como quién estaba espiándolos y que contenía el DVD que recibió de regalo, se durmió desnudo junto a Julieta, agotada, también desnuda, mientras el sol salía en el horizonte. Había tenido una noche completa, del mejor sexo que una mente sucia podía pedir de regalo.

Dormido junto al mejor regalo que tuvo su vida, ya no podía siquiera imaginar que quedaba hacer en su vida sexual, de ahí en más debía ir cuesta abajo, en una necesaria, cuesta abajo. Necesitaba más tranquilidad, pensó, tras ese día frenético recuperar el sano romanticismo se volvería primordial… quizás una situación muy íntima, con algún disfraz o cualquier ingrediente tranquilo. Con ese pensamiento su mente se fue lejos, sin saber que a su lado, la otra cabecita pensaba justo lo contrario.

La mañana empezó... En el mismo lugar donde lo dejó, y sin una seña de ser víctima de vandalismo, estaba su auto, fiel testigo de sus aventuras sexuales. Matías había viajado en colectivo con Santino para además de recuperar el rodado, tener una buena conversación hombre a hombre.

- Lucre está prohibida hasta que el tío lo decida, no podes espiarla en el baño…- Le reprimió.

- Te juro que no se entera nadie, ahora el que se tiene que despreocupar, sos vos, viejo.

Santino había estado todo el día en contacto con Lucre y sus amigas, como Tania y Martina, entre otras. Era común qué, mientras el primo mayor tenía aventuras en el shopping, el menor haya hecho de las suyas por toda la casa.

Todo el viaje de vuelta, mientras se relataban sus actos más memorables, él le enseñaba fotos tomadas a hurtadillas.

- Mira esta cola, es un sueño… se que te va a gustar.- Aunque era un peligro deleitarse con una imagen así al volante, Matías vio la foto de Lucrecia agachada en el patio, mientras buscaba una pelota perdida en los arbustos. Era un traste que subía la sangre, hemoglobina, diabetes, presión y sustancia habida y por haber en el cuerpo de un hombre.

- Que empanadita por dios, me vuelvo creyente…- Dejando salir al baboso de adentro.- ¿Vos crees que se sume? La noto muy aniñada, es mejor tener cuidado, encima Román. No podemos traicionarlo, nos dio mucho.

- Todavía no sé. No es como Tania que es más zarpada, y bueno, Martina… obvio.

Decía obvio porque le relató cómo tras una tanda de mensajes exitosos, se la chupó en el baño.
La morochita caucásica, de voz histriónica y cabellos recortados, pasó la prueba de profundidad con el difícil grosor y largo del miembro de Santino, y él, por supuesto, le devolvió el favor. Incluso tenía pruebas físicas de la felación, ese fin de año ya era todo un delirio.

- ¿Y esperábamos jugar strip póker? Vos con esa loquita, yo con la milica, con la que me apreté en el hotel, esto no puede ponerse mejor. – Creyó, confiando en que estaría equivocado.

- Hablando de favores… podríamos cambiar he… hoy dormís con Móni y yo con mi hermana, no es que me aburra pero… con Juli últimamente todos la pasan joya.

El quedo encantado con la idea, la noche anterior con Julieta había sido de las más excitantes que vivió. Costaba creer a esa altura, que la rubia inocente que fue alguna vez se superara más y más en el arte secreto del incesto. Ya nadie sabía a donde era capaz de llegar, si se cojia al tío abuelo con la misma entrega con la que lo haría con Brad Pitt.

- Esa colita entrenada que tiene… me vuelve loco, perdona que te lo diga no, sigue siendo tu hermana después de todo.

- No te preocupes, a esta altura no se salvó nadie- Admitió el joven, como ya era costumbre, el recato de otras épocas le resbalaba- No sé qué sería de mi vida sexual si aquel día, no hubiera conocido a Carla y Belén.

Medio entre relatos, medio entre recuerdos, llegaron tras haber dado vueltas como típico turista perdido, y afuera los esperaba una sorpresa, muy, muy grata…

Lucre se acercó a la ventanilla con cara amigable, como cuando alguien quiere pedir un favor, y con una sonrisa forzada, se lo pidió nomás.

- Yo se que viajaste como un loco primo, pero necesitamos un flor de favor… enorme.

- Lucre, vamos, no tengo problemas, ni que tuviera horarios, contame.

- Tania se tiene que ir a la casa, no puede quedarse… la necesita en su casa.- Aunque a Matías le pareció que el motivo quedaba en misterio, se apresuró a aceptar.

- No hay drama, la llevamos, está hermoso el día…

- ¿En serio? ¿No te molesta? Es que si no tengo que pagar un taxi, y me va a arrancar la cabeza.-
Expresó su amiga Tania. Era de contextura delgada, pelo castaño enrulado, muy bonita, y por los pins pegados en su mochila le encantaba el anime, aunque no reconoció a ninguno. A pesar de ser alegre y divertida no la notó tan chispeante como le preció la primera vez, quizás esa impresión le dio su vestimenta, una pollera hasta las rodillas, medias de colores y una camisa fina, que le confería cierta onda de colegiala.

- Subí adelante, así le indicas el camino.

- ¿Puedo ir? -Se sumó su otra amiga, Agustina. – Así no se pierden al volver- Sugirió con mucho acierto. Santino se sentó atrás con ella mientras a su lado Tania se despedía de Lucre, que se quedaría porque le tocaba limpiar la pileta.

Agustina, la exótica Agustina, linda selección de amigas tenía Lucre. Piel blanquísima, pecosa, morocha de pelo corto y encima petisita. Vestida con ropa suelta y un short de jean corto estaba para entrarle ahí nomás, enfrente de todos.

Ni bien el motor empezó a rugir, un montón de buenos recuerdos lo embriagaron ¿Podría darse otro viaje cargado de situaciones triple X? Tendría que estar atento por si las féminas daban señales positivas, o negativas, porque llevar a una mujer a su casa, podía significar llevar a una mujer a su casa.

Santino se llevaba muy bien con Martina, por lo visto habían encontrado varios temas en común, por su parte, Tania no era muy habladora, y se limitaba a indicarle el camino.

Por varios minutos lo único que escucho fue: “izquierda, derecha… en la próxima dobla… en la cortada, para la izquierda” Al rato, vio una estación de servicio, y sin preguntar, por su naturaleza precavida, bajó a cargar el tanque.

Estando afuera, aprovechó para dialogar con Tania, él le preguntó si quería algo del autoservicio, ella dijo que sí y entraron a elegir algo. La cajera, como era costumbre en sus viajes, lo miro raro al entrar acompañado de una otaku.

- Me viene bien algo dulce, para recargar energías.

- Ya me imagino…- Dijo misteriosa, mientras miraba los chocolate con cariño. – Gastaste varias energías.

- ¿A qué te referís? Aunque ya sabía que podía ser, no daba por sentado nada.

- A tu trabajo. Me contó Santino que sos actor, bueno… actor de esos. Que loco.

No lo podía creer, su primo había hecho una broma o una mentira que lo ponía en un predicamento, al menos, no parecía sospechar nada del incesto. Decidió seguir la corriente cuando…

- Me mostró tu video, en el que le dan matraca a Julieta, que arriesgado, mira que darle masa nomás para darle una oportunidad en la industria. Santino también me dijo entre casi entre
lágrimas que casi no podía hacerlo.

- Cualquier trabajo bien hecho es sacrificado. Ella quería probar, y bueno…- No convenía estirarlo mucho, no sabía cuánto había contado Santino ni porqué, y al rato lo supo.

- ¿Anoche tuvo otra prueba no? Con vos y un tipo contratado me dijo él.

- Si, así es, hacerlo a la primera, con alguien conocido no es tan difícil, la segunda prueba suele ser un desconocido. – Ese Santino… no sabía si cagarlo a pedos por mentir de esa forma, o agradecerle por encubrir el ruidoso sexo incestuoso de anoche.

- ¿Paso la prueba? Parecía que la estaban faenando.- Poniendo una cara de susto que le causo mucha gracia. Si lo pensaba, había sido sexo del duro.

- Ella está bien, y sí, pasó la prueba, es buena, muy buena.- Recordando esa doble ensartada anal. Su pija todavía se sentía agarrotada, ni hablar como debía estar ella ¿Se habría podido
incorporar? Cuando él se despertó, la tapó y la dejó durmiendo plácidamente.

- Que sacrificado, darle con tantas ganas… ¿Tiene chances de trabajar de eso?

- Sí, tiene muchas, con que suba un par mas, puede llegar a algo…- Dijo sin saber nada del asunto, se movía en terrenos neblinosos, de mentiras, construidos por Santino y sus fabulaciones.

Por fin Tania se decidió por unas papas y salieron de la tienda, Matías pagó por el combustible y salieron con un claro destino: el chape. Atrás ya habían empezado, desde que salieron, y hasta que arrancaron, Santino y Agustina no se despegaron, como dos adolescente se comían la boca sin importarles el mundo.

Matías encontró en una cuadra con mucho verde, un descampado con árboles, y allí estaciono.

- ¿Qué pasa? ¿Cómo se va a quedar sin nafta si le llenaste el tanque?

Antes de que hiciera más preguntas boludas, la tomó del rostro e imitó a su primo menor. Con los roles intercambiados, aquel día con esas “pendejas” Santino iluminó el camino.

A los pocos segundos, ambas parejitas hablaron el mismo idioma, y la boca de Tania se desaflojó para dejarse inundar con su lengua, invitada de honor que le estaba haciendo todo un revoltijo en esa boquita adolescente.

Su entrepierna no tardó en reaccionar ante tal impulso y ella tampoco, a la que noto distraída, y no era para menos. Atrás, su tierna amiga se la estaba mamando, cabeceaba con maestría esa enorme polla de perfil, como para que viera el espectáculo.

- Para… para un poco Mati, acá no.- Le comunicó incómoda mientras le besaba el cuello, con el claro destino de llegar a sus tetas, aunque el perfume de su pelo no estaba mal.

- Vení, tomemos aire, démosle intimidad. – Aunque la que quería intimidad era ella. Agustina rió al verla salir contrariada, con la boca llena de pija.

Afuera siguió con la comida de boca y el manoseo, para no perder la calentura. La jovencita se dejaba tocar por sus manos grandes, que fueron de su cuello, le acariciaron la cintura, y la cola por arriba de la pollera. Los buenos perfumes venían en frasco chico, decía, Julieta era una buena muestra de ello, y también Tania.

Su boca fue degustada contra el capó del auto, acompañando el beso con una buena frotada contra su sexo y el cásico manoseo juvenil. Ella por suerte no se quedaba atrás, y sus manos de ángel lo recorrieron sin miedo. El ángulo de inclinación del capó propiciaba que ambos sexos se rocen, y a ella le gustaba. Su respiración se aceleró, su excitación aumentaba al ritmo de los latidos, y por su parte, Matías sentía renacer la chispa que las jovencitas le despertaban.

Incursión dentro de su camisa para comerle las tetitas y besarlas. Le encantaba sentir sus pezones endurecerse entre sus labios al succionarlos, para darle una probada obscena del placer que otorgaban al cumplir sus funciones, en cierta forma.

Su mano no tardó en recorrer su vientre chato, durito típico de flaquita, para llegar a su pelvis, y acariciar desde arriba su sexo, sintiendo la carnosidad de sus labios y la dureza del pequeño clítoris. Tenía un clítoris grande y respingón que parecía querer brotar como un fruto para ser comido, y sus deseos fueron órdenes para él.

- No lo puedo creer.- Expresó en un jadeo Tania, al ser acostada por el hombre, que hundía su nariz en su sexo y aspiraba como si fuera una mascarilla de gas siendo un salvado de un incendio.

- Lo que no puedo creer, es el olorón a tierna que tenes.- Bajándole la bombacha entre besos, le gustaba hacerlo así a veces para bajar nuevamente y encontrar la vagina descubierta. Lo bueno del capó era que se la dejaba servida como en bandeja.

Agradecido a dios, le vio la cara unos segundos y lo degustó como bien sabía hacerlo, dando chupones y bocanadas importantes que abarcaban toda la vulva pulcramente depilada.

- Ah, ah, ah, ah, ah ah, ah ah, ah ah, ah…- Brotaba como música de su boquita salvaje, no dejaba de verlo a los ojos mientras hurgaba en su sexo y sorbía los jugos de su inocencia perdida.

Los gemidos se intensificaron cuando sus manos, que parecían alargarse, llegaron a su camisa, la desabrocharon con maestría y revelaron sus preciosos senos. No llevaba corpiño, cosa que facilitó las caricias en esas zonas tan erógenas.

- Que chupada por diosssss.- Soltó muy caliente, totalmente desprendida la chica, con los pezones furiosos a punto de estallar, le tomaba el pelo para frotarle la cara contra su vulva en una actitud muy dominante.

- Nunca creí que me darías bola… mmmmh estoy cogiendo con un actor porno mmmmmggg.- Expresaba con los ojitos dados vuelta, era bueno saber que con tanto sexo incestuoso todavía podía darle placer a las féminas externas del mundo.

- No tiene nada que ver la profesión, darle placer a una mujer como vos es un deber.- Y volvió a adentrarse pasando la lengüita de norte a sur, de este a oeste entre esas colinas carnosas.

Ambas parejas estaban invertidas, mientras adentro era Santino el apremiado de disfrutar el sexo oral, afuera la mujer disfrutaba de un cunnilingus. Al rato, no tardaron en salir para hacerlo contra una puerta, esta vez, Tania ni se inmuto, estaba demasiado deleitada como para molestarse por algo, una buena lamia de clítoris despreocupaba a cualquier dama.

Sus ojos se le escapaban a un costado, Agustina, de carnes blancas muy caucásicas, estaba sin pantalón ni prenda interior, hincada con un trasero grande que se balanceaba tentador, no se iría de esa situación sin probar ese trasero. Excitado por tal visión, le presento el pene a Tania para que le devolviera el gesto.

- Chupa con ganas que no se gasta.- Sonriente, ella se puso de costado para comenzar a sorber el glande. Chupaba de manera delicada, abocada enteramente a la roja cabeza. Tuvo que recoger su cabello y tomarla de la cabeza para indicarle delicadamente como quería la felación, corta y rápida con los labios apretados en un cuarto del miembro, con bocanadas profundas alternadas…

- Muy bien, así… dale, así…- Mientras él gozaba, Santino ya estaba apuñalando con su morcilla un coño natural muy atractivo de Martina. Sin dudas, resultando ser la más putita de las dos, debido a los gemidos de placer y la manera en la que besaba a su consorte de a ratos.

Eso lo enfervorizo, penetrando esa boca hasta el límite. Tania hacía arcadas cada vez que se la metía en la garganta, no estaba acostumbrada a tales ingestas, como su prima (primas y hermana en realidad, todas buenas felatrices) Le gustaba eso también, esa dificultad al tragar, ese gesto de sufrida al ser bombeada en la campanilla por su falo, tenía cierto morbo muy atractivo ver a la amiga de Lucre en tal situación.

- Bueno muy bien, ahora vamos a lo que nos compete…- Y dándola vuelta, dejándola con la cola para arriba, frotó su falo húmedo por toda la zanja apoyándolo sobre su vulva húmeda, fue presionando lentamente hasta que el coñito tenía el extremo adentro, y allí empezó lo bueno.

- Mmmm ah, ah, ah, ah , hahhha… si.
Aunque él no gemía de placer, no era por falta de este, centímetro a centímetro el coñito de Tania era un paraíso, tan caliente como lubricado, sus paredes internas acariciaban su cabeza bien comida, una deliciosa vagina que envolvía con su oquedad su tronco de manera excepcional.

A la vista tenía dos traseros que eran un dulce para sus ojos, el de Tania, con nalgas pequeñas pero perfectas como enceradas, escondían un ano que como un botón apretado desde adentro, saltaba un poco cada vez que su falo rellenaba su hueco vecino y le encantaba ver tal reacción. El de Agustina, aún escondía entre las lomas ocultaba su tesoro negro.

Una idea que le recorría la mente, mientras sus manazas estrujaban esa cola prístina, era que su obsesión por lo anal, casi insostenible, no estaba totalmente registrada y merecía una recopilación más ardua, más profesional. Tantos culos pasaron por sus dedos, lengua y hasta pene, y muchos, solo quedaron plasmados en su memoria ¿Y si llegaba más lejos? ¿Sí además de recordarlos los inmortalizaba de manera física?

Mientras le daba caña contra el auto como un actor porno, que ella creía que era, pensaba en la hermosa cola de Agustina, meneándose ingenua cerca de él, sin sospechas de que sería atacada…

- Tragala, tragala, tragala si, si mmmmm…- Gimió Santino viniéndose en el rostro y labios de manera caudalosa. La leche que le brotó, tan blanca como su piel pecosa, pintarrajeó sus mejillas, una ceja y los labios. Esa caucásica era un sueño de putita, verla así de encremada era como un postre viviente

- Ahora me toca a mí ¿Dónde la queres?- Ya la sentía a la temperatura justa, a punta de salir vaporosa de su cabeza como el agua hirviente de una pava

- Aprovecha y probala Tania, es rica…- Le recomendó acercándose Agustina en un tono vigorizante.

- ¿Nunca la probaste linda?- Le preguntó entre el candor del sexo, cavándole el agujero como un minero, sin pausa como una herramienta mecanizada.

- No… mmm… nunca… la probé.- Viendo con cierta picardía a su amiga, acariciada desde atrás por Santino.

- Venite y después la probás, no hay tiempo que perder.

Obediente como una esclava, excitadísima al ver a su amiga sorbiendo la leche en su rostro, se vino tan copiosamente que le mojó el capó, esa nena tenía una bombucha llena adentró, y largó todo el flujo joven chorreándose a sí misma y el acero del capó. Una vez que sus gemidos cesaron (el orgasmo femenino era mucho más prolongado) la hizo agacharse para que, ayudada con sus manos, le diera de probar su semiente.

- ¿Estás lista linda? Vos primero la guardas, después ves si la tragas, sin presión, solo quiero que la pruebes…

- Sí, dale, veo que hago…

- Ahí sale… sale… sale.

Algo contenta y resuelta por el trato decoroso de Matías, abrió la boca para que el glande se coloque como una pieza faltante sobre su lengua, y él mismo eyaculó una cantidad media, alg mermada por su continua actividad, sin ser desmerecedora, era en contrapunto muy blanca y espesa.

- Retenela, probala bien que esta es de calidad.- Le recomendó entre risitas Agustina, la diablita inesperada.

Ella guardó en su lengua, se notaba movimiento de fluidos dentro de esa mezcladora de sustancias… El silencio de la mañana en ciernes solo era quebrado por Tania y su boca cerrada, pasando el contenido de un lado a otro.

- ¿Y amiga? ¿No está rica?- Le preguntó la caucásica. Tania cerró los ojos y arqueó las cejas, no le gustaba sin dudas, pero para sorpresa de todos los presentes, volvió a abrir la boca y estaba reluciente. Como remedio, se la había bebido.

- No está tan mal, pero se sintió media espesa, como si hubiera cuajado.

- Muy bien, ahora vení que te tengo una recompensa…- Santino, al palo otra vez, le enseñó su matafuegos venoso - ¿No estarás cansada no?

- Dale anda, cambiemos de actor. – Intervino la morocha. Santino le indicó la posición a la castaña y empezó a penetrarla con ahínco. Justo lo que quería, Agustina quedaba para él, que se acercaba contorneando sus caderas como en una pasarela.

Con unos besos tan apasionados como cargados de sabores, se devoró a Agustina mientras le manoseaba la cola pulposa. La idea de ser un coleccionista de anilingus y experiencias anales empezaba a aclararse. Quería superar records, ser el mejor en eso porque era lo que más le gustaba, su fetiche supremo del que nunca se cansaría.

Sintiéndose un mago que repite los mismos trucos, mientras ella le masajeaba el falo semierecto y él golpeteaba con su lengua sus pezones, decidió ir al terreno áspero, el que le gustaba tanto.

- Tengo una idea antes de seguir, dejámela hacer y te hago lo que quieras. – Expresó ni bien pudo desenroscar su lengua de la suya.

- ¿Qué haces con el celular? Ni se te ocurra subirme a poringa.

- No te preocupes, es solo para una colección personal. Pensa que si me golpeo la cabeza o me agarra Alzheimer me voy a olvidar de las mujeres que me comí, entonces siempre llevo un registro.

- Que paranoico. Desconfío un poco de eso, he, bastante en realidad, no quiero ser filmada…

- Es solo una fotito para el recuerdo, nada más. Es personal, te doy mi palabra.

La morocha lo miro a los ojos, había que apurarse, no quería perder la calentura.

- Esta bien ¿Qué parte querés?

- Date vuelta, y abrite bien la colita.

- Ustedes los hombres, son todos unos enfermos…- Se quejó entre risas, pero le siguió el juego, y por fin tras tanto ver esa cola, descubrió lo que ocultaba…

- Quedate así, muy bien, que preciosura de culito tenes.- Fotografiando el anillito perfecto una y otra vez.

Listo, esa obra de arte natural, joya de la evolución gástrica y gema del sexo prohibido, quedó retratada, ahora, a registrarla en sus sentidos, en especial, el gusto.

- Yo sabía, era toda una excusa para comérmelo… bueno, al menos me comen algo, estuve chupando todo el día.

- Te mereces un descansito, relájate, que me voy a dar un paseo por tus hoyitos, y por relájate, ya sabes a lo que me refiero…

- Hey, anales no hago, es muy…. Ohhh eso sí, si queres, si te gusta.

Antes de arrancar con su degustación, quería emborracharse la nariz hundiéndola en su ano, mientras se apretujaba el rostro con esos cachetes, aspiro como un asmático de ese aire filtrado por tan mentadas carnes una y otra vez, como en un siclo del aire corrompido por la lujuria.

- ¿Te gusta lo que sentís? ¿Huele rico?

- Huele a lo que tiene que oler.- Y fue el pie para el perfecto anilingus, empezado con una chupada bien sonora de sus cantos, y lengüetazos ásperos como de gato en cada pared anal.

Su parafilia alcanzó un estado supremo aquel día. Agustina, la inesperada amiga de Lucre, fue la primera que tuvo el trasero retratado como a una musa ominosa, prohibida, blasfema. Luego siguió Tania, que volvió a sus brazos para unir su caprichoso órgano terminal a esa colección enfermiza que se guardaba en la memoria cibernética y en la suya propia, porque ni ella se salvo de su lengua taladrante.

Al volver, cuando se saludó con Julieta, fue la primera que notó algo extrañó en él. Por su parte Matías bromeó "¿Y la silla de ruedas?"

- No es necesaria por ahora. ¿Por el olor te comiste otras dos rabas marrones he?

- Y algo más prima…- Le susurró con cierto misterio.- En un rato te cuento, primero comamos algo.- Encima, estaban todos encima. Flor y Moni se acercaron a un Santino que parecía más triunfante que nunca.

- Anda a lavarte los dientes, sucio, sos un guarro.- Le reprochó con sorna la blonda.

Su próximo compromiso era el almuerzo familiar, luego buscarían al primer visitante de la casa del
Gran Incesto, Agustín, que llegaría a las tres, tras unos retrasos inesperados. Entre comidas revitalizantes y diálogos relajados, muy alejados de su submundo libidinoso, le contó a su prima favorita su extraña ocurrencia.

- Mmm que bueno, no quiero que te olvides de mí, he, con tanta muñequita suelta no te olvides de mi.

- Debiste ser la primera, pero vas a ser la tercera, lo importante es que espero, algún día, poder hacer un cuadro con todos los mosaicos…

- ¿Hablando de arte?- Se coló en la bizarra conversación Lucre.

- Algo así, arte hecho con medios no convencionales…- “Arte hecho de incesto” pensó, y comió antes de anticipar lo que estaba por venir.

anal

Gracias por leer!!! 😃 aqui les dejo los links de mis otros episodios:

Parte I: http://www.poringa.net/posts/relatos/2848482/Jugando-con-su-primita.html
Parte II: http://www.poringa.net/posts/relatos/2851819/Jugando-con-su-primita-Parte-II.html
Parte III: http://www.poringa.net/posts/relatos/2851820/Jugando-con-su-primita-Parte-III.html
Parte IV:http://www.poringa.net/posts/relatos/2881590/Jugando-con-su-primita-IV.html
Parte V:http://www.poringa.net/posts/relatos/2884463/Jugando-con-su-primita-V.html
Parte VI: http://www.poringa.net/posts/relatos/2888633/Jugando-con-su-primita-VI.html
Parte VII: http://www.poringa.net/posts/relatos/2890367/Jugando-con-su-primita-VII.html
Parte VIII: http://www.poringa.net/posts/relatos/2892208/Jugando-con-su-primita-VIII.html
Parte IX: http://www.poringa.net/posts/relatos/2895157/Jugando-con-su-primita-IX.html

4 comentarios - Jugando con su primita X

qwerty999 +1
Me encanta esta serie de relatos. Esperando ya la XI parte
El_Cochinoco
Gracias! está en proceso
luismiguelito78 +1
.........auto

Te trajimos lo que se merece tu post querido Amigo

..................lenceria
El_Cochinoco +1
Gracias por la buena onda
locoxxiii +1
Queremos la próxima parte!!!
El_Cochinoco
Retome la escritura, esta en proceso 😃
locoxxiii
@El_Cochinoco vammoooos!!!!! 👍👍