Tené cuidado cornudo....
Claudia es una perra vengativa 128
Y pasando el tiempo, Mary desapareció de nuestra vida por casi cuatro meses, estaba con mucha culpa, Claudia me contaba que lloraba a veces cuando charlaban en el hospital, que le parecía que Javier no se merecía que lo engañara, Claudia con el mayor tacto trato de decirle que a él le gustaba, que lo hacía feliz. Pero Mary insistía en que a ella no le hacía bien que su placer estuviera ligado al sufrimiento, lo amaba mucho pero no podía manejar eso. Un par de veces que trabajé con Javier, también estaba desorientado, el tampoco había vuelto por casa, quería mi consejo, yo manejaba la ambulancia, estaba en uno de esos días felices, donde todo me daba exactamente lo mismo, la vida es hermosa, ese es mi convencimiento más profundo pensaba y sentía.
-No te hagas problemas… tómalo con calma…
-Es que voy perdiendo excitación… ustedes me enfermaron… -dijo casi con un reproche, me reí con ganas, me salió de las tripas.
-Vos empezaste enfiestándote a mi mujer y decís que nosotros te enfermamos… que gracioso… mira… la cosa es fácil… hacete cargo de lo que te gusta… y tene paciencia… Mary es muy sensual… ya te lo dije… y al igual que Claudia no puede estar mucho tiempo tranquila… dale tiempo… no se aguza tu ingenio…
Con claudia las cosas marchaban sobre ruedas yo le daba todo el tiempo sin parar, estaba feliz, me sentía renovado en todos los aspectos de mi vida y ahora para calentarla le insistía con lo buena que estaba su gerenta, que la invitara a cenar una noche con el marido. Ella decía que no salía con nadie, que no tenía amantes ni nada, le era fiel a su marido en todo. Yo le veía una cara de perra viciosa que no lo podía creer. Finalmente nos pusimos de acuerdo y los invitamos a cenar. Lo que más me calentaba era la cara de viciosa que tenía, realmente me costaba imaginar que fuera fiel al marido, no tenía un cuerpo de espectáculo, lo mejor era su cara de vicio.
Finalmente vinieron a cenar a casa, los chicos en casa de sus tios, las hembras estaban hermosas arregladas las dos. La cena fue normal, pero la charla de ellos siempre era con doble intención, tomamos bastante y en un momento Ernesto que así se llamaba el marido de Marta la gerente, me preguntó si podía bailar con mi mujer que era muy hermosa. Le dije que no había problema, marta quedo sentada a mi lado y en ese momento caí de lleno en la cuenta, era obvio para mi, nadie engañaba a nadie, matrimonio liberal, Que boludo pense, mientras le hablaba cerca de la oreja a marta y ya le acariciaba un pecho sobre la ropa y lo veía a Ernesto jugando con el culo de Claudia mientras le hablaba cerca del oido, notaba la calentura del ambiente, me encantaba que no hubieramos preparado nada, claudia desaparecio en el cuarto con Ernesto y yo quede en el sillón de la sala con marta, arrodillada delante mio chupandomela. Era realmente buena, casi sublime, la chupaba mirandome a los ojos con esa cara de perra y me enfermaba, me ponía a tres mil. Después nos desnudamos del todo y en un rato ya estaba montada de frente a mi, le encantaba la verga, era una viciosa con todas las letras metiendo los dedos pude sentir lo dilatado de su culo, obviamente tenía su buen uso. Escuchaba los gemidos de Claudia y me ponía caliente con la situación, Marta me metía la lengua profundoy me quizo chupar el culo, me encanto como lo hacía, después fuimos al cuarto donde dormía Nerea y estuvimos un montón cogiendo en el. Ella quería que fueramos a ver que hacian su marido y Claudia, cuando entramos al cuarto claudia en cuatro sobre la cama, como perra recibiendo todo el tronco de Ernesto en el culo. Gozaba como puta, giro la cabeza a mirarme y me tiro un beso, yo la puse a Marta junto a ella y la empecé a taladrar tambien, se besaban las dos, cada vez estabamos más calientes todos. Me hacía gracia acordarme de las reuniones con amigos de otras épocas me parecia realmente imposible que todo eso estuviera pasando, antes hablabamos, nos reíamos, y a nadie se le hubiera ocurrido jamás que una reunión terminara así. Ernesto llegó al poco rato. Le descargo en el culo a Claudia y después la puso entre las bocas de ambas para que se la limpiaran y se fue hacia el baño, claudia vino detrás mio y pasaba de chupar mis pelotas a chuparme el culo, yo estaba encantado y prolongaba mi orgasmo lo más posible, cuando estaba muy cerca las puse de rodillas a las dos en el piso y se las di a chupar, les salpique la cara a ambas que se chupaban y besaban como chanchas jugando con los restos de mi corrida, Ernesto volvía justo del baño, su pija muerta, miraba y se tocaba un poco sin lograr que reaccionara, después fuimos a la sala todos desnudos y nos estuvimos acariciando y charlando durante un largo rato, cada uno con su pareja, se quedaron un rato más y después nos dijeron que les parecía que era hora de irse, todos quedamos encantados con la reunión y quedamos en repetir. Yo me fui a fumar al balcon desnudo, claudia salió tambien desnuda al balcon y me abrazo desde atrás, te amo cielo, me dijo, gire mi boca y la bese. Nos besamos un largo rato, los dos felices y contentos, había sido una velada muy estimulante. Dormimos abrazados el resto de la noche, nos besamos y acariciamos cada vez que alguno de los dos despertaba. Que buenos tiempos pensé y cuando me desperté era la hora de ir a comer, claudia estaba vestida, teníamos que ir a la casa de su hermano. Y ahí si fue una reunión de gente normal.
Claudia es una perra vengativa 128
Y pasando el tiempo, Mary desapareció de nuestra vida por casi cuatro meses, estaba con mucha culpa, Claudia me contaba que lloraba a veces cuando charlaban en el hospital, que le parecía que Javier no se merecía que lo engañara, Claudia con el mayor tacto trato de decirle que a él le gustaba, que lo hacía feliz. Pero Mary insistía en que a ella no le hacía bien que su placer estuviera ligado al sufrimiento, lo amaba mucho pero no podía manejar eso. Un par de veces que trabajé con Javier, también estaba desorientado, el tampoco había vuelto por casa, quería mi consejo, yo manejaba la ambulancia, estaba en uno de esos días felices, donde todo me daba exactamente lo mismo, la vida es hermosa, ese es mi convencimiento más profundo pensaba y sentía.
-No te hagas problemas… tómalo con calma…
-Es que voy perdiendo excitación… ustedes me enfermaron… -dijo casi con un reproche, me reí con ganas, me salió de las tripas.
-Vos empezaste enfiestándote a mi mujer y decís que nosotros te enfermamos… que gracioso… mira… la cosa es fácil… hacete cargo de lo que te gusta… y tene paciencia… Mary es muy sensual… ya te lo dije… y al igual que Claudia no puede estar mucho tiempo tranquila… dale tiempo… no se aguza tu ingenio…
Con claudia las cosas marchaban sobre ruedas yo le daba todo el tiempo sin parar, estaba feliz, me sentía renovado en todos los aspectos de mi vida y ahora para calentarla le insistía con lo buena que estaba su gerenta, que la invitara a cenar una noche con el marido. Ella decía que no salía con nadie, que no tenía amantes ni nada, le era fiel a su marido en todo. Yo le veía una cara de perra viciosa que no lo podía creer. Finalmente nos pusimos de acuerdo y los invitamos a cenar. Lo que más me calentaba era la cara de viciosa que tenía, realmente me costaba imaginar que fuera fiel al marido, no tenía un cuerpo de espectáculo, lo mejor era su cara de vicio.
Finalmente vinieron a cenar a casa, los chicos en casa de sus tios, las hembras estaban hermosas arregladas las dos. La cena fue normal, pero la charla de ellos siempre era con doble intención, tomamos bastante y en un momento Ernesto que así se llamaba el marido de Marta la gerente, me preguntó si podía bailar con mi mujer que era muy hermosa. Le dije que no había problema, marta quedo sentada a mi lado y en ese momento caí de lleno en la cuenta, era obvio para mi, nadie engañaba a nadie, matrimonio liberal, Que boludo pense, mientras le hablaba cerca de la oreja a marta y ya le acariciaba un pecho sobre la ropa y lo veía a Ernesto jugando con el culo de Claudia mientras le hablaba cerca del oido, notaba la calentura del ambiente, me encantaba que no hubieramos preparado nada, claudia desaparecio en el cuarto con Ernesto y yo quede en el sillón de la sala con marta, arrodillada delante mio chupandomela. Era realmente buena, casi sublime, la chupaba mirandome a los ojos con esa cara de perra y me enfermaba, me ponía a tres mil. Después nos desnudamos del todo y en un rato ya estaba montada de frente a mi, le encantaba la verga, era una viciosa con todas las letras metiendo los dedos pude sentir lo dilatado de su culo, obviamente tenía su buen uso. Escuchaba los gemidos de Claudia y me ponía caliente con la situación, Marta me metía la lengua profundoy me quizo chupar el culo, me encanto como lo hacía, después fuimos al cuarto donde dormía Nerea y estuvimos un montón cogiendo en el. Ella quería que fueramos a ver que hacian su marido y Claudia, cuando entramos al cuarto claudia en cuatro sobre la cama, como perra recibiendo todo el tronco de Ernesto en el culo. Gozaba como puta, giro la cabeza a mirarme y me tiro un beso, yo la puse a Marta junto a ella y la empecé a taladrar tambien, se besaban las dos, cada vez estabamos más calientes todos. Me hacía gracia acordarme de las reuniones con amigos de otras épocas me parecia realmente imposible que todo eso estuviera pasando, antes hablabamos, nos reíamos, y a nadie se le hubiera ocurrido jamás que una reunión terminara así. Ernesto llegó al poco rato. Le descargo en el culo a Claudia y después la puso entre las bocas de ambas para que se la limpiaran y se fue hacia el baño, claudia vino detrás mio y pasaba de chupar mis pelotas a chuparme el culo, yo estaba encantado y prolongaba mi orgasmo lo más posible, cuando estaba muy cerca las puse de rodillas a las dos en el piso y se las di a chupar, les salpique la cara a ambas que se chupaban y besaban como chanchas jugando con los restos de mi corrida, Ernesto volvía justo del baño, su pija muerta, miraba y se tocaba un poco sin lograr que reaccionara, después fuimos a la sala todos desnudos y nos estuvimos acariciando y charlando durante un largo rato, cada uno con su pareja, se quedaron un rato más y después nos dijeron que les parecía que era hora de irse, todos quedamos encantados con la reunión y quedamos en repetir. Yo me fui a fumar al balcon desnudo, claudia salió tambien desnuda al balcon y me abrazo desde atrás, te amo cielo, me dijo, gire mi boca y la bese. Nos besamos un largo rato, los dos felices y contentos, había sido una velada muy estimulante. Dormimos abrazados el resto de la noche, nos besamos y acariciamos cada vez que alguno de los dos despertaba. Que buenos tiempos pensé y cuando me desperté era la hora de ir a comer, claudia estaba vestida, teníamos que ir a la casa de su hermano. Y ahí si fue una reunión de gente normal.
5 comentarios - El cornudo sigue con su buena racha...
Saludos desde Colombia