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-Tenemos que hablar. Ya es suficiente
-¿De qué?- Dijo con una voz tranquila, era la frase más larga en una semana.
-De todo. Vi como miraste mi pija, sé que te gustó.
-Por Dios... Sos mi hijo, Matías, ya basta...
-Mama, si me lo pedís te rompo el orto acá mismo, sólo decímelo...
-Matías... Yo...
En ese mismo momento sentía como mi pija comenzaba a pararse con una velocidad fenomenal, sabía que aunque era prácticamente imposible que algo sucediera necesitaba intentarlo, así que lleve mis manos a la cintura de mi madre y comencé a apoyar mi chota al orto de mi propia madre. Ella, sin decir nada soltó un suspiro y se quedó quieta en su posición, estaba seguro le encantaba lo que hacía.
- Salí de acá, andate a tu cuarto pendejo asqueroso. Soy tu madre, respetame.
Dijo al mismo tiempo que se alejaba de mí y se retiraba a su habitación, yo, por mi parte me encontraba entre avergonzado y excitado. Era evidente como a mi mama le había encantado esa apoyada, pero también, sabía que si esto se iba a las manos podía perderla. Ahora mismo, el mayor de mis problemas era bajar la creciente erección sobre mis pantalones por lo que me dirigí a mi habitación y comencé a masturbarme imaginando a mi mama chupándomela, a cuatro patas, vestida como una puta de la ruta.
Después de haber estado alrededor de 20 minutos masturbándome caí completamente dormido y desperté cerca de las 11 de la noche, cuando salí del cuarto note que mi madre no estaba en casa, había salido por lo que decidí buscar la típica nota que siempre dejaba sobre su cama.
Cuando llegue a su habitación no encontré ningún tipo de nota, pero si encontré en el suelo algo que sobresalía del jean que había utilizado esta tarde, la tarde en la que le demostré a mama como podía ponerme. Una tanga roja, jamás había pensado en llegar a tal punto por lo que sin pensar decidí quitarme la ropa, sentarme en la propia cama de mi madre y llevar su hermosa tanguita a la nariz.
El olor que emanaba era perfecto, imposible de describir, jamás había pensado en mi madre de esa forma, jamás había pensado en estar oliendo la tanga que mi madre estaba llevando pocas horas atrás. Como ella no estaba en casa me tome el tiempo de masturbarme tranquilamente, con lentitud, disfrutando de todo el olor de aquella tela, tela a la que tenía envidia, tela que se llenaba de los flujos vaginales de mi hermosa y muy zorra mama.
- Como creció el nene…- Fue lo que escuche e hizo que abra los ojos de forma abrupta, mi madre se encontraba en el respaldo de la puerta, viendo expectantemente como su pequeño hijo se masturbaba con su tanga en la nariz.
Era evidente que estaba borracha, los cinco pasos entre la puerta y la cama dejaron clara esa idea, se tambaleaba demasiado y apenas podía hablar.
- Cuando termines lo que estás haciendo… Ayuda a mami a desvestirse e irse a la cama.- Dijo, por lo que se vino una idea muy loca a mi mente. Decidí levantarme de la cama, caminar hasta su lugar y tomarla de la mano, la lleve hasta la cama y la senté quitándole los zapatos, luego la campera de cuero negra y, no podía desperdiciar la oportunidad, así que también saque su remera dejándola solo con el corpiño negro de encaje que dejaba ver claramente sus pezones oscuritos.
La acosté y comencé a retirar su jean, la tanga que llevaba era negra, también de encaje dejando entrever su depilada pelvis. Justo cuando estaba sacando el jean sentí algo que jamás olvidare, la mano de mi madre acariciándome el pene, mi propia mama estaba masturbándome lentamente mientras se encontraba en ropa interior bajo mí.
- Deja a tu pobre madre sentir el sabor de una chota de nuevo, por favor…
- ¿Querés chupármela?- Le dije.
Ella solo se limitó a asentir con la cabeza con lo que subí a la cama y me coloque prácticamente sobre sus tetas, coloque mi chota sobre los labios de ella y prendiéndome sobre el cabezal de la cama comencé a penetrar la boca de mi mama, la mujer que siempre dije amar y cuidar, respetar y sobre todo venerar. Esa mujer estaba siendo follada bucalmente por mí, su propio e hijo más chico.
Muchas veces en el último mes pude imaginar cómo sería mi mama chupado pijas, siempre supuse que iba a ser una profesional y no, eso se quedaba demasiado corto. En cuestión de tres simples minutos ya había acabado dentro de la boca de mama, ella se había encargado de hacer garganta profunda, su cara estaba llena de maquillaje corrido debido a las lágrimas producidas por la presencia de mi pija en su garganta.
- Mama, dejame cogerte…
- No hijo, eso no está bien
- Bueno, dejame pasártela por ahí entonces, nada más…
- Está bien.
Fue lo último que dijo para que después yo pueda salir de encima de ella, bajar hasta donde estaba su tanga y retirarla, esta estaba mojada al igual que su conchita, la cual era mucho más perfecta desde cerca, era un poco clara pero no tan rosada, un color espectacular.
Agarre ambas piernas de mi mama y decidí abrirlas, me metí en medio de ellas y comencé a frotar mi pija por su vagina, la cual estaba hinchada, caliente y sumamente resbaladiza. Era una sensación genial, la mejor del mundo, estaba masturbándome y masturbando a mi mama, casi desnuda en la misma cama que yo, la muy puta intentaba esconder sus gemidos, estaba con los ojos cerrados hasta que de repente.
- ¡Hijo de puta!
CONTINUARA.
PD: Tarde mucho en subir el relato ya que estuve de vacaciones, cuando volví no había internet y hace poco recientemente lo habilitaron nuevamente. Pero más que nada tarde en subir porque tuve que convencerla a mama de que me deje subir sus fotos, es muy tímida y tiene demasiado miedo de que descubran que se coge a su hijo más chico.
En fin, acá están las fotos que por razones obvias tuve que recortar el rostro de ella, aunque dejan claramente a la vista sus mejores atributos y esos atributos que me encantan de ella, mi mama.
http://pimpandhost.com/album/4437892-El+otro+lado+de+mama+.html - DISFRUTENLA MUCHACHOS ASI COMO YO.
-Tenemos que hablar. Ya es suficiente
-¿De qué?- Dijo con una voz tranquila, era la frase más larga en una semana.
-De todo. Vi como miraste mi pija, sé que te gustó.
-Por Dios... Sos mi hijo, Matías, ya basta...
-Mama, si me lo pedís te rompo el orto acá mismo, sólo decímelo...
-Matías... Yo...
En ese mismo momento sentía como mi pija comenzaba a pararse con una velocidad fenomenal, sabía que aunque era prácticamente imposible que algo sucediera necesitaba intentarlo, así que lleve mis manos a la cintura de mi madre y comencé a apoyar mi chota al orto de mi propia madre. Ella, sin decir nada soltó un suspiro y se quedó quieta en su posición, estaba seguro le encantaba lo que hacía.
- Salí de acá, andate a tu cuarto pendejo asqueroso. Soy tu madre, respetame.
Dijo al mismo tiempo que se alejaba de mí y se retiraba a su habitación, yo, por mi parte me encontraba entre avergonzado y excitado. Era evidente como a mi mama le había encantado esa apoyada, pero también, sabía que si esto se iba a las manos podía perderla. Ahora mismo, el mayor de mis problemas era bajar la creciente erección sobre mis pantalones por lo que me dirigí a mi habitación y comencé a masturbarme imaginando a mi mama chupándomela, a cuatro patas, vestida como una puta de la ruta.
Después de haber estado alrededor de 20 minutos masturbándome caí completamente dormido y desperté cerca de las 11 de la noche, cuando salí del cuarto note que mi madre no estaba en casa, había salido por lo que decidí buscar la típica nota que siempre dejaba sobre su cama.
Cuando llegue a su habitación no encontré ningún tipo de nota, pero si encontré en el suelo algo que sobresalía del jean que había utilizado esta tarde, la tarde en la que le demostré a mama como podía ponerme. Una tanga roja, jamás había pensado en llegar a tal punto por lo que sin pensar decidí quitarme la ropa, sentarme en la propia cama de mi madre y llevar su hermosa tanguita a la nariz.
El olor que emanaba era perfecto, imposible de describir, jamás había pensado en mi madre de esa forma, jamás había pensado en estar oliendo la tanga que mi madre estaba llevando pocas horas atrás. Como ella no estaba en casa me tome el tiempo de masturbarme tranquilamente, con lentitud, disfrutando de todo el olor de aquella tela, tela a la que tenía envidia, tela que se llenaba de los flujos vaginales de mi hermosa y muy zorra mama.
- Como creció el nene…- Fue lo que escuche e hizo que abra los ojos de forma abrupta, mi madre se encontraba en el respaldo de la puerta, viendo expectantemente como su pequeño hijo se masturbaba con su tanga en la nariz.
Era evidente que estaba borracha, los cinco pasos entre la puerta y la cama dejaron clara esa idea, se tambaleaba demasiado y apenas podía hablar.
- Cuando termines lo que estás haciendo… Ayuda a mami a desvestirse e irse a la cama.- Dijo, por lo que se vino una idea muy loca a mi mente. Decidí levantarme de la cama, caminar hasta su lugar y tomarla de la mano, la lleve hasta la cama y la senté quitándole los zapatos, luego la campera de cuero negra y, no podía desperdiciar la oportunidad, así que también saque su remera dejándola solo con el corpiño negro de encaje que dejaba ver claramente sus pezones oscuritos.
La acosté y comencé a retirar su jean, la tanga que llevaba era negra, también de encaje dejando entrever su depilada pelvis. Justo cuando estaba sacando el jean sentí algo que jamás olvidare, la mano de mi madre acariciándome el pene, mi propia mama estaba masturbándome lentamente mientras se encontraba en ropa interior bajo mí.
- Deja a tu pobre madre sentir el sabor de una chota de nuevo, por favor…
- ¿Querés chupármela?- Le dije.
Ella solo se limitó a asentir con la cabeza con lo que subí a la cama y me coloque prácticamente sobre sus tetas, coloque mi chota sobre los labios de ella y prendiéndome sobre el cabezal de la cama comencé a penetrar la boca de mi mama, la mujer que siempre dije amar y cuidar, respetar y sobre todo venerar. Esa mujer estaba siendo follada bucalmente por mí, su propio e hijo más chico.
Muchas veces en el último mes pude imaginar cómo sería mi mama chupado pijas, siempre supuse que iba a ser una profesional y no, eso se quedaba demasiado corto. En cuestión de tres simples minutos ya había acabado dentro de la boca de mama, ella se había encargado de hacer garganta profunda, su cara estaba llena de maquillaje corrido debido a las lágrimas producidas por la presencia de mi pija en su garganta.
- Mama, dejame cogerte…
- No hijo, eso no está bien
- Bueno, dejame pasártela por ahí entonces, nada más…
- Está bien.
Fue lo último que dijo para que después yo pueda salir de encima de ella, bajar hasta donde estaba su tanga y retirarla, esta estaba mojada al igual que su conchita, la cual era mucho más perfecta desde cerca, era un poco clara pero no tan rosada, un color espectacular.
Agarre ambas piernas de mi mama y decidí abrirlas, me metí en medio de ellas y comencé a frotar mi pija por su vagina, la cual estaba hinchada, caliente y sumamente resbaladiza. Era una sensación genial, la mejor del mundo, estaba masturbándome y masturbando a mi mama, casi desnuda en la misma cama que yo, la muy puta intentaba esconder sus gemidos, estaba con los ojos cerrados hasta que de repente.
- ¡Hijo de puta!
CONTINUARA.
PD: Tarde mucho en subir el relato ya que estuve de vacaciones, cuando volví no había internet y hace poco recientemente lo habilitaron nuevamente. Pero más que nada tarde en subir porque tuve que convencerla a mama de que me deje subir sus fotos, es muy tímida y tiene demasiado miedo de que descubran que se coge a su hijo más chico.
En fin, acá están las fotos que por razones obvias tuve que recortar el rostro de ella, aunque dejan claramente a la vista sus mejores atributos y esos atributos que me encantan de ella, mi mama.
http://pimpandhost.com/album/4437892-El+otro+lado+de+mama+.html - DISFRUTENLA MUCHACHOS ASI COMO YO.
11 comentarios - El otro lado de mi madre III (Con fotos)
Te re entiendo...¿ como no te vas a querer coger a la mujer que te dió la vida ?...si está más buena que una cerveza fria en verano