El Mañanero

Eran las 5:45 de la mañana de un sábado lluvioso de Diciembre, acababa de abrir los ojos después de un buen sueño reparador cuando escuche que tocaban la puerta con insistencia de la unidad médica donde vivía durante mi servicio social, aunque el servicio daba inicio a las 8 de la mañana era frecuente que acudieran siempre a tocar más temprano, aunque no tanto como en esa ocasión, prendí las luces de la sala de espera y el consultorio y atendí el llamado, era Felipa una mujer de 30 años que frecuentemente acudía con alguno de sus 3 hijos por enfermedades propias de la infancia, pero en esta ocasión era ella quien me dijo ¿Doctor me puede atender, por favor?, y me volvió a repetir ¿Doctor me puede atender? fue cuando reaccione había quedado pasmado admirándola, aunque la veía con frecuencia en la consulta no había puesto atención hasta en ese momento como se le marcaba su bien torneado cuerpo, llevaba un vestido amarillo a la rodilla con un escote de media copa que con lo mojado de la lluvia se le había pegado al cuerpo marcando sus curvas mis ojos estaban clavados en sus senos con los pezones a punto de brotar por el vestido no llevaba brasier se veían duros firmes y aun con algunas gotas de la lluvia, le dije pasa mujer que te estas mojando, déjame ir por una toalla para que te seques, cerré la puerta y fui por ella, al regresar y darle la toalla para que se secara me vio y sonrió pícaramente diciéndome lo acabo de despertar ¿verdad? señalándome con sus ojos mi entrepierna, donde se me notaba la clásica erección mañanera que se marcaba notablemente ya que para dormir solo uso short sin ropa interior y una playera, apenado trate de acomodarme el miembro para que no se notara mientras la observaba como se secaba los pechos y sus piernas alzando el vestido hasta los muslos, donde pude ver su blanca piel con un vello fino, ella me miraba de reojo y se sonreía, la invite a pasar al consultorio y le dije en que te puedo servir tan temprano, un poco angustiada me dijo no me vaya a regañar es que por descuido y olvidadiza no me aplique mi inyección para planificar me tocaba ayer y es que el lunes llega mi marido del norte y la verdad ya no quiero otro embarazo y me han dicho que hay que aplicarla lo más antes posible si se te olvida, pase anoche a la farmacia del pueblo pero no tienen y por eso vine tempranito doctor espero que me comprenda, yo la escuchaba pero estaba con la vista clavada en sus pechos sus pezones seguían duros y la humedad del vestido los hacia parecer un manjar envueltos dispuestos a ser comidos, ok le dije déjame ir por la ampolleta mientras súbete a la camilla para que te la aplique, al pararme note que mi erección había crecido y me llegaba casi al ombligo estaba completamente lubricada trate de disculparme con ella sacándome la camisa para que no se notara diciéndole “siempre me pasa en las mañanas” cuando regrese con la ampolleta ella ya estaba acostada boca abajo en la camilla con el vestido completamente arriba y su bikini hasta las rodillas, la redondez de sus nalgas blancas aterciopeladas por el mismo vello fino de su muslos hizo que mi erección que ya había cedido volviera a crecer pareciera que mi pene olfateara ese rico culo no lo podía contener quería salirse del short, pase frente a ella para cargar la jeringa y noto que aunque llevaba la camisa de fuera parecía una carpa levantada, me acerque a ella y le aplique la inyección quedándome masajeando ese hermoso culo, mientras lo hacia ella separo sus piernas y lanzo un gemido y me dijo oiga doc, yo también puedo curarlo acérquese, ya frente a ella bajo mi short y mi verga salto directamente en su cara la sujeto con firmeza y empezó a pasar su lengua por todo mi glande y dándole unos chuponcitos a la puntita diciéndome vaya doc ya está a punto de turrón, dicho esto mi verga desapareció completamente dentro de su boca empezando a mover su cabeza escuchando aun con el sonido de la lluvia como chupaba con gran maestría tuve que retirarla de los cabellos porque ya daba señal de venirme y no quería hacerlo sin antes disfrutar ese culo, ella lo compendio y se giró sobre si quedando boca arriba tomándose con sus dos manos sus labios vaginales que estaban completamente húmedos se metió dos de sus dedos en la bien depilada vagina y empezó a masturbarse ya empapados los saco y me los ofreció diciéndome prueba lo que te vas a comer, sin pensarlo empecé a chupar de sus dedos el rico néctar, quieres más? pues sírvete, la invite a pasar a otra sala donde había un diván mucho más cómodo, ella de quito por completo el vestido y su bikini y se recostó, le pregunte ¿has hecho un 69? me dijo que no, que a su marido no le gustaba darle placer que solo se subía y ya, ni siquiera dejaba que se la mamara y que ella siempre recurría a la masturbación y que como la mayor parte del tiempo estaba sola a veces veía películas porno y que siempre había querido hacerlo, dicho eso ni tardo ni perezoso me senté frente a su cabeza y poco a poco le ofrecí mi miembro dándole unas cachetaditas con miembro erecto en su lengua, una vez que empezó a mamarla me recosté sobre de ella y busque la fuente del néctar que ya había probado lamí en círculos el clítoris el cual empezó a crecerle como un pene diminuto y empecé a succionarlo mientras que dos de mis dedos se introducían en su vagina masturbándola, tuvo que sacarse mi miembro de la boca porque empezaba a gemir y a tener contracciones del gemido paso al quejido orgásmico cuando baño el diván con sus fluidos yo aumente la velocidad de la masturbación y de la succión mientras me gritaba sigue, sigue no pares, no dejaban de salir liquido de su vagina las contracciones aumentaban que casi caemos del diván en su excitación con sus manos separo mis nalgas y con desesperación empezó a mamar mi culo lo chupaba, lo escupía hasta que por fin metió su lengua en mi ano que empezó a dilatarse, empezó a menearla en círculos una y otra vez, quise reaccionar ya que nunca me habían dado un beso negro pero era tarde el placer que sentí hizo que me entregara por completo al gozo de esa nueva experiencia, ella con una de sus manos empezó a masturbarme sin dejar de mamar mi ano y llegue a un orgasmo abundante ahora los quejidos eran míos, bañe sus pechos con mi eyaculación al sentirlos se volteo y empezó a mamarme la verga como queriendo más yo temblaba y me contraía ella me mamaba con gran fuerza y a gran velocidad hasta que logro mi segundo orgasmo casi de inmediato caí tendido en el diván y ella seguía mamándome ya con más calma hasta que lo dejo limpio, el diván estaba completamente mojado yo con la respiración agitada aun sin recuperarme, ella se paró se vistió me dio un beso en los labios y me dijo el próximo mes vengo por mi inyección, retirándose dejándome completamente exhausto.

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