Para Vos nena!!
Otra historia con Vero! La historia continua!!
Me llamo Oscar pero me dicen Osky, enseño Análisis y diseño de estructuras en la universidad Nacional de Córdoba. Me encontraba preparando un examen un sábado por la mañana en la biblioteca de la facultad para mis alumnos, biblioteca que es famosa por no haber ni cristo, lo que la hacía muy tranquila, cuando entra ella, Vero, con cara angelical vestida con un chaleco anaranjado que dejaba ver su corpiño negro y una falda corta negra, se sentó a una mesa de mí, abrió su notebook tapando su torso, sacó sus apuntes, sus libros, sus bolígrafos y se puso a leer como si días antes no hubiéramos cogido. Como si nunca hubiésemos intimado.
Yo seguía preparando el examen pero de vez en cuando la miraba disimuladamente, supongo que lo que yo llamo disimuladamente ella lo podría llamar acoso ya que en más de una ocasión me pescó mirándola, yo me hacía el distraído, pensativo, dubitativo pero es que me llamaba la atención su quietud. Me estaba picando la curiosidad, aparte su notebook no me dejaba ver su escote que seguro que cuando se inclinaba dejaba ver algo de carne, pero era muy descarado cambiarme de posición para ver el escote así que me sumergí en mis apuntes.
Al rato miro por el rabillo del ojo vi que ella se movía, seguramente iría al baño pero el caso es que cuando se levantó se puso la carpeta sobre el pecho y me dio la espalda puede ver como sus caderas se movían al son de un compás binario, moviendo sus nalgas arriba y abajo, movimiento hipnótico que me estaba generando una erección tremenda. Al rato volvió con una coca cola Zero en las manos, que seguro sacó de la máquina, y la carpeta sobre el pecho. Abrió la lata y comenzó a beber de ella. En una de las veces se le cayeron unas gotas sobre ella y vi cómo se limpiaba la mancha del escote. La puta notebook me había privado de poder ver como se restregaba el pecho.
Ella jugaba con su zapato a meter el pie y sacarlo del zapato mientras yo no paraba de imaginar cómo le chuparía sus pechos, además deseaba ver ese escote era una obsesión lo que tenía. Casi iba a abandonar mi deseo cuando se le cayó un lápiz y se agachó de lado, no era de frente pero por lo menos había visto el volumen en su costado. Ella giró la cabeza y me sorprendió mirándola, desde ese momento dejé de mirarla me había sorprendido mirándole, me quería morir de la vergüenza.
Ella seguía frente a mí con su notebook abierto, podía verle las piernas ya que llevaba falda, cruzaba las piernas de forma sensual y las movía para llamar mi atención. De repente en un momento que no la miraba cambió su notebook de lugar dejándome ver su escote, aunque creo que no me vio la cara sí sé que me estaba buscando ya que desde ese momento comenzó a acomodarse el escote disimuladamente, movimiento que hacía que mis ojos fueran a esa zona y más cuando la tenía colorada, resaltando en su piel blanca. Me estaba poniendo caliente y más cuando descruzó sus piernas enseñándome sus muslos, de vez en cuando me miraba y yo hacía como que no miraba pero el caso es que la miraba.
Se levantó y comenzó a andar, yo recorrí su cuerpo de arriba a abajo con la mirada, cuando llegué a su pelo ella se giró, me quedé paralizado ella me guiño el ojo, sonrió y desapareció entre dos estanterías. Rápidamente me levanté y dejando mis cosas en la mesa comencé a andar buscándola, mi calentura había llegado al máximo, caminé hacía las estanterías pero cuando llegué solo pude ver figura desaparecer tras una fila de estanterías. Seguía ese pie y llegué a una esquina de la biblioteca donde había un cartel que ponía LENGUA ESPAÑOLA.
Ella estaba allí con una pierna estirada y la otra vertical al cuerpo, su chaleco naranja estaba desplazado dejando ver un pecho que estaba bajo el corpiño negro.
- Veo que te alegras de verme otra vez, vas a tocar o no lo que llevas toda la mañana mirando? dijo ella.
- ¿El qué? le pregunté.
- Este cuerpo, y diciendo esto se abalanzó sobre mí y comenzamos a besarnos. Nuestras lenguas parecían luchadores en un ring, ninguna de ellas le dejaba dar un paso a la otra, mis manos fueron a su culo y poco a poco fueron levantando su falda negra, sus manos fueron a mi trasero y lo apretaban contra su cuerpo. Con su falda de cinturón comencé a quitarle su chaleco, quería besar, lamer, comer esos pechos a los cuales deseaba desde ayer que fueron míos. Ella me quitó la camisa y empezó a jugar con mi cuello, una vez que su chaleco cayó al suelo su corpiño le siguió, ella dirigió sus manos a mi pantalón y sacando mi pija por la bragueta dijo:
- Cogeme, acá y ahora. No perdí más tiempo y le saque su tanga negra y mientras le comía sus pezones le metí la verga en su concha, chocando su cuerpo contra la estantería de LENGUA ESPAÑOLA, ella se agarró a la estantería de arriba mientras que con las piernas abrazó mi cintura yo la embestía más fuerte, parecía que la estantería se iba a caer, ambos contenemos nuestros gemidos aunque estábamos solos en esa sala seguro que en alguna otra habría gente. Ella tuvo un orgasmo y soltó un grito, escuchamos a alguien chistear, ambos paramos y nos reímos pero luego la tendí sobre el frío suelo de la biblioteca y tras varias embestidas acabe dentro de ella. Nos vestimos y salió ella primero y al rato salí yo. Cuando llegué a nuestro sitio ella no estaba pero me había dejado una nota. HA SIDO UN HERMOSO POLVO, TENEMOS QUE REPETIRLO. BESOS V.
Otra historia con Vero! La historia continua!!
Me llamo Oscar pero me dicen Osky, enseño Análisis y diseño de estructuras en la universidad Nacional de Córdoba. Me encontraba preparando un examen un sábado por la mañana en la biblioteca de la facultad para mis alumnos, biblioteca que es famosa por no haber ni cristo, lo que la hacía muy tranquila, cuando entra ella, Vero, con cara angelical vestida con un chaleco anaranjado que dejaba ver su corpiño negro y una falda corta negra, se sentó a una mesa de mí, abrió su notebook tapando su torso, sacó sus apuntes, sus libros, sus bolígrafos y se puso a leer como si días antes no hubiéramos cogido. Como si nunca hubiésemos intimado.
Yo seguía preparando el examen pero de vez en cuando la miraba disimuladamente, supongo que lo que yo llamo disimuladamente ella lo podría llamar acoso ya que en más de una ocasión me pescó mirándola, yo me hacía el distraído, pensativo, dubitativo pero es que me llamaba la atención su quietud. Me estaba picando la curiosidad, aparte su notebook no me dejaba ver su escote que seguro que cuando se inclinaba dejaba ver algo de carne, pero era muy descarado cambiarme de posición para ver el escote así que me sumergí en mis apuntes.
Al rato miro por el rabillo del ojo vi que ella se movía, seguramente iría al baño pero el caso es que cuando se levantó se puso la carpeta sobre el pecho y me dio la espalda puede ver como sus caderas se movían al son de un compás binario, moviendo sus nalgas arriba y abajo, movimiento hipnótico que me estaba generando una erección tremenda. Al rato volvió con una coca cola Zero en las manos, que seguro sacó de la máquina, y la carpeta sobre el pecho. Abrió la lata y comenzó a beber de ella. En una de las veces se le cayeron unas gotas sobre ella y vi cómo se limpiaba la mancha del escote. La puta notebook me había privado de poder ver como se restregaba el pecho.
Ella jugaba con su zapato a meter el pie y sacarlo del zapato mientras yo no paraba de imaginar cómo le chuparía sus pechos, además deseaba ver ese escote era una obsesión lo que tenía. Casi iba a abandonar mi deseo cuando se le cayó un lápiz y se agachó de lado, no era de frente pero por lo menos había visto el volumen en su costado. Ella giró la cabeza y me sorprendió mirándola, desde ese momento dejé de mirarla me había sorprendido mirándole, me quería morir de la vergüenza.
Ella seguía frente a mí con su notebook abierto, podía verle las piernas ya que llevaba falda, cruzaba las piernas de forma sensual y las movía para llamar mi atención. De repente en un momento que no la miraba cambió su notebook de lugar dejándome ver su escote, aunque creo que no me vio la cara sí sé que me estaba buscando ya que desde ese momento comenzó a acomodarse el escote disimuladamente, movimiento que hacía que mis ojos fueran a esa zona y más cuando la tenía colorada, resaltando en su piel blanca. Me estaba poniendo caliente y más cuando descruzó sus piernas enseñándome sus muslos, de vez en cuando me miraba y yo hacía como que no miraba pero el caso es que la miraba.
Se levantó y comenzó a andar, yo recorrí su cuerpo de arriba a abajo con la mirada, cuando llegué a su pelo ella se giró, me quedé paralizado ella me guiño el ojo, sonrió y desapareció entre dos estanterías. Rápidamente me levanté y dejando mis cosas en la mesa comencé a andar buscándola, mi calentura había llegado al máximo, caminé hacía las estanterías pero cuando llegué solo pude ver figura desaparecer tras una fila de estanterías. Seguía ese pie y llegué a una esquina de la biblioteca donde había un cartel que ponía LENGUA ESPAÑOLA.
Ella estaba allí con una pierna estirada y la otra vertical al cuerpo, su chaleco naranja estaba desplazado dejando ver un pecho que estaba bajo el corpiño negro.
- Veo que te alegras de verme otra vez, vas a tocar o no lo que llevas toda la mañana mirando? dijo ella.
- ¿El qué? le pregunté.
- Este cuerpo, y diciendo esto se abalanzó sobre mí y comenzamos a besarnos. Nuestras lenguas parecían luchadores en un ring, ninguna de ellas le dejaba dar un paso a la otra, mis manos fueron a su culo y poco a poco fueron levantando su falda negra, sus manos fueron a mi trasero y lo apretaban contra su cuerpo. Con su falda de cinturón comencé a quitarle su chaleco, quería besar, lamer, comer esos pechos a los cuales deseaba desde ayer que fueron míos. Ella me quitó la camisa y empezó a jugar con mi cuello, una vez que su chaleco cayó al suelo su corpiño le siguió, ella dirigió sus manos a mi pantalón y sacando mi pija por la bragueta dijo:
- Cogeme, acá y ahora. No perdí más tiempo y le saque su tanga negra y mientras le comía sus pezones le metí la verga en su concha, chocando su cuerpo contra la estantería de LENGUA ESPAÑOLA, ella se agarró a la estantería de arriba mientras que con las piernas abrazó mi cintura yo la embestía más fuerte, parecía que la estantería se iba a caer, ambos contenemos nuestros gemidos aunque estábamos solos en esa sala seguro que en alguna otra habría gente. Ella tuvo un orgasmo y soltó un grito, escuchamos a alguien chistear, ambos paramos y nos reímos pero luego la tendí sobre el frío suelo de la biblioteca y tras varias embestidas acabe dentro de ella. Nos vestimos y salió ella primero y al rato salí yo. Cuando llegué a nuestro sitio ella no estaba pero me había dejado una nota. HA SIDO UN HERMOSO POLVO, TENEMOS QUE REPETIRLO. BESOS V.
4 comentarios - En la facu 2!